La vuelta a Londres es idéntica a la ida a Aberdeen, la única diferencia es que mis piernas ahora no estaban dormidas y cuando Erick deja que mis pies toquen el suelo de mi habitación no me caigo.

Es un gran avance.

Mis ojos van rápidamente hasta la ventana para poder observar el exterior. Sin embargo, lo único con lo que me encuentro es oscuridad.

-Ya es de noche. - murmuro anonadada.

-La diferencia horaria es increíble, ¿eh?- cuestiona sonriendo-. Se nos pasó el tiempo volando.

Antes de que diga nada, él se deja caer en mi cama boca abajo.

-¿Estás cómodo?

-No te imaginas cuanto, nena. - dice cerrando sus ojos-. Podrías usar tus maravillosas manos para darme un masaje.

-Podría, pero eso no quiere decir que lo vaya a hacer.

-Si te lo pidiera Christopher seguro no te lo pensabas. - se quejó haciendo un puchero.

Pongo los ojos en blanco sin poder evitarlo y me siento en la cama, poniendo mis piernas a ambos lados de su cuerpo y alzando lo suficiente la tela de su camiseta para tener su espalda desnuda.

-Espera. - murmura mientras se deshace de la prenda-. Si un vampiro nos llega a ver en esta posición me va a matar.

Ignoro sus palabras y empiezo a masajear su espalda empezando por sus hombros y ejerciendo la presión necesaria en cada zona.

El único inconveniente son los sonidos que suelta Erick cada vez que lo toco.

-Oh, maldita sea... Tienes unas manos de ángel. - gimotea-. Sigue así, nena, sigue así.

-¿Puedes controlar tus orgasmos?

Una sonora carcajada se escapa de sus labios y asiente ligeramente, aún así no hace caso a mi petición y sigue gimiendo como si ya estuviera en el jodido éxtasis.

La situación puede parecer incluso graciosa así que me limito a morder mi labio inferior y a seguir con los masajes.

-¿Alguien me explica que coño está pasando aquí? - cuestiona la, ya conocida, voz de Christopher.

-Aquí pasa que Cyara tiene unas manos increíbles... Ni te imaginas lo ágil que es con ellas y las fantasías que puede hacer. - dijo el híbrido soltando un placentero suspiro.

-Me imagino.- dice frunciendo el ceño ligeramente, su mirada se posa ahora en mí haciéndome sentir pequeña.

-No te pongas gruñón, solo desnúdate y deja a Cyara hacer magia. - le aconsejó Erick.

Maldita sea, cállate de una vez.

¿No ves que cada cosa que dices es más ridícula que la anterior?

-Tú pareces saberlo muy bien.

-¿Estás celoso, Christopher?

-¿Yo, celoso? Claro que no, no me hagas reír.

Erick ríe negando con la cabeza y yo me muevo para salir de encima de su cuerpo, estaba todo siendo tan incómodo...

-Ponte la jodida camiseta. - espeta en su dirección.

-¿No era que no estabas celoso?

-Y no lo estoy, pero ya vístete.

El híbrido se levanta sonriendo y mientras toma la camiseta me guiña un ojo, acto seguido se la pone y mira al vampiro. Él asiente ligeramente en aprobación.

-Ahora me vais a explicar en donde habéis estado todo este maldito tiempo.

-¿Y por qué deberíamos de hacerlo? - pregunta Erick ladeando su cabeza-. Son cosas privadas...

Una risa sarcástica se escapa de los labios de Chris, su oscura mirada se posa en mí y yo trago saliva con nerviosismo.

-Oye no, no te metas en en su mente. - se queja rápidamente-. Lo que te vas a encontrar no será de tu agrado.

-¿Y por qué no iba a ser de mi agrado?

-Porque mi imagen desnudo encima de ella no es algo que tienes ganas de ver.

Los ojos de Christopher se abren en señal de sorpresa ante las palabras del híbrido.

-Así es, Chris. - murmura encogiéndose de hombros para restarle importancia-. Fuimos a una playa y tuvimos sexo.

-¿Qué vosotros qué?

-Follamos, Christopher, nos enrollamos, cogimos como conejos sobre la arena de la playa de Aberdeen.- relata Erick-. Tenías que vernos, sudorosos, jadeantes y corriéndonos a un mismo tiempo.

Oh vamos... ¿En serio, Erick?

¿Cogimos como conejos...? ¿Qué te han hecho los pobres conejos para involucrarlos?

Antes de que yo pueda negar todo lo que había dicho, Christopher tomó a Erick por el cuello y estrelló su cuerpo contra la pared.

El híbrido le sostuvo la mirada, a pesar de que su respiración se estaba haciendo cada vez más dificultosa, y es que la mano del vampiro parecía ejercer cada vez más presión.

-¡Christopher basta! - grité-. Erick solo te estaba molestando, déjalo...

-¿Qué? - cuestionó mirando en mi dirección.

-¡Jodida mierda, lo vas a matar! - chillé preocupada, corrí hasta ellos y puse una de mis manos sobre el brazo de Christopher.

Cómo si el tacto le quemase, fue rápido en apartar el brazo y dejar caer el cuerpo del híbrido al suelo.

-Sabías que iba a actuar así. - escupió en dirección a Erick antes de irse de la habitación.

No estaba muy segura de a qué se estaba refiriendo pero en estos momentos era lo que menos me importaba.

Me agaché para estar a la altura de Erick y lo miré a los ojos.

-¿Estás bien? - pregunté, él no tardó en asentir-. Joder, casi te mata.

-¿Si, verdad? - pregunta sonriendo.

Qué bipolar...

Sonríe cuando hace apenas segundos estaba por morirse.

En fin...

-Es un jodido celoso, al menos he podido enseñarte eso que tanto se niega a aceptar.

-¿El que?

-Que no sólo le fascina tu sangre, de otro modo no se pondría como se puso hace minutos... Él iba a matarme solo por haberme acostado contigo, ¡está loco!

Vaya...

No sé si reír o llorar... O tal vez ambas.

Al fin y al cabo, mi vida estaba siendo de todo menos normal.