Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo N° 52

Sentados en las banquetas altas de la isla mientras desayunaban, Erica y el Loco armaban una lista con detalles necesarios a resolver en esos días, tanto para pelear contra Gretchen como para su boda.

—Hay algo que no pensamos —dijo Erica con un suspiro.

—¿Qué cosa?

—¿Quién va a cuidar de Jack hoy en la noche? Todos vamos a estar fuera de casa, no podemos dejar a Jack solo con Hund.

Él se quedó en silencio un instante mientras se refregaba la cabeza, donde se notaba su cabello ya más largo y crecido en un tono castaño claro, lo suficiente largo para poder moverlo hacia atrás.

—Me olvidé de ese detalle —suspiró—. Veré si consigo niñera.

—Si dejás a Jackie con un asesino y le pasa algo, no solo no va a haber boda, sino que te voy a matar —gruñó Erica con molestia.

Él sonrió para luego hacerle una caricia en el rostro.

—Está bien, señora mamá de Jackie —dijo con una risita.

—Señorita mamá de Jackie.

El Loco se rió y le dio un beso en los labios, para después concentrarse en su teléfono y ver si conseguía una niñera para ese mismo día, algo complicado. Luego de un buen rato buscando en una aplicación, sabiendo que tendría que investigarlas a todas, dejó ir un suspiro y miró a Erica.

—¿Será que tu amiga vecina podrá ayudarnos? —dijo al verla fijo—. La investigué no bien la conocimos, a ella y su familia, son civiles comunes, una familia normal y amorosa según pude ver.

—No lo sé, ya es una mujer grande como para estar toda la noche cuidando de un bebé...

—Preguntale, vamos a pagarle obviamente —insistió él y con un movimiento de barbilla le indicó a Erica que le escribiera—. Preguntale, y de paso invitala al civil.

Con un suspiro ella tomó el teléfono en su mano para poder escribirle a doña Lara, la realidad era que no deseaba molestarla ni abusar de su bondad, pues entendía que era una mujer ocupada y con sus propios problemas. Lara tardó un rato en responder, dijo no tener problema en cuidar de Jack y aseguró que iría a verlos al civil junto a su esposo, aunque sin los hijos.

—Pregunta si viene ella a casa o si le daremos a Jackie para que lo tenga —repitió Erica mirando al Loco.

—¿Qué preferís vos? No quiero elegir la opción equivocada y que intentes matarme —bromeó.

—El problema es que tenemos armas y a Hund —dijo Erica con un suspiro—. Lo mejor va a ser que se lo demos, podemos retirarlo al regresar de la despedida.

—Me parece bien.

Erica le respondió a la señora, aclarando que le pagarían muy bien por el cuidado, sin embargo cuando dijo cuánto pensaban pagarle doña Lara la regañó por ser demasiado.

—Bueno, con eso ya listo podemos prepararnos para salir —dijo Erica con una sonrisa, pero luego se puso seria—. Ahora a lo importante: las reglas.

—¿Reglas?

—Para la despedida, pongamos reglas y evitemos discusiones mañana, ¿sí? —explicó Erica y él asintió con una sonrisa.

—¿Qué regla querés poner? No voy a acostarme con nadie si es lo que estás pensando que haré...

—Besos está permitido —dijo y se rió al ver la sorpresa en el rostro del Loco.

—Sabés que no me gusta el contacto labial y que solo lo hago con vos —dijo con una risita.

—También sé que te gusta Lucas y te morís de ganas de comerle la boca —agregó Erica con una sonrisa pícara—. Podés hacerlo si es que él quiere también.

—Erica, no voy a besar a nadie —se rió—. Vamos a beber unos tragos, ni siquiera me interesa ver las strippers, la rusa y Rata están más emocionados con eso que yo.

—Solo te digo que en caso de que quieras hacerlo no tengo problema, ¿está bien? Es tu despedida de soltero, aprovechá el momento.

Él la miró en silencio por un instante.

—Aprovechá vos también, si querés estar con él —dijo con una sonrisa y la tomó de las manos con cariño—. También es tu despedida.

Ambos se rieron con ánimo para después darse un beso. Estuvieron todo el día preparando lo necesario para la salida. Y horas más tarde Erica comenzó a preparar la mochila de Jack con su ropa, pañales, su mantita y, especialmente, su peluche de koala. Con todo ya listo tomó a Jack en sus brazos, quien saludó a todos con un movimiento de mano al despedirse, pero antes de salir el Loco le dio un beso en la frente.

—Papá va a buscarte después, ¿está bien? —le dijo con una sonrisa y volvió a besarlo.

Jack lo saludó con un movimiento de mano acompañado de una sonrisa, y salieron con Erica de la casa para poder acercarse a la de al lado, donde tocaron el timbre para esperar a doña Lara.

—Después te vamos a buscar, amorcito —le dijo Erica al darle un beso en la mejilla—. No tengas miedo, ¿sí?

—No miedo —dijo Jack con una sonrisa y la abrazó con fuerza del cuello—. Mami Ica vuelve.

—Mami Ica siempre va a volver —le dijo Erica y le dio otro beso en la mejilla.

Lara salió despacio debido a su pie vendado por una úlcera que le hacía doler, y no tardó en abrir la reja para recibir al pequeño, que le sonrió ampliamente y aceptó ir con ella, pues ya la conocía.

—Él duerme toda la noche —dijo Erica al acariciarle el rostro con cariño—, no va a darle problemas.

—Preparé pollo con brócoli, me contó un pajarito que es tu comida preferida —le dijo Lara a Jack con una sonrisa, quien se rió.

—Muchas gracias, no sabíamos qué hacer —dijo Erica con un suspiro.

—Ay, no es nada. Voy a darle la cena, un bañito y a dormir —agregó Lara picándole la naricita a Jack, luego miró a Erica con una sonrisa—. Puedo llevarlo mañana temprano si querés, así no lo despierto en la madrugada, pobrecito.

—No lo sé, no quiero molestarla...

—Ay, no es molestia. Disfruten de su salida —dijo con una sonrisa—. Te iré mandando fotos y ese tipo de cosas para que te quedes tranquila. Sé que salir y dejar a los niños puede ser doloroso y preocupante para una mamá.

—Sí, por favor —dijo Erica con un gesto triste al ver a Jack, que la saludaba con un movimiento de mano—. Le gustan los cuentos, puse uno en su mochila.

Con mucho dolor en su pecho y lágrimas en sus ojos, Erica vio a Jack alejarse con Lara hacia dentro de la casa. Sentía su corazón romperse, pero con un suspiro regresó a la casa para poder finalizar de alistarse.

El Loco, Lucas y Sveta ya estaban listos, él vestido de negro con una camisa y pantalón que le sentaban realmente bien, motivo por el que Erica lo besó con pasión, pues se veía muy sexy. Lucas se había puesto una camisa blanca y un jean, algo más sencillo, mientras que Sveta estaba con mini falda de cuero, medias negras y un top que enseñaba sus abdominales marcados, y para abrigarse tenía una campera de cuero con piel sintética dentro.

—Diviértanse —les dijo con una sonrisa—, yo termino y me voy también.

Los tres se fueron en un Uber, pues no tenían pensado dejar de beber en ningún momento.

Thamma se había ido con Serge para ayudarle con los preparativos, mientras que Chris finalizaba de cambiarse. Cuando Erica salió de la habitación ya vestida, con un bonito pantalón blanco estilo Oxford que marcaba sus caderas y glúteos, acompañado de un top de igual color, Chris alzó sus cejas.

—Okay, elegiste blanco... —dijo con una mueca torcida.

—Sí, ¿no debía? —preguntó ella al mirarse.

—Estás hermosa, pero ya no sé si darte mi sorpresa o no...

—Vos también estás hermoso, te vestís como un vampiro sexy, me encanta —dijo con una risita.

Diciendo eso Erica tomó su abrigo y salieron juntos a esperar el Uber que habían pedido para ellos, primero harían una parada en otro lugar que Chris no quería decirle qué era ni dónde era.

Erica se dio cuenta de a dónde estaban yendo al ver un montón de motos reunidas, por lo que sonrió ampliamente y llena de emoción cuando bajaron del auto.

—Te gusta esto, ¿verdad? —dijo él con una sonrisa y se encendió un cigarrillo—. Las carreras ilegales.

Erica dio un saltito en el lugar y se acomodó junto a él, que había comprado una cerveza. Bebieron juntos mientras miraban a otras personas correr. La sonrisa en el rostro de Erica era tan grande que a Chris le dio bastante ternura verla así, porque no recordaba haberla visto tan emocionada antes.

—No te dije de traer la moto porque si te llega a pasar algo antes de casarte, no solo el Loco me va a matar, sino que me rajo un tiro yo mismo —dijo Chris con una mueca torcida, pero Erica lo tomó del rostro para darle un beso en la mejilla.

—Gracias, Chris, esto ya me hace muy feliz.

Se acomodaron entre las personas a mirar a los corredores, y para Chris fue imposible no reírse al verla saltar muy emocionada, aunque rápidamente su rostro se puso serio al notar la forma en que los hombres miraban a Erica, pues aunque estaba abrigada, con ese pantalón blanco y ajustado resaltaba su prominente trasero. Ella no se había percatado de las miradas lascivas que le lanzaban, estaba demasiado emocionada viendo las carreras, por lo que Chris se movió un poco para colocarse tras ella y cubrirla mientras la abrazaba de la cintura. No dudó en dirigir su mirada hacia ellos dándoles a entender qué les pasaría si insistían en mirarla de esa forma, o solo en acercarse a ella.

Erica dejó caer su cabeza en el hombro de Chris, con cariño, y él la aferró con mayor seguridad para luego darle un beso en la coronilla de la cabeza.

—Gracias por traerme, vamos a cenar así luego vamos con Serge, ¿sí? O se va a enojar —dijo Erica con una sonrisa.

Él asintió y la tomó de la mano para abrirse paso entre la gente y las motos paradas, debían ir a buscar un lugar donde comer. Aunque Serge era un gran amigo en la vida de Erica, para ella Chris era su mejor amigo y con él había decidido cenar a solas, por ello él la abrazó de la cintura para caminar con ella de esa forma, estaban cerca del centro en una zona más iluminada, por lo que se quedaron más tranquilos allí.

Ingresaron en un restaurante donde no tardaron en encontrar una mesa libre, se sentaron dentro debido al frío, pese a las intensas ganas de Chris de fumar.

Conversaron de diversos temas mientras cenaban, la boda era la temática principal, pero también los sueños y deseos a futuro de cada uno.

—Me gustaría que esta noche te diviertas —le dijo Erica con una sonrisa—, siempre estás solo y serio.

—Estoy con vos, no estoy solo —se rió él y le dio un trago a su cerveza.

—Sabés a qué me refiero.

—Eri, que no te cuente si me encuentro con alguien no quiere decir que no lo haga —dijo con una ceja levantada—. Además cualquier mujer que se acerque a mí corre peligro, hasta no acabar con Mörder no quiero poner en peligro a nadie.

—Bueno, pero al menos sacá a bailar a una chica hoy —insistió Erica y lo tomó de una mano con cariño—. Sé que te cuesta verte atractivo, pero sos realmente hermoso, Chris.

—Dejate de joder, saliste con Sabatini, vivís con Lucas y te vas a casar con el Loco, ¿yo qué soy al lado? Y eso que no nombré a Serge...

—Sos mi mejor amigo, uno que está bien dable y besa riquísimo —dijo Erica con una sonrisa torcida—. Dejá de menospreciarte, Chris.

Él solo sonrió como respuesta, pues sabía que Erica nunca entendería sus inseguridades, no siendo tan perfecta como era, al menos a sus ojos.

Luego de cenar pidieron un Uber para ir hasta uno de los boliches de Julio que había ofrecido Serge para festejar allí, pues todo lo que bebieran iría directo a la cuenta de Julio Moms. Durante el viaje Erica reposó su cabeza en el hombro de Chris, que le hacía caricias en el hombro.

—¿Voy a poder seguir abrazándote así o él va a matarme una vez se casen? —le susurró para que el conductor no lo escuchase.

—No es Aaron, no le molesta que mis amigos me abracen o sean cariñosos conmigo —explicó con una sonrisa—. Y si intenta hacerte algo lo voy a matar.

—¿Matarías a tu esposo por mí?

—Obvio.

Chris se rió con ganas y le dio un beso en la coronilla de la cabeza. Pagaron al conductor antes de bajar y caminaron juntos hacia la entrada del boliche, donde Serge y Thamma los esperaban en una mesa del VIP.

—Al menos no va a haber un japonés drogándome esta vez —bromeó Erica al ver el ambiente del lugar.

—Ni voy a tener que amasarte el culo para fingir ser un levante —se rió Chris, motivo por el que Erica le dio un golpe en el pecho.

—Como si no te hubiese gustado amasarme el culo.

—Nunca dije que no —dijo con una risita.

Subieron las escaleras para encontrar a Serge y Thamma, quienes enseguida abrazaron a Erica al colocarle una corona de flores blancas con un velo corto, para luego llenarla de serpentinas de colores y collares fluorescentes.

—Todo lo que bebamos lo paga Julio, yo propongo fundir sus cuentas —dijo Serge con una sonrisa al extenderle un trago a Erica.


En un lugar mucho más alejado y oscuro, el Loco se encontraba sentado en un sillón de cuero rojo bebiendo unos tragos con Sveta, Lucas y Rata, quien había conseguido convencer a Fosa de asistir y se encontraba cruzado de brazos y de muy mal humor.

—¡Seco! —chilló Rata al inclinar el vaso del Loco para que se bebiera todo el contenido.

—Me vas a ahogar, hijo de puta —se quejó el Loco al toser.

—¡No seas maricon, seco, seco, seco! —insistió y volvió a inclinarle otro vaso.

Sveta saltaba y chillaba al igual que Rata, incluso se había colgado del cuello de este para saltar y animar al Loco a beber más, como si fueran amigos de toda la vida con Rata. Delante de ellos había unas bellas mujeres bailando de forma sensual, aunque el Loco no les prestaba mucha atención, ni cuando una de ellas bailó sensualmente sobre su regazo. El Loco las miraba, consciente de que eran muy bellas, pero para él Erica era mucho más hermosa y tenía incluso mejores curvas.

—Kolzova, ¿cuánto más pensás darles? —dijo Fosa al verla colocar dólares en la ropa interior de esas bailarinas.

—Ay, por favor, soy rica. Puedo darles todo lo que quiero —dijo y tomó del mentón a una de ellas, de forma sensual—. ¿Qué querés, hermosa, un auto, una casa, una isla?

—Par de salvajes —gruñó Fosa con fastidio al beber su trago viendo a Rata y Sveta actuar exactamente igual.

Lucas se colocó junto al Loco, así fue que lo vio revisar su teléfono, miraba específicamente el chat de Erica, motivo por el que le arrebató el teléfono.

—¡Rubio!

—No seas tóxico, dejala divertirse —se quejó Lucas.

—Solo estoy preocupado, nos tienen muy vigilados, ¿y si...?

—Wolff —dijo Fosa de repente, había apoyado un brazo en el respaldo del sillón y estaba cruzado de piernas—, ¿estás considerando débil a mi niña?

—No dije eso —gruñó el Loco.

—Ella sabe cuidarse sola, yo la entrené. Dejala en paz o te voy a meter un tiro en la sien.

El Loco resopló con fastidio y bebió todo el contenido de su vaso, pero luego sus ánimos mejoraron cuando Sveta sacó a bailar a Lucas en medio de risas. Y pese a su preocupación por Erica y la falta de interés en esas bellas mujeres que bailaban de forma seductora, la estaba pasando bastante bien junto a sus amigos.

—Parece la despedida de Kolzova, no tuya —dijo Fosa y se encendió un cigarrillo—. Se la ve más feliz a ella.

—No podemos fumar dentro.

—Que venga alguien a decirme algo —dijo y sopló el humo del cigarrillo—. Me secuestró el imbécil de Omar y estoy obligado a estar acá en medio de esta barbarie.

—¡Dejate de llorar y divertite una vez en la vida! —dijo Rata con una enorme sonrisa.

El Loco comenzó a reírse a carcajadas al ver que Sveta le pintaba los labios a Rata y Lucas de un rojo intenso, pero dejó de reírse cuando ella se acercó a él con el labial en la mano.

—Ni se te ocurra, rusa.

—¡Hagamos el juego de los besos! —dijo ella con un saltito emocionado—. Ya que mis strippers no te divierten.

—¿El juego de los besos? —repitió él con una ceja levantada.

—Te pintaré los labios y tenés que besar a todos hasta quitarte el labial —explicó con un guiño.

—Ni que estuviera tan en pedo...

—Eso se arregla fácil —dijo Rata al inclinarle el vaso nuevamente para que se bebiera todo el contenido—. ¡Seco!

Rata tomó del rostro a Lucas y le dio un beso en la mejilla para dejar allí una marca, lo que los hizo reír a ambos.

—Vos elegís dónde, llorón —dijo Rata—. Maricón de mierda, la Bombita tendría que haberme elegido a mí, ¡claramente soy más divertido!

—Más insoportable dirás —agregó Fosa.

—¿Querés el salmón de los viernes o no, Nahuel? —amenazó Rata con su dedo.

—No vas a poder dominarme por siempre con un puto pescado —gruñó Fosa con fastidio.

Rata le inclinó también el vaso a él.

—¡Seco, Nahui, seco!

Lucas le dio un beso a Sveta en la mejilla que la hizo reír, y ella devolvió al darle uno en la frente, con cariño, pero cuando se acercó a Fosa, él levantó una pistola para apuntarla.

—Ni lo intentes.

Ty skuchnyy! —se burló Sveta—. Te daré diez.

—Veinte.

—Quince —dijo Sveta con una sonrisa torcida.

—Está bien, pero no en la boca.

Sveta entonces lo tomó del rostro y le dio un beso bien marcado en la mejilla, aunque la expresión de repulsión en el rostro de Fosa hizo reír a Rata y el Loco. Y aunque quiso limpiarse la mejilla, Sveta le dijo que no podía borrar la marca hasta finalizar con la fiesta. La expresión de desesperación en su rostro los hizo reír aún más.

—Está bien, haceme lo que quieras —dijo el Loco con una sonrisa.

—Oh, mala decisión, muy mala decisión —dijo Sveta con una sonrisa pícara.

Enseguida, mientras que Rata le pintaba los labios de rojo, Sveta comenzó a rebuscar en una mochila hasta sacar una corona con un velo de novia que le colocó en la cabeza, junto a una falda de tul blanco.

El primero en reírse al verlo fue Fosa, pero también fue el primero al que el Loco tomó del rostro para besarlo como venganza. Fosa le dio un cachetazo que el Loco no dudó en responder, pero luego ambos comenzaron a reírse a carcajadas.

Sveta los había obligado a todos a bailar, incluso a Fosa, que le mostraba a Lucas cómo se bailaba realmente el rock. Y, como se estaba riendo mucho, Sveta no dudó en mirar hacia Rata con una ceja levantada.

—¿Le pusiste algo en la bebida?

—Obvio, sino tendríamos que aguantar su cara de culo toda la noche —se rió Rata.

—Te va a matar.

--Si es que se acuerda.

El Loco besó ambas mejillas de Sveta para quitarse algo del labial, luego a Rata, sin embargo cuando tocó el turno de besar a Lucas primero lo miró fijo a los ojos verdes que tenían una mirada divertida, y luego lo tomó del rostro para besarlo en los labios despacio, lo que lo tomó por sorpresa. Sveta y Rata lanzaron un gran chillido al verlos y comenzaron a reírse, aunque por diferentes motivos.

—Perdón, Rubio.

Lucas se rió con ánimo y lo tomó del rostro para darle un beso él esta vez un poco más profundo, y eso sorprendió al Loco.

—También estás dable —dijo Lucas con una risita y tomó en su mano un vaso de la mesa para darle un largo trago.

—Ay, no me jodan, todos cruzan la vereda acá —se quejó Rata con un resoplido—. ¿Soy acaso el único que nunca se comió a nadie del mismo sexo? Vení, preciosa, vení, soy el único hetero acá.

Llamó a una de las strippers que se sentó en sus piernas con una risita, para luego darle un beso en la mejilla y pintársela con labial.

—Lo harías por dinero —dijo Fosa con una risa y extendió su vaso para que Sveta le sirviera más vodka—. Todos se venden por dinero.

—Yo no soy vos.

—Apa, esa no me la sabía —dijo Sveta con una sonrisa pícara mientras le servía vodka—. ¡Quiero saber!

—Solo me ofrecieron un par de millones por seducir tipos y lo hice —explicó Fosa y dio un sorbo a su bebida, para luego reírse—. ¡Gretchen se enojó mucho ese día! Pero la pasé bien, fue divertido.

El Loco notó enseguida que las expresiones en el rostro de Lucas habían cambiado, se quedó pensativo y con la mirada baja, por eso –tratando de animarlo– le susurró una idea al oído que lo hizo reír, y luego Lucas se acercó a Fosa para repetir las palabras. Este comenzó a reírse a carcajadas y asintió para demostrar estar de acuerdo con el plan. Sveta distrajo a Rata y, cuando los tres estuvieron listos, lo tomó de las muñecas rápidamente, momento en que el Loco aprovechó para tomarlo del rostro y besarlo en los labios, al instante lo besó Lucas y Fosa, luego de darle un cachetazo, también lo besó.

—¡Hijos de su puta madre, qué asco! —gritó Rata y escupió en el suelo al limpiarse la boca—. ¡Me metiste la lengua, asqueroso! —señaló al Loco, quien se descostillaba de risa.

Volvió a escupir con asco y bebió un largo trago de vodka para limpiarse la boca, para luego besar a la mujer a su lado que se reía de la situación.

—Por besar a mi esposa —se rió el Loco y chocó la mano con Sveta.

—Todos maricones, la puta madre —se quejó Rata y se cruzó de brazos con fastidio.

Mientras que Fosa se limpiaba la boca, también con asco pero muy divertido de molestar a Rata, Sveta se sentó junto al Loco y apoyó su cabeza en el hombro de él.

—Feliz despedida de soltero, alemancito —dijo Sveta con una sonrisa—. Lamento que no sea mejor. No hubo mucho tiempo.

—Gracias, rusa —dijo y le dio un beso en la cabeza—. Está perfecta así.

Y pese a que Rata estuvo enojado un buen rato, luego de unas medidas de vodka volvió a reírse y a tomar cientos de fotos, especialmente a Fosa que se había quitado la corbata y desabrochado un poco la camisa, bailaba allí riéndose a carcajadas.

—Espero que no recuerde nada o soy hombre muerto —se rió Rata al verlo.

Luego de unas horas Rata había filmado con una risotada al Loco y Fosa que conversaban entre sí, uno con la cabeza apoyada sobre la del otro, estaban los dos completamente borrachos y se reían por tonterías.

—Gretchen me engañaba con vos —dijo el Loco—. Qué mal amigo, te cogías a mi novia.

—Sí —admitió él con una risita—, y al final se casó con Héctor.

—¿Querías casarte con ella? Yo prefería morir antes que casarme con ella —se rió el Loco.

—No lo sé —admitió Fosa y bebió otro trago de su bebida—, no la amaba, o sea sí, pero no. No lo sé, vos me entendés.

—Y ahora me voy a casar... —añadió con una sonrisa iluminada—, con el amor de mi vida.

—La Bombita me cae bien —Bebió otro trago y le dio una palmada al Loco en el rostro—. Si la lastimás, te voy a matar.

—Si algo me pasa, ¿la vas a cuidar?

—Si algo te pasa voy a cortarte en cien partes.

El Loco se rió a carcajadas y miró donde Sveta conversaba con una mujer, parecían coquetear mutuamente. Luego miró donde estaba Rata compitiendo con Lucas para beber, aunque el rubio no resistió tanto como él, quien levantó los brazos por su victoria con una risotada.

Fosa quiso ponerse de pie para lavarse nuevamente las manos, pero se tambaleó y no cayó al suelo solo porque el Loco lo tenía sujeto.

—¡Omar! ¿Qué me diste? —dijo tratando de abrir los ojos—. Me siento para la mierda...

—¿Qué importa qué te di? Tomaste un montón de vodka —se rió Rata—. Levantate, bailá un poco con alguna mujer y luego nos vamos.

—No me gusta bailar...

—Dame el arma, Nahuel. Sos peligroso en tu estado —dijo al extender su mano.

Fosa se quitó la pistola de la cadera y la arrojó sobre la mesa, pero también se quitó otra del tobillo y la dejó allí delante junto a un cuchillo.

—Parecés Jon... —escupió con fastidio y le arrojó un hielo a Rata—, me obligás a hacer cosas que no quiero.

—¡Al menos yo te obligo a ser normal, a salir con amigos!

El Loco los dejó discutir tranquilos y se levantó para poder salir a fumar a una terraza, el viento frío de la noche lo recibió y eso lo hizo sonreír. Inspiró el aire fresco, se sentía libre y satisfecho.

Algunas mujeres habían intentado coquetear con él en el transcurso de la noche, pero si no las rechazaba él, las echaba Lucas o Fosa, aunque este último con mucho menos tacto. Era tan intimidante que fue el único al que nadie se le acercó durante la noche.

Estaba bastante mareado, y aunque Lucas lo había regañado decidió tomar su teléfono y escribirle a Erica. No era que quisiera controlarla, él no creía ser como Gretchen, pero no lograba dejar de pensar en ella. Quería besarla y quería tocarla, y dormir sintiendo su calor otra vez.


Erica se encontraba sentada junto a Chris, competían por dinero para ver quién tomaba más medidas de tequila. Frente a ellos estaban Serge y Thamma a los gritos por los inmensos bailarines allí, pero a Erica no le interesaron por más que bailaran muy bien, no eran su tipo de hombre.

—¡Gané! —chilló Chris al dejar su chupito ahí en la mesa.

—No es justo, tenés un agujero negro en la boca —se quejó Erica, aunque con una risa.

Chris se alejó para poder ir a fumar al balcón, y Erica miró con atención a los bailarines, eran sexys pero se veían muy falsos. Acostumbrada al cuerpo trabajado y natural del Loco, le pareció que aquellos hombres estaban inflados, y ninguno llevaba tatuajes, fundamental para atraerla.

Serge se sentó a su lado y la abrazó del cuello, estampando un beso en su mejilla.

—¿Cómo está la novia más linda de todas?

—Muy entretenida —dijo con una risita—. La estoy pasando bien, lástima que seamos tan pocos...

—Tengo una idea —dijo Serge con una sonrisa—, a Chris le va a encantar.

—¿Qué idea?

—Vamos abajo con los demás, te paras ahí a bailar —dijo al señalar un caño abajo—, y vemos cuánto dinero te dan.

—¿Me puedo quedar con los billetes? —preguntó Erica con una sonrisa pícara.

—¡Claro!

Erica se puso de pie y salió al balcón para buscar a Chris, estaba apoyado en la baranda y soplaba el humo de su cigarrillo con una expresión relajada. Cuando Erica le contó la idea de Serge, al principio Chris se alteró por el miedo a que el Loco se enojara, pero cuando ella nombró el dinero, no tardó en decir:

—Okay, me aseguro que no te toquen pajeros y me das el veinte por ciento —dijo y dejó ir el humo de su cigarrillo.

—Que codicioso de mierda que sos, pero está bien.

Bajaron en medio de risas y con un champagne en la mano que se pasaron entre sí para beber entre todos. Se metieron entre la gente a bailar por un rato, sonaba trap y reggaetón allí, y Thamma comenzó a alentar a Erica para que llegara hasta el suelo al perrear, lo que hizo reír a Serge y Chris.

Luego de bailar y divertirse en grupo, Erica esperó a que unas chicas se bajaran de la plataforma para subirse ella, aún con su corona de flores y un velo. Comenzó a bailar allí y a hacer habilidosos y sexys giros en el caño, lo que trajo silbidos y captó la atención de todos enseguida.

Chris se ahogó con su bebida ante uno de los movimientos de Erica y debió toser un poco para poder respirar bien, Serge incluso le palmeó la espalda con una risita.

—¡Se nos casa la princesse! —chilló Serge con ánimo.

Erica no solo recibió dinero que le arrojaron, sino que muchos hombres se acercaron a hablar con ella para pedirle su número o sus redes sociales, sin embargo ella los rechazó a todos con una risita al mostrar su velo de novia y contar con orgullo que se iba a casar. Solo si alguno se ponía muy molesto era que Chris interfería con su rostro serio y sombrío.

Luego de bailar y divertirse un rato allí, regresaron al VIP para poder sentarse. Chris se acomodó en un rincón para ver a la gente bailar abajo, mientras que Thamma había ido a buscar más bebidas. Erica se apoyó contra la baranda con una sonrisa, la estaba pasando muy bien junto a sus amigos, como una chica normal en una salida normal.

Al dirigir su mirada hacia Chris lo vio beber su trago, tenía el brazo descansando en la cabecera del sillón y miraba fijo hacía unos asientos de abajo.

—¿Pasa algo? —le preguntó Erica.

—No, nada —respondió él y dio otro sorbo a su trago—. Vení, sentate conmigo.

Erica se sentó junto a él y tomó en su mano el trago que le pasó Thamma, era un daiquiri de frutillas que bebió con una sonrisa. Volvió a mirar a Chris, pues de nuevo miraba hacia allí abajo y eso causó mucha curiosidad en Erica, que se levantó para poder apoyarse en la baranda y mirar también, aunque de forma disimulada. Quería saber qué estaba viendo a amigo.

Habían muchas personas que bailaban por allí, grupos de amigos y amigas e incluso parejas, y entonces vio a un grupo de chicas que se reían sentadas en unos sillones no muy lejos de donde ellos habían estado cuando bajaron.

—¿Cuál te gustó?

—Nadie, Erica. No empieces.

—¿La morocha? —preguntó con una sonrisa pícara y él se concentró en su bebida—. Es la morocha, ¿verdad? Está linda, ¿por qué no bajás y le invitás un trago?

—Porque no tengo ganas, Erica. No rompas los huevos.

Erica se acercó a él y lo tomó del rostro para mirarlo fijo a los ojos marrones, para luego acercarse y depositar un beso en el arco de su nariz, pues sabía muy bien que esa era la mayor causa de inseguridad en él.

—Invitale un trago o a bailar.

—Eri, es tu despedida, no te voy a dejar para ir a chamullarme minas. Además ya te lo dije, siempre fui rechazado, no voy a arriesgarme ni en pedo.

Con decepción, Erica se acercó a Serge que bailaba junto a Thamma, bailó con ellos pero continuó mirando de reojo a Chris, que bebía su trago con tranquilidad pero de a ratos miraba a esa chica. Para Erica era muy extraño verlo de esa forma, nunca lo había visto interesado por alguna persona que no fuera Gretchen. Por ello fue que Erica se acercó a la barra y le pidió al bartender que le enviara un champagne a esa chica y su grupo de amigas.

—¿A su nombre? —preguntó el bartender.

—Al de él —dijo al señalar a Chris.

Luego Erica se acomodó nuevamente contra la baranda para disfrutar de ver a Thamma y Serge que conversaban con otras personas allí en el VIP, Serge le mostraba su anillo de bodas con una enorme sonrisa a todo el mundo, y también señalaba con orgullo a Erica con su velo de novia.

—Después de tu bailecito sos el centro de atención —le dijo Chris, se apoyó junto a la baranda con ella y bebió un trago de su bebida—. Están todos mirándote el culo.

—¿Y te gustó mi bailecito? —bromeó Erica.

—Casi muero ahogado, pero sí —se rió.

Dio un paneo por todo el lugar, la gente allí se divertía tanto como ellos, entonces se cruzó con la mirada de ese grupo de chicas, especialmente de esa chica de piel aceitunada y largo cabello rizado que a él le había gustado. Ella le sonrió al saludarlo con un movimiento de mano.

Chris giró hacia atrás como si quisiera ver a quién le sonreía, y luego devolvió el saludo al levantar la mano con sorpresa cuando se dio cuenta de que solo estaba él allí.

—¿Qué hiciste, pelotuda? —se quejó al darle un empujón a Erica.

—Le envié una botella de champagne a tu nombre —explicó con una risita y dio un sorbo a su daiquiri, para luego voltear y mirar hacia las chicas, que se reían y le daban empujoncitos a esa chica—. Parece que también le gustaste, ¿eh? Qué galán...

—Te odio.

Erica las llamó con la mano y una enorme sonrisa, pese a los intentos de Chris por impedirlo.

—¡La puta madre, Erica, te odio!

—¡Veinticuatro años al pedo tenés, ponete los pantalones y hablale a una chica que te gusta! —lo regañó Erica al picarle el pecho—. Sos el mejor tirador que conozco, un luchador cuerpo a cuerpo excepcional, que no se intimida ante nadie y siempre piensa en frío. ¡Sos hermoso, sos sexy, y tenés un cuerpazo divino tallado por los ángeles!

—Erica...

—Erica nada, estoy cien por ciento segura de que perdiste muchas oportunidades porque no te creés capaz de gustarle a alguien —dijo Erica con el rostro serio y lo tomó de las mejillas con cariño—. Te quiero, Chris, sos mi mejor amigo, no me gusta que te desprecies tanto. Sé que odiás tu nariz, pero es verdaderamente hermosa, a mí me gusta mucho.

Con un suspiro Chris se sentó nuevamente en el sillón a beber su trago, mientras que Erica volvió a asomarse por la baranda para ver si el grupo de chicas subiría o no. Las vio hablando con el guardia en la escalera, motivo por el que llamó a Serge, que bajó enseguida para hablar con el seguridad y permitirles subir como co-dueño del lugar.

Cuando las chicas llegaron arriba, Chris se volvió pálido de repente, lo que hizo reír a Thamma que le arrojaba trocitos de hielo desde lejos con cientos de burlas.

—Es la despedida de soltera de nuestra buena amiga —dijo Serge y le dio un beso en la mejilla a Erica, con cariño—. ¡Pidan lo que quieran! Todo ya está pago y disfruten de estos hombrezotes.

Serge las guió para que se sentaran en los sillones a beber lo que quisieran, Thamma se acomodó con ellas a conversar, al igual que Erica, mientras disfrutaban del espectáculo.

Cuando Erica se puso de pie para pedir otro trago en la barra, vio a Chris fumando en el balcón junto a esa chica de cabello rizado, a quien le encendió un cigarrillo. Parecían conversar entre sí de forma animada.

Erica suspiró con satisfacción, la estaba pasando bien y sus amigos igual, esperaba que el Loco también se estuviese divirtiendo.

Casi al instante su teléfono comenzó a vibrar, lo tomó rápidamente y con desesperación, creyendo que tal vez algo le había pasado a Jackie, pero sonrió al ver que se trataba del Loco.

Jack <3 : Solo quería decirte que te amo mucho y que me siento muy honrado de ser tu pareja, de haber presenciado tu crecimiento y verte convertirte en una mujer poderosa e imparable

Jack <3 : Y también que quiero besar y lamer todo tu cuerpo una y otra vez, oyendo tus suaves gemidos, hasta que ya no puedas más y no puedas caminar mañana por el temblar de tus piernas

Jack <3 : Te amo <3

Erica sonrió con una mezcla de ternura e interés, no estaba segura si responder o no, así que guardó su teléfono y dio un largo sorbo a su trago para regresar junto a Serge, Thamma y ese grupo de chicas muy simpáticas.

Necesitaba bajar todo ese calor que había llegado a su cuerpo, por ello comenzó a abanicarse el rostro con las manos, justo cuando Chris entró nuevamente acompañado de esa chica.

—¿Qué pasó, ya te gustaron los strippers? —bromeó él en su oído.

—No exactamente...

Chris la miró algo confundido, para luego levantar las cejas al notar la sonrisa lujuriosa en ella.

—Hoy duermo con Lucas, no quiero escuchar cosas raras —dijo con una risita y le dio un beso en la cabeza.

Erica dirigió su mirada hacia él, se había acomodado en los sillones y servía champagne para esa chica que lo miraba como si Chris fuera el ser más perfecto del mundo.

—Ya me cae bien —susurró Erica con una sonrisa.

Con un suspiro satisfecho se dedicó a disfrutar por todo lo que quedara de noche junto a sus amigos y ese grupo que se había unido a ellos. Se sentía realmente feliz.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro