Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Veinticinco

Lee YoungMin
Explicaciones y reconciliación.

El camino de regreso a Busan es agitado y divertido. Escuchar a mi padre y a sus amigos contar chistes es para morirse de risa.

¡Qué gracia es estar con ellos!

Al llegar a Busan, Jungkook insiste en tomar algo con la excusa de que hay que celebrar el triunfo. Declino la invitación y, cuando llegamos a mi casa, sin cambiarme ni nada, bajo mi moto del remolque, agarro el trofeo y salgo disparada para la villa, donde me espera Taehyung.

Cuando llego a la puerta, llamo y, dos segundos después, la enorme cancela blanca se abre. Acelero mi moto y subo por el caminito rodeado de pinos. A lo lejos, veo la casa y a Taehyung. Parece hablar por teléfono. Acelero, hago una derrapada, un trompo y cuando el polvo me rodea, paro la moto, lo miro y levanto mi trofeo, orgullosa.

—Te lo has perdido. Te has perdido mi triunfo.

Taehyung no sonríe, cierra el móvil, se da la vuelta y entra en el interior de la casa.

Sorprendida por su seca reacción, me bajo de la moto y lo sigo. Me enferma cuando se pone tan hermético. En mi camino me quito las gafas y el casco y lo dejo sobre una mesa. Kim está en la cocina bebiendo agua. Espero que regrese antes de atacar.

—¿Cómo puedes haberte ido sin decirme nada?

—Estabas muy ocupada.

—Pero, Tae... yo quería que estuvieras allí.

—Y yo quería que tú no hicieras esas locuras.

–Taehyung... escucha...

—No. Escucha tú. Si tienes que volver a ir a dar saltos con la moto a cualquier
otro lugar, no cuentes conmigo ¿entendido?

—Valeeeee... pero, no te enfades. No seas un niño.

Mis palabras lo hieren y se enfurece aún más.

—Te dije que no quería que te pusieras en peligro y tú has continuado con tu jueguecito sin pensar en cómo me podía sentir. Te podías haber matado delante de mis ojos y yo no podría haber hecho nada para impedirlo. Por Dios, ¿cómo puedes ser tan inconsciente?

Se aparta de mi lado. Su reacción me parece excesiva.

—No soy una inconsciente. Sé muy bien lo que hago.

—Sí, claro... no me cabe la menor duda. Y, por si fuera poco, encima tengo que soportar a ese tal Jungkook.

—Ah, no... eso sí que no —replico enfurecida—. No me parece bien queme reproches lo del motocross pero, fíjate, ¡hasta lo puedo entender! Pero que me reproches las palabras de Jungkook, no, ¡eso sí que no!

—¡«Nuestra chica»!, dice el imbécil —farfulla furioso—. No ha parado de hacer comentarios incómodos todo el rato ante mí. Si no le he partido la cara ha sido por respeto a tu padre y al suyo, porque si por mí hubiera sido... —Y antes de que yo pueda replicar, me pregunta—: Dijiste que habías tenido algo con él, ¿segues teniéndolo?

No respondo. No quiero revelarle lo que Jungkook me dijo que sabía de él, ni lo que hubo entre nosotros, pero Taehyung insiste:

—Respóndeme, ¿qué ha habido entre ese tipo y tú?

—Algo. Pero fue sin importancia y...

—¿Algo? ¿Qué es ese algo? —exige con voz gélida.

—¿Acaso te he pedido yo a ti un listado de todas tus amiguitas de juegos? —le pregunto, sorprendida por el cariz que está tomando la conversación—. Si mal no recuerdo, tú fuiste el primero que quiso tener algo conmigo sin...

—Sé muy bien a lo que te refieres. Pero creo que eres lo suficientemente madura como para entender que eso entre nosotros ha cambiado.

—¿Ah, sí?

Sin cambiar su gesto, gruñe.

—Te acabo de hacer una pregunta. Yo siempre he sido sincero contigo. Cuando regresé del viaje de negocios que tuvimos me preguntaste si había jugado con Amanda y yo fui sincero. ¿No puedes serlo tú ahora?

—De acuerdo. Entre Jungkook y yo ha habido sexo.

—¿Y ahora? ¿En los días que has estado aquí antes de que yo llegara?

—Nada...

—No me lo creo.

—En Seul me acosté con él, pero aquí no. —Taehyung maldice, y yo prosigo—:Aquí sólo ha habido un par de besos y...

—Ese tipo no es el típico que se conforma con besos. He visto cómo te miraba y, cuando ha dicho lo de compartir la cerveza, ¡Dios... lo hubiera machacado!

Enfadada por sus palabras y por cómo me grita, respondo:

—Quizá él no se conformara con besos, pero yo sí. Nunca me he comportado con él como me comporto contigo porque él no es como tú, maldita sea. Y, ¿sabes? Me voy. No quiero escuchar más tonterías por tu parte o te juro que no te lo voy a perdonar. Cuando te relajes me llamas por teléfono y quizá... sólo quizá yo te perdone el numerito que me acabas de montar.

Dicho esto me doy la vuelta, agarro el casco y las gafas de la moto y aún con el trofeo en las manos salgo de la casa, arranco mi moto y me marcho. El camino de pinos lo hago con la rabia instalada en mi rostro ¿Quién se ha creído Taehyung para hablarme así? ¿Por qué yo no le exijo nada y él a mí sí?

Cuando llego a la cancela blanca veo que se abre para que salga. Acelero, pero antes de traspasarla, freno de
nuevo y grito de frustración. Me bajo de la moto y doy un par de patadas en el aire.

Mataría a Taehyung cuando se pone así.

La cancela blanca se cierra tras unos instantes y, durante unos minutos, cierro los ojos furiosa mientras me pongo de cuclillas en el suelo. Taehyung me agota y sus constantes cambios de humor me vuelven loca. Me desconcierta con sus palabras y sus hechos.

No sé nunca lo que quiere y menos aún cómo proceder.

De pronto oigo un ruido ronco acercarse. Levanto la cabeza y veo a Taehyung que, con su moto, se dirige hacia mí. Cuando llega a mi altura, detiene la moto, pone la pata de cabra y se baja. Me mira.

—¿Cómo puedes ser tan frío?

—Con práctica.

Resoplo y, sin poder contener mi furia, me levanto del suelo.

—Me desesperas, Taehyung. No puedo con tu manera de ser. A veces te comería a besos, pero otras te mataría. Y ésta es una de esas veces. Siempre te crees el rey del mundo. El rey de la razón. El rey del universo. Eres un cabezón, un mandón, un intransigente y... un idiota Inceman.

—Tienes razón.

Su respuesta me sorprende.

—¿Puedes repetir lo que has dicho?

Taehyung sonríe.

—Tienes razón, pequeña. Me he pasado. He pagado contigo mi nerviosismo al verte saltar con esa maldita moto y los comentarios nada acertados de tu amigo Jungkook. —Cuando ve que voy a decir algo, me interrumpe—: No quiero volver a hablar de ese tipo. Aquí lo importante somos tú y yo. Y por eso iba a buscarte.

Su sonrisa. ¡Oh, Dios...! Su sonrisa. Qué guapo está cuando sonríe. Sin necesitar
nada más, me acerco a él.

—¿Por qué tenemos que discutir por todo?

—No lo sé.

—Discutimos por todo menos por el sexo.

—Mmmm... buen comienzo, ¿no?

Ambos soltamos una risotada y Taehyung me coge. Me besa los nudillos.

—¿Sigues enfadado?

—Mucho.

—¿De verdad?

—Con lo que has hecho hoy, me has quitado diez años de vida.

—Exagerado. -Sonrío.

Taehyung asiente, se le oscurece la mirada y cierra los ojos.

—Min, mi hermana Hanna se mató hace tres años practicando deportes de  riesgo. Ella era como tú, una chica joven llena de energía y vitalidad. Un día me invitó a ir con ella y sus amigos a hacer puenting. Lo pasábamos bien hasta que su cuerda... y... yo... yo no pude hacer nada por salvar su vida.

Las carnes se me abren. Aquello es terrible. Vio morir a su hermana. Lo que me acaba de confesar me hace entender la angustia que ha vivido mientras yo disfrutaba dando saltos y derrapando con el motocross.

Consciente de su dolor, quiero decirle algo, pero se me vuelve a adelantar:

—Ése es el motivo real por el que no pude seguir viendo lo que hacías.

—Lo siento... yo... yo no sabía.

—Lo sé, cariño. —Me abraza con desesperación y murmura—: Ahora sonríe, por favor. Necesito que sonrías y que no me preguntes por nada de lo que te he explicado. Duele. Duele demasiado y no quiero recordarlo, ¿de acuerdo?

Muevo la cabeza, en un gesto de comprensión y, sin hablar nada más, Taehyung me besa con auténtica pasión. Sonrío, intento no pensar en la tragedia que me acaba de explicar y me dejo llevar por mi amor.

Minutos después, coge el trofeo que aún llevo entre mis manos y lo mira.

—Te voy a matar, Min. Qué rato más malo me has hecho pasar.

—Taehyung... es motocross, ¿qué esperabas?

Sonríe, me suelta y se monta en su moto con el trofeo en las manos.

—Volvamos a casa, campeona. Vamos a celebrar como se merece tu triunfo. Mañana no caminas.



Escribir este capitulo escuchando Let Me know, si que le da chispa al cap.

Toma tu 🧁
Arianne_Sweet
brillitok
DeriannysVielma3
keillyhernamdez
laurastyle25
MartbalSans
Good_GirUwU
BrithneyMazo9
duamivieja
Camii_Anahii
j0c3lyn24
JeanFigueroa_03
kthv_e
zzzzzaaaaaaazazazza
XXXJK1997
Winnter_Joon
PaulaIbarra987
kim__Hari__
AlexaAvila025
rubynni
NoonadeTae
RominaGarca492
Malia1569
Nikki7095
jeniferhoseok
NenethGS
payamame
NetMg5
brillitok
adlinahy_7
Malia1569
_chimchim737
aleat_m
Eve_Never
isabelgutierrezgatic
jilary78910
DeriannysVielma3
Arianne_Sweet
jilary78910
keillyhernamdez
laurastyle25
LuceritoHernandezPer
Michelag_
SofiaUnzain2

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro