Capítulo Quince
Kim Taehyung
Sensaciones nuevas.
El jueves, a las seis de la mañana, paso a recogerla por su casa para ir al aeropuerto y sonrío al ver su cara cuando montamos en mi jet privado.
¡Le impresiona!
Durante un rato observo cómo YoungMin toca todos los botones que ve en el avión, y tengo que hacer esfuerzos para no sonreír al sentirla emocionada como una niña.
Al llegar a Cheju, un coche nos recoge en el aeropuerto de El Prat y nos lleva hasta el bonito y moderno hotel Arts.
Una vez que subimos a la última planta, nos derivan a dos preciosas suites y, al verla tan emocionada, dejo que vaya sola a su habitación. El trato era que cada uno tuviera su propio espacio, y así ha de ser.
Tan pronto como entro en mi suite, salgo a la terraza y observo el bonito mar azul.
La mujer que está en la suite de al lado ha pasado de ser la señorita Lee a ser YoungMin y, en ocasiones, solo mi Min.
Cuanto más tiempo estamos juntos, más la busco, y eso me sorprende, no sólo por lo cómodo que me siento a su lado, sino también porque mientras estoy con ella mis ojos no se posan en ninguna otra mujer.
Estoy pensando en ello cuando recibo varios mensajes de mi madre y de mi hermana. Sin dudarlo, llamó a mi madre primero y, tras hablar con ella y saber que DaeHyun ha vuelto a hacer una de las suyas, cuelgo y suspiro. Mi sobrino no parece querer aprender.
Miro el reloj.
Quiero saber qué está haciendo YoungMin, pero no deseo invadir su espacio personal, así que cojo el teléfono y la llamó.
—¿Qué tal tu suite?
Ella está encantada, y digo:
—Dentro de media hora te espero en recepción. No olvides los documentos.
Cuelgo y decido darme una ducha rápida. La necesito.
Veintiocho minutos después, ya estoy en recepción. Allí, me encuentro con Amanda Fisher, una ejecutiva rubia que trabaja para Müller desde hace tiempo que conocí en California y con la que he jugado en ocasiones.
La saludo, y estoy hablando con ella cuando aparece YoungMin y digo en inglés:
—Amanda, ella es mi secretaria, la señorita Lee.
Ambas se miran, y prosigo:
—Señorita Lee, la señorita Fisher ha venido desde California. Estará unos días con nosotros. Amanda es la encargada de ver si podemos suministrar nuestros medicamentos de Corea en el Reino Unido.
En ese instante, un hombre se acerca a nosotros y nos indica que nos espera el
vehículo. Sin tiempo que perder, las dos mujeres y yo nos encaminamos hacia la enorme limusina negra.
Una vez en el interior, con la complicidad que hace años que tenemos, Amanda y yo hablamos y reímos, mientras con el rabillo del ojo observo que YoungMin mira por la
ventanilla algo molesta.
Al llegar a las oficinas centrales en Cheju, el jefe de la delegación, Lim Suho, sale a recibirnos. Veo que se alegra mucho al ver a YoungMin. ¿Habrá algo entre ellos?. Luego, ella entra en la sala de juntas con la secretaría de él mientras yo saludo al resto de los presentes que nos esperan para la reunión. Después de hacer las presentaciones pertinentes, pasamos todos a la sala y tomó asiento presidiendo la mesa.
Abro mi ordenador y da comienzo la reunión.
Al cabo del rato, aburrido, miro a YoungMin, que está muy atenta a todo lo que se dice, pero la noto seria y decido enviarle un email.
De: Kim Taehyung
Fecha: 5 de julio de 2012, 10.38 horas
Para: Lee YoungMin
Asunto: Tu boca
Querida señorita Lee:
¿Le ocurre algo? Su boca la delata.
PS. Es usted la mujer más sexi de la reunión.
Kim Taehyung.
En cuanto le doy a «Enviar», la miro y evitó sonreír al ver cómo sus ojos se abren al leerlo. Luego la observó teclear y, pronto, yo recibo:
De: Lee YoungMin
Fecha: 5 de julio de 2012, 10.39 horas
Para: Kim Taehyung
Asunto: Estoy trabajando
Estimado señor Kim:
Le agradecería que me dejara trabajar.
Lee YoungMin.
Me hace gracia leer eso, y respondo:
De: Kim Taehyung
Fecha: 5 de julio de 2012, 10.41 horas
Para: Lee YoungMin
Asunto: ¿Enfadada?
Sus palabras me desconcentran; ¿está enfadada por algo?
PS. Ese traje le sienta fenomenal.
Kim Taehyung.
Lo envío y vuelvo a observarla con disimulo. Cuando lo lee, veo que se mueve incómoda en su silla y no contesta. Eso me inquieta, y vuelvo a teclear:
De: Kim Taehyung
Fecha: 5 de julio de 2012, 10.46 horas
Para: Lee YoungMin
Asunto: Usted decide
Le advierto, señorita Lee, que, si no contesta a mi correo en cinco minutos, pararé la reunión.
PS. ¡Lleva tanga bajo la falda!
Kim Taehyung.
Evitando sonreír, envío el email y veo que ella abre unos ojos como platos al leerlo.
¡Es exquisita!
Sonríe.
Me reta con la mirada. No cree que pueda hacer algo así y, cuando entiendo que no tiene intención de contestar, olvidándome de lo profesional que soy siempre en el trabajo, digo, mirando mi ordenador:
—Señores, acabo de recibir un correo que he de responder de inmediato. Un contratiempo, les pido disculpas por ello. —Me levanto y añado—: ¿Serían todos tan amables de dejarnos a solas unos minutos a mi secretaria y a mí? Y, por favor, por nada del mundo quiero que nos interrumpan. Ella los avisará cuando hayamos acabado.
A continuación, todos se ponen en pie y se marchan mientras yo siento los ojos
sorprendidos de YoungMin sobre mí.
Amanda, que es la última en salir, dice mirándome:
—Estaré fuera.
Una vez que nos quedamos ella y yo solos, el uno frente al otro, cierro mi portátil, me acomodo en mi silla y, mirando a Min, que no me quita ojo, le pido:
—Señorita Lee, venga aquí.
Con rapidez, ella se levanta, se acerca y, bajando la voz, cuchichea:
—Pero... pero ¿cómo has podido hacerlo?
Levanto una ceja. Yo hago lo que quiero en todo momento.
—Te he dado cinco minutos —respondo.
—Pero...
—La reunión la has parado tú —declaro.
—¡¿Yo?!
Satisfecho, cojo su mano y tiro de ella. La coloco entre mis piernas para que se
siente en la mesa y, cuando veo que mira a su alrededor, murmuro:
—La habitación no tiene cámaras, pero no está insonorizada. Si gritas, todos sabrán lo que ocurre.
Veo que me mira con incredulidad y siento una necesidad imperiosa de besarla, por lo que me acerco a ella, saco la lengua, la paseo por su labio superior, después por el inferior y, tras un dulce mordisquito, YoungMin abre la boca y la beso. La devoró. Me la
como.
Excitado, me levanto y, mientras continúo besándola, la tumbó sobre la mesa y le subo la falda. Mis manos ascienden presurosas por sus muslos y, cuando llego al tanga, se lo quito y murmuro:
—Mmmm... Me alegra saber que llevas tanga.
Su ardor me dice lo entregada que está y, cuando abre las piernas para mí, pregunto:
—¿Llevas en el bolso lo que te dije que debías llevar siempre?
Su gesto se descompone y, a continuación, susurra con un mohín:
—Me lo he dejado en el hotel.
Con mimo y deseo, le acaricio la cara interna de los muslos mientras la incorporo y, dejándola tan excitada como estoy yo, murmuro:
—Lo siento, pequeña. Estoy seguro de que la próxima vez no lo olvidarás.
Al ver cómo me mira, le doy un azotito en el trasero cuando la retiro de la mesa y, mirándola con seriedad, le reprocho:
—Señorita Lee, debemos continuar con la reunión. Y, por favor, no vuelva a interrumpirla.
Su expresión me indica que no le gusta lo que acaba de oír, y matizo:
—En cuanto terminemos, te quiero desnuda en el hotel. De momento, me quedo con tu tanga. Esta tanga esta descamisada y en revisión -río.
YoungMin maldice, protesta por su tanga, pero finalmente se encamina hacia la puerta y la abre.
Un minuto después, la reunión continúa.
Que puedo decir, soy una cosa barbara, soy Kim Taehyung.
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