Un mes después

El viento era fuerte, se sentía demasiado frío y hacía que mi piel se erizara desde las puntas de mis pies hasta la última hebra de mi cabello. Y sí, ahí estaba yo, sentada en la punta de un acantilado mirando hacia el mar, pensando en lo que había ocurrido y cómo eso había hecho toda mi vida en un desastre.

Ya ha pasado un mes desde que lo perdí, pero se siente como si hubiera sido ayer. No mentiré diciendo que me la he pasado llorando, quizá los primeros días lo hice, luego simplemente me hundí en mi soledad, no hablaba con nadie, ignoraba a mis padres, mi familia, a todos.

Cualquiera podría decir que ya era tiempo de salir adelante, que ya había pasado lo peor y que debería estar agradecida por estar con vida, pero me es imposible hacerme a la idea de que él ya no está, había planeado todo mi futuro a su lado, y ahora no tengo nada.

Mi cuerpo actúa por sí solo, y en menos de lo que pienso estoy de pie mirando hacia abajo, pensando en lo patética que es mi vida ahora, ¿Qué sentido tiene estar viva si me siento muerta por dentro?

Tomo una profunda respiración y no lo pienso más, solo me dejo ir. Mientras caía al vacío sólo lo veía a él, su sonrisa, su manera de halagarme, la manera en la que se me pidió ser su esposa, momentos juntos, sonrisas, llantos...

En el momento en que caí, se sintió como agujas punzando mi cuerpo, ardía, y sé que era por lo helada que estaba el agua, a medida que pasaban los segundos mi cuerpo se quedaba sin oxígeno y en mis últimos suspiros por búsqueda de este solo pensé en las palabras de Nick.

Y en un abrir y cerrar de ojos pierdo el conocimiento...

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Un año después.

Termino de delinear mis ojos y justo escucho que tocan la puerta, corro a terminar de aplicarme mi labial, tomo mi celular y me doy un último vistazo en el espejo.

Quien podría decir que una persona puede cambiar tanto en un año, al mírame al espejo solo puedo recordar el día en que intente terminar con mi vida como una cobarde.

Los acontecimientos de ese día son borrosos por la falta de oxígeno en mi cuerpo, pero puedo tener presente que la razón de que aun esté con vida son las últimas palabras de Nick, esas palabras fueron las que me ayudaron a luchar por mi vida y no darme por vencida. Desde ese día prometí no llorar más, y seguir adelante.

Pero eso sí, ya no habrá lugar para el amor en mi corazón, y sí, ¿sé que suena cliché no? La chica que perdió al amor de su vida y decide no enamorarse más, sin embargo, para mi significa más que eso, significa dejar atrás a la chica débil e ingenua, que creía que todo era un cuento de hadas y darle paso a alguien totalmente diferente.

-Eres una ingrata Ámbar, estuve tocando la puerta por un buen tiempo, ¿Qué hacías? - palabras que sólo podrían ser dichas por Alessia, una de mis mejores amigas.

-Relájate castaña, sólo terminaba de arreglarme, ¿Dónde están Kitza y Shanik? - le digo mientras le tiro las llaves del auto y voy saliendo de la habitación.

-Están esperando en el club, ¿apúrate quieres? Tengo antojo de hombre griego hoy- me dice mientras suelta una risita picarona.

-Yo sólo quiero emborracharme y bailar hasta el cansancio- digo mientras bajo las escaleras.

-Tus deseos son órdenes guapa- sonríe y me da una nalgada, suelto una carcajada mientras nos dirigimos a mi auto.

Dios si no la conociera a la perfección diría que es lesbiana y trata de conquistarme, pero esta chica siempre ha sido así, ya estoy acostumbrada a sus locuras.

Subimos al auto y nos dirigimos al club en medio de risas y malas entonaciones de las canciones que pasan por la radio.

-Nena ese vestido que traes puesto te queda sexy, estás qué ardes- me halaga Alessia mientras estacionó el auto y retoco mi labial antes de salir de este.

No voy a negar que me veo bien, escogí un vestido color vino tinto, corto con un gran escote que hace resaltar mis pechos sin llegar a ser vulgar, me siento bien con mi cuerpo, este último año me dediqué a cuidarlo, la rutina era muy buena y me ayudó a distraerme trayéndome muy buenos resultados.

-No te quedas atrás linda, hoy por ti cae más de un dios griego- le digo mientras la reparo y es que mis palabras no le hacen justicia, ya que ella trae un corto vestido negro y una chaqueta marrón encima de este dándole un look sexy y sofisticado.

Nos encaminamos a la entrada del club, buscamos a nuestras amigas y las encontramos sentadas en una mesa coqueteando con dos hombres.

Sonreímos y mientras caminamos a su mesa Alessia me va contando que su hermano estará en el club pero que no estaría con nosotras ya que estaba con unos socios.

Llegamos a la mesa, saludamos a nuestras amigas y pedimos nuestras bebidas.

- ¡Oh perras esa es nuestra canción! -nos grita Kitza mientras nos jala a la pista de baile.

Todas nos dirigimos a la pista de baile y nos empezamos a mover al ritmo de side to side de Ariana Grande y es que desde que conocí a estas chicas en la universidad siempre que salimos a divertirnos nos disfrutamos esta canción al máximo, es nuestro himno.

Seguimos bailando varias canciones más, una hora después me dirijo a la barra, le pido al bar tender un White lady, mientras espero por este paso la vista por todo el club deteniéndome donde están mis amigas bailando y bebiendo, no puedo evitar sonreír ya que gracias a ellas he podido salir adelante y siempre puedo disfrutar sobretodo en esta última semana de vacaciones en Santorini. El barman me da mi bebida, la recibo y me voy a la pista de baile.

En el transcurso de la noche siento la mirada de alguien en mí, pero trato de buscar de donde proviene sin embargo me es imposible ya que el club está rebosante de tanta gente, así que evitó pensar en eso y sigo disfrutando de lo que queda de la noche, entre bailes, risas, bebidas y hermosos hombres griegos. 

Esperamos y les gustara el capitulo. Voten y comenten.