Capítulo 3: Hipócrita
Había una sola cosa la cual Tristan consideraba más molesta que el simple hecho de existir: cambiarse de escuela.
Nunca fue un fanático de los cambios, ninguno en absoluto, aunque esta vez tuvo la ventaja de que, antes de que siquiera pusiera un pie dentro del edificio escolar, más de un estudiante ya sabía quién era. Fue un poco divertido ser consciente de todas las miradas que acaparó en camino hacia el que sería su casillero; disfrutó de los murmullos y las miradas de reojo poco disimuladas. Tristan estaba un poco sediento de atención, era su estado natural, después de crecer en un entorno familiar tan expuesto, se acostumbró a tener atención sin necesidad de pedirla, alimentó un poco más al monstruo que tenía por ego.
Estaba ingresando el último dígito de la clave en el pequeño candado cuando un chico de rasgos asiáticos se detuvo a su lado con una sonrisa. Tristan le dirigió una mirada interrogante y la sonrisa del chico se hizo todavía más grande.
"¡Hola! Eres Tristan Hemsley, ¿verdad?" cuando Tristan solo asintió, el chico continuó: "Mi nombre es Paul Khang y soy el presidente de la clase B de último año"
Tristan recordó que hace diez minutos, cuando estuvo en la dirección recogiendo su horario, la secretaria le informó que el presidente de su clase lo buscaría para acompañarlo a su primera clase del día, así que puso a trabajar su culo sociable y devolvió la sonrisa.
"El director me contó de ti, muchas gracias por ofrecerte. Mi escuela en Ginebra era tres veces más pequeña"
Paul Khang se rió levemente y hubo algo en la forma en la que sus ojos se hicieron todavía más pequeños que hizo que Tristan se sintiera enternecido.
"No te vayas a confiar mucho, este lugar es enorme pero nos mantienen tan vigilados que parece una habitación de dos metros cuadrados" Paul soltó un suspiro, pasándose la mano por el cabello para apartárselo del rostro "Es un poco sofocante"
"Me doy cuenta, no había ni puesto un pie fuera del auto cuando ya todos estaban mirándome como si trajera mierda de pájaro en la cabeza" Tristan terminó de abrir su casillero y empezó a poner dentro los libros que ya traían sus brazos dormidos "Me sentí como en una comedia adolescente de Netflix"
"Si, tu ingreso ha sido la noticia de último momento desde hace una semana" Paul recostó su espalda contra el casillero de al lado "Tu papá tiene bastantes admiradores en esta escuela"
Tristan soltó un bufido "Fue algo parecido en mi anterior escuela"
"Además de eso..." cuando Paul no continuó su hablar, Tristan le dirigió una mirada y lo encontró ya viéndolo de vuelta "También es por el hijo de Michael Peirce"
Tristan esperó que en su rostro no se viera reflejada la sorpresa que en realidad lo embargó al escuchar las palabras de Paul, pero su mente rápidamente conectó los hilos; esta era la escuela más prestigiosa de toda la ciudad, por lo que Tristan escuchó de su padre, más de un hijo de alguna celebridad, algún millonario y de una que otra figura política asistía a esta misma escuela.
Aun así, para estar seguro de no estar malentendiendo a Paul, inquirió: "¿El hijo de Peirce asiste a esta escuela?"
Su compañero, en vez de responder, solo inclinó su cabeza hacia lado, logrando que la mirada de Tristan se moviera más allá de Paul, hasta el final del pasillo y se encontrara de frente con la respuesta a su pregunta.
Brandon Peirce no lucía diferente a la noche del sábado en aquel evento ridículo en el cual se lo encontró por segunda vez; su cabello estaba cuidadosamente peinado, la corbata del uniforme bien amarrada alrededor de su cuello y el blázer del uniforme abrochado correctamente en cada uno de sus botones. Todavía era increíble pensar en que este apropiado y pulcro adolescente fue el mismo de la noche de la discoteca. Era más que increíble, era jodidamente cómico.
"Ya hay un par de rumores sobre ustedes dos" Paul volvió a hablar, esta vez manteniendo su tono de voz más discreto "Debido al historial de sus padres y eso..."
La mirada de Tristan no se apartó de Peirce ni un solo segundo, prestando atención a cada expresión en su rostro mientras escuchaba a una castaña que iba colgada de su brazo, quien le parecía algo conocida a Tristan. Venían caminando tranquilamente en su dirección y cuando Tristan vio a Peirce sonreír abiertamente por algo que dijo la castaña, guardó ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón y se recostó contra su casillero.
"Aun así, no entiendo porqué la gente cree que ustedes dos tendrán problemas" añadió Paul a su lado como si nada, parecía inconsciente de su propio comportamiento "Los hijos no tienen nada que ver con los asuntos de sus padres, ¿no es así?"
Una sonrisa burlona se deslizó sobre sus labios "Paul Khang, será mejor que lo creas" no le dio tiempo a su compañero para responder debido a que Peirce finalmente estuvo lo suficientemente cerca para que pudiera decirle: "Brandon Peirce" llamó en voz alta, logrando que se detuviera justo en frente suyo y, cuando sus miradas se encontraron, Tristan notó con gracia que el contrario se tensaba inmediatamente.
Su mirada verde se quedó dos segundos en su rostro antes de que la apartara y diera un paso adelante, con clara intención de ignorarlo, pero Tristan fue más rápido.
Abandonó su postura relajada contra su casillero y dio exactamente dos pasos al frente hasta que interrumpió el camino del contrario, sobresaltándolo y obligándolo a retroceder de nuevo. Para estas alturas ya habían unos cuantas personas observando y escuchando con poco interés en disimular.
Peirce, echando una rápida mirada a su alrededor, también se dio cuenta, por lo que, fingiendo una sonrisa amable, encontró su mirada de nuevo y dijo: "Hemsley, no sabía que te inscribiste a nuestra escuela"
El pequeño mentiroso sabía fingir a la perfección, se dio cuenta Tristan, esa sonrisa salió con tanta naturalidad que él mismo se la hubiese creído si no hubiera recibido nada más que hostilidad de su parte dos días atrás.
"Oh..." Tristan hizo un medio puchero, atrayendo la mirada del contrario a su boca "Pero Paul me estaba diciendo que mi matrícula es una grata noticia desde hace una semana"
Peirce apartó su mirada de su boca de manera tan tosca que Tristan sintió ganas de reírse. Levantó su mirada verde hasta que ambos se miraron a los ojos y le volvió a sonreír: "No estoy realmente al tanto de los chismes escolares"
No estaban realmente tan cerca, pero Tristan todavía podía oler levemente la suave esencia de Peirce, lo que trajo de vuelta a su mente la noche en que pudo disfrutarla más de cerca, hasta que se mezcló son la suya propia. No era como si el contrario pudiera leerle la mente, pero seguramente se dio cuenta de algo en su mirada porque tragó saliva y dio un paso atrás.
"De todas formas, voy justo a tiempo para mi clase" dijo mientras observaba sus pulcros zapatos negros "Andando, Margot" Peirce lo esquivó y emprendió camino.
La chica castaña que se mantenía de pie justo detrás de él, intentó seguirlo, pero Tristan se atravesó en su camino, haciéndola detenerse abruptamente.
"¿Nos hemos visto antes?" preguntó, su mirada arrastrándose por sus facciones "Tu rostro se me hace conocido"
La chica, Margot aparentemente, le sonrió abiertamente "No lo creo" dijo simple antes de también esquivar su cuerpo y seguir con su camino.
Tristan empujó la punta de su lengua contra su mejilla, dándose cuenta de las miradas curiosas que estaban capturando en medio del pasillo. Se dio media vuelta y dijo en voz todavía más alta: "De todas formas, ¿en qué clase vas, Peirce?"
Tristan pensó que sería ignorado pero, para su sorpresa, Peirce realmente se detuvo unos cuantos pasos más allá, se dio media vuelta y, manteniendo la misma expresión amigable, respondió: "Clase A, último año"
"Es una lástima" respondió él de inmediato "Me hubiese gustado poder encontrarnos más seguido"
Entonces, la sonrisa de Peirce realmente se transformó en una mueca burlona cuando respondió: "Me gustaría decir que habrá otra oportunidad, pero la realidad es que... No la habrá en absoluto"
Por alguna extraña razón, Tristan tuvo el presentimiento de que no estaba precisamente hablando de compartir clase, por lo que una pequeña carcajada se le escapó antes de que pudiera contenerla. Esa pequeña mierda.
La punta de su lengua acarició de nuevo el interior de su mejilla cuando recorrió con su mirada el cuerpo de Peirce "No estés tan seguro, la vida suele dar muchas vueltas"
Peirce se quedó mirándolo con su expresión pétrea y Tristan enarcó ambas cejas. El contrario soltó un suspiro "Ten un buen primer día" y luego se dio media vuelta, tomando a su amiga de la muñeca para seguir ambos con su camino.
Tristan se quedó observándolos hasta que ambos giraron al final del pasillo.
"No sabía que ustedes dos se conocían" Paul apareció de nuevo junto a él.
Le respondió con su mirada clavada en el piso: "No lo hacemos"
"¿Qué opinas de él?"
Brandon apartó su mirada de su libro de francés y la clavó en la pantalla del teléfono de Margot, analizando la fotografía en el perfil de Tinder "¿No es un poco mayor?"
Margot retiró el teléfono de su rostro y suspiró con pesadumbre "Si son mayores significa que serán menos idiotas cuando les diga"
El corazón de Brandon se le encogió en el pecho.
Margot tenía solo un poco más de experiencia amorosa que él mismo, pero absolutamente todas sus oportunidades habían sido tan desastrosas que Brandon tuvo que estar presente más de una vez, brindándole un abrazo y palabras de aliento. Los hombres podían ser realmente crueles con las chicas transgénero.
"¿Por qué tienen que gustarte los hombres?" preguntó, sus labios frunciéndose juntos "Las mujeres son mejores"
Maggie dejó su teléfono sobre la mesa con una suave risa "A ti igual te gustan los hombres"
"Sí pero yo también soy uno, merezco esa desgracia"
"Amo a las chicas" respondió Margot, apoyando sus codos sobre la mesa y acunando su rostro en sus manos "Pero no logro verme en una relación romántica con alguna"
Brandon la imitó "Por dos"
Tenían clase de Gimnasia, pero aparentemente la esposa del entrenador dio a luz esa mañana, así que por ahora tenían la hora libre. La mayoría de sus compañeros estaban jugando tenis, baloncesto, fútbol o simplemente pasando el rato en el área de descanso, pero Margot y él estaban disfrutando del cálido ambiente en el patio trasero, sentados en una mesa que estaba ubicada justo debajo de la sombra de un frondoso árbol. Era su mesa favorita.
"Donnie" llamó suavemente Margot y Brandon dirigió su mirada hacia ella "Con respecto a Hemsley..."
Brandon soltó un alto quejido, dejando caer su cabeza contra la madera de la mesa "Ni siquiera me lo recuerdes"
Escuchó la suave risa de su mejor amiga "No, en serio, ¿qué harás ahora?"
Brandon levantó su cabeza de vuelta, suspirando con pesadez. Todavía le parecía una pesadilla, hace dos días estaba seguro de que su situación con Tristan Hemsley no podía ser peor, pero—como era habitual—la vida le recordó que él no era quien decidiría eso.
"No voy a hacer nada, simplemente lo evitaré por el resto del año escolar"
"Mmm..." Margot tarareó, enredando un mechón de cabello entre sus dedos "Eso va a ser difícil, aparece en cada situación, es realmente muy raro que no haya resultado en nuestra misma clase"
Realmente lo fue, de hecho, Brandon no quedó tranquilo hasta que revisó el listado de estudiantes de su clase y no vio a Hemsley en ningún lado, la vida le sonrió por primera vez en nunca. A este paso, iba a desarrollar un trauma.
"Aun así, creo que debería mostrarme amable con él" razonó con pesar.
Margot lo observó mordiéndose el labio inferior "Tristemente, deberías. Aunque es muy cruel de su parte que quiera meterte a ti en todo el asunto entre su papá y el tuyo"
Lo era, fue injusto y cruel. Brandon no tenía absolutamente nada que ver con las jugarretas políticas de Michael, hace bastante tiempo que empezó a ignorar completamente cualquier estrategia que su padre usara para ganar votantes, más por su propia tranquilidad mental que por otra cosa; no tenía permitido opinar sobre los asuntos de su papá, le quedó muy claro apenas a sus doce años de edad, y no fue bonito aprenderlo.
"Todavía es un poco triste, ¿sabes?" murmuró Brandon, su mirada cayó hasta sus manos, las cuales estaban apoyadas sobre la mesa "Fue la única persona que me atrajo de verdad y ahora..." su voz cayó hasta que simplemente no pudo completar la frase.
Entrelazó sus dedos, sintiendo el sentimiento de pesadez asentarse en su pecho. No se había permitido mucho pensar sobre esto durante el fin de semana, lo puso de mal humor sentirse tan estúpidamente dolido. Incluso si Tristan no hubiese sido el hijo de Robert Hemsley, era ridículo pensar en algo más allá, Brandon no podía gustar de otro hombre. Nunca.
Fue gracioso de alguna manera, que salió ese fin de semana, usó la ropa que realmente quiso y viajó hasta el otro extremo de la ciudad, todo para sentir un poco de libertad, pero solo terminó estrellándose contra su dura realidad una vez más. Era Brandon Peirce, incluso algo tan banal como conocer a un desconocido atractivo se lo recordó.
Margot alcanzó su mano sobre la mesa y la estrechó entre la suya, su bonito rostro estaba contraído en una mueca de lástima "Solo aguanta un poco más, Donnie, nos largaremos de aquí y dejaremos toda tu reprimida y aburrida vida atrás"
Brandon le sonrió un poco, su mirada clavándose esta vez sobre la superficie de madera de la mesa. No quería arruinar los intentos por animarlo de su mejor amiga, porque, aunque pronto podría huir de esta ciudad y dejar todo atrás, había algo de lo cual nunca podría escapar: la desaprobación de su padre cuando se enterara de su verdadera orientación sexual.
Tristan decidió que le gustaba su nueva escuela, para cuando terminó la jornada escolar, ya conocía a absolutamente toda su clase y tenía a todos sus compañeros registrados en su teléfono, además de eso, mañana tendría la posibilidad de unirse a las prácticas del equipo de baloncesto escolar, y si lo consideraban lo suficientemente bueno, entraría al equipo de inmediato.
Tristan solía ser parte del equipo de baloncesto en Ginebra, varios de sus entrenadores a lo largo de su niñez y adolescencia le habían hecho saber que tenía el suficiente potencial para pensar en el deporte como algo más que un hobby. Sin embargo, Tristan aún no lo decidía, pero tampoco se agobiaba al respecto, era joven y estaba centrado en vivir su vida tan despreocupado como fuese posible.
Ahora estaba saliendo del edificio escolar, la jornada había terminado y por fin podría volver a casa. Paul y Cameron, este último siendo otro compañero de su clase que pertenecía al equipo de baloncesto, venían junto a él.
"Entonces..." Paul abrió su mochila para entregarle un folder de color verde oscuro, Tristan lo tomó en seguida "Apuntes de Física, Francés y Arte" indicó "Nunca le presto mis apuntes a nadie, así que, por favor, cuídalos o te rompo una rodilla"
"Paul es el niño del lettering" Cameron comentó con burla y Paul lo fulminó con su mirada.
"Me gusta entender lo que escribo" respondió el asiático.
Cameron rodó los ojos "Da igual, voy a estudiar medicina"
Tristan abrió el folder y echó un vistazo a los apuntes, silbó "Son los apuntes más bonitos que vi en mi vida. Yo hacía las letras en las carteleras de exposición, pero ahora me siento humillado"
"Gracias" respondió Paul.
Sus dos compañeros continuaron hablando pero Tristan ya no prestó atención, su mirada se dirigió hasta el otro lado de la entrada principal, donde Peirce caminaba revisando algo en su teléfono celular. Parecía demasiado distraído para darse cuenta, pero Tristan notó que más de un estudiante lo observaba de reojo. Tristan empezó a creer que tal vez era porque, bueno, Peirce estaba lejos de ser feo, pero después de ver a un grupo de chicas murmurarse entre ellas y reírse, lo comprendió.
"Peirce no tiene muchos fanáticos aquí, ¿verdad?" inquirió en voz alta, interrumpiendo la charla que Paul y Cameron mantenían sin él. Aun así, su mirada seguía al otro lado de la entrada.
"Mmmm..."
Cuando ninguno de los dos respondió, Tristan llevó su mirada hacia ellos de vuelta, Paul parecía cohibido.
"¿Qué?" preguntó Tristan.
"Es un idiota" respondió Cameron simplemente, encogiéndose de hombros "No es el más amado por su papá, pero él mismo tampoco ayuda mucho"
"No seas tan duro, Cameron" Paul lo reprendió con su ceño fruncido "No debe ser fácil para él"
Cameron bufó y su mirada se arrastró hacia Tristan "La última vez que alguien se acercó a pedirle una cita, terminó expulsado"
Las cejas de Tristan subieron "¿En verdad?"
"No puedes asegurar que fue por eso que expulsaron a Daniel" dijo Paul, su mirada también se arrastró hasta Peirce "También tenía más de un llamado de atención por fumar marihuana en el baño"
Cameron rodó los ojos "Su mamá era parte del consejo estudiantil, era prácticamente imposible que lo expulsaran por eso, le traía mucho dinero a la escuela"
"Aun así" Paul volvió su mirada hacia ellos "Esa fue la razón que quedó registrada su expulsión"
"Si, claro, porque 'resulta que Brandon Peirce es un imbécil homofóbico al igual que su padre' no era muy prudente"
¿Un imbécil homofóbico? Si Tristan no fuese Tristan lo hubiera creído totalmente, pero poseyendo el conocimiento que poseía—que el hijo de Michael Peirce no era exactamente heterosexual, a no ser que tuviera un hermano gemelo malvado al cual Tristan le había comido toda la boca en el rincón oscuro de esa discoteca—se permitía el beneficio de la duda. A no ser que Peirce fuera una de esas personas homosexuales y homofóbicas al mismo tiempo, como ese tiktok de Stingy de Lazy Town.
"Vamos, Cam, no es justo que lo juzgues por su padre" Paul le dio un pequeño empujón al hombro de Cameron "Ninguno de nosotros elegimos de quién nacer"
"Paul, ¿has visto las atrocidades que dice Michael Peirce en el senado? ¿Cómo puedes siquiera pensar que alguien que ha crecido con semejante asno como único ejemplo de vida, sería diferente?"
"Aun así" Tristan intervino esta vez, llamando la atención de ambos, miró a Cameron directamente cuando dijo: "No es justo que lo juzgues por el imbécil de su papá, a mi mamá le gusta la pizza con piña y tampoco me gustaría ser juzgado por tener una mamá así"
Su comentario relajó un poco la discusión entre sus dos compañeros, pero, cuando Tristan observó por última vez a Peirce antes de que se subiera a una camioneta negra—probablemente la de su chófer—no pudo evitar sentirse un poco hipócrita.
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tarde pero seguro jiji, nos leemos el otro viernes. xoxo
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