Capítulo 1: Mala suerte
Brandon observó atentamente su reflejo en el espejo, intentando decidir si debería aplicarse más cera para el pelo, determinado a lucir tan pulcro como le fuera posible y así evitar que su padre encontrara la más pequeña falla para reprocharle. Terminó aplicándose más producto y peinándose una última vez, hasta que su pelo parecía tan tieso como el cadáver de su abuela. Se volvió a acomodar la corbata negra atada en su cuello, aunque ya estaba lo suficientemente recta, y se abotonó el blázer, asegurándose de que esta vez sí eliminó en su totalidad las dos millones de etiquetas que comúnmente traían los trajes que le compraba su papá.
Volvió a prestar atención a su reflejo y, aunque toda su apariencia le pareció lo suficientemente ordenada, no pudo evitar que su semblante cambiara a uno abatido; ¿por qué Michael estaba tan obsesionado con los trajes de color gris? Brandon no recordaba ni una sola vez en la que su padre hubiese utilizado un traje de otro color, a excepción del funeral de su—ya anteriormente mencionada—difunta abuela. Michael siempre usaba exactamente el mismo tipo de trajes en el exactamente mismo tono de gris, si no fuera su papá y él mismo ya hubiera visto su deprimente armario, pensaría que se trataba del mismo traje durante más de una década.
Su propia apariencia en ese momento era toda tan... Aburrida.
No le gustaba lo opaca que se veía su comúnmente brillante mirada verde y lo traslúcida que su piel, ya lo suficientemente pálida, lucía. Cada día de su vida se arrepentía de aquel fin de semana cuando cumplió catorce años, cuando lo único que pidió como regalo fue libertad para elegir su traje de cumpleañero. La expresión totalmente horrorizada de Michael todavía lo hacía reír entre dientes.
Ok, siendo justos, el traje que eligió esa vez fue horrible, diez veces más horrible que el que estaba usando actualmente. Pero aun así, no podía evitar sentirse aburrido, irrelevante, básico, feo...
Reprimido.
Ese era exactamente el estado en el que Brandon Peirce vivía desde que empezó a tener uso de la razón. Estaba reprimido en más de un sentido, tanto así, que ya hace mucho tiempo que empezó a dejar de necesitar que su padre le pusiera límites y empezó a trazárselos él mismo.
Demasiado colorido.
Demasiado extravagante.
Demasiado delicado.
Demasiado poco "masculino".
Brandon lo entendió a sus quince años de edad: si te gusta y te hace sentir lo suficientemente cómodo y feliz, es un rotundo no.
Fue injusto, él estaba seguro de que todos esos ricos con los que se iba a tener que obligar a convivir durante esa noche, estaban en sus casas, arreglándose, poniéndose bonitos colores y brillos para resaltar sobre el resto cuando las fotografías fueran tomadas. Mientras que él estaba allí, en su desabrida habitación con su aun más desabrida apariencia, sufriendo en silencio porque, en primer lugar; no quería ir a tal evento, y en segundo lugar; ni siquiera podía vestirse como él realmente quería. Nunca podía hacerlo, a no ser que ordenara ropa desde tiendas virtuales, tomara prestada la tarjeta de Margot—porque su padre obviamente supervisaba la suya—, diera la dirección de la casa de Margot y luego trajera las prendas hasta su casa escondidas en su mochila de la escuela.
Para cualquier otra persona parecería ridículo, pero para Brandon esa era su realidad.
Observó la hora en el reloj colgante a un lado del espejo y soltó un suspiro, caminando hasta el baño para rebuscar entre sus productos de cuidado personal el costoso perfume que Michael le había conseguido la Navidad pasada. Después de rebuscar durante unos cuantos segundos dentro del cajón, finalmente lo encontró y lo tomó entre sus manos. Cuando se enderezó, algo brillante color plata y al fondo del cajón llamó su atención.
Lo tomó entre sus manos y, cuando se dio cuenta de lo que era, se sonrojó furiosamente.
Jesucristo, había pasado una semana entera pero Brandon seguía avergonzándose como la primera vez.
Era un anillo de plata, simple y sin ningún diseño en particular, pero tenerlo entre sus dedos de vuelta hizo que el estómago de Brandon se revolviera agradablemente.
Había olvidado por completo la existencia de tal objeto después de—estratégicamente—haberlo escondido entre sus productos de cuidado personal cuando, el domingo después de esa noche, su papá lo había sorprendido en su habitación después de que tomó una ducha, informándole que asistirían juntos a algún taller social para vecindarios de bajos recursos. Brandon casi tuvo un ataque al corazón, escondiendo el anillo al fondo del cajón y tirándose a sí mismo la toalla por la cabeza cuando salió del baño y fingió secarse el pelo mientras cubría el chupetón en el lado izquierdo de su cuello.
El recuerdo lo llevó a apartar la mirada del anillo y llevarla hasta su cuello, giró un poco el rostro para descubrir el lado izquierdo de su cuello y observó minuciosamente, pero no había ningún indicio a la vista del potente moretón que aún no terminaba de desaparecer, el cuello de su camisa era lo suficientemente alto. El anillo se lo había dado la misma persona que le chupó el cuello como si fuera un vampiro, a manera de recuerdo.
A Brandon todavía le costaba mantener sus emociones bajo control cuando recordaba, su cerebro lo suficientemente terco para traer de vuelta todas y cada una de las memorias de manera tan vívida, que sintió que volvió a tener catorce años de edad, cuando lo único que tenía era su imaginación porque Michael supervisaba continuamente, a través de su compañía telefónica, las cosas que buscaba y veía en línea. Los padres de Margot no fueron mucho más liberales con el tema, así que la primera vez que Brandon vio unos genitales que no fueran los suyos, fue a los dieciséis años, junto a su mejor amiga y en la biblioteca de la escuela.
Sin embargo, la primera vez que tocó unos genitales que no fueron los suyos, fue esa noche de sábado, con un completo desconocido, quien tenía una apariencia lo suficientemente buena para que Brandon se sintiera atraído por primera vez en su vida. Pero no solo fue su apariencia la que lo afectó, fue la forma en la que se dirigió a él, la forma en que apretó sus cuerpos juntos y susurró halagos contra el borde de su oreja, su aroma, el tono bajo de su voz, la sensación de los piercings en sus orejas contra la sensible piel de su cuello, el roce de sus labios y el toque de sus manos sobre la fina capa de la ropa. Brandon había sido lo suficientemente reservado durante toda su vida para no tener más experiencia que un par de besos con distintas compañeras de su clase durante viajes escolares, nunca entendiendo el revuelo por el sexo que las personas de su edad experimentaban, pero luego de casi haber caído de rodillas frente a un completo desconocido y en un rincón oscuro de algún bar de mala muerte, finalmente lo comprendió.
Todavía sentía su rostro en llamas cuando escuchó el potente llamado de su padre venir desde la sala de estar. Se apresuró a rociarse un poco de perfume y devolver el anillo a su lugar, colocándose su abrigo y centrado en calmar el sonrojo sobre sus mejillas, abandonó su habitación para encontrarse con su padre.
Michael no miró en su dirección dos veces, por fortuna, simplemente dijo con su habitual voz severa y carente de amabilidad: "Vamos diez minutos tarde"
Su padre llevaba un traje gris muy similar al suyo, mientras mantenía su pelo castaño, cubierto por un par de canas, peinado hacia atrás. Su rostro pétreo y su mirada intensa clavada al frente, como era habitual. A Brandon le llevó años poder adoptar un comportamiento lo suficientemente similar por cada vez que tuvo que acompañar a su papá a eventos como el de esta noche; el cumpleaños de la esposa de algún empresario influyente en la ciudad, quien tenía suficiente poder para poder mover algunos hilos y proporcionarle más de un voto a Michael. Brandon no tenía idea de si su padre estaba envuelto en algún tipo de corrupción y, honestamente, no quería ni saberlo, su vida ya era lo suficientemente miserable.
Saludó cortésmente al chófer cuando se subieron a la elegante camioneta negra y se dedicó a observar por la ventana durante todo el viaje, escuchando con poco interés como Michael le repetía lo que él mismo ya se sabía de memoria; lo que debía responder por si alguien llegaba a inquirirle sobre la vida política o personal de su papá. Al parecer, había sido suficiente cuando, a sus trece años, comunicó públicamente y frente a la cámara de un periodista el divorcio de sus padres, quienes se habían estado esforzando en ocultarlo de la opinión pública. En su defensa, era un niño de trece años que había consumido toneladas de golosinas y tres copas de helado de chocolate, habría peleado con un leopardo si tan solo alguien se lo pedía.
Llegaron al evento más pronto de lo que Brandon pensó que el tráfico nocturno de la ciudad les permitiría, y su padre fue el primero en bajar de la camioneta, seguido por Brandon quien agradeció con un asentimiento al mayordomo que les sostuvo la puerta del auto. Había un par de reporteros, Brandon supuso que Michael hizo la subestimación del año al decirle que sería un 'simple cumpleaños', por la forma en que tuvo que enderezar su espalda y controlar su expresión cuando las luces de las cámaras se enfocaron en su papá y él.
Brandon solía pensar en su padre como un encantador de serpientes, desde que tiene memoria, siempre fue testigo en primera fila del don innato que tenía para manejar a la prensa. No fueron muchas veces, afortunadamente, apenas dos o tres más que el anuncio de su divorcio, sin embargo, había una sola razón por la que su padre no tenía muchos fanáticos; era extremadamente bueno escondiendo su mierda y manteniendo a todos como fieles creyentes de su fachada del político perfecto. Básicamente, era tan perfecto que enfurecía a decenas de personas.
Fue agotador, fue agotador para Brandon vivir de esa manera, siempre pensando dos veces en cualquier cosa que hiciera o dijera, nada en su vida pudo nunca importar más que mantener su imagen del hijo perfecto de Michael Peirce. Siempre fue Peirce antes que Brandon.
Volvió a prestar atención a su alrededor cuando casi choca contra la espalda de su papá, quien se había detenido un momento para charlar con uno de los reporteros. Rápidamente, el resto de ellos se acercaron y Brandon fue partícipe, una vez más, de su papá envolviendo a todos alrededor de su dedo meñique, él mismo simplemente dedicándose a pararse junto a él y sonreír con la boca cerrada cada vez que alguna cámara lo enfocaba.
Brandon lo supo antes de verlo, su papá todavía estaba riéndose sobre alguna broma que hizo uno de los reporteros cuando otro de ellos dijo: "Oh, ¡la familia Hemsley está aquí también!"
Michael simplemente mantuvo su atención en la charla trivial con el reportero, pero ahora había cierta tensión en su expresión.
Brandon siempre pensó que la rivalidad entre su padre y Robert Hemsley era más bien una exageración por parte de la prensa, algo sobre hacer la política lo suficientemente interesante para vender mejor sus respectivas campañas electorales; lo mencionó una sola vez durante toda su vida, pero Michael se puso tan tenso que Brandon casi se sintió con un pie fuera de su casa.
Comúnmente, Brandon solo ignoraba la existencia del matrimonio Hemsley, pero esta vez, estando a dos segundos de hacerlo, su mirada se topó con una cabellera rizada que bajó del asiento del conductor y que no reconoció como la de Robert Hemsley. Empezó a creer que tal vez se trataba de su conductor, pero cuando la esposa de Robert, Leslie Hemsley, se acercó para tomar su mano y ambos se dieron la vuelta, Brandon sintió que todo el aire abandonaba sus pulmones como si un gigante lo hubiera pateado en el estómago.
Observó un segundo más, girando su cuerpo justo a tiempo para que la mirada de ninguno de los dos encontrara su rostro.
"¡Senador Hemsley!" escuchó los sonidos de los flashes a sus espaldas "¡Vemos que su hijo por fin volvió del extranjero!"
Su hijo.
Brandon apenas encontró su voz para comunicarle a su padre, sin darse la vuelta, que lo esperaría adentro.
Sentía el latido de su corazón contra sus oídos mientras daba largas zancadas para atravesar la entrada de la lujosa mansión, sus piernas temblaron ligeramente cuando subió los escalones de la entrada. Se tuvo que aclarar la garganta para poder preguntarle a uno de los meseros por la ubicación del baño, una vez recibió las indicaciones, casi corrió escaleras arriba, todavía cuidando de no irse de bruces contra los escalones. En el camino ignoró a un par de personas, entre ellas Olive Collins, a quien ya estaba acostumbrado que lo siguiera como un patito en cada evento importante que asistía, pero en ese momento no tenía la voluntad para lidiar con nadie.
Después de lo que pareció una eternidad, finalmente encontró el baño y cerró la puerta con llave detrás suyo. Se recostó contra el lavabo y se pasó las manos por el rostro.
¿Cuánto era posible que la vida lo odiara como para que el tipo que vio bajando del auto de los Hemsley en realidad fuera su hijo?
Sacó su teléfono celular del bolsillo de su abrigo y tomó una respiración profunda antes de entrar a Google, tipeó con dedos temblorosos 'hijo de Robert Hemsley'. Para su sorpresa, lo primero que salió fue una cuenta de Instagram, así que no dudó en entrar de inmediato, leyendo el nombre en primera plana: Tristan Hemsley. Sintió que la sangre abandonó su rostro cuando empezó a desplazarse por el feed de la cuenta.
Era él.
Era el tipo de la discoteca.
El tipo de la discoteca con el que se manoseó en un rincón oscuro.
Se dejó caer hasta sentarse en el piso del baño, observando el perfil y leyendo el nombre una y otra vez; tenía una maldita verificación, además de un jodido millón de seguidores.
Brandon cerró el navegador y marcó rápidamente el número de Margot, desatándose el nudo de la corbata mientras esperaba que le respondieran.
"Santa y colorida mierda, Brandon" fue lo primero que Margot dijo al atender su llamada.
"Necesito que busques a Tristan Hemsley en Instagram y me digas que nunca en tu vida lo has visto, que no-"
"Donnie..." Margot lo interrumpió, parecía conmocionada "Le comiste toda la boca, y algo más, al hijo de Robert Hemsley"
"Jodido Jesucristo, no puede ser verdad" su mirada se clavó sobre el mármol de la encimera, tratando de entender la situación, su cerebro en estado de shock.
"Aun así, ¿no es increíble que me llamaste justo ahora que me enteré porque estoy viendo las noticias?" Margot se rió entre dientes "Nuestra conexión es insana, realmente debemos ser almas gemelas"
Brandon empezó riendo, la carcajada escalando desde su pecho hasta sus labios, pero en medio de ella, realmente comenzó a llorar. Joder, ¿cómo era posible tener tan mala suerte? Brandon fue cuidadoso y reservado durante toda su maldita vida, ¿cómo era posible que, de todos los hombres en el mundo, hubiera terminado liándose con el hijo de Robert Hemsley? ¿Qué tan baja era la probabilidad de que algo así sucediera?
Y de todos modos, ¿qué mierda hacía Tristan Hemsley aquí esta noche? Había una sola razón por la que Brandon nunca en su vida había conocido al hijo del rival político de su papá, y esa era que siempre había estado ocupado estudiando en el extranjero. ¿Por qué volvió de repente?
"Margot, ¿cómo es siquiera posible? ¿Él de entre todos los jóvenes de mi edad?" Brandon aventó su corbata sobre el mármol del lavamanos, activó la opción de altavoz y se pasó las manos por el rostro "¿Cuánto me debe odiar la vida?"
"Cálmate, no tienes porqué volver a verlo y, si confiamos lo suficiente, nunca verá tu rostro en las noticias ni sabrá quién eres" Margot hizo una pausa breve, como si estuviera pensando en algo "¡Oh! ¡Incluso puede que hubiera bebido lo suficiente para no recordar tu rostro! Dijiste que su boca sabía a ese delicioso cóctel de-"
"No lo entiendes" la interrumpió de inmediato, descubriendo su rostro "Él está aquí"
El otro lado de la línea se quedó en silencio durante unos segundos.
"Por Dios, Donnie, nunca en la vida me volveré a quejar de mi mala suerte"
"¿Qué voy a hacer si me recuerda? ¿Qué voy a hacer si deciden usar esto contra la campaña de papá?" las lágrimas inundaron sus ojos de vuelta, el miedo enroscándose en la boca de su estómago. Estaría terminado, su padre nunca se lo perdonaría.
"Solo sal de ahí, dile a Michael que no te sientes bien. ¿Quieres que vaya por ti?"
Brandon abrió la boca para responder, pero se vio interrumpido por el golpeteo en la puerta del baño.
"¿Brandon? ¿Estás ahí?"
Tristan estaba a dos segundos de desmayarse por el aburrimiento.
Observó lánguidamente el restante de su champaña en el fondo de la copa y suspiró. Arrastró su mirada sobre la elegante y amplia recepción, analizando con poco interés a los ricos socializar. Fue una muy mala idea acompañar a sus padres esta noche, este cumpleaños era tan emocionante como una olimpiada de matemáticas.
"Parece que estás viviendo el mejor momento de tu vida" su mamá apareció junto a él, sus labios pintados de rojo estirados en una sonrisa burlona "Cuidado, cualquiera podría pensar que realmente te estás divirtiendo"
Tristan bufó "¿Por qué los ricos son tan aburridos?" preguntó, estirando su brazo para acomodar un mechón de cabello rizado que se escapó del recogido de su mamá "Ya va a ser media noche y nadie ha hecho el ridículo todavía"
Leslie se rió entre dientes "Casi comienzan las campañas electorales, nadie puede permitirse tener un escándalo. Mira..." su mamá señaló disimuladamente con la barbilla hacia el frente. Tristan llevó su mirada hasta el otro extremo de la habitación, encontrándose con un anciano vestido pulcramente con un traje color azul oscuro y una mujer, muchas décadas más joven, enganchada a su brazo "Christopher Johnson" explicó Leslie, manteniendo su tono bajo y discreto "Esa mujer es su nueva novia, leí en línea que todavía está en la universidad"
Los ojos de Tristan casi se salen de su rostro cuando devolvió la mirada hacia su mamá "Pero, ¿no tiene Johnson como setenta años?"
"Setenta y tres. Trae una nueva jovencita a cada evento pero, esta vez, no está presumiéndola como si fuera un trofeo. No puede permitirse hacerlo, es uno de los mejores aliados de Michael Peirce"
"Ah, Michael Peirce..." Tristan bebió el último trago de su champaña, dejando la copa sobre la bandeja que sostenía uno de los mayordomos cuando pasó junto a ellos "¿Dónde está ese viejo amargado, de todos modos? ¿No se supone que debería estar aquí lamiendo culos para obtener sus preciados votos?"
"No lo sé, tampoco lo he visto en toda la noche"
Tristan tarareó, jugueteando con el anillo de plata en su dedo índice "¿No mencionaste una vez que tiene un hijo de mi edad?" Giró la cabeza en dirección a su madre cuando ésta no respondió y la encontró mirándolo de vuelta con los labios fruncidos.
"No" respondió Leslie simplemente.
Tristan se rió "¿Qué? Solo estoy preguntando"
"No preguntes por el hijo de Peirce y borra de tu cabeza cualquier idea retorcida. Tu papá dejó ese juego hace años"
"Pero el viejo Peirce nos debe una, su última jugarreta no fue bonita"
La mirada azul de su madre se encontró con la suya "Es un tema superado"
Tristan bufó "Son igual de aburridos que el resto de estos ricos"
Su mamá despeinó levemente sus rizos mientras negaba con la cabeza. Tristan le mostró su lengua, ganándose un pellizco en uno de sus bíceps que lo hizo saltar sobre su lugar, abrió su boca para quejarse pero alguien lo interrumpió.
"Leslie Hemsley"
Ambos Hemsley volvieron su atención a Michael Peirce, quien estaba de pie justo frente a ellos, una tensión reunida en su postura y una sonrisa tan hipócrita que Tristan se sintió personalmente ofendido. Aún así, su mamá sonrió tan amable como siempre y asintió en dirección al viejo Peirce.
"Michael, hace bastante tiempo que no teníamos el placer de encontrarnos"
Peirce estuvo de acuerdo, escondiendo sus manos dentro los bolsillos del pantalón de su traje "Veo que tu hijo ha vuelto" la mirada grisácea y fría como un tempano de hielo pronto estuvo sobre él.
Tristan se esforzó tanto por sonreír que sus mejillas dolieron, extendió su mano hacia Peirce "Tristan Hemsley" se presentó.
Trató de no retirar su mano muy pronto cuando Michael la apretó "Michael Peirce, es un placer conocerte al fin, muchacho"
Tristan solo se limitó a asentir.
En su camino a apartar la mirada del viejo Peirce, se encontró con un rostro conocido al otro lado de la habitación que logró que la respiración se le atascara en la garganta. Dejó de prestar atención a lo que su mamá y Peirce estaban hablando, su atención ahora deslumbrada totalmente por el chico viniendo desde el otro lado de la recepción; su mirada estaba en cualquier otra parte que no fuera al frente y su postura parecía tensa pero al mismo tiempo lo suficientemente confiada.
Tristan estaba consciente de que estaba mirando, aun más cuando el chico se acercó hasta ellos, deteniéndose junto a Michael Peirce y extendiendo su mano hacia su madre, una sonrisa amable sobre sus gruesos labios.
"Creo que nunca tuve la oportunidad de presentarles a mi hijo, Brandon" Michael dio un asentimiento hacia el chico "Brandon, ella es Leslie Hemsley y su hijo, Tristan"
Cuando sus miradas se encontraron, fue solo durante un segundo, el hijo de Peirce sonriendo apenas en su dirección, pero fue suficiente para que Tristan se diera cuenta; pudo notar su manzana de Adán moviéndose cuando tragó saliva, la tensión alrededor de sus hombros aumentando.
Los siguientes dos minutos, se los paso observando fijamente a Brandon, casi con obsesión, hasta que el chico se disculpó y se despidió de los tres con una ligera reverencia. Tristan lo vio abandonar la habitación tan rápido como vino.
Se quedó mirando el umbral por donde el contrario había desaparecido, una sonrisa deslizándose lentamente por sus labios.
"Discúlpenme" dijo antes de emprender camino.
Tal vez su mamá no le estaba prestando la suficiente atención, porque no fue detenido en ningún momento.
Desató el nudo de su corbata, quitándosela del cuello y guardándola en uno de sus bolsillos. Caminó lentamente hacia el mismo lugar por el que había desaparecido el hijo de Peirce, desabrochando los dos primeros botones de su camisa mientras su sonrisa se agrandaba.
"Bueno, esto es interesante..." dijo para sí mismo.
•••
así que finalmente está aquí les traigo a mi nueva bebé, espero que me digan si les gustó porque estoy insegura. :(
nunca he tenido horario de actualización, pero moralidad será actualizada todos los viernes en las horas de la noche (7:00 u 8:00 PM en hora de colombia). ¡muchas gracias por leer y por seguir aquí conmigo!
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