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Capítulo 2

Esperó todo ese tiempo con paciencia al lado de la gema menor. Después de poder estabilizarla y curarla, habían pasado días desde que Moonstone no volvió a salir de su gema. Permanecía siempre a su lado, preocupado, culpándose de todo. Siempre pensó en que decirle la verdad quizá sería lo más adecuado, pero no quería que Dipper conociese esa parte de la historia, donde descubría que en realidad los de su raza eran sádicos que por muchos años fueron tiranos. No quería eso. No si ni él estaba seguro de la procedencia de Moonstone.

Nuevamente, se quedó sentado al lado de la gema de azul, tan preciosa como siempre, junto con el polvo en una venda puesto sobre la inestable gema. Estaba asustado. No quería perder a ese chico, no a quien había sido su compañero, no dejándolo en la soledad durante todo este tiempo, la pequeña y adorable gema que había criado como suya, ese niño... que tanto amaba.

Su color lentamente se tornaba azul, bajando la mirada. Le gustaría no pensar que las últimas palabras que dedicó al chico hayan sido regaños.

Lentamente, sus ojos fueron decayendo, cada vez más, evidenciando su tristeza en esa noche de luna llena. Sin darse cuenta, esa misma luz bañaba a la gema joven, haciéndola destellar, para finalmente hacer aparecer a Dipper, con una nueva vestimenta, pero la misma apariencia. Moonstone se miró a sí mismo, inspeccionándose, como si no se reconociera, y después encontró en el borde de la cama en que dormía a Bill, con esa extraña apariencia por la cual se preocupó. Tocó suavemente su brazo, y este le miró al borde de las lágrimas.

—Dipper... —murmuró el diamante, abrazándole con fuerza, contacto que fue correspondido por la Moonstone que tenía la sensación de recién despertar.

—¿Pasó algo, Bill? ¿Cuánto tiempo he dormido? —preguntó el de azul, viendo como el color del diamante volvía a la normalidad.

—Has dormido semanas, Pinetree. —le respondió, revolviéndole los cabellos. Dipper bufó ante el apodo que su padre le había puesto, todo por su mala costumbre de curiosear y el aroma que se había impregnado en él. Repentinamente, Bill volvió a tornarse azul —Perdóname... Pen-pensé... que ocultarte todo estaría bien... No debías saber nada de eso.

Dipper le observó y pese a que no podía resistir el estar enojado, tenía que admitir que nada hubiese pasado de él no seguirlo, no soportaba ver a Bill así. Acarició la mejilla del diamante, haciéndole alzar la mirada y le abrazó con fuerza, separándose solo para plantarle un inexperto beso en los labios, que él había leído era una muestra de cariño humana.

Los tonos de Bill de pronto cambiaron a ser rosados, separándose con la boca cubierta un poco desentendido. Ante la confusión, Dipper le sonrió avergonzado.

—¿No debí? Se supone que es una muestra de afecto... —dijo el de azul, desviando un poco la mirada. Se sentía confundido, los libros no solían mentirle.

—Es... Claro que sí, Dipper, no te preocupes... Me tomó por sorpresa —expresó el rubio, ya vuelto a la normalidad admirándose de la inocencia del pequeño. Claro que era una muestra de afecto, pero entre parejas. Ya se tomaría el tiempo de enseñarle bien esos afectos al chico, aún no pensaba con claridad respecto a eso.

Era la primera vez en mucho tiempo que sentía los labios de alguien sobre los suyos, y oh, se sentía increíblemente bien. Especialmente viniendo de esa tierna y adorable gema, pero no podía aprovecharse de esa inocencia para satisfacerse, no si era Dipper.

—Bien, te traeré otras vendas, para mantener tu gema estable un poco más. —el diamante se colocó de pie, pero antes de poder abandonar la habitación, Dipper le jaló hacía sí y nuevamente le besó los labios.

—Lo siento —se disculpó, aunque realmente lo había hecho con intención. Se sentía demasiado bien como para querer dejar de experimentar esa sensación desconocida. —Gracias por todo, Bill.

Este asintió ruborizado, con el ojo al centro de su pecho entrecerrándose desapareciendo rápidamente de la habitación. Si antes había pensado que esto no era adecuado, ahora realmente no le importaba si lo era o no, quería más de eso, más de ese dulce placer experimentado por un simple beso. Estaba consciente de que el otro era una gema joven y no era lo mejor utilizarlo, pero no podía más con las ganas de sentir de cerca a otro alguien, de tener ese contacto en el que rozaban sus "pieles".

No aguantó más.

Cambió de dirección rápidamente, devolviéndose a la habitación de Dipper.



Los rayos de sol que pegaron a su rostro le incomodaron y despertaron. Se desorientó al ver que no era su habitación, más aún, cuando volteó a ver y encontrarse con que en su lado dormía Dipper, desnudo al igual que él. Pasó saliva con dificultad, no pudiéndose creer lo que en realidad había pasado. ¡No podía estar pasando! Y recordaba perfectamente lo sucedido por la noche, no podía olvidarlo, no cuando quería más de eso, pero no.

El azulado despertó, removiéndose ante tanto nerviosismo del diamante a su lado. Bill tenía una mirada aterrada, mientras Dipper le saludó con un tierno beso en los labios.

—Sinceramente, supongo que esperaba que algún día sucediera esto... —murmuró el Moonstone colocándose de pie, su preciosa desnudez dándose una encantadora vista a Bill, quién no comprendió del todo. —No te preocupes, papá, no has hecho algo que yo no quisiera.

Bill finalmente colapsó, volviendo a esconderse entre las cobijas sin saber que decirle al otro. Estaba claro que lo amaba, de eso no había duda, pero no creía llegar a tener una relación con el que había criado como su hijo. ¡Es decir, lo consideraba como tal, aunque no lo fuese! ¡No era correcto! Oh técnicamente lo era, pero bien, esto no tenía sentido.

—Esto es estúpido. —apretó su cabeza, decepcionado de sí mismo. Dipper le destapó, dejando al descubierto su cuerpo con el ojo en medio de su pecho, que el menor besó delicadamente para después pasar a sus labios.

—Bill... —Moonstone le llamó la atención —¿Tú... me quieres? ¿O solo fue necesidad? —Dipper se sentía inseguro. Él sabía que las gemas tenían cierta época en la que el placer era más tentativo en ellas, pero no quería recibir esa respuesta, no cuando para él, Bill era más que la gema que le cuidó. Era de hecho, a quién amaba.

Toda inseguridad del diamante se fue al escuchar que el de azul le decía eso con tanto dolor, como si realmente esperase lo peor de aquella respuesta.

—No fue necesidad Dipper. —aclaró rápidamente. Quizá si lo había sido, pero también tenía otro motivo —Yo sí te quiero.

La sonrisa del azulado se extendió rápidamente, colocándose encima del diamante y dejando que su cuerpo descansase en esa posición. Se sentía más feliz de lo normal.



La zona estaba increíblemente fría, haciéndole temblar levemente, aunque su cuerpo se adaptó de inmediato, siguiendo lentamente a Bill Cipher a través de aquellas ruinas bastante extrañas. Estaba perdido, aunque recordaba haber pasado por ahí antes de perder la conciencia. El lugar estaba repleto de grabados que delataban la historia del Homeworld. Historia que Dipper leía perfectamente mientras Bill daba explicaciones extra, sin embargo, y aunque todo ello le causara curiosidad, se dirigió al lugar que realmente le interesaba. Aquel donde estaba su gema grabado, en conjunta de otra contraria.

—¿Qué significa ello, Bill? —preguntó temeroso, mirando su propia figura con la mano entrelazada con la de la otra chica.

El diamante guardó silencio largo rato. Este día había sido agitado, desde que comenzó algo no muy definible con su pequeño Moonstone, este también le había hecho prometer que le enseñaría más de la verdadera historia, y ahí estaban, en el lugar de los recuerdos.

—Eres tú. —dijo este, ciertamente perdido —Con Sunstone. Si tengo que serte sincero, tú gema es ideal como líder, no sé porque estabas aquí hace años, debiste estar en otro lugar, pero no sé de donde procedes, quién te creo o que en verdad tenías que hacer. Yo no sé nada de ti, solo te encontré. —aclaró el diamante —No sabía por qué. Tú gema estaba dañada y al parecer, habías cruzado sistemas solares sin forma física, y te quedaste aquí. En mi recorrido, te encontré cerca de aquí. —señaló ciertas figuras por encima de la de él y la Sunstone.

Dipper asintió con dificultad, sinceramente le costaba asimilar todo. No podía creer su forma de llegar ahí, pero más le exasperaba no saber absolutamente nada más en lo que a él respectaba.

—Soy una gema abandonada. —se decepcionó, dejándose caer al suelo.

—Dipper... —Bill se compadeció, agachándose a su altura para envolverle en sus brazos. —No eres una gema abandonada, estoy yo aquí, cuidándote. Y lo he estado siempre.

Moonstone sonrió ante esa calidez presentada en él que le produjo Bill. Era tierno escuchar palabras así de él, que se preocupase tanto que sintiese la necesidad de hacerle sentir querido. Y así se sentía, mientras estuviese con él.

Pese a todo, y aquellas lagunas mentales que vagaban en su interior, él no recordaba un día en que no lo hubiese pasado con Cipher, puede que le hayan abandonado, y aun así, jamás estuvo del todo solo. No sabía especificar los sentimientos del momento, tan alborotados en su interior, pero asintió finalmente apretándole contra sí, como si este fuera a escapársele.



La diamante miró a su perla y luego al ópalo arrodillado frente a ella. Con lucidez extendió su brazo, con máximo desinterés e indicó con ademán que se retirase. Era aburrido, constante, no había algo más interesante, aunque, quizá era pedir mucho para solo los dos días que llevaba en la Tierra. Sus seguidoras preparaban el lugar en que se instaurarían, y ella, después de milenios, intentaría llevar a cabo una misión incompleta en ese planeta. La muchacha perla que hacía de su sirvienta la sonrió, y ella no hizo más que corresponder el gesto mientras ella y su sierva se retiraban a las habitaciones interiores.

Su grupo de aristócratas le estarían esperando, pero no había nada más importante para ella que pasarla con esa deseable perla que movía elegantemente esas caderas para ella. La Tierra era un lugar aburrido y fácil, no tenía por qué apurarse en nada que hiciese, además, era una roca abandonada por su civilización.

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¡Capítulo 2, al fin! Un momento de inspiración y veo que escribo, por fin he podido, así que aquí está. Espero lo hayan disfrutado, y rápidamente me voy porque tengo más deudas de capítulos ♡

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