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Capítulo 10

La hora no estaba clara, estaba atontado. El cuello dolía. Se había quedado dormido sobre aquella mesa de noche, su mirada estaba fija en la ventana, mostraba un cielo celeste. Sin el sol en el horizonte. Así que estaba seguro que todavía era de mañana. Al ver la hora en la laptop lo confirmo a medias. Ya que estaban por dar las 12 del medio día. Siendo ahora exactamente las 11:26. Había ruido en la cocina, y la conversación que tenía cerca, hizo voltear a la izquierda. Mirando a sus dos amigos; Gunther y Meena. Y al momento, una taza con líquido negro se colocó a un costado.

Rosita. Quién de alguna manera, se convirtió la madre de toda esta familia que habían formado. Colocó un muffin de arándano y una taza de café. Que con solo observar que de ella emanaba un suave y delicado humo blanco, sabría que tenía que tener cuido al tomarlo.

—Buenos días.
   Su voz sonaba cantarina. Mirando al demacrado koala, que parpadeaba rápido para poder despertar. — ¿Noche difícil?.

Pregunto la mujer, observando cómo; Buster comía de pedazo en pedazo el muffin, incluso algunos remojando en aquel líquido negro.

— ¿Se me nota mucho?.

— No mucho en realidad. —riendo. — Podrías dormir, sabes cuál es nuestro trabajo. Quédate a descansar.

— No puedo. — Tomando de la taza. —Tengo que terminar, ya estoy cerca de darle un final.

— No te esfuerces mucho. Déjanos a nosotros, seguro que a todos se nos ocurre un final bueno. Descansa.

— En realidad yo.....

De pronto se escuchó un portazo. Todos los que estaban en el salón principal voltearon a ver, mostrando a un tigre, que estaba con expresión molesta. Mientras se arreglaba la ropa desaliñada que tenía. Este al notar que todos lo miraban, este solo dejo escapar una risa nerviosa. Luego se ajusto la garganta, estaba por decirles algo, pero los gritos de suplica de Jhonny se escuchaban de fondo. —Perdoname, no pensé en lo que decía. — Esto lo único qué provocó, es que el tigre rápidamente saliera del lugar, sin darle tiempo a ponerse los zapatos, ya que los tenía en la mano.

Todos empezaron a hablar en voz baja, pero luego hizo acto de presencia. Un gorila, vistiendo únicamente una camisa de tirante blanca y unos boxers de color rojo. Este al notar que toda su familia se encontraba reunida y seguramente habrían visto al tigre salir. Solo reía. — Hola.... Je,je....

—¿Problemas en el paraíso?. — mencionó un cerdo vestido de traje deportivo amarillo.

— No es lo que parece. Solo hablamos nada más.

— ¿Seguro?. — Una chica con púas solo reía. — Por que parecía que tenía una fiesta es tu habitación.

— ¡Hay dios!.
    Jhonny estaba ahora avergonzado, ocultaba su rostro con las manos. Quería que se lo tragara la tierra, pero las cálidas manos de su amiga elefante, lo guiaron a la cocina.

— Ven te preparo una tostada con mermelada.

— Escuchén. — serio. — Realmente lo siento. Estoy completamente avergonzado.

—Cielo tranquilo.
    Rosita se acercó al gorila. Tomando sus manos y dando suaves palmadas en ellas, tratando de tranquilizar a un gorila que dentro de poco, si alguien no lo calma. Entrara en un estado alterado por la ansiedad. — Eres joven, estás descubriendote. No importa, ahora que saliste del closet. Querrás experimentar cosas. Pero tenemos que tener reglas claras. Esto es un lugar familiar, si quieres tener sexo con otros hombres, vea un motel cariño. Y si necesitas ayuda en la farmacia para comprar lubricante y condones, yo te ayudo.

— Esto... No es necesario. —tragando saliva. — Enserio... — Ahora sintiéndose humillado mientras se tapaba el rostro.

—Yo solo tengo que decir...
   La elefante estaba avergonzada, sus mejillas mostraban cierto color carmesí. Y cada vez que volteaba a ver a Jhonny, solo recordaba lo que se escuchaba. Y con vergüenza tapando su rostro con sus orejas. Colocó el plato con tostadas y un vaso de jugo al lado. — Qué mis audífonos contra el ruido no funcionaron muy bien. Ya que nuestros cuartos están juntos.

— Meena realmente lo siento.
    Jhonny ahora se encontraba en las mismas. Tenía vergüenza de ver a su amiga. Y la constante risa de Ash no ayudaba. Lo que provocaba que se sintiera mucho más culpable de lo que se sentía.

— Bueno. Yo nunca imaginé que a alguien decir: Dime vaquero. En esa clase de contexto.

— ¡Oh dios!. — Ocultando su rostro.

— Esa es la más común. Ja,ja.

Reía a carcajadas, la chica rockera. Provocando que Jhonny saliera de la escena de inmediato, dejando a las chicas reunidas en la mesa. Rosita por su parte se reía de manera tranquila, incluso tratando de ocultar que le había divertido la charla. Mientras que alejados de la cocina. Ghunter tocaba repetidas veces al koala, quién estaba completamente dormido, con la boca abierta.

—Oigan. Algo le sucede al señor Moon. — meniandolo.

— El se encuentra bien.
      Rosita junto con Meena se acercaron. Para ver la escena.

— Está realmente agotado.

— Si. Ha estado trabajando sin dormir otra vez. Así que machaque las pastillas que uso para dormir y se las coloque en el café. Meena, ayúdame a llevarlo a su cuarto.

—Claro.

La chica con delicadeza cargo al pequeño koala. Tomándolo en sus brazos, incluso podrían tomarle una foto. Cosa, que sí hizo Rosita. Parecía una escena renacentista, casi como la virgen María cargando al pequeño bebé mágico. Ambas mujeres dejaron al pequeño en su cama. Cerrando el gran ventanal con la persiana, así bloquear la luz del día.

— Bien. —susurrando. — Hora de irnos a los ensayos.

Las dos chicas, junto con Ash y Ghunter. Caminaron hasta el ascensor. Estaban por cerrar las puertas, pero de golpe apareció Jhonny. Quien riendo y con chaqueta en mano y unos zapatos, este estaba por terminar de vestirse dentro del ascensor. Sin saber, que mientras estos bajaban. Un segundo ascensor subía.

La mirada fija en las puertas doradas, estaba molesto. Ya estando por completo impaciente. El lobo solo gruñía, mencionando insultos en voz baja. Y al momento en que las puertas se abrieron, la sonrisa que había fingido por un momento. Desapareció, el lugar estaba completamente vacío.
   Jimmy miraba con detalle. Y por el poco desorden que había, estaba claro que habían dejado el lugar hace no mucho.

— Bien. Tratemos de investigar un poco.
   Mencionó para si mismo, sacando su celular. Y buscando entre los contactos. Encontró el que buscaba. Siendo esto el de la madre cerdo. Dejándole un mensaje.

"Hola. Buenos días, soy Jimmy Crystal. Estoy tratando de comunicarme con su jefe, Moon. Pero no contesta mis llamadas, si el se ausentaba. Me pasó este número para comunicarme y informarme, para hablar sobre el espectáculo que están armando. Ya tienen en total tres semanas. ¿Cuando estarán listos para empezar con la publicidad?.".

"Mucho gusto en saludarle. El señor Moon por desgracia se encuentra enfermo, pero me dejó todo lo necesario para terminar el espectáculo. No sé preocupe, vera que dentro de pocos días ya estará listo. No le defraudaremos.".

Tras leer aquel mensaje, una sonrisa se formó en el rostro del lobo. Así que guardo su celular en la bolsa de su traje, y lo dejo en el sofá. Así sabría que no sería molestado con el sonido de su celular. Y mientras caminaba por aquel pasillo, este se aflojaba la corbata. Y revisando cuarto por cuarto de manera lenta, así no alertar. Por si alguien se encontrará. Termino encontrando aquella habitación. Mostrando un pequeño bulto que se movía en la cama. Y dejando escapar una suave risa. Dejo la corbata en el pomo de la puerta, y así entrar en la habitación. Dónde lo único que se encucho, fue el seguro de esta.

En esa habitación oscura, la luz del sol se filtraba a través de las persianas entreabiertas, iluminando suavemente la figura adormecida de un koala. Jimmy que observaba, se encontraba al borde de la cama, sus ojos clavados en el rostro sereno de Moon. Un sentimiento de deseo prohibido se apoderaba de el, mientras sus pensamientos se deslizaban por caminos oscuros y seductores.

El hombre dormía profundamente, ajeno a la intensidad de la mirada que lo recorría con avidez. Su pecho subía y bajaba con cada respiración tranquila, y sus rasgos relajados parecían susurrar una invitación tentadora. El hombre sentía su corazón acelerado, el calor de la atracción corriendo por sus venas, pero también sabía que sus deseos debían permanecer en la sombra.

Con una mezcla de anhelo y frustración, el lobo se mordió suavemente el labio inferior, luchando contra el impulso de acercarse y dejarse llevar por la pasión que ardía en su interior. Sabía que cruzar esa línea sería peligroso y complicado, pero la atracción era demasiado fuerte como para ignorarla.

Finalmente, lobo apartó la mirada y dio un paso atrás, respirando profundamente para controlar sus emociones. Sabía que debía resistir la tentación y mantenerse fiel a sus principios. Aunque la lujuria seguía ardiendo en su interior, decidió que era mejor dejar al hombre dormir en paz, sin perturbar su sueño ni su tranquilidad.

Con el corazón pesado, el personaje se alejó sigilosamente de la habitación, dejando atrás la figura seductora que había despertado sus más profundos deseos. Sabía que el camino de la tentación era peligroso, pero también se dio cuenta de los suaves susurros que el koala decía.

~Jimmy.....

Su suave murmullo, hizo click en el corazón del lobo. Quien comenzó a mover la cola, mirando fijamente al koala como una presa, mientras desabrochaba cada botón de su camisa blanca. Y al llegar al último. Dejo al descubierto, su pelaje blanco, y mientras avanzaba, se quitaba los zapatos. Quedandose únicamente en pantalones mientras se adentraba entre las sábanas hasta quedar sobre el koala. —Buster..... Moon. — susurró con deseo el nombre del koala. Y sin perder la oportunidad, sintiendo como el corazón latia a mil por hora. Comenzó a besar el cuello del koala, saboreando cada parte de el. Sin percatarse, que aquel pequeño, comenzaba a abrir los ojos.

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