Capítulo 5: Una junta inesperada con el CEO
CAPÍTULO 5
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UNA JUNTA INESPERADA CON EL CEO
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Ciudad de Seoul, Corea del Sur
Sala de juntas del presidente Kim
[1 mes antes]
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Sin ser informada de la razón por la cual ahora estaba en una enorme y elegante sala de juntas, como la llamaron los hombres que la acompañaban; los nervios, la intriga, la incertidumbre carcomían lo más recóndito de la conciencia de Victoria. No sabía si fue citada allí por una buena razón o por una mala, probablemente sería la segunda opción, ya que más de una vez se había metido en problemas con sus superiores.
Tuvo que viajar por casi 40 minutos en un auto privado de la compañía. Fue trasladada desde su lugar de trabajo sin más explicación que la simple mención de que su presencia era requerida por el CEO.
De no ser por su compañera y amiga, la señora Kang Na Na, nunca habría subido a ese automóvil. Pero no sabía si por no subirse a dicho auto tendría malas consecuencias, solo esperaba ser comprendida por razones lógicas.
Por otro lado, temía perder su trabajo por culpa de la golpiza que le había propinado no tan recientemente al supervisor del departamento al que pertenece. Pues éste nunca hizo caso a sus advertencias de que la dejara en paz, no se cansaba de acosarla y su paciencia llegó al límite el día en que se atrevió a tocarla e intentar besarla a la fuerza.
Ya habían pasado unos días después de aquel incidente, el incumbente fue despedido de inmediato, más, aunque esperaba que a ella le sucediera lo mismo, milagrosamente y por los testimonios de algunas compañeras, aún preservaba su empleo, pese a todo, sentía que estaba siendo vigilada, temía a que solo esperaban a que ella se equivocara.
Esta vez pensó que tal vez no se había librado de su despido como creía. Lo único que se le ocurría en ese momento era que se había metido en un gran embrollo porque quizá el tipo había puesto alguna demanda y estaba siendo citada directamente con CEO porque ella y su conducta inapropiada eran la causante de un gran problema.
Por lo visto la castaña no creyó que no era la única que estaba en problemas y siendo citada por el CEO, pues cuando Kang Na Na y ella llegaron ya había otra mujer esperando, que, al contrario de ella, no estaba para nada nerviosa, sino que más bien parecía ansiosa por cuanto miraba hacia la puerta.
Ella tomó asiento y Kang Na Na hizo lo propio en el asiento contiguo a la castaña, que no hacía más que sacudir su pierna izquierda y comerse la casi inexistente uña de su dedo meñique.
La otra muchacha estiraba tanto su cuello cada dos segundos que parecía que en cualquier momento se quejaría de dolor por causa de una tortícolis.
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Un hombre muy mayor de unos sesenta y tantos años, bien vestido con un traje gris a la medida que hacía juego con su cabellera también gris oscura y peinada hacia atrás, seguido por cuatro hombres vestidos con trajes oscuros casi iguales, unos portando carpetas otros con las manos vacías. Tanto meneo le hizo pensar a Victoria que realmente estaba en problemas.
El anciano se movía con elegante e inalterable quietud, aflojó los botones de su chaqueta y luego se sentó cómodamente en el mullido mueble que estaba presidiendo hacia el frente de los demás asientos del salón. Esto lo hacía parecer casi como si se tratara de la realeza.
Victoria agachó la mirada porque creía que le estaba mirando muy fijamente, más del tiempo que ella misma se tenía permitido mirar a un hombre, cosa que en ella es poco usual, porque cuando del sexo masculino se trata ella siempre desvía la mirada de cualquiera sin darle mucha relevancia, ya que no tendría nada de qué perderse. Pero ese señor irradiaba un algo que a diferencia de los demás no le resultaba tan repelente.
Agradeció a Kang Na Na cuando sujetó la mano con la que ella se estaba frotando la parte frontal de su muslo, y este acto hizo que ella reparara en ello, pues no estaba consciente de que lo estaba haciendo.
—Damas, antes de presentarme, les quiero ofrecer mis disculpas por hacerlas venir aquí de forma tan precipitada, descuida y torpe. Por favor, espero que no malinterpreten esta súbita citación —la voz del CEO era suave, armoniosa y agradable.
Una risita nerviosa salió de la muchacha rubia que casi dejaba ver, a través de sus muy cortos pantalones, los cachetes de sus nalgas según la forma en que cruzaba sus blancas y bien cuidadas piernas.
—Descuide, por mí no es necesario ni que se presente, ni mucho menos que se disculpe, presidente Kim —su voz algo chillona tenía un tono innecesariamente alto, y la risita que no dejaba de salirle la hacía verdaderamente molesta.
Victoria se preguntaba si para los demás presentes era tan molesto como lo era para ella. Sus palabras también le resultaban un intento de adulación ridículo y absurdo.
—¿A sí?, señorita...
—Park Di Ryu, señor presidente. A sus órdenes —la rubia se pone de pie para hacer una profunda reverencia de casi 90 grados.
El CEO deja salir una leve y lenta risa de condescendencia, que a victoria le parecía un acto mecánico y carente de sinceridad.
—Entonces usted debe Ser... —el CEO se queda esperando a que victoria termine la frase, presentándose a sí misma ante él.
Si Kang Na na no le hubiese pegado un codazo hubiera dejado extender el silencio que reinó en la sala hasta que alguien más decidiera hablar, pues ella no estaba mirando directamente hacia él y por tanto no se daba por enterada de que esperaba por ella.
Un murmullo proveniente de la rubia hizo eco en sus oídos con demasiada claridad. "¿Cómo puede ser tan mal educada?" La oxigenada le empezaba a caer mal.
—Perdón. Luna, señor, Luna Victoria —se disculpa y se presenta como cree que es debido, enderezándose en su asiento.
La señorita Park se remueve en su sillón y se gira hacia ella para mirarle directamente con el rostro marcado con una mueca que hacía ver su rostro bastante distorsionado.
—¿Es en serio? ¿Quién te crees para tomarte al presidente como una broma?
Victoria respingó con incomodidad y cuando se giró hacia la rubia para enfrentarla, se detuvo en el acto antes de si quiera abrir su boca debido al ligero carraspeo que el CEO estaba emitiendo en ese momento.
—Qué interesante, pero no es propio de dos señoritas empezar con la reunión cuando aún faltamos personas por presentarnos. ¿No es verdad, señora...?
La mirada del presidente pasaba de la señorita Park a Victoria mientras hablaba, sin embargo, cuando quedó a propósito en suspenso por tercera vez su mirada quedó fija en la acompañante de Victoria.
—Kang Na Na, señor, y por supuesto que le doy toda la razón.
Otro murmullo de la señorita Park no se hizo esperar, esta vez siendo a propósito con más claridad que el anterior.
—Al menos ella sí tiene educación.
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El Ceo se presentó debidamente con sus invitadas e inmediatamente, siendo directo, habló parcialmente de la situación de la compañía con relación al problema que en esos momentos están afrontando en el residencial de lujo Seol Forest Trimage.
Contando con la total atención de sus invitadas y después de haber resumido el problema, les explicó claramente que como la policía había informado que ya no podían permanecer vigilando todo el tiempo, porque durante las cuatro semanas que estuvieron atendiendo el caso no hubo ningún atentado, dejaron de lado el asunto por falta de un acusado y obviamente de nuevas denuncias. Ellos sugirieron que debían hacerse cargo y que no dudarían en atender su llamada en caso de que surgiera algún caso real, por lo tanto, en la compañía se había decidido que debían tomar medidas internas para por lo menos tratar de reducir los posibles casos futuros.
Se aceptó por votaciones de los accionistas e inversionistas la propuesta de usar al menos un conejillo de indias para poder identificar al o a los sospechosos. Para esto, se realizó una reunión y se ha planeado una estrategia simple: se debía elegir a al menos a una empleada confiable para que se prestara para el cometido.
Para encontrar a la persona más adecuada se realizó una encuesta a los gerentes de los departamentos de mantenimiento y limpieza de todos los residenciales, ya que sus subordinados son los empleados que tienen mayor acceso a todos los lugares.
De todos los residenciales hubo una empleada con una puntuación que superaba las expectativas. Era tranquila, casi no hablaba, era muy trabajadora, puntual, eficiente y colaboradora con todos sus compañeros, que, además, fue criada en el extranjero encima de todo también se podía decir que era bien agraciada.
Esta persona hizo que despidieran a un empleado que hacía mucho tiempo estaba haciendo abuso de poder con sus subordinados, hasta el día que le tocó recibir una paliza y poco tiempo después el despido cuando se metió con la empleada equivocada.
También hubo otra persona que sacó muy buena calificación, esta persona se caracteriza por su fidelidad a la empresa que la ha contratado, también es joven y atractiva. Gracias a que ella es muy observadora, además de ser leal, se descubrió que otra empleada llevaba mucho tiempo robando en grandes cantidades los bienes materiales del lugar de trabajo. Ella la delató y propuso que se le tendiera una trampa para atraparla en flagrante delito, como dice el dicho, con las manos en la masa.
La rubia mira por encima de su hombro hacia Victoria con sumo menosprecio y luego continúa prestándole atención al CEO.
—Esa soy yo, señor —aclara con su voz aguda y un poco subida de tono, aplaudiéndose suavemente a sí misma mientras sonreía con altanería.
El CEO le mira y asiente con amabilidad y luego mira hacia Kang Na Na, quien había pegado un leve saltito en su asiento y llevado una de sus manos hasta su pecho porque se había asustado ligeramente debido a la repentina intervención de la rubia.
—Esa es la razón por la que ustedes dos han sido citadas aquí, señoritas —acota el presidente señalando a Victoria y luego a la señorita Park.
La castaña nunca miraba a las personas del sexo opuesto por mucho tiempo, sin embargo, mientras escuchaba con atención todo lo que se supone que debía escuchar, casi todo el tiempo, mantuvo sus ojos fijos en el señor Kim. Pero ella no se había percatado de esto.
—Espero que tengan bien claro que todo lo que les acabo de decir es información completamente confidencial y por ningún motivo o circunstancia ningún detalle debe filtrarse o salir de esta sala.
Victoria ya estaba viendo venir que no saldría nada bueno con esta apresurada reunión.
—Claro, por mí no hay problema, yo soy como una tumba. No sé estas dos. Espere, usted dijo que solo ha citado a dos, ¿Por qué hay tres de nosotras? —la rubia reparó en el detalle y luego de exponer su inquietud torcía la boca con disgusto mirando a Kang Na Na.
El mayor dejó salir otra de sus características risas mecánicas.
—Buena observación, señorita Park, pero me temo que yo no tengo la respuesta más exacta para su pregunta —respondió él a la par que su cabeza asentía de forma aprobatoria y luego desviaba su mirada expectante hacia Victoria.
El silencio hizo eco en la gran sala y todos los ojos se posaron en ella, ya que parecía que el CEO esperaba que ella agregara algún comentario.
—Yo creo que eso no es lo importante aquí, si Nana no fuera bienvenida, simplemente la hubieran hecho esperar afuera antes de comenzar con esto —acotó. En sus ojos una mirada un tanto desafiante que se dirigía hacia la rubia—, pero ni siquiera tuvieron la cordialidad de preguntarle —escupió victoria con voz grave a la par que pasaba su mirada de la señorita Park hacia el señor Kim cambiando su expresión a un semblante serio y con los ojos entrecerrados, antes de volver a girarse hacia la chica que estaba a su lado para dirigirse a ella nueva vez.
—Así es que te pido que, por favor, no vuelvas a mirarla de ese modo, ella no ha hecho nada indebido.
La rubia pone los ojos en blanco y luego voltea a ver al presidente, ignorando totalmente a Victoria.
—No hará falta que pregunte, señor, sé que yo soy la más apta y me ofrezco para el trabajo. ¿Cuáles son los beneficios?
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El Sr. Kim había puesto sobre la mesa la oferta y los beneficios a nivel económico que le facilitaría a la persona que aceptara su propuesta, agregó algunos más tratando de que esto llamara la atención de Victoria, quien después de escuchar la propuesta final, muy por el contrario de la señorita Park, no había dado ninguna señal de mostrarse interesada.
—Me gustaría escuchar a la señorita Luna —El CEO ya no podía ocultar más su creciente interés en la joven de carácter peculiar—. ¿Qué piensa usted al respecto?, ¿aceptará mi oferta?
No solo el presidente, sino que también la señorita Park y Kang Na Na miraban expectantes hacia la castaña.
A victoria le parecía conveniente en demasía el hecho de que la rubia estuviera más que interesada en aceptar un trato. Sin ningún pudor se mostraba ansiosa por aceptar gustosamente el papel de la conejilla de indias.
En cambio, en lo que a ella respecta, siempre ha estado en sus planes vivir una vida simple y mantener su bajo perfil, aceptar aquella oferta suponía cambiar detalles importantes de su vida diaria, como el hacerse notar y peor aún, como poco debía exigirse el tratar de llamar la atención, esto implicaría un cambio drástico para ella, y exponerse voluntariamente a hombres pervertidos era más de lo que creía que podía sobrellevar, algo de lo que durante toda su vida siempre estuvo muy lejos de desear.
¿Cómo iba a llamar la atención de algún hombre si ni siquiera era capaz de mirar a alguno fijamente por más de unos segundos?
—Señor Kim, sin ánimos de parecer grosera, me parece que está más que claro que ya tiene a su candidata —aduce con irrefutable calma.
La señora Kang deja salir un largo suspiro, como si de repente hubiese liberado el aire que había retenido por bastante tiempo.
—Menos mal, creí que ibas a decir que no, Vicky —le susurra al oído con alivio en su voz, mientras apoya su áspera mano sobre la de Victoria.
—Bien, ¿entonces tenemos un trato señorita Luna? —inquiere el presidente con la sonrisa del éxito dibujada en su rostro.
Al percatarse de la situación ella reacciona luego de observar por el rabillo del ojo a la señorita Park, quien tenía la cara tan roja que parecía que estaba encerrada dentro de un horno encendido.
—Lo siento, creo que no me expresé con suficiente claridad, señor, al mencionar que ya tiene a su candidata, no me refería a mí, sino a la señorita Park, lamento haberle confundido con mis palabras.
Al presiente se le borró la sonrisa de triunfo que se había impregnado en su ligeramente arrugado rostro, sustituyéndola inmediatamente por una mueca que denostaba total confusión.
La señorita Park aplaude como una niña desde su asiento y no duda en ponerse de pie para dirigirse con una brillante sonrisa extendiendo su mano hacia el presidente, quien no parecía inmutarse por su acto apresurado, pero que sí parecía estar bajo el efecto de algún tipo de consternación debido a la declaración de victoria.
Ignorando la mano en el aire de la señorita Park, el presidente, al casi salir de su estupefacción momentánea le dirige la palabra a Victoria.
—¿C-cómo? —el mayor pestañeaba como si algo le impidiera ver con claridad.
—Es simple, señor, yo no acepto —la voz queda y segura de Victoria dejó un eco debido al repentino silencio.
Kang Na Na, con real preocupación, se pone de pie y toma a Victoria por el brazo tratando de que ella la imite.
—¡Pero, ¿qué dices muchacha?! —susurra con el tono más bajo que sus cuerdas vocales le permiten utilizar. No estás pensando con claridad.
Cuando Nana logra su cometido de poner a Victoria de pie, se dirige con una reverencia hacia el CEO.
—Discúlpenos señor presidente, por favor, ¿nos permite un momento para discutir la decisión de Victoria a solas?
Pese a que su semblante lucía muy serio, el mayor asiente con evidente interés, pues parecía notar que la señora Kang estaba de su lado. Su comportamiento aducía a que ella tampoco estaba de acuerdo con la respuesta de Victoria.
Cuando estaban llegando a la puerta de salida de la junta, mientras estaba siendo casi arrastrada por Kang Na Na, Victoria miró hacia atrás por encima de su hombro y pudo observar que al fin el señor Kim le estrechaba la mano a la señorita Park. La castaña sonrío elevando levemente la comisura izquierda de sus labios porque eso significaba que ella quedaba fuera de aquel trato.
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El chico del banner es: Kim Sang Bum, el hermanastro de Sakura, ya introduje un poco su personaje en el capítulo uno.
😎Dos mil ochocientas palabras, espero que no haya sido aburrido de leer. 💦
Sorry, sorry.
Muchas gracias por su apoyo y todos sus comentarios, no se imaginan la fortaleza que recibo de sus palabras. Muchas gracias. Les amo.
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