CAPÍTULO NUEVE

En la noche, poder conciliar el sueño se volvía una tarea difícil. La luna filtrándose por las cortinas ilumina tenuemente su rostro con el ceño fruncido, y el techo de la habitación se vuelve una distracción perfecta para su mirada perdida. Es viernes en la noche, el primero en seis años que no se encuentra con Minah, su mente sólo repasa el recuerdo de sus bonitas facciones mientras reía viendo una película, se asemeja a una tortura, un dolor indescriptible que sencillamente, es como romper un lazo entre una pareja marcada. Pero, él no ha marcado a la castaña. Por cuestiones de lógica, es extraño que un alfa necesite de una humana con tanto anhelo; no puede explicarlo con palabras, es difícil confesarle a otra persona como su pecho se oprime con dolor, y su cabeza le replica lo cobarde que es al no arriesgarse, así como JungKook.

Se siente avergonzado de no poder ir contra el destino.

Dándose la vuelta en la cama, intenta conciliar el sueño hasta que ruidos en la cocina llaman su atención. Las empleadas se habían ido a dormir hace algunas horas, al igual que sus padres, lo que quiere decir que TaeHyung estaba rondando en la medianoche justo como él, sin poder callar su inseguridad.

El menor de la familia es quien ocupa el rol de viajar a otras manadas, asegurar tratados políticos y manejar las fuerzas de la frontera. Aquel rol se le había asignado a su tío, pero después de su muerte, TaeHyung pidió ocupar su lugar. Jong In se había negado, creyéndolo incapaz, aunque después de exhaustivas horas entrenando para demostrarle su fuerza y capacidad, terminó aceptado a regañadientes. NamJoon entiende a su hermano, él ha sido ignorado por ser el segundo, y sufrió la frialdad de su líder. Como si no fuera suficiente malo, su hermano mayor está a días de casarse con la mujer que amó toda su infancia, juventud, y adultez.

También entiende que, cuando un lobo ama a otra persona, es casi imposible poder olvidar aquel sentimiento, al punto que su simple existencia se basa en el otro, añorando en sueños su presencia y suspiran de ilusión solo recibir un gramo de atención.

Esta seguro que si Minah fuera parte de la manada, ahora mismo ella sería su esposa, la única mujer en su vida. Y su vida se convertiría en un camino más fácil de atravesar.

— Minah… —gimió con dolor, presionando una mano en su pecho, donde un órgano late en sufrimiento. Por primera vez, había pronunciado su nombre en territorio de lobos. ¿Y sí… su hermano lo oyó? Extrañamente, ser escuchada por él no le era un gran problema.

Deslizándose de la cama, arrastró los pies descalzos fuera de la habitación para bajar por las escaleras al salón principal, y atravesando este, pudo ver la destellante luz de la cocina encendida.

— Al parecer no soy el único con problemas para dormir.

— No eres el único con cosas que pensar. —dijo tosco, bebiendo de su copa casi vacía— Debes estar emocionado, ¿no? vas a casarte con una alfa respetable.

— Intento solo mantenerme cuerdo.

— Aún asi, Jisu es la mujer que cualquier lobo quisiera, tuviste suerte. —chasqueó la lengua— Debes... valorarla, al menos.

Luego de unas miradas cargadas de resentimiento, NamJoon habló.

— Sé que lo sabes, TaeHyung. Pero no soy el único transparente con mis emociones, es claro para mi tu decepción ante mi compromiso. ¿Estás bebiendo para olvidar lo mucho que amas a Jung Jisu?