CAPÍTULO SIETE

El restaurante de la familia Jeon ha sido por generaciones el lugar predilecto para que grupos de amigos mantengan una reunión con deliciosa comida, y unas cervezas frías. La manada se ha mantenido fiel a los exquisitos platillos de carne que cocinan allí, nombrandolos como los mejores de toda la zona, no tienen competencia. Para NamJoon, que por años creyó que la carne sazonada de la madre de JungKook era inigualable, fue golpeado por la realidad de que, en realidad, no se comparaba a la cocina de Minah. Eran sabores distintos, en las montañas la comida no lleva tanto condimento, tampoco está muy cocida, es más, muchas veces simplemente comen la carne cruda para sentirla mejor entre sus colmillos.

Si su padre llegará a enterarse de su gusto por la comida de humanos, él definitivamente estaría dispuesto a golpearlo por traición a su cultura ancestral.

De todas formas, es algo que se llevaría a la tumba.

— ¡Hombre, al fin apareces! —unas voces gruesas llaman la atención del restaurante concurrido, se acerca a una mesa grande llena de lobos fornidos, un tanto apartada del resto. De pie, su hermano parecía barrer algo que rompió— Ignoralo, al parecer TaeHyung está más distraído de lo normal.

— Debe ser que le emociona tener a su hyung en casa. —acotó Hoseok— Bienvenido a casa, NamJoon.

— He vuelto. —con una sonrisa amistosa, se sentó en el asiento libre que le habían guardado. Una mesera terminó de limpiar el desastre de su hermano menor mientras él volvía a sentarse, con una gran mueca. El resto, Hoseok, YoonGi y JungKook, charlaban mientras bebían unos enormes tarros de cerveza— ¿Qué tal todo?

— ¿Nos preguntas a nosotros? ¿Qué tal todo para ti? Ya nos hemos enterado que tu compromiso ha sido firmado. —YoonGi pronunció, ajeno a los verdaderos sentimientos de su amigo de la infancia.

— Oh, bueno… es algo que siempre supe que pasaría, solo que no imaginé que tan pronto.

— Estás en edad para tener cachorros, es normal que tu padre te meta presión. Mi madre también ha estado un tanto molesta con Jisu, no ha parado de instruirla con sus deberes de esposa y futura líder. ¿Cierto, TaeHyung? La has visto el otro día, ¿No? —el castaño asintió, inmerso en su jarra de cerveza burbujeante— Oh, cierto —Hoseok dejó su cerveza de lado, metió la mano dentro de su bolsillo y sacó su billetera, la cual abrió para mostrarle algo— Mira, tus futuros sobrinos políticos.

— ¡¿Ellos son tus hijos?! —alarmado, le arrebató la billetera para ver las pequeñas fotografías que guardaba ahí, una de una niña con coletas sonriente, idéntica a su amigo, y un niño de cuatro años que se parecía a Yooun Hae, la vieja novia de Hoseok, con quien al parecer se había casado para formar una familia— Woah… que grandes están.

— La mayor de cinco años se llama Jio, y el menor es Sunno. —señaló— Jisu cuida de ellos siempre, pese a que es una chica bastante fría, disfruta de los niños.

NamJoon recuerda a Jung Jisu como una niña aislada, y hace siete años, cuando ella era aún una adolescente, había florecido como una dama hermosa que muchos alfas pretendían tomar. Por supuesto, ninguno era merecedor de su atención, y ella se los recordaba con sus miradas frías de desprecio.

— NamJoon le dará muchos niños así como Hoseok a Hae. —rió JungKook— Ah, pobre Jisu, conocerá lo que es una vida aburrida de casada al lado de hyung, un come libros. Ya siento lástima por ella.

Y aunque casi todos reían, el Kim mayor analizó aquellas palabras, tan ciertas que dolían. Jisu viviría su joven vida al lado de un hombre ocupado, distante, inmerso en sus asuntos que nunca, jamás, abrirá su corazón para amarla de verdad. Ello lo llenaba de una profunda lástima.

— pobre taehyung, él ama a jisu, pero ella a namjoon, y namjoon a minah AJAJAJA