OO4
CAPÍTULO CUATRO
—¡Comprometido! —exclamó en lo alto— ¿Es en serio? ¿Realmente me están haciendo ésto? —caminando de un lado a otro en frente de ellos, no puede contener la molestia. Los mayores se encuentran en el enorme sofá de la sala, la noche estaba por acabar, los invitados se fueron y solo quedaron ellos con un tenso ambiente palpable. TaeHyung se esconde en su cuarto, escuchando todo— Durante toda mi vida he hecho lo que ustedes querían, pero esto es ir demasiado lejos.
—Eres un alfa de linaje puro, y como tal, tu deber es continuar el legado de tu familia uniéndote a otra alfa poderosa. —el mayor se levantó— Pensé que amabas la manada.
—¡Lo hago!
—¡Entonces conviértete en el alfa que necesitan! ¡Un verdadero alfa hace lo que debe hacer para proteger a su familia!
Hace mucho tiempo atras, su peofesor le había dicho:
'Un líder protege a su familia, NamJoon. Y cada persona a tu alrededor es parte de tu familia.' a la edad de diez años cayó en cuenta de lo abrumador que era ser conocido como 'el futuro líder de la manada' porque absolutamente cada miembro lo veía como una futura imagen de autoridad, a la cual pedirle ayuda. Lo sobreestimaban, en algún punto, y yendo de aquí a allá aprendiendo a cazar, lastimando su cuerpo con las batallas entre alfas de entrenamiento, con las ramas de los árboles, o con la horrible transformación que tuvo, todo ellos era insulso, lo odió desde el primer momento. Casarse suena a otra obligación que debe cumplir, una que detestara más que el resto.
Pero los líderes están para proteger a sus familias, los alfas brindan protección, tranquilidad…
La simple idea de seguir haciéndole frente a la mirada llena de decepción se su padre era abrumadora. Tuvo, en un segundo, la idea de preguntarle que tan malo sería en vez de comprometerse con una alfa, hacerlo con una humana. Aunque las consecuencias eran obvias, Minah jamás aceptaría lo que es, un monstruo de bosque que puede transformarse en un animal, ella se asustaría; y claro, su padre rechazaría a Minah sin dudarlo, le resultaría asqueroso manchar su linaje con sangre humana.
No había más que hacer. Su destino fue decidido de esa manera, él arriesgándose por los deseos de la manada.
—Bien. —su voz flageo aceptando, cayó sentado en un sofá individual, cubriendo su rostro— Me casaré.
—Me alegra que hayas madurado, hijo. El deber de un buen alfa es enlazarse con su pareja frente a la Luna, y así traer fuertes herederos a la manada del Norte. Ha sido así durante generaciones.
—¿Y quién es?
—¿La chica? Ah, se trata de la hija menor de los Jung.
—Es encantadora, cariño. —opino su madre— La amaras, es una chica dulce y sencilla, podrían ser una familia encantadora.
Quiso reír.
—¿Lo crees, mamá? —asintió— ¿Incluso si jamás lograré amarla?
—Una vez que te enlaces vas a amarla.
—¡No será amor verdadero, será amor forzado para pasar celos juntos! Es asqueroso tan solo imaginar que obligue a mi cuerpo a necesitarla. —volvió a levantarse— Iré a Seúl, aún necesito arreglar asuntos allá.
—Tienes una semana. —el hombre amenazo— Sí en ese lapso no vuelves, iremos a buscarte. Y ya sabes que no es linda la forma.
—Nunca lo es con ustedes.
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