O2O
CAPÍTULO VEINTE
— ¡NamJoon! —la voz de Minah llegó hasta sus orejas, moviéndose, distinguió aquel llamado— ¡NamJoon, sueltalo! Vámonos de aquí, no quiero… no quiero que nadie salga lastimado.
El enorme metamorfo de pelaje marrón suelta a su presa agonizante, su padre respira con dificultad. Y sus guardaespaldas, quienes sabían que enfrentarse a NamJoon en ese estado sería razón de muerte, prefirieron esperar inclinados, demostrando debilidad y respeto al nuevo Alfa. Jong In ya no contaba con la misma fuerza de hace años, ahora, su hijo posee esa bestia.
El heredero salto del escenario, corriendo entre la poca distancia de la pradera hacia su único objetivo.
El Kim menor tomó la mano de la humana y la arrojó hacia él.
JiWoon y sus hombres se habían rendido. ¿Cómo luchar contra quién casi asesina a su líder de un mordisco?
— ¡Joon! —la castaña chilló cuando el enorme lobo estuvo frente a su nariz— Eres… tú, de verdad lo eres. —con su mano extendida llegó a tocar ese hermoso pelaje— Oh Dios mío, tenemos tanto de qué hablar.
— Dejen la charla para después. Llévate a NamJoon a la ciudad, al menos lleguen a mitad de camino con él siendo un lobo, a algunos kilómetros encontrarán un hotel de carretera. Quédense ahí hasta que pase por ustedes. ¿Me entiendes? No puede volver por aquí, ni él ni tú. —con exigencia el hermano menor exclamó— NamJoon queda en el exilio, y con mí padre agonizante, soy el último en poder tomar el poder. —sus ojos de color amarillo observaron a los lobos que anteriormente habían pretendido dañarlo— Queda prohibido que alguien de la manada quiera dañarlos, así como, por el momento, su reingreso. —luego, miró directo al altar, donde una dama en vestido de novia lloraba con una flor aplastada en su mano, y detrás suyo, gente intentaba salvar al líder— Les deseo un buen camino, aquí hay mucho… demasiado por hacer.
— Gracias, TaeHyung. NamJoon tenía razón, eres un buen niño.
La amable sonrisa que esa muchacha le demostró había ocasionado que su corazón de piedra sea impactado, su rostro firme se suavizó. ¿Su hermano dijo eso de él?
Cómo siempre, NamJoon logra sorprenderlo.
Los vio marchar, ella encima del lomo de aquella bestia gigante que atemorizaba a más de uno. Su hermano se fue corriendo mientras sus amigos regresaban con sus respiraciones aceleradas.
— Todo… Todo salió bien, ¿no? —preguntó JungKook viendo a su alrededor.
Él habia sido el encargado de dispersar a la manada junto a sus amigos, a pedido de TaeHyung, aunque tuvieron que desviarse del camino debido a los hombres de Jong In infiltrados que tenían la orden de llevar a las mazmorras a todo aquel que pretenda ir en su contra. Sin importar quien sea.
Por suerte, había logrado ganar la pelea.
— Creo que sí. —susurro YoonGi— Oye, TaeHyung, ¿Y NamJo…?
Su pregunta queda al aire cuando no lo encuentra más de un segundo al otro. El menor había desaparecido, aunque no por mucho tiempo, el ruido de su grito llamando a Jisu hizo que todos lo notaran, a él y a su beso desesperado por proximidad.
Tal vez no era el mejor momento, pero lo necesitaban, ambos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro