CAPÍTULO DIEZ

La copa fue estrellada contra la pared grisácea, provocando que el vino rojo manchara su alrededor. Los ojos amarillos del Kim menor se clavaron en el moreno, unos centímetros más alto que él y con una fuerza que indudablemente podría superarlo, pero no aguantaba más. no podía soportarlo. NamJoon no se mostró amenazante, no tenía intenciones de pelear con su hermano o transformarse.

— ¡No sabes nada! ¡No me conoces ni un poco a mi, o a ella! Tienes el honor de casarte con Jisu, sin embargo, no sabes ni un poco de sus gustos, de sus disgustos o temores. ¡Susurras el nombre de otra persona estando a días de casarte! No mereces a Jisu… ni un poco.

— No es mi decisión, es mi deber.

— Solo eres cobarde, hyung. Crees que eres el único que sufrió en esta manada, pero no es así, tú fuiste obligado a ser un líder y yo a observarte de lejos, aceptando que todo lo que alguna vez quise será tuyo solo porque naciste dos años antes que yo. Eres incapaz de asimilar el sufrimiento de los demás, y en el proceso, lastimas a más personas. Hablas de deber, responsabilidad, pero huyes de ellas cada vez que puedes. Por eso te fuiste hace siete años, y por eso abandonaste a la mujer que amas, ¿o me equivoco? 

Las crueles palabras de TaeHyung estaban cargadas de una cruda verdad que a NamJoon no le gustaba ni un poco. Frunciendo su puño tenso, se decidió a darle la espalda.

— Buenas noches. —susurró, caminando a la salida de la gran cocina.

— ¡Y lo vuelves a hacer! Me das la espalda, como siempre. Eres un lobo con corazón humano, tus sentimientos son humanos, te has vuelto uno de ellos y lo puedo notar por cómo egoístamente intentas evitar aceptar la verdad. Te aterroriza que peleemos, le temes a ser uno de nosotros. ¡Escupes en nuestro legado!

— ¡Basta! —giró, y la intensidad de sus orbes rojos hicieron al menor temblar, era la mirada de un alfa líder imponiéndose sobre un lobo inferior. Al percatarse de sus acciones, el mayor inhalo tratando de recuperar la calma, su respiración acelerada calmandose mientras procesaba como gritó con su voz de mando— Nuestros padres podrían despertar en cualquier momento, lo mejor será que vayas a dormir.

TaeHyung lo miró, con sus ojos que alguna vez lo vieron con admiración, llenos de recelo. Exhalo, bajando la cabeza.

— Mañana tendrán una reunión. Por favor, hyung, te lo suplico… no le rompas el corazón, termina con esto antes que Jisu sea herida.

— ¿Me dices que rompa la promesa que le hice a nuestro padre? —se ceja se arqueó con interrogante— Cuída tus palabras, hablas con tu futuro líder.

— Te digo, que si aún tienes un poco de orgullo dentro de ti, termina con esta farsa y vuelvas a donde perteneces.

La gran ciudad, donde NamJoon encontró un lugar, era a donde deseaba volver, pero hacerlo implicaría desligarse de su Clan, y ello rompería el corazón de su madre, de sus amigos, y causaría que su padre lo vea con repudio, prohibiendole volver a pisar sus tierras o si quiera verlos nuevamente. Era, en simples palabras, elegir a su familia o a Jo Minah.