O18
CAPÍTULO DIECIOCHO
A Minah le agrada ser profesora, lo que no le agrada para nada es pasar un domingo por la noche sentada en su escritorio teniendo que leer los ensayos de sus alumnos, mal redactados y con muy poca motivación. ¿Es que acaso los jóvenes ya no se esfuerzan por ingresar a la universidad? En sus tiempos, ni siquiera dormía bien para poder tener buenas calificaciones en la escuela.
Mientras maldecía el sistema educativo actual, bebiendo una enorme taza de café abundante con leche, el timbre de su apartamento es tocado. Alza la cabeza de las hojas con su ceja arqueada, y se quita los lentes con aumento. No esperaba de nadie esa noche, no como las anteriores, ¿Tal vez era...? No, imposible, dijo que volvería pero no lo hizo, solo estaba jugando con ella. Ya lo esperó lo suficiente los últimos tres días como para seguir ansiosa a su regreso. ¿Aunque, y sí él...?
Ansiosa, no aguantando más la expectativa, se puso de pie y corrió hacia la entrada del apartamento pequeño. Ni siquiera se tomó el tiempo de ver por la pantalla digital quien era la otra persona cuando ya había abierto la puerta con gran velocidad, con el nombre de su ex pareja haciéndole cosquillas en la punta de la lengua. Lentamente, esa expresión de ilusión fue cambiando por una nueva confusa al ver a cuatro hombres corpulentos de pie en su puerta.
— ¿Jo Minah? —dijo el primero, de una tersa piel morena que le recordaba a su ex pareja, y con una altura mayor a otros hombres que ha conocido. Ella asintió, retrocediendo— Mí nombre es Kim TaeHyung, soy el hermano menor de NamJoon.
— ¿De NamJoon? ¿Y dónde está él? —su ceño se frunció— ¿Le pasó algo?
— Bueno... no exactamente, él está bien. Pero necesito que nos acompañes, necesita verte, y nuestros padres también.
— ¿Estás bromeando? ¿Me pides que los acompañe a ustedes, cuatro desconocidos, en medio de la noche porque sí? ¿Me creen loca?
— Mira -—tro muchacho saco lo que parecía ser su teléfono móvil, donde había una fotografía de ellos al lado del Kim mayor—. Los padres de Joon lo comprometieron con otra mujer, mí hermana menor, en unas horas se casan y necesitamos que tú detengas esa boda. Solo al verte él va a poder... revelarse.
De todas las locas palabras que aquel hombre había dicho, tan solo dos quedaron en su mente. Y es que, su novio, a quien creyó el futuro padre de sus hijos, estaría a literalmente horas de casarse con otra mujer. ¡Con otra! ¿Y a la fuerza? ¿Qué clase de sentido tiene? Por supuesto, en los pueblos suele ser todo un poco más anticuado, ¿Pero no era NamJoon un hombre de casi treinta años con una voz para negarse? Era bastante extraño pensar en él siendo forzado por sus padres.
— Casarse... con otra mujer. —murmuró, sin creerlo— ¿C-Como? ¿P-Por qué me vienen a buscar a mí? ¿Qué puedo hacer yo? Esto es tan extraño... ustedes me están mareando, díganle a NamJoon que si está es su forma de hacerme ver qué es feliz con otra mujer... —retrocediendo, estaba a punto de cerrar la puesta cuando el pie del moreno la detuvo. Con una expresión desesperada la miro en busca de piedad.
— Voy a explicarte mejor en el camino si nos acompañas, no tenemos mucho tiempo y es un camino largo hacia la manada.
— ¿Hacia la manada? —repitió.
TaeHyung mordió su labio inferior, y luego asintió— Ese es el secreto que mí hermano quería confesar, y la razón de todo. Por eso, necesito que vengas con nosotros para ayudarnos a detener esa boda. Por favor, es muy importante para él... y para mí.
Minah siempre ha sido débil ante los demás, en especial cuando es una persona suplicando con ojos de cachorro. Rendida, suspiró antes de asentir. De cierta forma TaeHyung le hacía recordar a NamJoon hace algunos años, y eso ablandó su corazón.
— Dejen que me cambié el pijama y vuelvo.
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