CAPÍTULO TRECE

El ambiente era indudablemente incómodo, ambos permanecían con sus miradas puestas en los platillos, masticando la carne roja con sus fuertes dientes y saboreando un delicioso vino demasiado dulce. No fue hasta que NamJoon dejó sus palillos a un costado y carraspeo, que ella decidió levantar la cabeza.

- ¿Sucede algo? -cuestionó, también dejando sus palillos. Jisu ha sido criada para ser la esposa perfecta, y tradicionalmente, al menos en la manada, el Alfa con mayor poder es quien manda, así que si NamJoon estaba molesto por culpa de ella sería un enorme problema, no podría aguantar aquella vergüenza. Necesitaba hacerlo sentir cómodo, hacerlo darse cuenta que puede hacerlo feliz, que será la esposa ideal para él- ¿Acaso mí presencia es incómoda? ¿Elegí un mal atuendo? -ansiosa miró su vestido hecho a medida.

- Para nada, te ves muy bien el día de hoy. -le dijo. No dimensionó la gravedad de sus palabras hasta que vio un tímido sonrojo en sus mejillas. ¡Mierda! No vino a coquetear, vino a terminar con su compromiso de una vez por todas para irse. Carraspeó- A lo que me refiero... el problema no eres tú, Jisu.

- ¿Y qué te mantiene tenso entonces?

- Bueno, no hay forma fácil de decirlo... -suspiró- Yo he estado pensando sobre el futuro, sobre lo que deseo hacer con mí vida...

- Oh, ya entiendo. -ella sonrió- Te preocupa nuestro futuro como esposos, pero tranquilo, sé cuidar de niños, también tengo estudios diplomáticos. Puedo ayudarte en cualquier cosa, he pasado toda mí vida aprendiendo como ser la mujer que necesitas.

Jisu había dicho completamente segura de sus palabras, estaba dispuesta a creer en la fantasía que sus padres la obligaron a imaginar desde niña, le dibujaron un futuro al lado de un hombre que en realidad no existe. El NamJoon que espera no es el que está frente a ella.

- Y eso... ¿De verdad te parece correcto?

- ¿Disculpa?

- ¿No quisieras haber hecho otra cosa? Tal vez haber conocido el exterior de la manada, jugar con otros niños, poder tener la oportunidad de enamorarte de otro hombre -suspiró- ... Es triste como te llenaron la cabeza de mí, y ni siquiera lo merezco, no merezco ser el hombre por el cual te desvivas.

Tras haber dejado en claro su descontento, la relajada expresión de Jisu se convirtió en una mueca tensa, e inquieta bebió un poco de vino antes de continuar hablando.

- Me siento muy cómoda con mí vida. Y estoy segura que nuestro futuro...

- No habrá un futuro entre los dos. -sentenció, tan fríamente como nunca antes. No era su intención sonar duro, pero tal vez era lo necesario porque de lo contrario, ella no lo entendería. Vio como su boca se abrió con sorpresa al mismo tiempo que jadeaba, su mano tembló dejando la copa de vino a un costado.

Estaba aturdida, y no podía creerlo. Pasó las últimas horas arreglándose para poder ser del agrado del Kim, y ahora, es rechazada sin dudarlo.

E incluso el día que debía presentarse formalmente, entró en tal colapso que terminó optando por no asistir a la ceremonia de los líderes. Ahora que pudo hacerlo, se da cuenta que tantos esfuerzos no valieron la pena.

Un sollozo estuvo a punto de escaparse de entre sus labios pintados, solo los retuvo mientras volvía a verlo.

- ¿Por qué?

- Creo que mereces algo mejor.

- ¡¿Por qué me haces venir hasta aquí si vas a decirme algo como eso?! ¿No piensas en lo mucho que me he esforzado toda mí vida para ser perfecta? ¿Para este momento?

NamJoon se puso de pie- Hablaré con tus padres y les daré las disculpas. Sé que podrás comprender mis acciones algún día, y espero que entonces, tú también halles la felicidad.

- ¡Idiota! ¡Eso eres, un idiota como TaeHyung dijo!

Con el corazón roto, la Alfa se puso de pie para correr fuera de la habitación, con pequeñas lágrimas escapando de sus mejillas.