MOONLIGHT : EXTRA

Una vez que te conviertes en padre, ves la vida de una manera distinta. Aprendes cosas nuevas, y todo te resulta más complicado, aunque, un poco más lindo. Minah no soñaba ser madre cuando era pequeña, ni siquiera pretendía casarse algún día. Hasta que apareció Kim NamJoon, con sus hoyuelos en cada mejilla, su tez morena, y una vida casi tan enigmante como la creación del universo. Pensó saber lo suficiente de él, sin embargo, solo después de haber sido abandonada de un día para el otro descubrió quien era.

Un lobo.

¡Y no es broma!

Debido a que su esposo es un lobo -aunque no literalmente, sino más bien, un metamorfo como en las películas de adolescentes- es que sus hijos poseen la misma condición. Al principio, creyó que podía manejarlo bien, no había grandes síntomas cuando eran unos bebés, hasta que la difícil etapa de los cinco años llego, y con ella, sus deseos de correr por todas partes rompiendo cada cosa que vieran, con unos dientes más duros y desarrollados que el de otros niños, además de una fuerza gigantesca. Sus niños eran capaces de levantar el sofá sin mayor esfuerzo, eran veloces y capaces de oler cualquiera mínimo aroma.

Tener un par de niños mitad lobos era difícil. A veces hasta se creían perros, ¡¿Por qué corren detrás de unos gatos?!

— ¡Niños, detenganse! ¡Podrían perderse, oigan! —en medio del parque, gritaba sus nombres tratando de que le presten atención. Pero para ellos era más divertido seguir a un pobre gato que les temía— Bien, como se han estado portando tan mal... no me queda de otra que llamar a papá.

Cómo una palabra mágica capaz de aterrorizarlos, sus pequeños cachorros volvieron a estar en frente suyo, rectos como un militar ante su superior.

JooHyuk y NaMin son sus dos hijos mellizos de cinco años, tienen la misma tez morena que su esposo, sus mismos ojos rasgados y los mismos hoyuelos. Eran la copia exacta de su padre, sin embargo, con aquella revoltosa actitud duda que sea heredado del mayor, pues es un hombre demasiado calmado como para pensar que ha hecho rabietas de niño.

Lo heredaron de ella, aunque con la fuerza sobrehumana de NamJoon.

— ¿Vas a llamar a papi? —el mayor, JooHyuk, ubicado de su lado izquierdo para darle la mano mientras caminan devuelta a casa, hablo con voz temerosa.

— Humm, no lo sé. ¿Debería?

— ¡No! —negaron— Cuando papi se enfada da mucho miedo, ¡sus ojos se vuelven rojos y tiene una voz muy gruesa!

— Ha... es verdad, da miedo cuando hace eso.

Tan solo hace unos años descubrió que aquello que él hacía, era solo un mínimo del poder que posee por ser hijo de un Alfa Líder, el hombre más poderoso de una manada, quien trae en sus venas la sangre de los lobos fundadores de toda la sociedad que ellos conocen. O al menos eso le explicó su esposo, quien no disfruta de hablar mucho sobre su familia, u orígenes.

Pero Minah considera que es importante que sus hijos sepan sobre ello, después de todo, en algún momento deberán transitar una transformación, hormonas... ¡Celos!

Oh, de pensarlo ya siente nervios. Pobre de sus bebés.

La pobre NaMin tendrá que ser mucho más alta que las otras niñas, y tal vez pase un mal momento por ello.

— Mami, ¿a ti te gusta la carne roja también? —su hija preguntó mientras caminaban, curiosa del por qué de su pregunta, baja la cabeza en su dirección, y nota a dónde ve. Atenta como un cazador apunto de atrapar a su presa, observa a una vidriera de carnicería donde se excive un trozo de carne vacuna de la más costosa.

— Oh, mira que sabroso mamá. ¡Compramos esa carne! ¡Así podremos comerla de camino a casa!

— Ni todo mí sueldo del mes podría alcanzar para un trozo de carne tan grande. —negó— Y no comerán carne cruda en medio de la calle, ¿quieren que servicio social me lleve?

Entre sus berrinches, consiguió arrastrarlos devuelta a su casa nueva. Luego de saber de su embarazo, NamJoon se emocionó tanto que no aguanto sus ganas de hacérselo saber a su hermano menor. Este, también contento, dijo que les haría un obsequio perfecto para la llegada de un nuevo integrante a la familia. Y eso era una casa.

Conseguir una en la ciudad es prácticamente imposible, teniendo en cuenta los precios. Pero TaeHyung dijo que les daría lo mejor, y lo hizo. Su casa tiene dos pisos, además de un jardín enorme para que ambos niños corran perfectamente.

Ellos aman a su tío rico, quien en cada visita les trae carne fresca y jugosa.

— ¡Llegamos! —anuncio en la entrada, quitándose su abrigo y zapatos.

— Llegan a tiempo para la cena. —con una cálida sonrisa y el delicioso aroma a estofado, su esposo se asoma desde la cocina.

— ¡Papi! —los niños corren en su dirección, directo a sus brazos.

— ¿Se divirtieron en el parque?

— ¡Si, porque había muchos gatos deliciosos! Pero mamá no dejo que los comamos. Ella es tan mala...

— Claro, dejaré que mis hijos de cinco años se coman a un par de gatos en frente de otros niños para traumatizarlos de por vida y yo ser llevada a la cárcel. —rodando sus ojos, se acercó también— Hola cariño, aquí están tus pequeños demonios. —le dio un beso refrescante en sus labios, el cual, le hizo sonreír más grande.

— Bueno, sientense. Luego hablaremos sobre comer gatos y todo eso.

— ¿No podemos al menos comer carne de búfalo, papi? ¡O de reno! Se ven deliciosos en los libros.

— Si papi, yo también quiero carne de reno. —suplico NaMin.

NamJoon y Minah se observaron incrédulos. Y NamJoon no dudó de que sus hijos eran indudablemente mitad lobos, más de lo que él ha sido.