CAPITULO 19
- ¿Qué crees que haces acá? – comenzó April eufórica por el susto que acababa de causarle. - ¿tu y Brady acaso piensan que esta casa es un hotel? – dijo lanzándome una almohada. - ¿Por qué no tocaste la puerta, Renesmee? Yo... yo...
- ¡Lo hice! – le grite de vuelta. –llevo quince minutos frente a tu puerta.
April pareció meditar sobre mis palabras durante unos segundos.
- Si estabas despierta ¿porque no me abriste? – inquirí, alejándome de la ventana por la que acababa de entrar para caminar hasta su cama mientras April aun intentaba matarme con la mirada, la mencionada jalo la cobija bajo la cual justamente me estaba acomodando. - ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué tienes tanto miedo? – intente de nuevo al notar que mi amiga parecía no querer perdonarme.
- ¿acaso no tienes reloj, Renesmee? ¿no sabes leer el reloj que hay en tu muñeca? – pregunto tan furiosa que me salpico con su saliva. - ¿o acaso la batería de tu móvil se agotó hasta que se apagó? ¿Qué no sabes que es cerca de 1:00 a.m?
-¡bueno! ¡bueno! ¿Puedes regañarme sin necesidad de efectos acuáticos? – bromee, poniéndome la capucha de mi suéter, fingiendo que su saliva acababa de empaparme. April volvió a golpear mi rostro con su almohada.
- Dime Renesmee. – comenzó ella luego de un suspiro profundo. - ¿te parece que es momento de bromar? Acabas de colarte en mi habitación, mientras mi hermano, Leah y Brady están en su trabajo ¿Por qué en vez de golpear la puerta no me llamaste? ¿Cómo creíste que le abriría la puerta a alguien a la 1:00 a.m? ¡Renesmee! – chillo mi nombre al verme cerrar los ojos con cansancio en el lugar de la cama a su lado. - ¿Qué haces acá? – pregunto al final.
Mi corazón salto ante aquella pregunta, se aceleró de tal manera que el latido empezaba a asimilarse al de April minutos atrás al verme entrar por su ventana, mi boca se secó y mi garganta amenazaba con doler si alguna palabra salía de mí, la noche fría se tornó calurosa y agradecí que la pequeña lámpara junto a la cama estuviera apagada, pues si April notara el rubor en mi rostro no tardaría mucho en sacarme hasta el más pequeño detalle.
– ¿No dirás nada? – insistió, sin embargo yo guarde silencio mientras fingía caer dormida – ¡oh! – comento ella, sorprendiéndome más de lo que ya me encontraba. - ¿Qué sucedió hoy? Los chicos dijeron que fuiste al taller...
- April... estoy cansada. – musite, jalando su cobija para acomodarme debajo de esta.
- Bien... - dijo rindiéndose. - ¿saben tus padres que estas aquí? – pregunto curiosa, solté un pequeño - aja - con mi tono soñoliento respondiendo afirmativamente aquella pregunta, aunque no podía asegurar que un mensaje de WhatsApp era la forma correcta de avisarles que pasaría la noche en casa de April, de cualquier manera, eso era mejor que pasar tiempo en la misma casa con mi padre.
- ¿estás bien? ¿tú y Jacob lo hicieron?
- ¿Qué? ¿hicimos qué? – pregunte eufórica, sobresaltando a la pelirrosa de nuevo.
- ¡ay! – se quejó al llevarse otro susto de mi parte. - ¡hablar! ¡hablar! ¿solucionaron sus problemas? ¿ustedes están bien? ¿tu estas bien?
- Claro... - dije recostándome de nuevo. – muy bien, solo necesito dormir.
- ¡Dios! ¿Qué te pasa? Parece que estuvieras pasando por un desequilibrio mental. – le escuche musitar para terminar acomodándose junto a mí, mientras yo, sentía como una gota de sudor frio recorría mi rostro.
Pero en definitiva estaba segura de dos cosas, uno, Jacob enfurecería al levantarse y no encontrarme junto a él en su cama y dos, no tenía idea de cómo vería a mi padre luego de que los recuerdos de esta noche se lleguen a proyectar en su mente.
Respire tan profundo, como si mis pulmones no tuvieran un punto de tope, eleve mi mano izquierda hasta mi rostro, para vislumbrar allí el delicado anillo que ahora se encontraba sobre mi dedo anular.
★el siguiente fragmento
Contiene escenas de sexo
‹lease bajo su
responsabilidad›★
// 5 horas atrás //
- ¿estas segura de que no tienes hambre? – pregunto un preocupado Jacob, como era natural en el respecto a mi cuidado, negué levemente mirando a mi alrededor.
la pequeña cabaña de madera en medio del espeso bosque me parecía inmensamente atractiva, acogedora y en pocas palabras, maravillosa, no sabría decir si fue el olor a madera de la construcción de esta, si fue acaso el olor a pino o la tranquilidad que me generaba el escuchar la caída del acantilado varios metros lejos del lugar sobre el que me encontraba parada, me dije que los deseos se alimentaban bajo la suma de todas aquellas sensaciones, pero no se trataba de eso, más bien era la seguridad que el chico con cuerpo escultural que me lanzaba miradas llenas de auténtico amor, si, era eso y nada más que eso lo que me hizo caminar en línea recta hasta terminar rodeada por sus fuertes y calurosos brazos.
- Quiero despertarme junto a ti, cada mañana por el resto de mi vida. – musite, con timidez, Jacob suspiro de una forma profunda para luego mostrarme una sonrisa que logro trasmitirme felicidad, felicidad infinita, logro elevarme con una sonrisa que me pregunte que tantas más sensaciones podría entregarme ese hombre.
Mi plenitud se reemplazó por confusión al ser abandonada por sus brazos, viéndolo desaparecer en dirección a su habitación mientras en su espalda yo clavaba una mirada de perplejidad, Jacob no tardo en regresar, camino directo hacia a mí, tal como yo lo había hecho minutos atrás, pero en vez de abrazarme de nuevo, Jacob se hinco en una rodilla frente a mí, mi boca no tardo en caer con sorpresa al sentir como mi mano izquierda era atrapada entre las suyas.
- Renesmee Carlie Cullen. – comenzó con un tono de voz profundo. – puede ser esta noche, mañana, dentro de un año o los años que tú quieras, mi vida, yo estoy dispuesto esperarte hasta el final de los tiempos. – dijo, logrando que una lagrimara brotara de mí. – te amare cada fracción de segundo, como lo he hecho desde el día de tu nacimiento, esa noche en la cual me encontré con tus hermosos ojos color marrón, esa noche le diste razón a mi existencia y creo que hoy, por fin, puedo preguntar ¿te gustaría casarte conmigo? – pregunto revelando un anillo de aspecto delicado, cuya piedra se encontraba dentro de un delicado marco en forma de corazón – con este anillo mi padre le prometió profundo amor a mi madre, hoy quiero que sea tuyo, como la dueña de mi amor. - comencé a llorar más profundamente mientras asentía llena de emociones, Jacob se paró frente a mí para rodearme de nuevo con sus brazos, elevándome y terminar rodeando su cintura con mis piernas.
- Soy afortunada de que mi destino sea a tu lado.
- El afortunado soy yo. – dijo en mi oído, Jacob también se encontraba derramando lagrimas a causa de los recientes acontecimientos, ver el lado blando de Jacob Black era algo que solo me había permitido ver a mí.
Nuestros labios chocaron con evidente desesperación, un calor nos envolvió mientras nuestras bocas luchaban guiadas por el deseo de sentirnos más cerca, por el deseo de volvernos uno solo.
- Te amo. – murmuro cerca de mis labios mientras me estrechaba contra la pared de madera, su aliento agitado me arropaba con cada segundo que pasaba sintiéndome atraída a pasear mis manos sobre cada lugar de su torso desnudo, Dios, juro que en mi vida había deseado tocar, sentir, tan desesperadamente a alguien.
Jacob dejo de estrecharme contra la pared para empezar su camino en dirección a su habitación, mientras sus manos se cerraban en mi trasero, aferrándome con más fuerza a él, se sentía tan pasional y salvaje que nunca había imaginado que Jacob pudiera tocarme de tal manera, desapareciendo el trato dulce para dejar paso a un hombre que ahora me tocaba con completa lujuria logrando que cada centímetro de mi cuerpo cediera ante él, debido a su semidesnudes, yo, entregada a la lujuria también me deshice de sus pantalones tan rudamente que termine destrozándolos, Jacob no tardó en deshacerse de mi ropa también, note que Jacob termino cediendo a mis deseos, pues los lugares de mi cuerpo donde más sensible era, donde su toque más me enloquecían, sin poder evitarlo tales pensamientos terminaban siendo transmitidos a el bajo mi toque, Jacob aprovechaba tales datos para intensificar sus caricias obligándome a arquear mi espalda y liberar gemidos, más bien gritos, a causa del placer, odiaba estar en tal desventaja, pero lograr el mismo efecto en Jacob no fue tan difícil, recorrer su cuerpo con mi boca, acariciarlo e incluso mover mi trasero cubierto tan solo por una delicada tela de encaje sobre su miembro logro que el lobo incluso gruñera en mi oreja.
- Serás mía, ahora mismo. – inquirió con un tono dominante, resbalando la pequeña prenda de encaje blanco a lo largo de mis piernas, los dedos de Jacob viajaron a lo largo de estas, hasta introducirlos en mí, sentí dolor hasta que mi intimidad se acostumbró a estos, su movimiento rítmico me enloqueció y justo cuando pensé que no podría darme más placer su miembro entro en mí, arqueando mi espalda y soltando un gemido que me desgarraba desde lo profundo de mi ser, Jacob cuido con no lastimarme con su peso, sin embargo sus envestidas eran cada vez más profundas, mas rítmicas y cuando creí que nada podía ser mejor que cada caricia, sentí como un calor me inundaba, estallaba sensaciones maravillosas en mi cadera y se desplegaban por cada célula de mi ser, mi gemido de más profundo placer, de mi estado de éxtasis se unió a los de el, que se dejó caer sobre mi, Jacob giró conmigo sobre el, sudando y respirando entrecortado, con los ojos cerrados y respiraciones profundas, me acomode sobre su pecho mientras sus brazos me estrechaban más contra su cuerpo.
•••
Mis amores,
Perdón por la larga ausencia, quise darla toda en este capítulo pero siento que no fue así, créanme que me esforcé.
Enserio los quiero, espero actualizar pronto de nuevo.
Dejen sus comentarios y amorcito a este capítulo, porfis ★
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