CAPITULO 13
-Ni creas que ser amigo de la nieta del jefe de policía evitara que suspendan tu carne de conducir. – dije en tono de broma ganándome un puchero por parte de Martin.
-vaya que eres baboso ¿Cómo se te ocurre? – pregunto April, dándole un zape a Martin, lo cual evidentemente logro una descarga de dolor por el golpeado cuerpo del muchacho.
-ya, April. – dijo el entre quejas. – me regañas más que mi mamá, ¿ves esto? – me pregunto señalando un pequeño cardenal ubicado entre los múltiples raspones y cortes de su brazo derechos, asentí al verlo. – no fue por el accidente, esta enana loca me pellizco en cuanto entro por la puerta y vio que no había muerto. – dijo, ganándose que April jaloneara su oreja, acción que logro hacerme reír.
-no mereces menos. – se justificó April. – muy listo no eres ¿o sí? Todos dicen que no eres el tipo de chico que conduce en estado de ebriedad ¿Por qué tomas decisiones estúpidas ahora? – le pregunto con reproche, mis ojos se cruzaron por un segundo con los de Martin y no pude evitar desviar la mirada, como tampoco podía evitar sentir culpa por el actual estado de mi amigo, según el médico que pocos minutos atrás había estado en nuestra presencia, era una suerte, verdadera suerte, que las heridas de Martin se limitaran a rapones, rasguños, moretones y que su hombro izquierdo se encuentre superficialmente dislocado, pero por el mal estado del auto se cree que pudo haber sido peor, mucho peor, el ceño levemente fruncido que acompañaba a la expresión de disculpa silenciosa que Martin me dedicaba hacía más que evidente que él podía percibir la culpa que yo sentía, no solo él se percató de ello, también estaba April que me miraba también con una expresión de disculpa y que además ahora se encontraba silenciosa entre nosotros.
-estoy acá desde muy temprano, creo que iré por un café. – anuncio repentinamente, obvio tratando de escapar del ambiente tenso que se había liberado; entrecerré los ojos en su dirección señalándola claramente de deserción.
-lo tuyo es tirar la piedra y esconder la mano ¿no es así? – le pregunto Martin, haciéndome sonreír, April elevo su mano hasta el pecho mientras negaba con una clara expresión de fingida sorpresa mezclada con ofensa tras aquellas palabras.
-nadie me dijo que para hacer parte de este círculo de amigos debía aprender a ser prudente. – dijo con toda y descarada tranquilidad. – ahora me iré por el café. – dijo abandonado el brazo del sofá individual que nos encontrábamos compartiendo, la vimos salir de la habitación, al llegar a la puerta saludo a Jacob que se encontraba sentado en una de las sillas de espera ubicada a lo largo del pasillo.
-¿Por qué no están tus padres acá? – cuestione, llenando el incómodo silencio de la habitación que había quedado tras la huida de la pelirrosa.
-mis padres pasaron toda la madrugada acá. – me explico con una sonrisa. – ya sabes, mientras me hacían estudios y todo ese rollo, en cuanto el medico dijo que estaba perfectamente madre empezó a sermonearme. – dijo empezando a reír, mientras yo negaba con desaprobación. – se fueron temprano porque mi padre debe trabajar y mi madre debe enviar a mis dos hermanos menores a la escuela, probablemente este acá después de las doce del mediodía. – explico.
-nos has dado un verdadero susto. – le dije, con toda la sinceridad, Martin solo me sonrió como respuesta y mis ojos se cristalizaron un poco, estar rodeada la mayoría del tiempo por personas que sientes, estarán ahí siempre, hasta el final de los tiempo si es que ello existe; hace que cosas como que April o cualquier otra de las improntas se resfrié, mis abuelos maternos sufran algún mal que acompañe a su edad o en este caso, un amigo sufra un accidente de tránsito que pudo haberle arrebatado la vida en cuestion de segundos no te causa más que un choque con la realidad, no mi realidad, si no la realidad de los demás, mi familia y yo estamos congelados, la fragilidad de un ser humano no es algo que nos afecte directamente, pero pensar en que algún día los perderé ciertamente duele, dirigí mi mirada a la puerta de la habitación, pensé en Jacob, el cual no estaría congelado en el tiempo si no se hubiera imprimado de mí.
-Nessie… - llamo Martin sacándome de mi ensimismamiento, puse mi mirada sobre el a la espera de lo que tuviera para decirme. - ¿ahora están juntos? – pregunto, ladeando su cabeza, señalando así, en dirección a la puerta. Trague saliva de forma pesada y asentí levemente ante su pregunta, sutil y delicadamente como si aquello fuera atenuar la desilusión que le causaría.
-Martin, siento que las cosas resultaran de este modo, siento que es mi culpa…
-No, Ness…
-claro que sí, habían rumores... Es decir, April solía decir que yo te gustaba y yo debí haber sido clara, pero no quería parecer loca o presumida…
-Nessie. – dijo una voz con seguridad, pero esta vez era una voz diferente a la de Martin, me gire en dirección a la puerta en donde Jacob me miraba evidentemente molesto. – tú no tienes por qué justificarte, no tienes la culpa de nada, las malas decisiones del chico son solo su culpa. – dijo mirando amenazadoramente esta vez a Martin. – no sería el primero que sufre un rechazo. – mire a Martin que también le lanzaba a Jake una mirada de odio latente. - ¿acas…
-ya Jake. – dije frenándolo. – hablemos afuera. – dije en su dirección, Jake me miro durante un par de segundos para luego rodar los ojos y verlo desaparecer en dirección a la sala de espera.
-Nessie. – llamo Martin al momento que yo me dirigía a seguir los pasos de Jacob, me detuve en seco y puse mis ojos sobre él. – quiero que sepas que no pretendí hacerte sentir culpable en ningún momento, el que me gustes tampoco… solo me gustas… a veces un amor puede ser y otras no, eso lo sé, yo solo…
-Martin, ya sé que no haces nada con mala intención, eres muy importante para mi ¿sabes? – le dije con sinceridad. – pero solo puedo verte como un amigo. – Martin me lanzo una mirada herida para al final asentir levemente ante mis palabras, tras lo cual salí en busca de Jacob. Pude verlo al final del pasillo, con los brazos cruzados sobre su pecho haciendo la digna rabieta de un pequeño de 8 años.
-no veo porque te tienes que estar justificando. – me dijo en cuanto me pare frente a él. – a ese chico nadie le pidió que pusiera sus ojos sobre ti, ese es su problema.
-¿puedes dejar de ser insensible? – interrogue totalmente furiosa. – yo me justifico porque quiero, porque Martin me agrada y porque lo que menos espero es que las cosas terminen mal entre nosotros, es un muy buen amigo…
-¿te agrada mucho entonces? – cuestionó, rodé los ojos ante su infantil comportamiento.
-mira Jacob Black, no pretendas prohib…
-¿chicos? – cuestiono alguien llamando nuestra atención, tanto mi rostro como el de Jake se giró en busca de la persona que acababa de hablar cerca de nosotros, pegada al barandal del pasillo con su enorme panza a causa del avanzado embarazo, estaba Emily, agarrada del brazo de Leah para equilibrar su peso, mi expresión cambio al ver las mujeres mayores de la manada quileute
-¡Emily! ¡Leah! – dije acercándome a ellas con una sonrisa para poner mi mano sobre la panza de Emily pues ya llevaba un par de semanas sin verla. - ¿Qué hacen aquí? – cuestione, mi mirada viajo entre el par de mujeres.
-bueno, Emily se la pasa aquí por los controles del embarazo. – me dijo Leah, elevando una ceja en mi dirección. – más bien ¿Qué hacen ustedes acá? – pregunto desviando su mirada a Jake, que estaba detrás de mí.
-un amigo tuvo un accidente de tránsito. – dije, Emily se elevó la mano al rostro con preocupación. – pero está bien. – me apresure a explicar. – de hecho April también esta acá. – le dije a Leah.
-¿si? – pregunto Leah con sorpresa. – bien, eso explica que Cristian me haya dicho que ella estaba contigo. – dijo frunciendo el ceño con confusión, y como si de invocaciones a la pequeña April se tratara esta grito el nombre de Leah y Emily desde el otro lado del pasillo, para llegar directamente a los brazos de su cuñada.
-nosotras debemos organizar el almuerzo de la manada. – anuncio Emily uno segundos más tarde. - ¿vienen con nosotras? – dijo mirándonos, April y yo intercambiamos miradas.
-no, nos quedaremos un poco más. Al menos hasta que la madre de Martin regrese. – explique.
-tu ven con nosotras. – dijo Leah, dirigiéndose a Jacob. – deja en paz a Nessie, me parece que tu actitud posesiva no pega con las circunstancias. – le dijo, Jacob rodo los ojos ante las palabras de Leah, el solo me dedico una mirada por una fracción de segundo para luego echarse a andar detrás del par de mujeres.
-¡wait! – exclamo April con sorpresa. – ¡ya no se puede ir por un café sin que algo pasé! ¿de qué me perdí? – yo solo entrecerré mis ojos en su dirección.
JACOB’S POV
-¡Jake! – exclamo Emily, sacándome de mi ensimismamiento. – almuerza primero, luego piensas. – dijo, quitándole a Embry uno de los panes que tenía entre las manos y que aun no empezaba a comerse.
-¿piensa? – le pregunto Leah con un tono de burla. – él lo que esta es lamentándose, vaya que eres idiota. – dijo mirándome, rodé los ojos, aunque era cierto, soy un verdadero idiota.
-tu lobo posesivo no pudo salir en peor momento. – me reprendió esta vez Sarah, desde el regazo de Paul, el cual, al igual que el resto de mis hermanos. Se estaban burlando de mi mientras las improntas obviaban lo mal que había estado mi comportamiento.
-mira, yo sé que nadie pidió nuestra ayuda. – dijo Louisa, llegando con Anna desde la sala.
-pero vamos a brindártela. – completo Anna.
-no lo nieguen, nuestra ayuda es necesaria. – dijo Louisa, mirando a todos los miembros de la manada.
-uy si, si vieran como yo estoy de agradecido por su ayuda. – comento Brady con evidente sarcasmo, ganándose un cucharadazo en la cabeza por cortesía de Monserrat, el chico solo se sobo la cabeza mientras fulminaba con la mirada a su agresora.
-mira Jake, nos necesitas. – me dijo esta vez Kim. – acepta que la cagaste y mucho. – me dijo, de nuevo con un deje de reproche, luego de ellos escuche la palabra ‘mucho’ salir de la boca de cada una de las improntas, como si de un eco se tratará, vaya efectos especiales.
–solo escuchalas. – dijo Seth en defensa de las improntas. – puede que sirva de algo. – dijo encogiéndose de hombros para regresar su atención a la comida.
-¡ya! Como sea. – dijo Monse. – en resumen, en la tarde pasaremos al hospital por Nessie y April, luego pasaremos la tarde en Seattle, de regreso en casa tu llévale flores y pídele disculpas.
-esperen. – dije frunciendo el ceño. - ¿en qué me ayuda que salga con ustedes esta tarde?
-fácil. – dijo Louisa. – nosotras vamos a darle una buena tarde para que olvide tu estúpido comportamiento.
-perdón, pero. – dije de nuevo. - ¿de dónde sacan ustedes que pasar la tarde con ustedes le da buen humor a alguien? ¿Quién las engaño de esta manera? – mis hermanos de manada soltaron una ruidosa carcajada mientras chocaban sus manos con las mías, al tiempo yo estaba siendo fulminado por cada una de las miradas de las improntas.
-eres un idiota desagradecido. – comento Nicky, pasando en dirección a la cocina, todos la miramos con sorpresa, pues el decirle tal tipo de palabras a alguien no era propio de ella, mire a Quil en busca de una explicación.
–bueno... Nicollette tiene razón. – dijo, ganándose el asentimiento de todas las improntas.
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