–¡señoritas!– dijo con emoción Martín, al sentarse en nuestra mesa, April y yo intercambiamos miradas confusas pues llevábamos ya algunos días preguntándonos el porqué del repentino cambio del chico, pues si bien no parecía molesto por la última vez que intente persuadirlo de abandonar sus sentimientos por mí, tampoco parecía interesado en recordarlo, es más, Martín actuaba como si la tarde en aquella cafetería en la cual eligió confesarme sus sentimientos nunca hubiera sucedido, como si nunca hubiéramos estado allí y sobre todo como si yo nunca le hubiera dicho que entre nosotros no sucedería nunca nada, debo confesar que su decisión repentina me causaba algo de tranquilidad, nuestro trato amistoso no se vio afectado por ello y ahora solo parecíamos, nada más ni nada menos que unos buenos amigos. –Elisa Berns hará una fiesta en su casa hoy. – dijo con emoción, me gire para ver a Elisa que se encontraba a unas cuántas mesas detrás de nosotros, la chica hacia parte del club de teatro y a mí parecer, era una persona bastante agradable.

–¿Hoy? – preguntó April rompiendo el silencio.

–¿si sabes que los viernes los adolescentes van a fiestas? ¿No es así, Peachy? – le pregunto Martín con un deje de burla que logró contagiarme, pues ninguna de las dos solíamos asistir a fiestas y de buena fuente sabía que en la agenda mental de April y como todos los viernes, hoy tendría un maratón de clásicos de Disney, como llevaba haciendo en el último mes, y en este día le correspondía ver Toy Story.

–¿Y eso que con nosotras? – le pregunto ella, un poco irritada por lo que asumí, se debía a que Martín se había burlado de nuestro poco desenfreno adolescente.

–¡vamos! Chicas, es viernes. – comento irguiendose en su sitio con una expresión de emoción. – todos los del club de teatro estarán allí, Nessie, Julieta debería pasar tiempo con sus compañeros de escena ¿No crees? – me preguntó con un pequeño puchero, me gire para clavar mi mirada en April que parecía perdida en su teléfono móvil.

–April. – mencioné para llamar su atención, la pelirrosa levanto la mirada para centrar su atención en mi. – ¿Deberíamos ir? – April resopló ante mi pregunta.

–¿Tú quieres ir? – preguntó un poco irritada y sabía que se debía a que sus planes de pasar la noche viendo Toy Story estaban siendo truncados, asentí tímidamente ante su pregunta pues asistir a una fiesta de instituto era de cierto modo, algo que quería experimentar. – sabes que ir a fies...

– ¿Qué tal si Brady te acompaña? – preguntó Martín, interrumpiendo su oración.

– claro que me acompañará. – le respondió ella con seguridad. – ¿Acaso pensaste tan solo por un momento que el no iría?

– n... No. – respondió el con confusión. – ¿No? – intento de nuevo, al ver como April lo miraba inquisidoramente.

–¿Quién me llevará a casa si no lo hace el? – pregunto ella de nuevo. – ¿Lo harás tú? – Martin se llevó la mano al pecho, con una expresión de confusión mientras yo me reía internamente del ataque sin sentido que April le estaba lanzando. – ¿Nessie, tu llevaras a Jacob? – preguntó ella, esta vez en mi dirección.

–Jacob estará en el... Ammm – me fijé en la expresión de Martin que me miraba con atención. – taller, si , taller. – dije, pues tenía entendido que tenía turno en el bosque.

–¿Tarde en la noche? – preguntó Martín con interés.

–si, es que... Ammm, un cliente necesita su auto urgente, porque ammm viajará mañana, entonces tendrán que trabajar esta noche también... Creo.

–¿Creo?

–¿Creo? – devolví entrando en pánico.

–dijiste creo ¿Porque...

–bueno, ya. Como sea. – mencionó April interrumpiendo, mientras yo aprovechaba la distracción para tomar una bocanada de aire en un intento de calmar mis nervios. – ¿Porque te interesa tanto Jacob? – le pregunto April y de repente el que empezó a balbucear en busca de una respuesta fue Martín.

–bueno. – dijo al final, poniéndose en pie frente a nosotras e ignorando la pregunta de April. – las veré en la noche. – dijo girándose para alejarse, al cabo de dos pasos se giró de nuevo en nuestra dirección. – ¿Quieren que pase por ustedes esta noche? – April y yo intercambiamos miradas, como si en silenció pudiéramos hacer un intercambio de opiniones.

–no. – dijo ella al instante, regresando su atención a el. – Brady se hará cargo de nosotras, pero gracias por ofrecer tus servicios, Romeo. – mencionó ella.

–cuando quieras, Peachy. – dijo guiñando un ojo en dirección a ella. – Julieta. – mencionó llamando mi atención. – te veré esta noche. – y dicho esto se retiró entre las mesas abarrotadas de estudiantes.

–Julieta. – comento April en un tono meloso, llamando mi atención, rode los ojos ante su llamado.

–tu empezaste llamándole Romeo. – dije llevándome a la boca la última rebanada de manzana que me quedaba.

– apuesto que le gusta que le llamen así. – dijo con un tono burlón.

– ¿Porque siento que estás muy prevenida con respecto a Martín?

– porque su acto de pérdida de memoria selectiva en los últimos días me parece sospechoso. – dijo, ofreciéndome la cajita de jugo de mango, que ella no planeaba beberse pues no le gustaba.

– ¿Porque eres así? – cuestione bebiendo un poco del jugo. – tu siempre dices que es un buen chico. ¿Insinuas que trama algo? Y ¿Si trama algo porque estamos yendo a una fiesta con el esta noche? – cuestione en un susurro, pues no quería hacer a nadie más participe de nuestra conversación.

– a ver... Nessie. – mencionó colocando sus dedos en el puente de su nariz, me pregunte cómo era que su pose para recriminar se parecía cada vez más a la de Leah, en definitiva Leah se estaba convirtiendo en su auténtica madre. – no es como que te pueda emborrachar y aprovecharse de ti. – abrí los ojos con sorpresa al escuchar lo que April insinuaba. – pero no descarto que lo intente.

– ¿Porque estamos yendo entonces? – insistí, mirando en todas las direcciones de la cafetería.

– para desenmascararlo. – dijo, quise soltar una carcajada ante la locura que acababa de decir, pero el sonido de la campana acaparó toda la atención mientras el chirrido de las patas de las sillas contra el suelo y los ruidos metálicos de la bandeja inundaban toda la estancia.

– estás muy loca. – dije al momento que colgaba el bolso de mi hombro derecho, April se encogió de hombros para empezar su caminata junto a mi.

***

– pasaremos por ti a las ocho. – dijo April, asomando la cabeza por la ventanilla del copiloto cuando yo había terminado de acomodarme en tal sitio, me gire para ver a Jacob que se había quedado pasmado mirando el lugar por el cual el ondulado cabello rosa había aparecido para desaparecer inmediatamente luego de soltar aquella frase.

– No es otra maratón ¿O si? – preguntó con interés.

–¿Cómo sabes que no lo es? – cuestione entrecerrando los ojos con escepticismo.

– porque Brady tiene la noche libre y sé que no vas a sus planes cuando el se queda en casa con ella. – mencionó recordándome el hecho, de que por más que ella lo intentará. No era muy propio de mi hacer de violinista en sus citas.

–bien... Tienes razón. – dije señalandolo juguetonamente con mi dedo índice. – iremos a una fiesta juntos.

– ¿Una fiesta? ¿Solo ustedes dos? – cuestionó, con un deje de molestia que me obligó a erguirme, confusa por su reacción.

– No solas, Brady irá con nosotras. – explique con tranquilidad.

– ¿Quiénes más estarán allá?

– creo que son solo los del club de teatro.

– ¿Los del teatro? ¿También... – Jacob me miró un par de segundos con una expresión confusa, su ceño fruncido y un leve deje de molestia que se hacía más notorio en su tono de voz.

– también ¿Que? – dije en un intento de que este hablara de nuevo.

– olvídalo. – mencionó regresando la vista al frente, para encender el motor. – solo no bebas, no quiero que te embriaguez. – frunci el ceño ante su comentario.

– ¿Que? No pasará nada si bebo. – Jacob suspiro de forma Sonora y apagó el auto para centrar su atención de nuevo en mi.

– claro que pasara, pense que por tu naturaleza no sucedía, pero si ¿Acaso no recuerdas el día de tu cumpleaños? Es más... No recuerdas algunas cosas, precisamente porque estabas ebria. – entrecerre los ojos aún más confundida que antes.

– ¡Dios! ¿De qué hablas? – exclamé un tanto molesta por su actitud sobreprotectora. – ese día estaba débil ¿Ok? – dije en mi defensa. – pero ahora es diferente... Casé hace dos noches, tengo mayor resistencia.

– Nessie...

– ¡Rayos, Jake! – dije, dejándome caer en el espaldar de la silla llena de frustración. – deja de pensar que soy débil o que no se cuidarme sola, creeme, se como hacerlo... Nisiquiera eres mi padre ¡Dios! Es más difícil conseguir que estés de acuerdo con algo a conseguir un permiso de parte de mis padres. – Jake, que me miraba con atención ante cada una de mis palabras asintió levemente ante lo que acababa de decir, en total silencio regreso su atención al frente y echo a andar el auto, su mandíbula se tensaba mientras hacia el más simple acto que consistía en llevarme a casa, sin embargo, yo sabía que si su mandíbula se cerraba de tal modo que yo temía que sus dientes se destrozaran era porque evidentemente, la idea de la dichosa fiesta, no le había agradado ni un poco, ignore su mal genio segura de que aquello era problema suyo.

JACOB'S POV

– vaya, pero que guardado te lo tenías. – dijo Paul juguetonamente mientras golpeaba su hombro con el mío, solté un gruñido en su dirección, en advertencia, de que las preocupaciones que acababa de ver en mi mente no era algo que me interesará que mencionará en este momento. –¿Acaso quieres pelear? – preguntó el, Rode los ojos, pues estaba frente a uno de los más temperamentales dentro de la manada, claro que yo no le tenia miedo, es más, entre nosotros ya había habido una pelea una vez.

– ¡Wow! ¡Wow! – exclamó Quil metiéndose entre nosotros. – no es momento de una pelea entre ustedes.

– ¡Oh! Vamos, Quil. – dijo Collin desde detrás de nosotros. – ¿Porque siempre te la quieres dar de pacifista? Deja que se claven el colmillo, hermano.

– en vez de ser parte de la manada, deberías unirte a las hermanitas de la caridad. – mencionó esta vez Jared, a lo que Quil clavo sus zarpas entre el suelo lleno de musgo y hojas levantando un montón de estas que terminaron aterrizando en los hocicos de Collin y Jared. 

– tu frustración está logrando frustrarme. – me dijo Paul, silenciando así los gruñidos que Quil estaba recibiendo por su anterior acto. – vete, saca esa niña de esa fiesta, si tanto te molesta que pase tiempo con ese otro pendejo, o vete a vivir tu frustración entre las cobijas, estoy cansado de sentir lo celoso e irritado que te sientes. – comento con un deje de molestia, cómo era normal en el.

– no me digas cómo actuar. – mencioné, molestó también por su jodida actitud. – lo que yo haga o deje de hacer es mi problema.

– Jake. – mencionó Quil, acallando los gruñidos que Paul y yo estábamos intercambiando. – tú no quieres estar acá. – me gire para ver a Jared y Collin que escuchaban atentos.

– vete. – mencionó Jared. – no pasará nada por uno menos.

– además... Nisiquiera estás concentrado. – comento Collin, sin decir nada más continuaron su camino, apartándose de mi mientras yo me debatía si continuar con mi responsabilidad con la manada o ir en busca de Renesmee en ese mismo instante.

RENESMEE'S POV 

Titanium de David Guetta estaba logrando hacer saltar cada florero, reloj, recipiente y básicamente, cualquier cosa, que se encontrará sobre cualquier superficie de la casa, frunci el ceño al ver como en una esquina de la habitación Lana, que a mí parecer siempre había sido el ser más inocente en nuestro curso se besaba apasionadamente con el capitán del equipo de baloncesto, lo cual, además me advertía que acá había mucha más gente que solo los del club de teatro.

–te dejaré unos minutos sola. – Chillo April en mi oido, como si tan solo con susurrar no logrará advertirme, me gire para verla alejarse de mi esquivando a la gente con ayuda de Brady, supe que no sería solo unos minutos cuando los vi subir las escaleras en dirección a alguna habitación, esto ya era algo muy atrevido para alguien que días atrás había planeado dedicar está noche a ver películas animadas en su casa.

–¿Segura que solo quieres Coca-Cola? – preguntó Martín en mi oido, ofreciendome la bebida pues minutos antes había desaparecido para traerme una bebida.

–asi esta bien, el alcohol no me gusta. – expliqué, el chico me miró un par de segundos con una expresión confusa, su mirada se desvió hacia la masa de personas y regreso a ponerla sobre mi.

– ¿Bailas? – preguntó ofreciéndome su mano, accedí a hacerlo solo porque todos los adolescentes en el centro del lugar parecían divertidos mientras bailaban, y yo pretendía obtener un poco de esa diversión para así disipar el mareo que sentía a causa del alto volumen de la música y el olor a licor que llegaba a mis fosas nasales desde todas las direcciones.

Luego de un par de canciones cuyo ritmo y baile parecía consistir en bailar con cuidado de no golpear a nadie a tu alrededor, me detuve al notar que Martín lucía cansado, el chico se inclinó hasta mi altura para acercar su boca a mi oreja.

– ¿Quiere tomar algo de aire fresco? – preguntó, gritando al igual que April, pero el a diferencia de ella, el no sabía que yo podía escucharle con que susurrara solamente.

Estar afuera era mil veces más fresco que el infierno que se estaba desatando adentro, camine junto a Martín hasta un par de troncos ubicados en el verde pasto delantero de la casa de la familia Berns, mire al cielo estrellado mientras Martín, a mi lado, luchaba por recuperar el aliento.

–¿Cómo es que no estás cansada? – preguntó luego de un par de segundos en silencio.

– solo... Tengo buena resistencia. – explique con una sonrisa.

– creí que yo también. – dijo empezando a reír apenado, risa a la cual me uni. – no haces parte de ningún equipo en el instituto, por eso no imagine que fueras atlética.

– es que soy muy fuerte. – dije, esforzandome que sonara como broma, aunque fuera una realidad. – sería injusto con los demás. – Martín me miró en completo silencio para luego estallar en risas ante mis palabras.

–incluso eres graciosa. – comento. – tú lo tienes todo. – dijo elevando su mano para agarrar un mechón de pelo que se Mesía con la brisa y ubicarlo detrás de mí oreja, su acto me dejó helada mientras el me sonreía con su perfecta dentadura.

El sonido de una llamada entrante proveniente de mi teléfono móvil llamo nuestra atención, el identificador de llamada tenía como contacto a –Jake– fruncí el ceño, aún era difícil acostumbrarme al pequeño teléfono móvil que tan solo hace un par de días el había conseguido, pero también sabía que este no salía de la guantera de su auto y sobre todo sabía que Jacob Black debía encontrarse en su turno en medio del bosque ¿Cómo era que estaba llamándome?

– Nessie ¿Dónde estás? – reconocí su voz en cuanto esté hablo, me gire con confusión tratando de ubicarme, aún con lo desconcertada que me encontraba en el momento. – Nessie... – insistió.

– ammm no se. – dije nerviosa por la sorpresa. – ¿Sabes dónde queda la oficina de correo de Forks?

– lo sé.

– es al final de esa calle, tu...

– estaré allí en cuestión de segundos. – dijo y sin más, la llamada fue finalizada.

– ¿Viene el por ti? – preguntó Martín llamando mi atención, pues llevaba ya un par de segundos recorriendo el largo de la calle con la mirada.

– si. – dije sin molestarme en mirarlo.

– ¿Y tú te quieres ir ya?

– si, estoy un poco cansada. – conteste casi sin pensarlo.

– Nessie. – insistió el, tomando mi mano obligándome así, a mirarlo. – no tienes que hacer lo que él te diga, tu eres libre de quedarte o irte, es solo tu decisión. – lo mire con confusión, la expresión en sus ojos denotaba sincera preocupación y me lamente el haber creído tan solo un poco de las terribles insinuaciones que April había hecho sobre el en la mañana.

– no te preocupes. – le dije con un tono suave. – nadie me está obligando a nada. – en ese momento el característico sonido de la camióneta se oyó doblando la esquina, me gire para interceptarla con la mirada.

– Nessie. – insistió, obligándome a mirarlo de nuevo. – la última semana. – mi corazón se aceleró, sabía a qué iba todo esto y el que Jacob lo escuchará no hacia parte de mis escenarios indeales. – trate de verte...

– Martín...

– Nessie, por favor... Hice lo que pidiste, hacerme a la idea de que no habría nada entre nosotros... No es posible, yo quiero una oportunidad contigo.

– Martín, no. – dije casi en un susurro como si así fuera a evitar que Jacob escuchara. Justo en el momento que se aparco frente a nosotros.

– Nessie, TU me gustas. – insistió, claro que ¿Cómo culparlo? ¿Como sabria el que los cuatro metros que nos separaban de la camioneta era suficientes para que Jacob escuchara? Me sobresale al escuchar que Jake cerraba de un portazo la puerta al bajarse por esta, lo vi rodear la camioneta con el ceño fruncido mientras la oscuridad de la noche producía una sombra casi macabra en su expresión, me puse en pie automáticamente al verlo. Detrás de mí pude escuchar como Martín soltaba un resoplido.

– que suerte tiene ese idiota, ella insiste en que sólo tiene ojos para el. – el comentario de Martin había sido en un tono bajó, como si fuera solo para él, como si de lo dijera así mismo en su leve estado de ebriedad, pero yo lo escuche y sabía que Jake también lo había escuchado, el corazón se me cayó al suelo con aquello, mis pies parecían de plomo y me sentía incapaz de caminar hasta la camioneta donde Jake, ahora con una expresión confusa, esperaba que yo me acercara a esta.

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Bebés,
¿Cómo están?
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