Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Roses

Dedicada a LarryNiamShipper Gracias por ser mi amiga incondicional y también por todos esos momentos de fangirleos que pasamos juntas. Se que amas tanto esta pareja como yo.
_________________________________

Escuchaba.

Atento a cualquier movimiento, sonido u olor que se presentase en el ambiente. Pasaron unos minutos y...

Nada.

La frustración comenzaba a dominar el cuerpo de Steve, aún así su porte y mirada no reflejaban molestia alguna, ya estaba acostumbrado a las diferentes situaciones que Tony le hacía pasar, la tardanza era una de las más típicas de él. De repente ese familiar y dulce olor llegó a el, embriagandolo como siempre.

Y suspiró por dos motivos: Uno, porque se había ido aquella terrible sensación de preocupación que comenzaba crecer a cada minuto. Y dos, porque la fragancia del castaño siempre tenía ese efecto en él. Y allí estaba Anthony Stark, tan fiel a su estilo, sonreia como sí no hubiese hecho esperar al licantropo una hora por el. Steve lo observó con sus inmensos ojos azules en busca de algún rasguño o cicatriz que el otro pudiera tener, para su tranquilidad no encontró nada fuera de lo ordinario.

—Llegaste demasiado temprano, Rogers —Comentó el vampiro mientras  se recostaba en la sombra de un viejo árbol.

El inmenso lobo de color castaño claro lanzó un gruñido de molestia.

—Tranquilo jefe, tampoco es como sí hubieras pasado el día entero aquí —Respondió sarcasticamente acercándose al animal— Además, es bueno tomar aire fresco de vez en cuando.

El alfa sólo rodó los ojos divertido, negando con la cabeza. No estaban muy lejos de la mansión, y al cruzar las grandes rejas de metal, fue que el cambia formas se fue. Tony abrió las puertas de su querida casa y sonrió al estar por fin en su hogar, pasó los dedos por el órgano que se encontraba al pie de la gran escalera que llevaba a los demás pisos. Segundos después, Steve apareció ya en su forma humana, vestido con una vieja camisa a cuadros y un jean.

—A pesar del grato silencio, la casa siempre se siente vacía sin ti —Confesó el rubio observando los movimientos del más chico.

—Sólo fue una semana, Steve, y de todos modos dijiste que irías con tu manada unos días.

—Aún así te extrañe, Tony.

El de ojos chocolates lo miró con ternura y una pizca de tristeza. El también lo había extrañado pero la cacería era algo vital para el Stark, sus pensamientos comenzaron a entristecerlo así que cambió rápidamente de tema.

—Mi padre vendrá está noche ¿No? —Inquirió con rapidez, tratando de no girar en dirección al más alto.

—Sí, pero aún es temprano y sí quieres podríamos pasar el rato en el jardín, tú mismo dijiste que el aire fresco es bueno —Propuso Rogers sonriente.

—Me encantaría, pero me siento algo cansado, iré a descansar. Lo siento, Cap —El rubio asintio decepcionado y el castaño le dirigió una última mirada antes de desaparecer dentro de su recámara.

El inmortal cerró la puerta de su habitación con pesadez, cada vez se le dificulta más el decirle "No" a esos ojos color cielo. Se deslizó por la puerta y abrazando sus piernas, comenzó a dejar que sus verdaderos sentimientos salieran a flote. No sabía desde cuando es que había comenzado a sentir cosas por el licantropo pero al darse cuenta de lo que significaba decidió que lo mejor era apartarse y tratar de evitarlo. Aún así solo bastaba que el rubio le dedicase una sonrisa para que Tony se sintiera sumamente nervioso. Se dirigio hacía la última ventana de su habitación y discretamente observó como Rogers dibujaba frente a los rosales blancos. Y con esa última imagen en mente dejo que Morfeo lo hiciera descansar.

Afuera de la habitación de Anthony, se encontraba Steve decidido a afrontar lo que vendría esa noche ¿Qué sí aquello era una locura? Completamente, pero a pesar de todo lo que pudiera desencadenar en el futuro, él iba a hacer lo que le dictaba el corazón, y deseaba con todo su ser que el hombre que acaba de retratar le correspondiese.

La campana sonó anunciando las seis de la noche y Tony se encontraba alisandose su saco de vestir frente al espejo. No le agradaban aquellas visitas que le hacía su padre, siempre hacía recordarle su verdadera naturaleza: Un vampiro enfermo o "Un vampiro defectuoso" como le decía Howard en su adolescencia.

Y si, el primogénito de Los Stark había venido al mundo enfermo y débil. Sin poder tener aquellos dones que los de su clase poseían, sin tener aquella piel fría que los caracterizaban, sin tener ese bello brillo a luz del sol, ni el correr a tanta velocidad cómo los demás. Una preocupación constante para su madre y una enorme decepción por parte de su padre se sumaban a la lista de defectos que hacían que detestara su forma de ser. Los antiguos enemigos de la familia no demoraron en enterarse y al hacerlo amenazaron en atacar el punto débil de los Stark, fue por eso que sus padres habían recurrido a la única criatura capaz de matar a los de su clase, hombres lobos.

De a partir de allí fue que creció con ellos protegiendolo de cualquier amenaza, y de esa forma fue que por uno de sus guardianes, una loba beta llamada Sarah conoció a Steve aún siendo este un cachorro. No congeniaron a la primera claro está, pero, al ser los únicos niños en la mansión fueron obligados a llevarse bien y a las pocas semanas  es que comenzaron a iniciar su amistad. Más unos años después hubo un feroz ataque, en el que se perdieron varias vidas de licantropos, entre ellos la de Sarah, y al ver que Steve quedaría huérfano, Los Stark decidieron brindarle apoyo, cuidando de él hasta que el así lo quisiera.

Fue a los trece que las hormonas de un Alfa Puro se hicieron presentes en él, y siendo está una raza muy rara y poderosa no se necesitó más guardias para velar la seguridad del castaño.

Steven y Anthony crecieron juntos, el ojiazul formó una manada y el de ojos chocolates recibió parte de su herencia, sin embargo seguían viviendo juntos como sí nada hubiera cambiado.

Aunque en estos últimos meses sí lo habían hecho.

Pocos minutos después ambos hombres aparecieron en la elegante sala. Tony lucía un elegante traje color azul noche que lograban resaltar sus delicadas curvas, cosa que hizo sonreír embobado a Steve. El rubio en cambio, portaba un traje militar color verde ocre del cuál colgaban ciertas medallas de honor. Sí, una de las cosas de las cuales Steve estaba muy orgulloso es del haber servido a su país en varias guerras, su naturaleza le ayudo bastante pero era muy talentoso en ese ámbito. El conjunto del soldado logró que Tony contuviera la respiración, más su autocontrol ayudó bastante a ocultar lo ruborizado que se encontraba en esos instantes.

—Luces hermoso, Tony —Aludió sinceramente el Capitán. El moreno algo avergonzado por el directo pero dulce comentario se rasco la nuca sonriente.

—Tú tampoco luces nada mal, soldadito de plomo.

Y fue a los pocos minutos que la puerta se tocó, rompiendo el ambiente creado por ambos hombres. Steve decidió abrir la gran puerta de madera y saludó alegremente a los señores Stark, imitandole, Tony abrazó cariñosamente a su madre y estrecho la mano de su padre firmemente. La noche pasó sin pena ni gloria, hablaron todo y de nada a la vez y recordaron viejas anécdotas.

—¿Y Steve? ¿Qué me cuentas sobre Peggy? ¿Sentaron cabeza ya? —Preguntó Howard curioso sobre la situación amorosa del lobo. Tony que tenía una postura relajada se tenso y puso toda su atención en el cuestionado. Steve sonrió de lado y negó con la cabeza.

—La verdad es que hay otra persona a la cuál realmente quiero.

—¿Y quién es la chica? ¿Eh, Steve? —Dijo Maria uniéndose a la conversación. El rubio observó unos segundos a Tony que bebía una copa de vino tranquilamente y respirando profundamente, se paró y miró con seguridad a los confudidos padres del vampiro.

—Señor y señora Stark, se que ustedes me aprecian y también se de lo mucho que aman a su hijo. Es por eso que el día de hoy, delante de ambos y de Anthony es que deseo pedirles oficialmente permiso para poder cortejar a su hijo.

Tony tosio fuertemente al haberse atorado con el vino que hace pocos segundos acababa de probar, María observaba sorprendida al soldado y aún aturdida miró con temor a su esposo que contra todo pronóstico soltó unas grandes carcajadas.

—¿Es una broma no? —Preguntó el menor de los Stark una vez repuesto.

—No lo es... —Respondió un serio Capitán deborando al otro con la mirada, las carcajadas de Howard pararon al escuchar la afirmación del lobo.

—Steve, ¿Estás conciente de lo que estás pidiendo? —Inquirió María preocupada.

—Señora Stark, créame que estoy seguro de mis sentimientos y yo quie...

—¡NO! —Interrumpió Howard furioso por la sola idea de ver a su primogénito emparejado con un cambia formas —¡De ninguna manera permitire eso! —La mujer al ver lo alterado que estaba su esposo se paró incitando que la imitara.

—Howard, será mejor que hablemos esto a solas —Recomendó su esposa, ganandose una mirada molesta del hombre que se negaba a dejar a ambos solos— Howard, porfavor... —Usó un tono de voz que hizo que la irá del vampiro menguara, ambos se dirigieron al estudio y justo antes de entrar María le dedicó una dulce sonrisa a ambos hombres.

El silencio comenzó a abordar la sala y Tony era un lío dentro de sí, tenía los sentimentos a flor a piel y distintos pensamientos comenzaron a pelear en su interior.

Se paró, sintiéndose un manejo de nervios, y creyó que lo mejor era irse del lugar que comenzaba a abrumarle de repente .

—Tony...

—Sólo, dame un tiempo... —Casi rogó la voz del castaño que sin poderse sentirse capaz de mirarle a la cara caminó rápidamente hacía su biblioteca personal.

Todo dentro de aquel lugar era penumbras excepto por cierto ventanal que estaba abierto y alumbraba al Stark lleno de melancolía, Steve entró tiempo después a la habitación posicionandose a su lado. El Capitán acarició con suavidad la palma del otro haciéndolo suspirar bajito.

—Sabes perfectamente que no soy una bella loba omega que podría darte la familia que anhelas.

—Lo sé pero no quiero a nadie más que a ti. Se que esto es repentino, pero creí que era correcto hablar con tus padres antes de empezar el cortejo. Tan sólo, déjame demostrarte que soy alguien digno de tí.

El vampiro rió con tristeza mientras negaba con la cabeza.

—Steven, tú te mereces el mundo entero y yo no sé sí soy capaz de darte todo eso —Tony miró a Rogers con los ojos brillosos por las lágrimas que amenazaban por salir.

El soldado sintió su corazón encogerse al verlo tan frágil y besó su frente con devoción susurrando:

—Tú eres todo lo que necesito.

Y fue todo lo que quería oír.

Ambos se fundieron en un abrazo lleno de sentimientos y fue en ese instante que se sintieron completos, sabían perfectamente que luego de eso no podrían dejarse ir de ninguna manera.

Tony ocultó el rostro en el cuello de Steve sintiéndose plenamente amado.

—¿Entonces eso es un sí? —Preguntó el ojiazul embriagandose con el aroma del más bajo que reía por la pregunta tan inocente de su pareja.

—Sí, anciano, sí acepto casarme contigo —Respondió sarcasticamente logrando hacer reir al licantropo.

—Falta un poco de tiempo para eso pero es bueno saberlo.

Tony acarició el rostro del Capitán con amor, sonriendole como nunca antes lo había hecho.

—Mi padre es capaz de hablar a Los Voulturis sí se entera de que pienso casarme contigo, Steve.

—Puedo sobrevivir a eso, además tengo a mi manada, ellos sabrán cubrirnos las espaldas.

—¿Crees que les llegue a agradar? —Inquirió el inmortal mirando ese par de océanos que adoraba ver.

—No tienen opción de todos modos.

Ambos se miraron enamorandose de las facciones del otro, el lobo se apartó suavemente del vampiro sacando de un bolsillo una rosa blanca que entregó tiernamente al castaño.

Una sonrisa nostalgica apareció en él y dejándose llevar por sus instintos besó al rubio sin importarle lo que la sociedad pensase de ellos, se amaban y la luna era testigo de ello, iluminandolos con todo su esplendor.

«Un pequeño Anthony lloraba frente a los recién abiertos rosales que se encontraban frente a él, ese día era su cumpleaños pero en vez de recibir un abrazo de parte de su progenitor, recibió gritos culpandolo por todo el desastre que ocasionó la última riña de sus guardianes contra los vampiros que querían asesinarlo. Pero él sólo era un niño y no entendía porque le recriminaba eso, y lo único que pudo hacer es irse corriendo al jardín de su madre, Steve que escuchó los gritos del señor Stark, corrió buscando a Tony por todos lados y lo halló sollozando, tapando su pequeño rostro con sus brazos, rápidamente buscó algo que alegrase al niño y reconoció una linda rosa blanca entre las diferentes rosas que crecían allí. Se acercó con disposición a darsela pero una de las espinas se clavó en su dedo haciéndole chillar de dolor, el castaño fue rapidamente hacía él al escucharlo y le entregó amablemente su pañuelo al ver que la herida empezaba a sangrar.

—Era para tí... —Se excusó el rubio haciendo que Tony le dedicase un hermosa sonrisa.

—Gracias, Steve —Respondió el vampiro besando rapidamente la mejilla de un ruborizado cachorro y corriendo hacía la mansión dejando a un atonito Steve»

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro