—¿Vas a algún lado? —La voz de mi madre me hizo dar un respingo, casi caigo por la ventana, gracias a dios me sujeté fuerte de esta.

Genial, menuda pillada me ha dado

Preparo mi más tierna sonrisa y me volteo para verla a los ojos. Ella se encuentra en la puerta de la habitación con los brazos cruzados.

—Solo iba a dar un pequeño paseo. —Miento, lo siento madre, te amo, pero ahora debo ir a por Damien.

—Ese pequeño paseo tiene que ver con un chico de uno noventa, medio narcisista. —Abro los ojos debido a la sorpresa, mientras ella entra a la habitación cerrando la puerta. —Diana me contó sobre él.

—Mamá.... —¿Por donde empiezo a contarle?

—Sabes que tu padre y Bruce fueron enemigos. —Me siento a su lado asintiendo. —Así que es algo irónico que sus hijos estén... ¿Cómo definiría tu relación con Damien?

—Ni yo misma sé, un día me dijo que yo era su novia y así se sintió... Pero se fue. —No evito sentir la picadura de la decepción al decir que se fue.

—¿Y que sientes respecto a el? —En sus labios se dibujó una sonrisa traviesa.

Ufff ¿Qué siento respecto a Damien? Me siento bien, me siento... En mi lugar. —Yo creo, no, estoy segura de que siento....

—¿Amor por él? —La sonrisa de mi madre se extiende cuando asiento avergonzada.

—¿Pues a que esperas? —Se pone de pie frente a mi. —Es hora de que vayas por tu chico.

...

—Así que vienes por mi hijo. —Escuché la voz de Talia en la penumbra de la sala hacia donde los ninjas me llevaron luego de que aterrizara en Japón. — Vienes a buscar la ultima pieza de tu juego de muñecas.

—¿De que hablas? —Pregunto sin voltearme hacia ella. —¿Qué piezas?

—Tú, hermano, tu padre, tu madre y ahora tu novio. —Escucho su risa —Todo apunta a que tratas de conseguir la familia perfecta, la que se ve en TV y para eso necesitas un novio con problemas familiares.

—Estás loca. —Es lo único que digo sin alterarme. —Vengo a buscar a Damien porque no es justo que esté aquí, no es justo que el haya perdido su libertad por mi, cuando ni siquiera fueron útiles tus servicios.

—¿No es justo que esté aquí? ¿Perdió su libertad? —Su mano se posó en mi hombro. —Aquí Damien puede ser quien sea, aquí Damien si es reconocido mientras que allá siempre será la sombra de su padre. El ayudante, aquí es el líder el demonio.

Me empuja hasta lo que parece una puerta se abre dejándome ciega por unos instantes debido a la luz. Cuando consigo ver, lo primero que noto son varios hombres vestidos como ninjas arrodillados, luego un largo camino rojo sigo el camino y es cuando lo veo. Su mirada es diferente es oscura, su cabello está mas largo, nuestras miradas se encuentran y no hay reacción. Se mantiene frío.

—El no te mandó a llamar. —Susurra Talia en mi oído. —Fui yo, yo lo hice antes de que tú quisieras venir por tu cuenta, lo hice para mostrarte al nieto de satán , al nuevo rey del infierno.

En mis labios se dibuja una sonrisa, ¿enserio pensaba que iba a dejar de quererlo por que me mostró su lado oscuro? Sorpresa también hay una Lara oscura, una que se muere por matar a Lex Luthor, una que no le importa nada con tal de mantener a la familia que acaba de reunir, hay lugares que la luz de luna no consigue iluminar.

—Lara Kent. —Damien se dirige hacia mi cuando todo los hombres se ponen de pie.

—Damien a Ghul. —Ni corta ni perezosa comienzo a caminar hasta él. —Damien Wayne... Simplemente Damien.

Me detengo frente a él mirándolo a los ojos, llevo puesto mi traje de Moonligth que cuenta con unas botas que me hacen cuatro centímetros más alta, pero aún así no llego ni siquiera a la altura de su cuello.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a buscarte.

Sus ojos avellanas se mantienen sobre los mios luchando, peleando porque yo retire la mirada, me pide silenciosamente que me vaya, pero no lo haré, cuando todos querían que fuera una mártil, y buscaba que la esperanza se mantuviera en mi. Cuando perdí la esperanza desde la distancia el hizo lo imposible para encontrar a mi madre por mi. Nunca he estado sola, el siempre ha sido mi compañía, mi Luz.

—No voy a volver. —Se atreve a hablar. —No pertenezco a allá.

—Repitelo más veces y tal vez te lo creas.

—Date por vencida Lara. —Camina el paso que nos separa. —Soy un monstruo... Un asesino.

—¿Y? —Levanto una ceja. —Piensas que eso me hará desistir... Recuerda que fuiste tú que me enseñaste que nada es imposible.

—No tengo ninguna razón para volver... No pienso seguir siendo el ayudante de mi padre. Y él nunca me dejará ser Batman.

Pongo los ojos en blanco. —¿Me ves llamándome Supergirl? No tenemos que ser ellos, tenemos que ser nosotros mismos. —Señalo mi traje. —Piensas que seguiré el mismo camino de mi padre. ... Llevo la S porque si, no porque espero a que el se la quite, Damien puedes ser quien quieras ser, yo estaré aquí para apoyarte... Asesino, héroe, tú me diste la mayor enseñanza de todas, creer en mi misma y seguir mi instinto, nadie nunca ha creído tanto en mi como tú y es hora de que yo lo haga por ti. —Tomo su rostro entre mis manos olvidándome de que todos nos observan. —Quieres una razón para volver... Jennifer Wayne, tú hermana, sin ti, no es la misma, su sonrisa no es igual, te extraña como a nadie, ella te quiere más que nadie. —Su mirada hace que mi piel arda, hace mucho que dejó de ser fría ahora es de deseo. —Quieres otra... Te amo.