☽27☾
Okey, esta mujer que ni conozco lleva media hora explicándome que me necesita para una misión, supuestamente pertenece a la liga, pero yo en mi vida he oído hablar de ella.
Me ha enseñado fotos y por sus latidos sé que no miente. Pero me cuesta confiar en ella.
Además la misión a la que quiere llevarme es justo el día del funeral de mi madre.
Por cierto, ella es la chica que me ayudó cuando luché contra mi padre y con la que me crucé en la escuela. Tal parece que lleva bastante tiempo vigilandome.
—Diculpame Becca pero sigo sin confiar en ti. — Es lo que digo cruzándome de brazos. —Si quieres llamo a mi padre o a cualquier miembro de la Liga.
—¡No! No lo entiendes tienes que ser tú. —Lleva una mano a su cabello, parece algo desesperada para que le crea. —Tú eres la ideal para la misión.
—Disculpa pero sigo sin confiar en ti.
—Nunca podrán derrotar a Dark Said sin esa arma.
Estamos en medio del bosque aún, ahora soy yo quien está comenzando a frustrarse con esta mujer tan rara. —Pues mayor razón para avisarle a la Liga.
—Lara solo tú puedes conseguir esa arma.
—Mi padre y hermano tienen mis mismos poderes. —Suelto cruzándome de brazos. —Además sigo sin confiar en ti.
—Yo confío en ella. —La voz de Jen nos sorprendió a ambas. ¿Cuándo había llegado? ¿Por qué demonios no la escuché? —Es Rebecca Barnes... Una gran compañera. Y tú madrina.
Genial, más miembros de la familia que no conozco y según mi padre aún debo conocer a toda mi familia materna cuando lo único que necesito es a mi madre
—Hola Jen. —La saluda la mujer. —Haz crecido.
—Hola tía Bec, llevo años sin verte. —La mirada de Jen se mantenía fría. —¿Qué quieres con Lara?
—La necesito para una misión. —Becca se sentó en una roca cercana. —Ella es la única capaz de encontrar lo que vencerá a Dark Said.
Pude ver como la mirada de Jen pasaba de fría y calculadora a asombro total. Sabía que Dark Said era un asunto serio, demasiado, también sabía que yo era una buena arma, pero nunca imaginé que yo pidiese encontrar lo único capaz de acabar de una vez por todas con el.
—Yo voy con ella. —Se limitó a decir Jen. —No la dejaré sola. —Automáticamente todos los vellos de mi cuerpo se ponen de punta... Al imaginar a Damien diciendo esas mismas palabras exactas con ese mismo tono de voz. Si que son hermanos. —Juntas la encontraremos y supongo que necesitará una compañera en la lucha.
...
El plan básicamente era sencillo. Entrar, y sacar el arma. ¿Qué es el arma? Según la loca pelinegra sabré que es en cuanto la vea. ¿Entrar a dónde? A lo que parece ser la fortaleza más protegida del mundo. Hay cientos de guardias, posiblemente miles.
Ah... Olvidaba un pequeño detalle... Debo entrar sin mi traje y sin mis poderes, así que nuevamente me engancharon el collar.
Supuestamente tienen un sistema demasiado sofisticado que se activa si algún alienígena o metahumano entra en el lugar. Mi collar prácticamente envía descargas a todo mi cuerpo que nula o bloquea mi parte kriptoniana.
—Dios otra decepción más para mi padre. —Mascullo cuando Jen termina de abrir el conducto de aire.
—«Cuando termine esto tu padre no podrá estar más orgulloso de ti»—La voz de Becca en mi oído me hizo poner los ojos en blanco.
Jen me hizo una señal para que la siguiera, a través de todo maldito conducto de ventilación. — ¿Desde cuando eres una súper espía?
Nos estamos arrastrando por los apretados túneles en busca de el cuarto catorce, allí es donde tendremos que salir.
—Desde que mi madre, decidió que ya había demasiados murciélagos y quiso que yo fuese algo más. —Saca un pequeño cuchillo para abrir la pequeña puerta. — Artemisa, la diosa de la caza... La más sigilosa y uso un arco como ella, supongo que soy su heredera.
—Bueno tu alter ego es muy cool. —Es lo único que puedo decir. —Así vestida de negro, toda sexy me recuerdas a una gata.
—Que mi madre no te escuche. —Masculló divertida la rubia dejándose caer.
Asomo mi cabeza por la apertura que hizo y veo como ella rápidamente se pega a una de las paredes. Trato de hacer lo mismo que ella, pero como siempre no consigo un aterrizaje con estilo.
Casi puedo escuchar la voz de Damien. «Ni un solo aterrizaje con estilo eres capaz de hacer, me decepcionas»
No puedo evitar esbozar una sonrisa triste ante el recuerdo de esos ojos verdes.
—«Gatas en tierra»—Escucho que masculla Jen por el comunicador.
—«Perfecto traten de llegar a la habitación catorce sin llamar mucho la atención »—Responde Becca.
Pero desgraciadamente las cosas nunca son tan fáciles y ya hay cerca de quince hombres al rodeandonos.
—Las gatas han sido descubiertas— Saco uno de los cuchillos de mi cinturón y sonrió hacia los hombres. —La cosa acaba de ponerse divertida... Veamos que también me enseñaron Robin, Batman y Wonder Woman.
—«Joder»—Escucho a Becca maldecir desde el otro lado. —«Deben separarse»
—¿Qué? —Jen aprieta un botón en uno de sus cuchillos que termina expandiéndose hasta convertirse en un arco.
La canasta con flechas ya la tenía en su espalda.
—«No pueden sospechar el verdadero motivo por el que están allí»—Explica Becca. —«Artemis ve a la once, allí verás algo, trata de hacer el mayor desastre posible.
—Desastre es mi segundo nombre. —Los labios de Jen se curvaron en una sonrisa antes de empezar a atacar.
—«Tú ve a la catorce, Moonligth »—Bueno era hora de pelear.
Una alarma comenzó a sonar en todo el lugar mientras Jen y yo nos encargábamos de deshacernos de los hombres y debo decir que somos muy buenas en el combate cuerpo a cuerpo.
Conseguimos despejar nos el camino hasta nuestras respectivas habitaciones con una facilidad que asusta. Escucho una gran cantidad de explosiones en la habitación de Jen. Alguien parece tener un extra de flechas explosivas... Casi automáticamente todos los guardias corren hacia ella.
Estoy a punto de ir a ayudarla cuando:
—«Artemis a salvo»—Escucho su voz, sin duda es rápida hasta para escapar. —«Todo depende de ti, Lara»
Camino hasta mi habitación en medio de luces rojas y guardias corriendo, mi ropa es similar a la de ellos supongo que por eso no me notan. O tal vez porque Jen inició un incendio.
Cuando voy a abrir mi puerta noto que la perilla es una piedra verde bastante bien conocida tallada. Kriptonita. Alguien quiere mantener a los Kent lejos de esta habitación.
Abro la puerta sin miedo sujetando mi cuchillo esperando a que aparezcan más guardias pero en lugar de eso me quedo helada. Al punto de que mi arma cae al suelo.
Unos ojos verdes me miran fijamente, tengo la impresión de que ven más allá de mi. Un rostro que nunca antes había visto, frente a frente, que yo recuerde al menos, pero tan familiar, tan similar.
Mi corazón late tan rápido y tan fuerte que creo que esa persona podría oírlos.
Escucho explosiones y caos fuera de esta habitación, pero simplemente no puedo moverme. Y esa persona tampoco, una lágrima cae por mi mejilla y es un reflejo de la de ella.
—Hola Lara. —Habla por fin y de mi escapa un fuerte sollozo.
—«Creo que encontraste al arma»—Escucho a Becca en mi oído.
—Ay joder eres mi madre.
💙💙💙💙
Me retiro muy lentamente dejándoles esta pequeña bomba por aquí.
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