—No tienes por que entrenar conmigo a las dos de la mañana. —Digo atacando el lado izquierdo de Damein con uno de los palos de entrenamientos.

—¿Bromeas? —El impide mi ataque y contra ataca por mi derecha. —Tienes mucha tensión. —Por un momento consigue detenerme, llevando mi espada a su torso y uno de su palos a mi cuello pero golpeo su vientre con el mío.

—No lo entenderías. —Espeto cuando me suelta, para llevarse sus manos a su vientre y gemir de dolor.

—Pruebame. —Dice dejándose caer en el suelo. —Tengo una mente bastante amplia.

Camino hasta su lado y me dejo caer abrazando mis rodillas.—Bueno... Imagina esto.Eres un niño huérfano, que ha pasado toda la vida obsesionado con su familia... —El me mira a los ojos y la poca luz se refleja en los suyos y por un momento me pierdo en ellos. —Solo tienes una tía, que no es comunicativa al respecto, por lo que no puedes conocer sobre ellos... No hay cuerpos así que no los puedes visitar para desahogarte... Un día te enteras de que eres alguien...

—Especial.—Termina el por mi y le doy una sonrisa mínima.La primera que doy desde que me enteré de la noticia.

—Que eres hija nada más ni nada menos que de un ídolo y lo mejor no es eso... Lo mejor es que te dicen que ti familia no murió, solo fue secuestrada.

—Ahí es cuando la esperanza comienza a crecer. —Su sonrisa me dice que me entiende que aunque suene algo desquiciado sabe por lo que estoy pasando.

— Y la esperanza aumenta cuando descubres que tienes una abuela, cuando tu hermano te encuentra y dice que escapó por ti.... Simplemente crees que todo es posible... Que nada puede interponerse entre tú y tu familia—Siento como una solitaria lágrima escapa y se desliza por mi ojos. —Luego... Luchas casi mueres pero consigues hacer que tu padre vuelva. —Un sollozo escapa y Damien sujeta mi mano, justo como yo sujete un día la de él. — Cuando vi a mi padre consiente, junto a Joni, cuando vi que sus ojos tenían vida propia, joder lo amé tanto, es mi padre como no hacerlo, miré a mi hermano y me sentí casi completa...

—Solo faltaba Haley.

—Solo faltaba mi madre, Damien. —Decir esas palabras hace que comience a derramar lágrimas a montones, Damien no me vaya, no se burla, simplemente me abraza deja que me derrumbe sobre él. —Y enterarme de que ella... Ella... Simplemente no puedo creerlo... No es justo...¿Y el final feliz para mis padre? Ella no mereció morir, no por mi... Joder me hubieran entregado y ya, por lo menos hubieran visto a Jonathan crecer, ir a la universidad, se perderá tantas cosas... Por mi culpa.... Por mi jodida culpa.... No puedo culpar a mi padre por largarse luego de ver mi cara, menos a mi hermano

—Lara. —El se aparta para ver mis ojos. —No es por tu culpa, nada de esto es tu culpa... Si estuvieras en manos de Luthor, puedo asegurar que todos estaríamos muertos... Eres demasiado poderosa para dejarte vencer... Ellos te aman, tu padre y tu hermano, tu madre también lo hacía.

—¡No quiero se poderosa! —Lo abrazo. —Quiero se una chica normal, con una familia normal, tener un crush, ir a la escuela, ser porrista, tener una mejor amiga, pedirle consejos a mi madre... Quiero olvidar quien soy... —Lo miro a sus ojos. —Solo por esta noche, quiero ser una chica que está besando a su crush.

El abre los ojos y aprovecho su sorpresa para besarlo, si hay algo que me hace olvidar el mundo es Damien, sus besos, simplemente hacen que todo desparezca.

Me acomodos mejor sobre el, cuando limpia mis lágrimas y besa suavemente mis labios. —Lara... Estas...

—Estoy segura de que no quiero detenerme esta noche. —Susurro y no me importa parecer desesperada.—Quiero que sea contigo... Quiero que me hagas olvidar de todas las maneras posibles.

El me ve por varios largos segundos, antes de besarme con fuerza. —Esta bien pero aquí no. Vamos a mi cuarto.

...

Siento mucho, demasiado calor, lo que me provoca abrir los ojos. Lo primero que veo es una espesa mata de pelo negro.

Hay joder.

No fue un sueño.

Tuve sexo, con Damien.

Y fue muy bueno. Y quiero repetir.

«Lara Prince,... Kent detente, tienes cosas más importantes por las que preocuparte que tus hormonas. »

  Con cuidado me quito a Damien de encima sin que despierte, y debo decir que el chico ninja pesa bastante por lo que tuve que quitarme mi collar.

Como puedo me coloco su camisa, ya que anoche nos pusimos algo salvajes del tipo romper ropa y salgo de su habitación, rezando para que no me vean.

  —Buenos días sunshine. —Me abarca Jen en el pasillo y yo solo miro a cualquier lugar trazando para que algo me trague. —Tranquila, imagino que estabas entrenado con mi hermano y se te ensució la ropa y el te prestó amablemente su camisa.

—Si fue eso exactamente lo que pasó. —Abro mucho los ojos mientras asiento frenéticamente.

  Si bueno, si estábamos entrenado, y la ropa, fue destrozada... Lo único que es mentira es lo de la camisa.. Esa la robé y creo que me la quedare... Huele genial, huele a Damien.

...

—¿En que piensas?  —Pregunta, Tía D caminado por la habitación.

En que anoche perdí mi virginidad con Damien.

—En que le haremos un velatorio a mi madre, sin nisiquiera tener un cuerpo. En que mi padre se fue luego de darme la noticia, en que mi hermano se encerró en su mundo. En que ahora si soy huerfana, lo que he sido toda mi vida. Solo que ahora me duele más. —Si, el sarcasmo y la ironía son mi muro de defensa. —Tía, siempre fuiste como una madre para mi, pero no esperes que no me joda la pérdida de una esperanza que recién había tenido.

—Lara, sé que una madre es única y nunca pretendí ser mejor que Haley para ti—Se sienta a mi lado. —Pero te crié y te conozco y sé que estas a segundos de volverte auto destructiva.

Voy a responder cuando alguien toca la puerta de mi habitación. Mi Tía se pone de pie para abrir la puerta y es nada más ni nada menos que mi padre.

Mi corazón no evita emocionarse al verlo. Pero está demasiado dolido.

—¿Lara podemos hablar? —Pregunta mi padre y yo solo asiento.

Mi tía sale dejándonos solos, pero antes golpea el hombro de mi padre, en señal de apoyo. —Ella fue buena.

—¿Quién? —Pregunta cuando salimos al balcón, ya está oscureciendo. Me he pasado todo el día encerrada.

—La tía D...—Señalo a la puerta por donde se fue. —Diana, hizo todo para criarle bien

—Y vaya que lo hizo.

—¿A qué viniste? —No puedo evitar preguntar.

—Vine a disculparme, ayer debí haberme quedado contigo y con tu hermano, no debí huir... Pero

—Simplemente no puedes ver a la cara a la causante de la muerte de mi madre. —Termino por el con una sonrisa. —Es lo que es... No lo adornes como lo hacen todos.

Frunce el ceño y toma mis manos, estoy tentada a quitarlas pero la sensación de por fin tener este contacto físico con mi padre que no sean puñetazos es genial. 

—Tú no causaste la muerte de tu madre, Lara. —Sus ojos azules se conectan con los míos. —En todo caso sería la mía, y Joni piensa que es de él... Debemos dejar de culparnos a nosotros mismos y avanzar...

—¿Avanzar? —Otra vez a comienzo a derramar lágrimas. —Tú mereces algo más que llorar la muerte de mi madre y conformarte, mi madre lo merece... No es justo, no es justo que muera luego de todo lo que pasaron... No es justo que muera por protegerme.... Tuvimos que haber sido una familia, crecer juntos... Así que los siento, no puedo ni avanzar, ni conformarme.

—¿Sabes por que me fui ayer?

—Porque necesitabas tratamiento psicológico para no echarme la culpa de todo.

El sin evitarlo ríe. —Ayer me fui porque apenas podía mirar tu cara... Eres demasiado parecida a ella y me veías con tanta esperanza... Como si yo fuera tú héroe.

—Y aún te veo así padre.

—Ya ni siquiera se si puedo llamarme héroe. —Corta el contacto visual. —No después de todo lo que he hecho.

—Pero sigues siendo el mío. —Hago que vuelva a mirarme. —Eres mi padre y desde el segundo que te vi, te quise, te amé, supe que estarías siempre para mi... Como el héroe que me rescate cada vez que esté por caer.—Miró hacia abajo del balcón Jonathan está ahí mirándonos. —Tú y mi hermano son mis héroes. —Vuelvo la mirada a mi padre. —Ve, habla con él.

Antes de salir volando de un salto, besa mi frente y siento como una de sus lágrimas moja mi piel. Somos una familia, o bueno lo seremos, solo tenemos que curar nuestras heridas.

...

Estoy durmiendo tranquilamente cuando un fuerte sonido en la puerta.

Abro dispuesta a golpear a quien sea y del otro lado está nada más ni nada menos que Damien con una gigante sonrisa.

—Dame una razón para no golpearte. —Digo mirando el reloj.Tres am. Lindo. —Sin decir nada el planta un beso en mi boca, pero ni tiempo a responderle por que suelta. 

—¿A qué se debe tanta alegría?

—Lo he resulto.

—¿El qué?¿Qué has resuelto a las tres de la mañana?

El ríe y juro que parece un niño de lo emocionado que estás —He resulto el problema de tu madre.

¿Qué

Demonios?

—¿Desde cuando estar muerta es un problema resoluble? —No evito parecer ofendida.

Pero a él mi desconcierto no le borra ni un poco la sonrisa.

—¿Has oído hablar del Pozo de Lázaro?

Dejaré por aquí este capítulo para que le den su amor, sus gritos y sus votos.
Con amor
Hielo