☽02☾
Hay ciudades raras y tristes y luego está Gotham, con el simple hecho de estar aquí, ya me deprimo, es como si todo estuviera gris, desde los edificios hasta el alma de la gente,por doquier se siente pesado el ambiente ,como si estuvieran siempre en un constante luto.Todos caminan serios, y aunque caminan en un grupo de personas es como si cada cual caminara solo,no hablan entre ellos ,no sonríen, soy indiferentes a todos los que los rodeas,desde el hombre que camina hacia un edificio lujoso envuelto en un traje que probablemente sea carisimo hasta el vagabundo de la esquina al que nadie mira y no mira a nadie.
Es tan deprimente. Ya me quiero ir.
También en veinte minutos que llevo en el taxi me he podido dar cuenta que lo que dicen sobre la delincuencia aquí es cierto. Las sirenas de la policía son la banda sonora de la cuidad y he visto por la ventana del auto cerca tres robos y un ladrón mientras huía casi choca contra el auto,pero nadie fuera de los pobres oficiales de policía se inmutan.
¿Pero que demonios? ¿Aquí hay escuela para criminales o qué?
—¿Tendremos que pasar mucho tiempo aquí? —Le pregunto a mi tía, que desde que recibió esa llamada está algo distante,de hecho ignoro todo lo que yo he visto porque solo mira su teléfono móvil.
Sus marrones ojos parecen perdidos en algo que lee en su pantalla por lo que tengo que tocarla y volver a preguntar incluso tocar su hombro para ganar su atención.
—Pasaremos el suficiente para resolver algunos problemas... —Ve que voy a preguntar y levanta la mano interrumpiéndome. —Problemas que no te incumben y si los dioses quieren volveremos a casa sin ninguna afectación.
Definitivamente no está de humor para mis preguntas,así que mejor seguir "deleitándome " con el paisaje.
Me fijo en varios grafitis que hay bajo el puente, hay uno muy hermoso y que trasmite sentimientos, es la cuidad de Gotham, pintada de negro y en el cielo donde debería estar el Sol hay un gran murciélago iluminado, solo tienen color los edificios que alcanzan la luz del murciélago. Y se forma una palabra con esos colores VUELVE, no soy de aquí, pero el mensaje me llegó, el mundo necesita a los héroes.
—Batman. —Oigo que susurra mi tía, la miro sorprendida, pues fue evidente que derrochó muchos sentimientos en ese susurro y pocos eran negativos. —Es solo una leyenda. —Dice cuando descubre que la observo y desvía la mirada.—Como todos.
—Una leyenda que parece gustarte. —Susurro pero estoy segura que no me escuchó, si lo hubiera hecho, hubiera tenido la reprimenda de mi vida,nunca la he visto tener pareja alguna ,y cada que le menciono que necesita un novio ,se molesta —Una leyenda que inspira a un pueblo a hacer eso,una leyenda que su pueblo pide a gritos silenciosos.
—Eres demasiado ingenua, el ser humano es demasiado complicado. —La miro extrañada, habla de los humanos como si no perteneciera a ellos. —Cuando tienen las cosas las desprecian y cuando las pierden es cuando se dan cuenta de cuánto la necesitan, parece frase de adolecente pero es verdad.
—Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
—Esperemos, sientan la esperanza volver.
Me quedo mirándola, mi tía a veces resulta demasiado enigmática, incluso cuando dice frases tan simples, siento que quiere decir un montón de cosas más,todo con ella siempre ha sido así,verdades a medias.
Veo como la cuidad comienza a desparecer y en su lugar un mar de árboles se abre paso, ni siquiera los grandes árboles le dan algo de atractivo a esta cuidad, tal vez si saliera el sol,si la gente sonriera,si hubiera más color.
Pero en Gotham hasta los mediodías se sienten grises. Gotham es la cuidad envenenada,que cada día está más cerca de perecer,no es luminosa como Metrópolis o National City,tampoco hay tanto movimiento como en Central City ,es simplemente...oscura.
Mi tía se mantiene en silencio y en la radio suena una canción de Imagine Dragons, por lo menos la canción me levanta el ánimo,esa es una banda de todas las época.
Amo es grupo, no importa cuanto tiempo pase, sus canciones nunca desaparecerán,siempre depositarán estas fantásticas sensaciones en las personas.
Miro la carretera y un movimiento llama mi atención.
—¡Deten el coche! —Grito sobresaltado a todos en el taxi.
Sé que acabo de hacer algo imprudente, pero no me importa mucho.
Haciendo que el chófer frene a de una manera muy brusca, tanto que me aferro con fuerza al cinturon de seguridad,mientras mi cuerpo y el de mi tía es impulsado hacia adelante, me recupero del aturdimiento y no espero más tiempo y salgo del auto.
—¡Lara! —Siento el grito de mi tía, pero corro hacia el frente del taxi esperando que no haya ocurrido una desgracia.
Y gracias a dios, no, ahí frente al coche, está la pequeña cosa que llamó mi atención, un dulce gatito blanco.
—¿Un gato? —Tía D se acerca a mi mientras cargo la criatura.Ambas miramos a nuestro alrededor en busca de la madre de este animalito—Parece que está solo.
Como yo, sin familia, hasta que tía D me encontró.
De como llegué con mi tía solo sé eso, solo eso me contó, llegó a mi casa y todo estaba destruido, ni rastro de mi familia, solo yo dentro de todo ese escombro.
—No podemos dejarlo aquí. —Susurro. —Se está haciendo de noche y seguro hay animales salvajes en el bosque.
—Deberías dejar de ver Animal Planet. —Tía D suspira y yo solo la miro suplicante, mis ojos son su debilidad—Tus hermosos ojos azules me dicen que no vas a dejar que esta criatura se quede aquí. —Asiento, he ganado. —Dioses, me recuerdas tanto a él.
—¿A quién? —Pregunto mientras caminamos al taxi.
Ella no responde pero en mi interior se de quien habla, de mi padre, su desaparición le afectó mucho, demasiado, y hablar de él le duele, por eso pregunto pocas veces y cuando ella saca el tema, pero ni siquiera su nombre sé, tampoco el de mi madre o hermano. Supongo que no me lo dice por el dolor que le causa mencionarlo.
Y quiero entenderla, quiero seguir adelante pero no puedo algo me dice que hay algo más.
Comienza a oscurecer y aún no hemos llegado a nuestro destino, acaricio el colgante que siempre he llevado, según tía D lo tengo desde el día que me encontró en el medio del caos. Consiste de una pequeña cadena con un triángulo de algo parecido al cristal, el triángulo es blanco con detalles azulados. Y la plata lo rodea.
Nunca me lo he quitado, pues es lo único que me queda de mi familia. Y nunca me lo quitaré.
—Hemos llegado. —Habla el taxista cuando la enorme puerta de reja con una gran W se abre.
Dios, y pensé que nosotras somos adineradas, sin duda el propietario de esta casa es algún gran multimillonario.
Frente a nosotros una gigantesca Mansión de estilo victoriano, llena de columnas y esculturas de mármol super finas y sin duda de calidad ,pero eso no le quita lo elegante y lujosa. Varias enredaderas adornan sus paredes dándole un toque misterioso.
Creo que estoy muy emocionada, de estar aquí. Demasiado.
El taxi se detiene y yo ya estoy enamorada se la casa. Sujeto al gato mientras me bajo, junto a mi tía y el taxista nos ayuda con las maletas.
La puerta principal se abre y puedo ver a un anciano, un hombre y un chico acercándose.
Dios, es como si hubieran hecho algún casting, los tres son guapísimos.
Tía D sonríe, se puede ver que está muy feliz y hace algo muy impropio de ella, hecha a correr hasta abrazar al hombre. Quien le devuelve el abrazo encantado.
Joder, parece que si que le importa este hombre.
Me acerco un poco a ellos el anciano me sonríe y el joven se mantiene serio observándome con los brazos cruzados, parece que no le agrado. De hecho parece un pequeño militar todo firme y serio.
Debo admitir que yo también lo miro más de lo necesario, es un chico muy guapo, tiene al cabello negro y largo, debe ser muy suave, sus ojos son verdes, (mi jodida debilidad) y aunque tiene cara de chico bueno, algo me dice que no lo es.
Dirijo mi atención hacia el hombre que mi tía acaba de dejar de abrazar y sin dudas es su padre. El hombre parece rondar los cincuenta y algo, pero no le quita lo atractivo, y es más parece que a la Tía D le gusta, por la manera en que lo mira.
No la culpo el tipo se mantiene.
El hombre dirige su mirada hacia mi y al verme a los ojos parece sorprendido.
—Es su hija... —Hay algo de incredulidad en su voz.
Debe estar muy sorprendido, mira de mi a mi tía varias veces, por lo que decido ayudar.
—No soy la sobrina. —Sonrío para aclarar la duda.
El sonríe forzosamente (¡qué situación más incómoda!) y mira a mi tía
—¿No sabe nada, Diana?
—No lo sabe Bruce. —El chico resopla y yo trato de tratar de entender que hablan pero el anciano llama mi atención.
—Bienvenida a la Mansión Wayne señorita Lara...
—Prince.
El joven bufa nuevamente irritandome y lo miro directamente.
—Mi nombre es Lara Prince. —Le dejo claro para que no se le olvide.—Estoy completamente segura de ello.
Otro resoplido es lo que obtengo como respuesta antes de que me de la espalda y comience a caminar hacia la mansión.
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