Quince
Hola, disculpen por no avisar esto antes, pero en el prox capítulo habrán menciones de AbusoS⚠️‼️
nada muy explícito, serían más bien recuerdos.
"Y te diría que te amo, pero decirlo en voz alta es difícil... así que no lo diré jamás. Tampoco me quedaré por tanto tiempo.
Solo quiero que sepas, que fuiste la luz que siempre necesite, amor.
Aunque no te diga esto en voz alta, tal vez algún día sepas que lo pensé. Solo contigo en mi cabeza y en mi corazón.
A quien le importa, después de todo, las palabras son medios inútiles."
Louis siente una presencia acechándolo por detrás, sintiendo como unos brazos lo rodean por los hombros y una respiración cálida se cuela entre el espacio e su cuello y su hombro.
-¿Que escribes, cariño?- le pregunta la dulce voz de Valerie.
-Oh, nada, sólo algunas cosas que rondan mi cabeza.- le responde restándole importancia y cerrando rápidamente su cuaderno antes de que ella logre leer algo.
Si le pidieran ser honesto, él diría que ninguna sola palabra escrita en ese cuaderno fue pensando en su pareja actual.
Claro, se sentía terrible por eso, sin embargo, no justificaba su estupidez.
Cada palabra salió de su corazón admirador de ese chico de regordetes cachetes y rizos de querubín, de alma noble y espíritu libre que se dió la libertad de recorrer en círculos su alma y cuerpo una y otra vez sin intenciones de salir.
Él quería a Valerie, lastimosamente, nunca pudo quererla lo suficiente.
En primer lugar, fue su error pedirle ser su pareja con un corazón aún no sanado.
Nunca acaba bien, sin un alma limpia y sanada puedes lastimar aún más a la gente de lo que tú mismo estás herido, incluso sin darte cuenta.
Aunque sus acciones aún no tienen consecuencias, sabe que su forma de ser mata poco a poco su relación, inflándola cada vez más hasta que llegue al punto de explosión.
Una vez escuchó que "así era como el amor funcionaba; cuando cortaba y sangraba era cuando lo sentías más". Es estaba viviendo eso en carne propia, contagiando a todos a su alrededor con sus acciones inmaduras e imprudentes, que, aunque sabe que los lastimara todos eventualmente, se hace de ojos ciegos e ignora cada problema como si evitarlos vaya hacerlos desaparecer.
Ya era hora de su viaje hasta su siguiente destino, se quedó unos simples cuatro días, lo que aparentaban haber sido sosos y aburridos, pero estos escondían a dos ex amantes intentando entenderse el uno al otro. Un secreto que perduraría en esos días solamente, en los días y en los corazones de los presentes.
Harry S.:
Oí que ya te vas... ten un buen vuelo Louis, cuídate.
Tu:
Gracias Harry, cuídate tú también.
Honestamente se le paró el corazón apenas le llegó la notificación, obligándolo a responder de inmediato.
No sabía por qué cada supuesta "despedida definitiva" se sentía como si fuera un simple "Hasta luego, hablamos mañana", como si fuera que eso llegaría a pasar algún día.
Esos últimos días, desde esa tarde en la que se encontró con el chico, empezó a llenar su cuaderno de escrituras y poemas como nunca antes, recordándole como era que ese chico había llegado a su vida: por la inspiración que le daba, por ser su musa.
Incluso mientras pasaba tiempo con Valerie, no dejaba de pensar en esos profundos ojos verdes de mirada dulce pero penetrante, que entraba en lo más profundo de tu alma con una sola mirada.
De repente, la voz de Valerie lo devolvió a la realidad, casi gritándole por su poca atención.
-Lou, ¿me estas escuchando?- le replica confundida y un tanto preocupada -Oye, ¿te encuentras bien?-
-Oh, si, lo siento, solo me distraje un poco con el paisaje. ¿Que me decías, linda?- le responde, demostrando que tiene toda su atención en ella en ese momento.
En realidad, y como ya era costumbre suya, solamente la miraba y asentía, sin realmente prestarle atención.
Valerie era de esas personas que podían hablar de las cosas que amaban por horas, pero para su mala suerte, eran cosas sin valor para él, por lo menos.
Hablaba de nuevas colecciones de ropa que había sacado tal marca, de nuevos chismes que habrá oído por ahí de personas que ni siquiera conoce, de maquillaje o de zapatos. Cosas que para él no tenían significado alguno, por lo cual Valerie lo consideraba muy amargado y aburrido.
Habían veces en las que él mismo se reprochaba, hablando sólo entre todo el bochorno y la locura de su mente.
Era un constante:
"Mírate nada más, viviendo la vida que juraste no vivir. Pasar el tiempo con alguien que claramente no amas, hablando de cosas que no son de tu importancia, sacándole todo el color y romanticismo de la vida que te prometiste tu mismo como artista. Ya ni siquiera pintas ¿Te das cuenta como desperdicias tu vida en tontas excusas y mentiras?"
Palabras que él creía que eran de auto sabotaje, sin ponerse a pensar un solo segundo que el verdadero auto sabotaje era la vida que vivía en el presente.
Sin darse cuenta , se había hecho de noche, con eso, Valerie se quedó dormida, dejándole a su mente espacio para volver a escribir.
Pensando en sueños verdes, olas de mar y pétalos de rosa, cosas que lo inspiraban a amar y, con eso, a crear.
"Yo te quiero solo a ti, pero estoy agarrando una carta con la que nunca podré jugar.
Estás intentando volver, eso está causando el fin del mundo.
Lo estamos empezando todo de nuevo, y te amo, cariño.
Y estoy acabado, cielo.
Tú te encuentras en tu casa, mientras yo estoy en mi auto, solo porque necesito un lugar privado para poder gritar lo mucho que te amo.
Cuando te encontré, encontré una puerta, también. Pero cuando di un paso hacia adelante ya no había más piso, y caí en el vacío.
Estamos intentándolo todo de nuevo, y te amo.
Pero no puedo amarte, cariño."
Un choque de realidad lo golpeó cuando miró a Valerie dormida a su lado. Sus hermosas pestañas descansando en filosos pómulos, su pelo rizado esparcido por su cara y hombros y sus respiraciones tranquilas y coordinadas.
La admira y se da cuenta, ahí mismo, que no siente absolutamente nada más que admiración por ella.
Se da cuenta que nunca se sentirá feliz con nadie más que no sea con Harry.
La culpa flota en su alma, haciéndolo sentir más pesado, un traidor de los que podían caer más bajo.
No entendía por qué le daba tantas vueltas, podía quedar como el malo una vez más, romperle el corazón a Valerie e irse con la persona que realmente ama. Pero por alguna razón, no se podía permitir hacer eso con la chica. Ella tenía un corazón tan puro, era tan buena, que no se perdonaría lastimarla.
Si le decía que quería terminar con ella, jamás le diría el por qué
Harry se encontraba en su pequeño departamento, hablando con su amigo Niall, los últimos días se sintieron como si ya no tuviera vida, se sentía abatido y confundido. No solo por Louis, sino por su padre. Desde que murió él se convirtió en un enigma para él, se quedó con la duda, habían tantos secretos para una sola familia. Aunque no lo extrañaba ni un poco, y, francamente estaba un tanto aliviado de que ya no esté con vida, sentía que había algo malo en él, y todo recaía en su padre. A veces deseaba revivirlo y preguntarle mil y un cosas, enfrentarlo como nunca pudo por las pocas agallas que tenía.
Había noches tormentosas, con pesadillas confusas y aterradoras, su padre siendo presente en cada una de ellas, curiosamente, siempre era el mismo patrón; la viva imagen de su difunta madre con lujo de detalle el día que la encontró en el baño, su padre siendo parte de su muerte, luego, él los enterraba a los dos. El escenario cambiaba, se encontraba en su habitación y, ahí es cuando pasaba lo raro en verdad. Podía ver su cuerpo dormido en tercera persona, desde arriba, como si estuviera en el techo, siempre había un reloj a su lado, cada que marcaba las 2 am su padre entraba por la puerta y se quedaba mirándolo dormir fijamente, incluso lo removía, le pegaba y lo lastimaba, con una cara completamente neutra, aparentemente careciendo de emoción,pero Harry jamás despertaba.
Al contarle del sueño a su amigo, él le aconsejó que recorran una vez más sus antiguos hogares, diciéndole qué tal vez allí podrían encontrar alguna respuesta.
El rizado,con pesar, aceptó. Realmente no quería volver a esa vieja casa, habían demasiados malos recuerdos, pero su necesidad de entender su pasado era más urgente que su miedo. Temiéndole a las cosas jamás ganó nada.
De pronto recuerda que jamás desempacó lo que había en su maleta, toda su ropa antigua, la que usaba en su antiguo hogar. A pesar de querer superarse a sí mismo no quería abrir esa maleta, él tenía esa mala costumbre de no querer saber nunca más de las cosas que le traen malos recuerdos.
Pensando ya un poco más racionalmente, se propuso abrir la maleta una vez terminado su recorrido por sus dos casas. Las que se darían a cabo ese mismo día y el siguiente.
-Niall, tengo miedo de volver... siento que quedaré atrapado una vez más.-
-No... Harry, no digas eso. Yo voy a estar contigo todo el tiempo, mientras yo esté a tu lado no voy a dejar que nada mami te pase.
Recuerda, esos días ya pasaron.-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro