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[TWENTY]

[DE LA VIDA EN LA TIERRA DE LAS MENTIRAS]

"Esta calma que me azota, este viento que no puedo atrapar entre mis dedos, esta sensación de volver a vivir… ahora sé que lleva tu nombre. No me sueltes de tus manos, me estoy enamorando como nunca pensé que lo haría."

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MOONFLOWER 

Jimin inspiró en busca de la preciada bocanada de aire que sus pulmones tanto deseaban. La transpiración en la ducha se coló por sus fosas nasales mientras percibía la calidez recorrer el interior de sus muslos.

Las manos que lo sostenían por el trasero estaban ancladas con fuerza. El cuello que no se había cansado de morder con besos provocativos palpitaba al ritmo de un corazón tan insensato como el suyo. 

Los patrones de arañazos que ya se habían hecho habituales en la ancha espalda de Yoongi fueron acariciados hasta que sus miradas se volvieron a encontrar.

—¿Fui demasiado lejos esta vez?

La pregunta pronunciada en un tono casi adorable le arrancó una sonrisa a Park. Al punto de arreglárselas para rozarle la mejilla a pesar de estar casi empotrado contra la mampara de la ducha de Yoongi.

—Nunca es demasiado lejos contigo, cariño. Solo que ahora nos tendremos que duchar otra vez, y hablo en serio, tengo un examen de inglés que rendir y siento que se me ha olvidado todo por complacer tu capricho.

Una deliciosa carcajada se construyó en el pecho del mayor mientras besaba las mejillas de su chico.

—Ambos sabemos que vas a sacar el mejor resultado en el test de aplicación. Hemos trabajado en ello y… quizás te esté esperando una recompensa si consigues patearle el culo a los planes de Suran.

La risa de Yoongi se contagió a Jimin. El castaño aprovechó para bajar la piernas mientras el mayor salía de su interior.

—Eres terrible…

—Y eso te encanta.

Bromeó Min antes de abrir la ducha y tomar el gel de baño para atraer al castaño bajo el chorro.

—Yoongi… no quiero que gastes más nada en mí. Soy totalmente capaz de mantenerme y que me dejes quedarme en tu casa mientras me aseguro que el bastardo de Chanyeol ha regresado a Busan, es más que suficiente.

—La casa es enorme, Jiminnie. Esa excusa es súper pobre. Además—resolvió girando al más joven para tallarle la espalda. Algunos cardenales se posaban allí junto con el tatuaje de las fases lunares que Yoongi se encargaba de venerar cada vez que hacían el amor—alguien fue muy creativo para celebrar una fecha que para mí significaba otra cosa.

—¡Era tu cumpleaños!—protestó Jimin mientras las manos del mayor se encargaban de retirar los trazos de su semilla entre los hemisferios de su voluptuoso trasero—Para mí era más que importante ¿Si sabes que antes de esto siempre te admiré, verdad?

Cuestionó mientras le arrebataba la esponja y aplicaba una cantidad generosa de gel de baño para proceder a limpiarle el pecho al más pálido. Yoongi enroscó sus brazos en torno a la delgada cintura de Park.

—Estoy consciente de que es más que sexo lo que tenemos nosotros. Después de todo, rompiste con esa chiquilla por mi causa. Eso me levantó el ego, mucho…

El tono burlón del mayor se mezcló con un beso perezoso. Reñirle era una causa perdida. Jimin se aplicó a enajabonarle el abdomen y la espalda mientras Yoongi lo pinchaba con comentarios descarados y besos llenos de azúcar.

—Eres un baboso. Lo mío con Hae terminaría eventualmente, y si soy sincero, por razones privadas no podría estar a dos aguas. Eres mi oscuro secreto, chico malo.

Mirándolo desde el otro extremo del vestidor que ahora compartían, Jimin escogió una camisa negra con pantalones gris carbón.

Los zapatos de fabricación italiana acompañaron el conjunto rematado por un reloj Rolex que llevaba sus iniciales grabadas. Lo estaba pagando a plazos, aún cuando Yoongi se había pronunciado por ir de compras y hacerle notar que no le estaba pagando por nada.

Que aún cuando tenían que fingirse como los fríos extraños en el hospital o minimizar las ganas de tocarse en público, su relación estaba al margen de cualquier pacto comercial.

"Considéralo como si Taehyung te ofreciera su techo mientras se aclara lo de tu padre. Necesitas estabilidad para ganar esa plaza en Boston. Yo creo en ti, corazón."

Le había dicho aquello en un pasillo oscuro aledaño al quirófano y Jimin había estado a punto de besarlo solo para que supiera cuánto significaba su apoyo incondicional en ese momento.

Y aún cuando las razones de Yoongi o el hecho de que no le dejara saber mucho más de lo que él mismo podía compartir sobre su historia familiar, el hecho de que no le juzgara lo atraía aun más.

Corría el final del mes de abril y el parcial de final de semestre volvía a colocar el mundo de los residentes de Traumatología patas arriba.

La Convención a la que debía asistir Yoongi se había aplazado por razones de logística y eso los colocaba a las puertas del receso de verano, la fecha en que se conocería quién era el afortunado para terminar la colegiatura en Boston.

Después del ataque de pánico que había sufrido Taehyung, la familia Kim se había pronunciado por pedir una Licencia Académica para él. Por lo tanto, Jimin se había quedado solo, en un medio donde únicamente Haneul y Yoongi podían aligerarle la carga.

La presión a la que lo sometía Suran era desastrosa. Era como si fuera consciente del lazo que lo unía a Yoongi y se las arreglara para hacerlo explotar.

Aunque hasta ahora había podido controlar su genio, cada vez que escuchaba cotilleos destinados a manchar la profesionalidad del doctor Min, hervía por dentro.

Yoongi le aconsejaba que no tomara ninguna posición, que de su frialdad dependía seguir como estaban; viviendo su propio mundo a puertas cerradas mientras desfilaban con la máscara que la sociedad les había asignado.

—¿Y esto?

Jimin parpadeó mientras se arreglaba la corbata gris perla a juego con sus pantalones. Yoongi colocó un misterioso estuche frente a sus ojos y luego se mordió el labio inferior.

—Acabo de reconocer que no me gusta dar nada de segunda mano. No sale hasta el próximo mes, así que estarías ayudando a probar el programa de Woosung. Te lo mereces, corazón mío.

La caricia en su cuello logró calentarle el alma. Él no tenía remedio y Jimin no se creía que aquel regalo estuviera a crédito mientras desenvolvía las capas de celofán para descubrir la caja del nuevo Samsumg Fold a estrenarse ese año.

—Decide de qué forma quieres morir… nadie se va a creer que no está pasando nada conmigo si en el último mes he cambiado de domicilio y guardarropa. Y ahora esto…

Yoongi sonrió hasta que sus ojos desaparecieron y sus encías estuvieron al descubierto. Sin importarle arruinar el progreso de su chico por lograr un look adecuado para el examen de aplicación, lo acorraló contra el espejo del vestidor. Retazos de marrón salpicado con estrellas color ámbar lo miraban con diversión.

—Cualquier método siempre que termine en tus brazos.

—Estás loco. 

—Totalmente y es por ti.

El beso que compartieron fue interrumpido por los ladridos de una animada Holly, que no dudó en arremolinarse en torno a los pies descalzos de sus dueños.

—Alguien quiere atención por aquí. Sé un padre bueno y déjame hacer ese examen. 

Resolvió el castaño antes de mpujar con sus manos en el pecho ajeno. Yoongi no se movió, pero la expresión de satisfacción al ver el cambio en Jimin era todo lo que necesitaba para estar en paz.

—En serio…. Deja de mirarme así…

—¿Así cómo?

Jimin se peinó el cabello con los dedos antes de guardar su nuevo móvil en el estuche de su portafolio. Sabía qué número ya estaría registrado allí, como muestra de su nuevo estatus al aceptar ser el amante de su tutor.

—Como si quisieras comerme… No tenemos tiempo ahora…

—Pero sí en la tarde. Siempre quiero comerte, bebé.

—Idiota… 

Se quejó Jimin de camino a la salida de la habitación. Estaba bajo el umbral cuando de repente recordó la principal razón por la que el encuentro de una sola noche con Yoongi había dado lugar a una idílica fantasía que no deseaba abandonar, por inverosímil que eso fuera.

El más pálido percibió el cambio en el semblante del menor. Estaba a punto de cuestionarlo cuando aquellos ojos color chocolate estuvieron sobre él.

Gracias… no lo había dicho hasta ahora, pero gracias por apoyarme y sobre todo… por entenderme. Nunca olvidaré eso.

La profundidad de la declaración lo dejó congelado. Jimin suavizó la tensión con una sonrisa luminosa. Yoongi lo acompañó hasta el portón de la casa donde intercambiaron besos hasta que el Uber que había contratado el menor llegó.

Esa mañana de abril, los capullos de una nueva estación se presentaron en nombre  de lo que una vez pudo sentir por alguien.

"Jimin… qué  me estás haciendo."

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MOONFLOWER 

La clínica privada de la familia Choi tenía un programa para personas que no tenían seguro médico. Fue una de las geniales ideas de su fundadora y actual representante, Choi Ha-Ra.

Por dicha razón, no era descabellado situar a personas sin techo como el hombre que se retorcía producto a la tos en uno de los cubículos de Emergencias.

Park Chanyeol estaba más allá de lo que podía considerarse decoroso mientras intentaba controlar la falta de aire a través de un nuevo acceso de tos.

Aún así, podía escuchar a la perfección, como su vecina más cercana, la anciana Song Mi Na, ensalzaba las cualidades de una de las ricachonas que habían asistido a la colecta para los sin hogar de la semana anterior.

Chanyeol lo recordaba también. Cuando el monstruoso Rover que traía a la señora Min estacionó cerca de la esquina donde solía pasar las noches, debajo de capas de mugre y cartones húmedos, supo que la pista hasta su hijo se enlazaba con aquella arpía del demonio.

Todos tenemos una zona de oscuridad de la que hacernos cargo. Algo que ocultar con uñas y dientes, pero la memoria de un desesperado suele ser cruel.

No fueron muchas las ocasiones en las que coincidieron y en aquel entonces, ella era solo la mejor amiga de Moonbyul, pero él era bueno con los rostros. Sobre todo con aquellos que desfilaban por su cama.

"¿Nunca has oído eso de que el peligro se siente mejor que la estabilidad?"

Un juego de niños y aún cuando aquella chica de nariz aristocrática y ojos grises negara hasta el cansancio que no sería como la tonta de Byul, Chanyeol había obtenido lo que quería.

La noche que se anunció el compromiso de  Cha Seol-Ha con Min Juyeong… la noche en que asistió a la única fiesta de etiqueta de toda su vida, la caseta de la piscina de los Cha se quedó con el recuerdo de una primera vez para ambos. Sexo para ella, toques de lo que no podría tener para él.

La infidelidad seguía estando sobre Seol-Ha y Chanyeol no tardó mucho para reconstruir la historia. La vida era la peor de las juezas. Su mujer le había dado el acceso a ese mundo, su hijo ahora le empujaba hacia el mismo sitio pero por razones opuestas. 

—Buenos días, señor Park. Veamos cómo están esos pulmones hoy.

Una doctora de espeso flequillo y lentes redondos se acercó para iniciar aquel examen que no llevaba a nada. Chanyeol registró el nombre de Hayashi Izumi como otra de las piezas en el baile de mentiras que le aseguraría su venganza. 

El pasado no puede enterrarse por completo, no cuando existen deudas que cobrar, y él no podía esperar para ver la factura de la suya.

Mientras tanto, los tacones de la casa Jimmy Choo de Seol-Ha repiqueteaban del otro extremo del pasillo mientras se reunía con su amiga de años, Choi Ha-Ra.

—Hola, cariño. Disculpa la tardanza ¿Es cierto que Izumi-chan está hoy?

Las pequeñas arrugas de expresión en torno al rostro de Ha-Ra se ampliaron para dar paso a una sonrisa de hiena. No todos los días se hacían tratos con los Min, por bajos que fueran los términos.

—Mi adorada hija está en Urgencias. Subamos al despacho mientras termina la ronda. No puedo esperar a la gala de beneficencia. Yoongi es tan guapo.

El comentario adulador ni siquiera afectó la fachada contenida de la señora Min. Todo lo contrario, tenía oídos y ojos en todas partes.

Lo suficiente para asegurarse que la reputación por la que había trabajado toda su vida no se fuera al caño a manos de los caprichos de su hijo mayor.

—Por supuesto, querida. Yo tampoco puedo esperar.

Con el mismo gesto falso de Ha-Ra, una mujer pálida como la luna aceptó la invitación para cerrar el acuerdo que uniría su familia al segundo flanco más poderoso de Daegu.

No había nada mejor que la empresa del matrimonio para ocultar todo aquello que podía condenar a la familia.

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MOONFLOWER 

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