capítulo 33
Narrador omnisciente.
¿Dónde estaba Bucky?
¿Dónde estaba Natasha?
¿Dónde estaba mamá?
Se preguntó corriendo por el pasillo en llamas y destruído casi al borde del colapso con el sumbido aún penetrando en sus oídos mientras un pequeño hilo de sangre bajaba por sus mejillas desde una herida en su frente, chocando contra las paredes y teniendo su visión borrosa.
No recordaba como había comenzado esto. En algún momento estaba en su habitación hablando con Natasha sobre su extraña relación con Bucky y ahora estaba luchando por ver a través del humo que llenaba su garganta y le impedía respirar con calma, buscando alguna señal de vida por el lugar.
Sin embargo, las luces rojas que emanaban y titilaban del techo al igual que la alarma que escuchó a penas logró levantarse del suelo estando semi-inconsciente, no ayudaban mucho a su estado.
Algo, o alguien, la tomó de la pierna con tal fuerza que captó su atención al instante, abriendo sus ojos espantada y con miedo por lo que veía.
—¡Tío Pietro!—con sus manos temblorosa apartó bruscamente los pedazos de cemento que cubrían todo el cuerpo del platinado, escuchándolo toser.
Su tío tomó bocanadas de aire, estando sudoroso y lleno de suciedad y sangre que salían de su frente y llevando pequeñas cortadas alrededor de sus brazos y rostro, siendo su atención clavada en sus graves y enormes heridas de su pecho.
Un pedazo de metal se había incrustado en todo su abdomen a tal punto de atravesarlo por completo, asustándola.
Pietro fijó su mirada en ello, y tan rápido como la vió dejó caer su cabeza en el suelo, viendo a su sobrina en silencio.
Lorna comenzó a respirar por la boca mientras intentaba hacer uso de sus poderes, dejando escapar pequeñas brumas color verdes que envolvieron el metal con lentitud, solamente para posteriormente desvanecerse en el aire que iniciaba a asfixiarla.
—Lorna...—la nombrada observó a su tío con preocupación cuando notó su tono de voz—está bien..d-después de todo yo ya debería estar muerto...
—No digas estupideces—demandó entre dientes buscando nuevamente utilizar sus poderes, pero estando en aquel estado era imposible.
—Debí notarlo...—Lorna vió a Pietro confundida por sus palabras—Wanda...ella no estaba bien y yo l-lo sabía...
—¿Mamá hizo todo esto?
—P-pude ver a Bruce escapar...—el sokoviano tosió hasta escupir sangre que quedó en sus labios, y Lorna colocó delicadamente su cabeza en su regazo—no se dónde están N-Natasha o Bucky...pero ella se fué.
Pietro se quejó tomando con fuerza el hierro que lo atravesaba, y la peliverde continuaba con sus intentos en vano de hacer uso de sus habilidades para sacarlo de su cuerpo, cosa que se le dificultaba.
Todo estaba tenuemente oscuro, solo siendo acompañados por el silencio y las gotas de agua que se filtraban por los agujeros del techo derrumbado.
Respiró entrecortadamente, teniendo sus ojos entrecerrados puestos en su sobrina con una sonrisa cansada en sus labios.
—C-creo que...no lo ví venir—dijo comenzando a cerrar sus párpados con lentitud, apretando la mano de la chica.
—No, no, no, debes resistir—Lorna con su mano libre apuntó al conjunto de metales reforzados a su lado, y estos comenzaron a moverse poco a poco.
—Busca a Wanda...dile q-que la amo...
—Se lo dirás en persona cuando salgamos—cada vez comenzaba a dificultarle su acción, comenzando a sangrar por la nariz y empañando sus ojos de lágrimas por la desesperación.
—Lorna...Lorna, detente—habló cada vez más débil, y ella lo observó con sus dientes apretados aún intentando salir de lo que quedaba de la vieja S.H.IE.L.D—está todo bien...
—Ya perdí a Liam, no quiero perderte a tí también.
—Todo estará bien...solo búscala.
Lentamente el agarre que tenían fue disminuyendo al igual que las brumas verdes de su mano, no apartando su mirada del platinado.
En ningún momento los ojos de ambos se apartaron, y lo último que Pietro Maximoff vió fue la mirada destrozada de su sobrina antes de dejarse guiar por la oscuridad, dejando caer su mano en la de ella y dando su último respiro; con sus ojos inexpresivos en su rostro.
—No...—dijo a la nada dejando escapar lágrimas que cayeron en el rostro de su tío, sollozando en silencio—Otra vez no...
Seguido de eso, se escuchó un grito desgarrador, llamando la atención de las personas que investigaban fuera de la base destruida...
(...)
Quedó sentada en una de las mesas esperando algo inesperado que lograra captar su atención, jugando con el pequeño dije en forma de corazón que colgaba de su cuello sin prestarle mucha atención a su alrededor, ignorando algunas miradas que iban y venían en su dirección.
Aún no llevaba la cuenta de cuanto tiempo había estado en aquel inmenso lugar, como tampoco recordaba cuando quitó por completo el tinte de su cabello y dejo que su cabello verde oscuro natural fluyera o el hecho de haberse pintando las uñas de negro, pero esos datos eran relevantes para ella en ese momento.
—¿Usted es...?—levantó su mirada al hombre detrás de la barra que la veía con una ceja alzada, esperando su respuesta.
—Lorna...Lorna Dane—contestó dejando su cadena y caminando hasta el mostrador, apoyando sus brazos—Tengo una cita con el Sr. Tyler Hayward.
—Lo lamento pero no la encuentro registrada...-
—Tranquilo, novato—habló una voz a sus espaldas, algo que la obligó a voltearse—se me olvidó informarlo, pero ella si tenía una cita para hoy.
—No cambiaste en nada—Lorna habló sonriéndole levemente al hombre frente a ella, quién le tendió una envase con café el cual lo aceptó gustosa.
—Lo mismo me dijo la Capitana, y eso que te vi hace un par de semanas.
—¿Me dirás por qué me llamaste?
Tyler asintió caminando hasta la puerta de metal, y antes de que lograra insertar la tarjeta de acceso para abrirla, se le adelantó moviendo su mano hasta desbloquearla por completo; cosa que logró dibujar una mueca en su rostro, aunque no se molestó en ocultar una sonrisa.
—Veo que has mejorado, Lorna.
—Tu laboratorio ayudó mucho.
—Caminemos hasta mi oficina, ahí te daré todo con detalles.
Asintió siguiéndole el paso a su lado, moviendo su cabeza en forma de saludo a aquellos que pasaban con carpetas y vestidos con batas de laboratorio y sin importarle las miradas indiscretas con respecto a su cabello verdoso.
Entraron finalmente a la oficina, dónde no se molestó en admirarla y se sentó de una vez en una de las sillas frente al escritorio de Tyler, esperando de una vez que comenzara a hablar.
Este suspiró sentándose frente a ella, viéndola tomar un trago de café.
—¿Recuerdas a la Capitana Rambeau?—preguntó viéndola directamente a sus ojos, los cuales destellaban leves colores verdes de distintas tonalidades.
—Claramente, como podría olvidarla—respondió encogiéndose de hombros—¿Por qué?
—Hace un par de horas, recibí una llamada de un agente del FBI por una alerta de desaparición de personas...-
—¿Podrías llegar a el punto, por favor?
—Envié a Mónica a investigar, y volvió a llamarme diciendo que había desaparecido también—Lorna enarcó una de sus cejas en su dirección, esperando a que continuara—Escucha, tu tienes experiencia en este tipo de cosas y...no sé si podrías hecharle un vistazo.
—Si recuerdas que perdí la mitad de mis poderes por estar ayudándote, ¿No?
—Te lo compensaré—Tyler pronunció algo desesperado por conseguir su ayuda, además de que con ello podría vigilarla algo más de cerca—¿Qué quieres? Te daré lo que sea.
—¿Lo qué sea?—cuestionó sonriendo burlonamente, y el hombre frente a ella no entendió su acción hasta que volvió a hablarle;—Lo único que tenía me fue arrebatado...y el resto no sé dónde pudo haberse metido.
—En serio...te prometo que luego de esto podrás irte.
—¿Qué me garantiza que cumplirás tu palabra?
—El simple hecho que puedo ayudarte a buscar a tu madre.
Cuando dijo lo último suspiró tirando su cabeza hacia atrás, mirando el techo como si fuera lo más interesante.
—¿Dónde dijiste que era el lugar?
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