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05 ━━━ Have patience.

CAPÍTULO CINCO
ten paciencia

Temer a las cosas que no conocemos es normal, pues lo desconocido siempre es aterrador. El problema viene cuando, de pronto, todo se vuelve incierto y las cosas que conoces empiezan a desaparecer una a una. En un abrir y cerrar de ojos, todo en lo que has creído pierde certeza y terminas caminando a ciegas. Yo no era precisamente la persona más atenta o cuidadosa, por lo que el cambio me resultó mucho más drástico que a cualquier otro. Puede que no prestara demasiada atención, pero sentía todo, y a veces sentir es peor que analizar. La mente puede distraerse, pero los sentimientos... esa es una historia completamente diferente.

Empezó con una visión, le siguió un suceso y después... todo se vino abajo. Después... no, no hubo ningún después, porque todo lo que tenía se deshizo. Recordemos que el día que visité al doctor Maurice Lifton fue el mismo día que Peter Parker me acompañó a casa. Fue el día que hice el interminable ensayo sobre el cultivo de papas, fue el día que mamá me preguntó qué quería hacer por mi cumpleaños.

Ese mismo día, cuando el sol cayó y me dispuse a dormir, fue cuando experimenté por primera vez esa descarga de energía que me dejó desorientada. Esa noche vislumbré un hecho que no había sucedido, pero que estaba a punto de suceder.

Y fue cuando ese vistazo efímero que me cubrió los ojos se hizo realidad, que finalmente pude comprender que, al final, mis deseos de ser especial se cumplieron. Pero resulta que no se trataba de ningún deseo, sino de una carga.

Bienvenida Harper Volkova, y adiós a mi estabilidad mental. 



N O R T E D E N U E V A Y O R K
Stark Residence
2:43 a.m.

Mi mamá parecía un remolino imparable. Se movía por la casa a tal velocidad que sus tenaces movimientos prácticamente no existían. Iba de aquí para allá, rebuscando en cajones y gavetas, más yo no tenía ni la menor idea de qué era todo lo que buscaba. A decir verdad no comprendía muy bien qué estaba sucediendo, lo único de lo que estaba plenamente consciente era de que yo ya había visto esto antes. Hace cinco días antes de dormir lo había visto todo, pero no lo había entendido hasta este momento.

No sabía que el chorro de sangre y los gritos de dolor pertenecían a Beverly. No sabía que la alta mujer de cabello oscuro y ojos chispeantes también estaba relacionada con ella. Que el llanto de un bebé era el anuncio de que el hijo de Tony Stark llegaría antes de lo esperado, en medio de circunstancias dudosas. No sabía que yo ya lo había advertido todo, y que solamente me quedé en silencio cuando pasó.

Ese domingo había comenzado de lo más normal, a excepción de que se trataba de mi décimo quinta vuelta al sol. Mamá me había levantado antes de las diez y luego fuimos a desayunar a mi restaurante favorito, papá me dio un flan de cumpleaños (bajo la excusa de que estaba muy temprano para ingerir un pastel), y luego partimos al norte. Realmente no tenía amigos, así que solo pasé el día con ellos y el resto del equipo en la casa de los Stark. Comimos hamburguesas, estuvimos en el jardín junto a la piscina e incluso Clint había venido para felicitarme. Esencialmente estaba con todos los que significaban algo para mí, solo faltaban dos rubios que, por cosas del destino, estaban lejos. Uno estaba recorriendo el cosmos, y la otra se había marchado por causas mayores. Definitivamente extrañaba a Thor y la incorregible de Halley, pero ese no es el punto.

El punto es que el día estuvo tranquilo... hasta que cayó la noche.

—Mamá —la llamé en voz alta, haciendo que detuviera sus carreras apresuradas alrededor de la habitación de Tony.

Mi mamá detuvo en seco sus movimientos y se volvió a mirarme con expresión atormentada.

—¿Si?

—¿Crees que Bevs va a estar bien?

Recordaba vividamente la primera vez que había visto a la pelinegra, de eso se sentían años, pero estaba segura de que no había pasado tanto tiempo desde ese momento. Sucedió en el Hospital Metro-General y fue gracias a unos cristales que se incrustaron en mi pierna debido a una caída —ya ven que desastrosa he sido siempre. Recuerdo que ella no era muy abierta, pero se llevaba bastante bien con Clint. Esa situación cambió rápidamente, comenzamos a verla con demasiada frecuencia y, antes de que cualquiera lo notara, ella le había quitado el aliento a Tony. Empecé a verla y a pasar más tiempo con ella después de que acabó lo de Ultron, porque fue justo cuando quedó embarazada y mamá también se relacionó muchísimo más con ella. Beverly tenía buena relación con todos en el equipo, pero era evidente que se trataba de Victoria y Clint con quienes más congeniaba. Aunque a papá le gustaba entrenar con ella por su resistencia.

En fin: Bevs terminó formando parte de esta familia, y quizás ella tampoco lo vio venir, pero así estaban las cosas. Ese era el motivo por el que todos estaban con los pelos de punta cuando una castaña oscura de nombre Harper Volkova que aclamaba ser su prima apareció en la entrada de la casa y la mandó a una camilla a causa del estrés. Peor aún, fue ese mismo hecho el que apresuró el nacimiento de su bebé.

—Sé que sí —me aseguró mamá en voz bajita—. ¿Por qué no tratas de dormir algo? Antes de que amanezca en su totalidad deberías hacerlo. Estás libre de escuela.

La falta de clases no me embriagó de felicidad como usualmente lo haría.

—Mamá, es que yo quiero...

—Cariño, necesito encontrar unos papeles para Tony —me interrumpió con pesar.

—Pero es importante.

Victoria Clare inhaló.

—Podemos hablar cuando venga, lo prometo.

Estaba tratando de decirle lo que había pasado. Me esforcé por encontrar las palabras adecuadas para poder explicarle que yo ya había visto esto, que ya lo había visto suceder, pero ella pasó de mí. Y en verdad no podía culparla, pues estaba sumamente ajetreada y nerviosa, pero en serio me hubiera gustado que me escuchara.

En este momento, ahora que todo eso ya ha pasado y quedó muy lejos en el tiempo, no puedo evitar preguntarme si las cosas hubiesen tomado un rumbo diferente si ella me hubiera escuchado. Si yo hubiera podido decirle en ese preciso momento que había tenido una visión de ese hecho, ¿todo habría sido más fácil? ¿Los resultados habrían cambiado? Supongo que nunca lo sabré, pues la única respuesta que tengo es lo que ocurrió al ella no escucharme.

—Está bien —murmuré en respuesta, y luego la vi salir de la habitación a toda velocidad con unos papeles en la mano.

Miré a través de la ventana. Aún no amanecía, pero yo no tenía ni una pizca de sueño, en su lugar me encontraba más despierta que nunca. La casa estaba completamente vacía porque todo el mundo se hallaba ocupado en el complejo, y solo habían atinado a dejarme aquí a modo de precaución. Habíamos ido a casa y luego tuvimos que regresar cuando se dio el aviso que de Beverly había entrado en trabajo de parto y, pues, el resto es historia, básicamente.

Me ponía dos dedos sobre la tráquea y podía sentirla palpitar desenfrenadamente contra mi piel caliente. Empecé a experimentar una clase de miedo diferente al que hubiera sentido en cualquier otra instancia de mi vida, porque esa clase de miedo no era físico. No estaba asustada porque alguien me estuviera persiguiendo para asesinarme, o porque estuviera a punto de caer de algún lado. Este miedo residía en mi mente, junto a las imágenes inconexas que me habían ayudado a predecir este fatal momento, y se mantenía sobre todo lo demás recordándome que, quizás, yo hubiese podido hacer algo para evitarlo, porque, ¿si se lo hubiera dicho a alguien no habría terminado así? ¿O hubiera dado igual?

No tenía ningún historial que me ayudara aquí, pues Victoria podía ser muy divina pero estaba bastante segura de que ella no podía ver el futuro. Ver el futuro, repetí en mi fuero interno. Eso no tenía sentido, ¿de dónde iba yo a poder hacer eso? Tenía que existir una explicación razonable para lo sucedido. Ahora que lo pensaba de ese modo, tal vez estaba dormida. Tal vez esas imágenes en mi cabeza solo habían sido el resultado de una fatídica noche de sueño y esto era simplemente una mala coincidencia. Existen ese tipo de casos, ¿verdad? Claro que sí.

Entonces vino de nuevo. 

Di un cabezazo y me llevé las manos hasta el pelo, pero no pude sacarme la visión de la mente. Se repetía una y otra vez, como si fuera un caleidoscopio tomando forma, y como empezaba a verlo involuntariamente los detalles comenzaban a brillar. Un borbotón de sangre saliendo de los labios de Beverly. Un grito de dolor. La mujer de cabello oscuro, y finalmente, el llanto de un bebé. Ahora sí podía ver su rostro con más precisión, pero, ¿por qué? ¿Por qué ahora que había sucedido sí era capaz de reparar en los detalles? Hace una semana, cuando irrumpió por primera vez en mi cabeza, había pasado demasiado rápido. Apenas las había mirado antes de que se desvanecieran y me hicieran gritar, pero ahora estaban de vuelta... ¿Por qué?

Parpadeé, tratando de enfocar la vista, pero no podía ver nada. No había nada nuevo, solo la misma escena repitiéndose una y otra vez en mi mente, irrefrenable. Me mareé con el olor de la sangre y me dieron ganas de vomitar. No podía quedarme en esa casa encerrada o me iba a volver loca. Salí disparada por la puerta hacia afuera y empecé a caminar sin rumbo fijo; no había mucho que pudiera hacer estando tan lejos de la ciudad.

Me froté los brazos con las manos, pues la temperatura estaba descendiendo y el frío se estaba asentando. Deseé fervientemente estar equivocada en cuanto a tener algo de responsabilidad en lo que estaba sucediendo, porque no quería sentirme culpable por ello. Yo no quería que eso pasara, pero aún así lo había visto venir, ¿eso me convertía en cómplice de la tragedia? ¿Yo pude haberlo evitado? Me encogía ante esa idea, por muchas razones. Primero, yo siempre quise ser especial. Tener algo que me impulsara al mismo nivel en el que se encontraban Steve y Victoria, pero no estaba muy segura de querer serlo de esta manera. No quería saber cosas malas, porque saber te convierte en responsable de inmediato, y esto no tenía nada que ver conmigo. Yo solo quería aprender a defenderme a mí misma, aprender a actuar en situaciones de presión y quizás, de manera muy lejana, ser tan fuerte como lo era mi mamá —aunque eso era bastante imposible.

Toda mi vida la había vivido fuera de la órbita en la que se encontraban los demás. Era una niña desastrosa, en todos los sentidos, y se notó desde el principio —la prueba más infalible de ese hecho fue cuando robé la foto de Steve que tenía Victoria y me la llevé a todos lados, aclamando que se trataba de mi padre. Por supuesto que era una mentira, más bien tenía muchísima suerte de que el rubio no me hubiera demandado por usurpación de identidad cuando lo encontraron en el hielo y que, también, hubiese desarrollado esa afinidad extraña conmigo. Porque sí era muy extraña, de verdad yo no entendía ni de lejos cómo era posible que una persona como Steve Rogers pudiera quererme a mí, que básicamente representaba su lado oscuro. Todo era muy extraño.

Nunca brillé jamás en nada que no fueran metidas de pata, y me había acostumbrado bastante a ese hecho, pero también había añorado que llegara el momento en el que, finalmente, me descubriría a mí misma. No podía pedir demasiado, apenas llegaba a los quince y seguro que me deparaba una vida entera de cosas para dañar, pero era impaciente. Era muy impaciente, y eso era lo que más me generaba ansiedad. Y sin embargo, ahora estaba sobresaliendo con algo... pero no lo quería. No se sentía bien, ni siquiera un poco.

Estaba unos cuantos metros alejada de la casa cuando divisé una figura femenina que reconocí de inmediato. Verla fue como revivir el olor a sangre de mis visiones, por lo que mi estómago se revolvió. Sin embargo, no fue eso lo que más llamó mi atención.

Harper Volkova estaba reposando frente al complejo, detenida sobre uno de los muros de las afueras. El sol aún no salía, por lo que todo estaba era iluminado por la tenue luz de los faroles que se encontraban de ese lado. Me causó curiosidad verla sola, y mucho más porque la vi tomarse el cuello como si le doliera por algo. Entonces me percaté de algo más. La muchacha empezó a brillar, pero me dio la impresión que no era consciente de ello, ¿o era yo la que podía verlo? 

Su cuerpo se vio cubierto por una refulgente luz blanquecina, casi transparente, y estuve segura de olisquear algo muy similar a la lavanda. Olía muy bien y la luz se veía muy bonita sobre su cabeza. Ella ni siquiera se inmutó ante ese hecho... ¿Eso significaba que solo yo lo estaba viendo? ¿Ella no lo notaba? Me dieron escalofríos, y fue cuando me fijé que la muchacha estaba llorando.

—Si eres mala, ¿por qué lloras? —pregunté en voz alta.

Vez número mil en la que no puedo cerrar el pico. La chica de ojos chispeantes sacó los ojos del suelo y también quitó las manos de su cuello para observarme. Frunció el ceño por un largo segundo, como si tratara de ver algo en mí, pero pareció rendirse luego de unos segundos. La luz a su alrededor desapareció al hacer eso.

—No soy mala —fue todo lo que dijo.

Su acento me dio ganas de reír. Casi me recordaba al acento de Wanda, pero el suyo era mucho más marcado y gracioso.

—Pues todo el mundo cree que lo eres —respondí con obviedad—. Si no lo eres, escogiste un mal momento para aparecerte. O empezaste con la frase equivocada.

Harper me lanzó una mirada incisiva.

—¿No estás muy pequeña para deambular por todo esto sola?

—No tengo seis años.

—Tienes cara de que sí.

Crucé los brazos y sacudí la cabeza. Sin importarme mucho el contexto ni reparando en su reacción, crucé todo el tramo desde donde me encontraba hasta donde ella estaba sentada y me esparramé a su lado.

En el cielo aún brillaba la luna, iluminando los senderos que las lámparas no alcanzaban. Me le quedé mirando de manera embelesada, pues siempre me resultaba muy bonita. De hecho, en casa mi habitación era la única que tenía un ventanal tan grande por eso mismo, porque siempre me gustó mirar la luna. Me iba mejor de noche que de día y por eso disfrutaba cada segundo en el que caía el sol. Esa noche en particular no había tenido la oportunidad de disfrutarla, pues estaba demasiado asustada como para sopesar cualquier otra cosa, y aún así se sintió bien echarle un breve vistazo.

Tardé más de lo que recomendable en darme cuenta de que, al sentarme junto a Harper, sentí algo de calor en el pecho. Pero no fue algo doloroso o incómodo, se sintió bien. Era una calidez muy familiar y amena, y de pronto me dieron ganas de abrazarla. ¡Pero qué cosa más extraña! Esta muchacha me estaba generando una necesidad de querer tocarla, por algún motivo, y ocasionó que mi corazón se desbocara. Me di cuenta que, contrario a lo que había pensado, la luz a su alrededor no se apagó, solo se volvió más suave y no tan nítida. Aún estaba allí y aún olía a lavanda.

Inspiré el aroma dulce que emanaba de la luz y volví el rostro hacia ella. Tal parecía que le estaba costando dejar de llorar.

—A mí no me pareces mala —murmuré al cabo de un segundo. Harper viró su atención a mí, y sus ojos cristalinos me observaron con manifiesta curiosidad.

—No me conoces, pelirroja. No puedes saber si soy mala o no.

Arrugué la nariz mientras me fijaba distraídamente en la luz.

—Algo me dice que no... ¿Y por qué estás llorando, eh? ¿Es verdad lo que dijiste? ¿Eres prima de Beverly? ¿Y de dónde vienes? ¿Por qué tu acento es tan extraño? ¿Y la...

—Hablas mucho —me interrumpió con una sonrisa ladina. Sorbió por la nariz y luego se pasó la palma de la mano por el rostro.

Me encogí de hombros.

—¿Por qué lloras? —insistí.

—No lo sé —las palabras brotaron en un susurro entrecortado—. No quería que esto pasara... Yo solo... Ya saben que no vine con intención hostil, pero eso no cambia el hecho de que ella está mal y probablemente yo tenga algo de culpa. No lo sé, es complicado. A veces las cosas no salen como un espera, tal vez solo debo tener paciencia.

Tener paciencia. Ja, qué fácil se decía, ¿verdad? Me pregunté si acaso eso no aplicaba conmigo también. Si en lugar de tener miedo, yo solo no debía aguardar. Le fruncí el ceño a mis manos.

La luz se intensificó en ese instante.

—No eres mala —no era una pregunta—. Me parece que eres demasiado buena.

Harper entrecerró los ojos.

—No puedes saberlo, pelirroja. Nadie puede saber esas cosas.

¿Entonces por qué tenía la sensación de que yo lo sabía?

—Tal vez sí —concedí en voz baja, asintiendo de forma lacónica—, tal vez no, ¿quién sabe? Estoy segura de que Bevs va a estar bien, mamá cree que sí y yo creo en ella. No llores, Sam dice que cuando lloramos nos arrugamos.

La castaña sacudió la cabeza.

—No me has dicho tu nombre, pelirroja —señaló con cautela.

—Vera.

Ella alzó una ceja.

—¿Sólo Vera?

Lo consideré por un segundo.

De acuerdo con mi acta de nacimiento, había nacido bajo el nombre de Vera Marie Clare. Si nos fijabamos en la actualización de ese papel, en el dos mil catorce se añadió el apellido «Rogers» justo después de mi nombre. En trabajos escolares y en actas estudiantiles, era ese apellido el que figuraba. Cuando me presentaba ante alguien, usaba el Clare, o simplemente decía «Vera». Lauren Wells constantemente me repetía que no era suficiente para el primer apellido, y a Logan Hale le fascinaba llamarme de ese modo, obviando por completo la existencia del Clare. ¿Pero cómo lo veía yo, realmente? ¿Me creía indigna de ese nombre como Lauren me lo decía?

—Vera Rogers —contesté al fin.





[NOTA ORIGINAL, 2018]

***
N/A: ya sabían que Harper y Vera eran bastante amigas pero no conocían su primer encuentro 🧡 finalmente aquí lo tienen, mis dos bebés grandes juntas ksksskks

Estos eventos ya tuvieron lugar en Sapphire y ustedes en su mayoría ya saben cuáles son, por eso no desglosé tanto lo que ya conocen🤘

Esta vez he cambiado un poco la consistencia de los poderes de Vera y ya verán que no solo de resume a un simple "puedo ver el futuro" ⚡

Estamos en la #SemanaMoondust y nuestra meta de estos días es acabar el acto uno de Vera y Peter antes de que se acabe la semana👀, ¿creen que podríamos hacerlo? ¡Si me apoyan yo digo que sí!

El próximo capítulo tiene una aparición estelar y es el que nos dará el pie a los eventos fuertes de Civil War💪 así que get ready porque nos estamos preparando para lo que viene

ENCUESTA DEL DÍA: ¿Qué crees que son esas luces que pudo ver Vera alrededor de Harper? 🔥🔥🔥

¡Nos leeremos super rápido! Gracias por todo 🥕🕷️🧡

Peters virtuales para todas 🖤


Ashly se despide xx

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