Capítulo 2 : Ángel
“I don't know if you got a man or not, If you made plans or not, God put me in the plans or not. I'm tripping, this drink got me saying a lot but I know that God put you in front of me. “
CAPÍTULO 2
La vida de Park Jimin no se ligaba al concepto de fácil en ningún aspecto. Sus padres realmente odiaban la definición de libertad y por eso a sus dieciocho años jamás había salido de casa con amigos, visto alguna serie o película distinta de las religiosas o tan siquiera visitado lugares diferentes a la iglesia. En su casa las únicas obras de arte que podía ver eran las que implicaban a la biblia, su única música siempre había la religiosa. Sus sueños fueron cortados de raíz desde el día en el que nació.
Pero Jimin se las había ingeniado durante años para aprender sobre sus intereses en los ordenadores de la biblioteca de su instituto, esa media hora al día lo había salvado durante años de la desinformación total. El problema era que ahora que sabía y conocía acerca del mundo real, eso provocaba que su mente soñase con cosas que sus progenitores le prohibían. Jimin soñaba con ser libre sin que su vida estuviese ligada de forma continua a las oraciones y la iglesia. También sabía que muchos creían en la ciencia en lugar de en dios, que otros ponían su fe en ambos extremos y que incluso en menor medida existían teóricos que le daban al mundo una origen extraterrestre. Había aprendido mucho leyendo, aquellos libros que escondía bajo su cama eran su universo entero.
Le interesaba la ciencia. Le interesaba la música y las distintas culturas del mundo.
Aquel día la luna brillaba en el cielo, sus ojos no podían dejar de admirar la preciosa luz casi azulada de esta. Una suave brisa movía su flequillo refrescando sus mejillas rosadas mientras se asomaba al balcón de la habitación. Lo primero que había hecho al llegar a su instituto fue comprobar si Min Yoongi tenía algún tipo de red social, no halló demasiado: un instagram con muchos seguidores pero privado, que por lo tanto no le dejaba saber si realmente se trataba del muchacho que lo besó en la protesta, algunas fotografías sueltas en la pestaña de imágenes de Google que no le aclaraba nada pues su recuerdo acerca de las facciones del chico eran borrosos y… el propietario de un bar de carácter LGTI en una zona de las afueras de Seúl. Ese último dato era el que había tomado Jimin en su mente.
—¿Debería ir? - miró hacia la luna de nuevo y dejó escapar un suspiró - Quizás pueda resolver mis dudas. No tiene porqué hacerlo pero podría… No sé, él quizás me defienda y ayude. Yo soy como ellos después de todo.
Tan solo el silencio y el sonido del viento acompañaron la pregunta de Jimin. A pesar de charlar con la luna él era consciente de que estaba solo y su mente era la única que podría ayudar con las decisiones, por muy absurdas que estas fueran.
—Iré, es mi única oportunidad de encontrar a alguien que me pueda informar. Si no es él puede ser alguno de sus clientes.
A Jimin realmente le costó colarse entre los barrotes de la ventana de su habitación, por suerte estos eran suficientemente anchos para su cuerpo delgado y flexible. Sus padres nunca le habían negado deporte así que durante mucho tiempo centró sus energías en ello. Hubo un momento de su infancia en el que su madre incluso lo animó a formar parte del equipo de fútbol de la iglesia a la que asistían. Son los únicos momentos que recuerda con cariño en ese lugar.
Seguir las calles de Seúl de noche y sin tener demasiado claro cómo llegar hasta las afueras era algo que empezaba a asustar a Jimin, quien ya se encontraba sentado en el autobús escondiendo su cara en la capucha de su abrigo blanco. Ese noche aprendió muchas cosas, la primera de ellas fue probablemente que la expresión “preguntando se va hasta Roma” era completamente falsa o al menos no aplicable a su situación. Cada una de las personas a las que le preguntaba sobre el bar LGTI lo miraban mal y seguían caminando sin responder.
Sus padres solían usar esa mirada en otros chicos, y de repente Jimin notó lo que se siente cuando otros te juzgan de una manera tan seca y desagradable. Sin tan siquiera conocerte.
—Perdona - un chico alto con sonrisa escandalosa estaba de pie junto a un puesto de comida, parecía agradable y eso atrajo la atención de Jimin al instante - ¿Sabrías decirme dónde se encuentra un bar LGTI dirigido por un muchacho llamado Min Yoongi?
El chico dejó de reír ante lo que le decía el dueño del puesto de comida para mirar directamente a Jimin.
—Has tenido suerte - respondió - no está muy lejos de aquí, puedo llevarte si lo necesitas. Estoy esperando a mi pareja, iremos hacia allí en unos minutos.
Jimin asintió dejando salir de sus labios una resplandeciente sonrisa. Arrugó levemente el papel con las direcciones que llevaba en la mano, había sido capaz de apuntarlas bien pero en cuanto al hecho de seguirlas… Realmente no comprendía como coordinarse en las zonas de la ciudad que le resultaban desconocidas.
—¿Cómo te llamas niño? - dijo el chico tras pagar por la comida.
—Jimin - no estaba demasiado atento a su entorno, en realidad se encontraba disfrutando del hecho de saber que había logrado escaparse de casa y llegar hasta ese lugar sin la ayuda de sus padres - Gracias por ofrecerte a llevarme.
—No es nada, yo soy Seokjin por cierto - el chico alto sacó las llaves y señaló un coche cercano a donde ellos se encontraban - ¿No estoy metiendo a un loco en mi coche verdad? No pareces un tipo con intención de asesinar.
Jimin hizó un gesto de sorpresa y negó al instante. Entendía que era difícil fiarse de una persona que acababa de conocer, él probablemente debió haber hecho lo mismo pero sus piernas dolían de tanto andar. El autobús lo había dejado demasiado lejos de la zona.
—No soy un loco, realmente no podría matar ni a una mosca. Literalmente.
—¿Y cómo sabes que yo no lo soy? - dijo antes de poner la mano sobre el hombro de Jimin.
—No lo pareces.
—Eso no tiene nada que ver. No deberías ir con todos lo que se ofrecen a llevarte. Mis intenciones son buenas pero hay personas que no piensan en el bien de la humanidad. Piensa en eso cuando un desconocido te ofrezca algo.
—Lo haré.
Seokjin asintió e hizo un gesto después de ver a alguien en la acera de enfrente.
—Él es mi pareja, vamos.
Jimin trató de ocultar la sorpresa al ver que se trataba de otro chico, las dudas le recorrieron todo el cuerpo una vez más pero en lugar de negarse simplemente caminó un paso por detrás de Seokjin. No sería como sus padres, no, a él no le gustaba llamar anormales a las personas que sentían amor por otros del mismo sexo. Eso implicaría que de cierto modo él tampoco era normal y lo cierto es que se consideraba tan normal como cualquier otra persona en el mundo.
—Este es Hoseok - dijo Seokjin con simplicidad antes de besar cortamente los labios de este - Está buscando el bar de Yoongi. Imagino que es uno de sus líos de una noche así que me he ofrecido a llevarlo.
—Yo no… - trató de hablar Jimin.
—Tranquilo. Lo comprendemos, a Yoongi no le gustan las relaciones. No te avergüences, eres el tipo de chico sumiso en la cama que le gusta. Jugar está bien incluso si sólo es para una noche, depende del gusto de cada persona.
—Solo busco el bar para que Min Yoongi me resuelva algunas dudas. No sé de qué habláis exactamente pero no tiene nada que ver con sexo o algo similar.
Los dos muchachos se encogieron como si realmente no creyeran en las palabras de Jimin y este terminó rindiéndose después de explicarles todo.
—Así que un beso - habló Seokjin - no estábamos demasiado equivocados. Yoongi te beso y ahora quieres algo más…
—No es eso. Ya os he dicho que tengo dudas sobre algunas cosas - Jimin no había hablado de la protesta ni de su familia estrictamente religiosa, tenía miedo a ser juzgado.
Fueron varios minutos en los que Jimin trató de dar su propia versión de los hechos hasta que finalmente llegaron al local. Lejos de lo que pensaba, el lugar no estaba cubierto de colores como los del desfile, de hecho era realmente oscuro. El negro y rojo predominaban en cada parte de la decoración, parecía un sitio bastante exclusivo a juzgar por la calidad de los muebles o la propia decoración.
Los ojos de Jimin se abrieron incluso más cuando tan pronto como entró escuchó la música de una banda en vivo, la música parecía bañar su cabeza. Jamás había escuchado la música en directo, quitando por supuesto las aburridas canciones de iglesia. Si fuese un gato probablemente sus pupilas estarían dilatandose al máximo.
Seokjin dejó escapar una sonrisa a su lado.
—Sí, nuestro Yoongi pone todo el dinero que gana en este local así que es bastante sorprendente lo bien que puede llegar a verse. Como una película americana - comentó Hoseok fijándose en el modo en que Jimin escrutaba con la mirada hasta el último detalle - Yoongi estará en la barra, acompáñame. Te llevaré para que puedas preguntarle esas dudas.
Jimin asintió todavía sorprendido. Su cuerpo quería moverse al ritmo de la música por algún motivo. Era como si sus pies tuvieran ritmo propio, estaba tentado a quitarse esa ropa blanca que llevaba para vestirse por completo de negro. El color de su vida había sido durante excesivo tiempo el mismo. Necesitaba cambios.
—Te dejo un ángel por aquí Yoongi - las palabras de Hoseok hicieron reír cálidamente a Jimin.
—¿Un qué…? - Yoongi se giró en el medio de la frase pero su mirada en contra de lo que Jimin esperaba, fue dura y realmente amenazante - ¿Cómo mierda ha llegado este niño aquí?
—Estaba buscando tu bar y Jinie lo encontró, pensamos que se trataba de alguno de tus chicos de una noche. ¿Te ha estado dando problemas o algo así? Vas a atravesarlo con la mirada.
—Mierda Hoseok, ¿no te has fijado en que es uno de los chicos que estaban en la protesta religiosa contra nuestra sexualidad la semana pasada?
Hoseok frunció el ceño y miró a Jimin antes de volver a fijar los ojos en su amigo.
—Difícilmente me acuerdo de lo que comí ayer, había muchas personas en la protesta así que definitivamente no lo recuerdo a él.
—Ocúpate de la barra, lo echaré.
Jimin dió un paso hacia atrás levemente asustado en el momento en que Yoongi avanzó.
—Sólo quiero que me ayudes en un par de cosas, tengo muchas dudas y podrías resolver varias de ellas. No llevará mucho, lo prometo.
Yoongi ignoró por completo las palabras de Jimin mientras lo tomaba de la mano para arrastrarlo fuera del local.
—No quiero locos religiosos aquí, molestaras a mis clientes y probablemente volverás con tu secta más adelante. Quédate fuera de aquí.
—Pero… fuiste amable conmigo en la protesta. Solo serán un par de preguntas, por favor.
—No fui amable maldita sea, trataba de molestarte con ese beso. Mira, te lo he dicho de forma amable. O te vas o busco a alguien para que te eche de una forma más dolorosa.
Jimin volvió a retroceder asustado, con la cabeza gacha se quedó completamente quieto. Yoongi estaba sorprendido ante el hecho de que simples palabras asustasen tanto al muchacho, por supuesto él no sabía que ese chiquillo nunca había visto o experimentado algo mínimamente cercano a la violencia. Generalmente no era así con las personas pero no podía dejar que los homofobicos miembros de una secta religiosa tomasen su local, el único lugar en el que se sentía por completo libre.
—Simplemente vete.
Jimin asintió aún sin mirarlo y se giro. Yoongi permaneció quieto por unos segundos asegurándose de que el chico desaparecía del local.
Jimin estaba tratando de tragar sus lágrimas, le gustaba aquel sitio. Le gustaba aquella música, los colores y la sensación de la multitud sonriendo sin preocupación. Su garganta dolía, también su pecho… Quería ser como ellos, ansiaba ser libre.
—Hola bonito - la voz de un hombre mucho mayor que él captó su atención - ¿Quieres que te lleve a casa?
Jimin negó al primer momento. Seokjin había dudado antes de dejarlo subir a su coche, también le había mencionado que fiarse de los desconocidos que ofrecían algo no era la mejor decisión. Quizás era bueno dudar antes de poner confianza sobre cualquier persona desconocida.
—No gracias, iré por mi mismo. Siento las molestias.
Levemente asustado por la sensación de que algo estaba funcionando mal, Jimin se giró y aceleró sus pasos. Sin embargo la mano del hombre sujeto su chaqueta con fuerza.
—Venga chico, sabes que necesitas a alguien para llevarte. Cualquiera podría atacarte si te vas solo. Mira lo debilucho que pareces.
—No hace falta, de veras, siento molestar pero puedo irme solo. - volvió a insistir.
El hombre tiró más fuerte de la chaqueta de Jimin y este trató de correr haciendo que la tela se rasgase. Sus piernas chocaron contra el asfalto, al igual que sus manos.
Su cuerpo estaba en un estado de miedo total, sus extremidades temblaban y las lágrimas ya salían de sus ojos.
—¿Vas a dejar que te lleve sin hacerte el difícil idiota? - el hombre había levantado la voz y tomado a Jimin por su precioso cabello rubio.
—Yo… Bueno…
Pero la voz de alguien más interrumpió el miedo.
—No es no. Vete de aquí antes de que llame a la policía.
Yoongi estaba de pie al lado del hombre.
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