" El mundo es diferente de ayer solo por tu alegría."
-Serendipity

Lo cierto es que si les preguntasen ninguno de los dos podría decir con claridad qué fue lo que aquella noche los llevó hasta ese estado. Como cada día Yoongi y Jimin cerraron el local y caminaron juntos hacia el piso que compartían con la única diferencia de que el más pequeño de los dos se atrevió a entrelazar los dedos de su mano con los de aquel que le había robado su primer beso, así como todos los siguientes.

Yoongi observó durante unos instantes la forma perfecta en la que sus manos encajaban, la sonrisa no tardó en cubrir sus labios. Se sentía bien, de forma totalmente inesperada el miedo no cubrió su cuerpo como generalmente lo hacía. Con Jimin no sentía que sería abandonado o engañado, ese chico que caminaba a su lado y se había agarrado a él con la ansia de aprender sobre la vida que su familia le negó. Ya fuese porque el haber estado aislado durante tanto tiempo lo convirtió en alguien sin maldad o porque no había mostrado nunca un interés egoísta hacia él. Fuera como fuese, Yoongi había caído profundamente en el hechizo que aquel muchacho provocaba sin pretenderlo.

-Yoongi - la voz de Jimin se coló entre sus pensamientos - Me gusta esto, cuando somos cariñosos me olvido de lo mucho que extraño a mis padres a pesar de todo lo que me hicieron.

-¿Sigues extrañandolos?

Jimin se encogió de hombros.

-Son mis padres, por muchas cosas que me hayan hecho no puedo dejar de quererlos. Ellos realmente creen que su forma de actuar es la correcta, no importa cuanta veces yo pretenda explicarles que allí no era feliz y que no puedo esconder lo que soy... ¿Qué te ocurrió a ti con tus padres Yoongi?

Yoongi suspiró y se quedó en silencio durante unos instantes antes de decidirse a responder. Ya podían ver el apartamento desde donde se encontraban, sin embargo se sentó sobre un banco cercano animando a Jimin a acomodarse sobre su regazo. El menor sonrió levemente y sin dudarlo se sentó sobre las rodillas de este poniendo su total atención en Yoongi.

-Al igual que los tuyos son bastante conservadores, yo terminé marchándome y tras buscar información por varios sitios decidí realizar un trabajo de tiempo completo para ahorrar. Jin en ese momento trabajaba en el restaurante en el que me contrataron, nos hicimos amigos y cuando supo que estaba en la calle me ofreció quedarme en su casa. Cuando tuve el suficiente dinero alquile el piso en el que ahora vivimos y un año después abrí el bar. Seokjin me solía llevar a los actos para la defensa de LGTBI, en una de esas ocasiones coincidí con mi padre con la única diferencia de que él protestaba contra nosotros y yo por nuestros derechos, discutimos y jamás volvimos a vernos. Han pasado cuatro años desde la última vez que hablé con ellos.

Jimin dejó que uno de sus pucheros naturales se posase en sus labios mientras hinchaba las mejillas, era adorable incluso sin pretenderlo. Yoongi se limitó a sonreír mientras observaba casi con adoración a aquel muchacho que hace no mucho tiempo atrás consideraba más como un enemigo. Antes de pensarlo ambos se encontraban abrazados, Yoongi rodeaba la cintura de Jimin manteniéndolo cerca de su cuerpo y Jimin posaba besos cariñosos sobre la nariz y mejillas de este. Ante cualquier persona con la mente abierta serían como una pareja más teniendo unos instantes cariñosos pero la realidad es que se encontraban en medio de una sociedad cerrada de mente, la cual ni siquiera parecía dispuesta al debate o a la información.

-Subamos a casa pequeño - las manos de Yoongi dejaron la espalda de Jimin para ir hacia las mejillas de este y acariciar su suave piel - No me gustaría que los chicos de ayer nos persigan de nuevo.

Jimin tenía los ojos llorosos y se mantenía mirándolo, por experiencias anteriores Yoongi sabía que el muchacho podía llegar a ser realmente sensible con ciertos temas pero aún así no se acostumbraba. Una vez más ambos se tomaron de las manos y caminaron hacia ese lugar que poco a poco se estaba convirtiendo en un refugio, era cierto que Yoongi no había aceptado a Jimin al inicio... Pero en el instante en que empezó a conocerlo decidió que si ese pequeño lleno de miedos y dudas era un error, sería el más dulce de sus errores.

-Yoongi - Jimin acarició levemente los dedos de la mano del mayor mientras se acercaban a la puerta - Voy a apoyarte a aprender de ti, incluso si tus padres no lo ven quiero que sepas que eres una gran persona. Me dejaste quedarme cuando Jin te lo pidió a pesar de que tenías mala opinión de mi, me diste la oportunidad de explicarme y desde aquel momento me cuidas incluso cuando mis padres intentan amenazarte. Gracias por todo.

Yoongi dejó escapar una sonrisa cínica y abrió la puerta de la casa para que Jimin pasase al interior, había un olor especial en su hogar desde que vivían juntos allí. Ya no era un simple apartamento en el que dormir, el menor había convertido en un hogar ese pequeño lugar con sus rabietas, sus comidas a mitad de noche, su risa y su voz. Yoongi podría mentir diciendo que Park Jimin no era el tipo de chico que podía ganarse el corazón de todos con una sonrisa de esas que tanto lo caracterizaban, pero no serviría de nada ya que tenía claro que le gustaba más de lo que otros chicos le gustaron antes.

-Jimin... - Yoongi suspiró dudando ante lo que iba a decir en ese instante y a la vez necesitado por compartir todo lo que perturbaba su mente desde hace días - Creo que me gustas.