"Testimonio de Jack Frost redactado por Mr. Qwerty"
-¡Norte! –Grité al descender en la sala del gran globo, donde las luces de los niños que creían brillaban más que nunca. Casi todo el mundo se encontraba encendido con aquellos brillos amarillos y anaranjados, gracias a nuestro excelente trabajo.
Los Yetis estaban ocupados, por que Phil ni se detuvo para mirarme o solo balbucearme algo. Paso a mi lado con una montaña de juguetes bajando a toda prisa y directamente hacia el taller. Los elfos hacían de las suyas Y siempre les salían mal, pero uno que corría con galletas hacia el despacho de norte. Decidí seguirlo a toda volando a toda velocidad, empujando la puerta haciendo que el pequeño sin querer se estrellara haciendo volar galletas cuando esta cerró .
-¡Jack! -Se levantó con su energía caracteristica para acercarse a abrazarme, escapé dando un salto por sobre su cabeza - ¿Qué tal todo? Viniste de visita para ayudar con la navidad ¿no es así? -Me miro de manera seria y acusadora cruzándose de brazos al verme parado sobre su escritorio - Es lo mínimo que podrías hacer luego de no entregar tus reportes a tiempo.
-Bueno yo... -rasque mí nuca, debajo del cabello riendo nervioso- ¡Puede que me haya entretenido un poco este último tiempo pero vengo a entregarte mis reportes justo ahora! –Me bajé cambiando a un semblante serio recargandome en mi cayado. Pensando en que podría decir, Norte se acercó a su silla comprendiendo que podría haber algo interesante por el simple hecho de aparecer voluntariamente. Cruzó los dedos frente a su rostro y espero que continuara.
-Primero el reporte –lo mire tranquilamente a los ojos pensando un poco más. – Los recorridos que hice fueron todos dentro de lo normal. ¡Los niños están creyendo cada vez más en mí, me sorprendo cada vez que alguno me llama por el nombre al pasar o porque pueden verme norte! –Salte un poco emocionado y Norte se levantó para darme unas palmadas en el hombro.
-¡Bien hecho Jack! –Sonrió amigablemente dándome un suave empujón para seguirlo mientras caminaba hacia la puerta para dirigirnos hacia la sala del globo. Pero yo tenía más que decir, así que me agache para que no continuara recargando mi carera en el borde del escritorio abrazando mi cayado.
-¡Hay más, norte! –Llamé su atención para detenerse- respecto a eso, hay una muchacha. –Me acomode dando un suspiro y él se volvía escuchándole.
-¿Una muchacha? -Preguntó sin entender demasiado lo que me refería con solo eso.
-Sí, una muchacha, Elizabeth. Según dijo es prima de Jamie y se mudaron hoy mismo cerca de ellos. Pasé de visita por casa de Jamie y no le encontré allí, si no ayudando en la mudanza de ella. – Me escuchaba alzando un poco la ceja, analizando cada palabra en busqueda de lo que ameritaba que la nombrara, comenzó a acariciar su barba especulando para soltar apresuradamente.
-¡Bueno! Intentas decirme que te llamo la atención ella, pero no puede ¿verte? –Reía gracioso con su profunda voz.
-¡No es eso, norte, ella si puede verme! Pero a lo que voy es otra cosa, ella nombró algo, sobre la luna.
-¿La luna? ¿Dices Many? ¿Que tiene eso que ver? Realmente no le veo lo raro, Jack. –Comentó siguiendo en su tarea, acariciando aquella barba blanca. Puede que yo no sea claro al hablar, pero tampoco puedo lograr que me escuche en silencio y sin interrumpir.
- Lo que dijo es raro, te lo diré, pasé tiempo con ella esta noche y me confeso algo. En sus palabras, ella siente que la luna la llena de energía y yo creo que pude sentí algo respecto a ella, una sensacion extraña o familiar.
-Energía... -Pensó unos momentos negando suavemente con una sonrisa cómplice para sí mismo- Yo no le veo lo raro Jack. Pero si crees que puede haber algo más deberás investigarlo.
-Está bien –Me enderecé frente a él parándome, con el cayado en mi hombro – En ese caso tomaré la tarea e investigare un poco más. ¿Puede el hombre de la luna saber algo sobre eso?
-Intentare hablar con él, pero no creo que esté involucrado Jack. Ahora ¡vamos... hay que hacer juguetes, la navidad se acerca! –Abrió de par en par enérgicamente las puertas y se encamino hacia el taller, donde los yetis trabajaban arduamente. Como de costumbre, antes de que llegáramos yo ya me escapaba flotando silenciosamente y cuando se dio cuenta me grito – ¡Jack regresa ahora a ayudar!
-¡Lo siento norte! –Dije un poco burlón acompañado de una divertida sonrisa causando que el frunciera el ceño- Debo investigar en este momento pronto volveré con más noticias antes de navidad para echarte una mano lo juro... -Gritaba mientras más me alejaba y salía volando hacia el exterior por una ventana de los pisos superiores.
-Jack! –Le deje de oír al salir fuera del edificio siendo llevado por el viento que rápidamente me transporto hacia el pueblo donde Jamie vivía.
"Elizabeth"
Era temprano en la mañana y el sol brillante de la ventana me ataco directamente a los ojos mientras yo me cubrí con una de las mantas más gruesas hasta la cabeza así continuar mi lindo sueño, el sueño del muchacho de cabello blanco que se llamaba Jack Frost. Si, aquel de ojos azules brillantes y atrapantes que.... Espera sigo dormida creo dios. Me levante sentándome en los colchones con todo el cabello alborotado buscando con la vista la maleta mientras la puerta lentamente se abrió frente a mis ojos viendo a mi madre que entraba caminando hacia mí.
-Gracias a dios te despertaste sola, estaba por llamarte –Yo la mire adormilada estirando mi brazo hacia la maleta para que me la alcanzara, había dormido bien en sí pero no lograba despertarme totalmente. Ella la arrastro haciendo que rodara un poco y me corrió el cabello besando mi frente – El desayuno está listo, te esperamos abajo con papa ponte ropa cómoda. Los tíos ya están aquí para desayunar todos juntos. –Se retiró mirándome de reojo dejándome sola mientras yo estiraba los brazos sobre mi cabeza bostezando un poco, decidí buscar primero mi cepillo de dientes y lo necesario para alistarme dirigiéndome al baño rápidamente, me peine con una coleta alta y salí para cambiarme, me coloque un viejo sweater grueso de color grisáceo y un pantalón de jean algo maltratado junto a unas zapatillas cómodas lista para trabajar en la casa.
Cuando baje la mesa estaba llena de gente nuevamente y comida, los niños corrieron para abrazarme y arrastrarme a la mesa sentándome para desayunar, tostadas y una chocolatada para nosotros además de algunas galletas dulces.
-Buenos días... -me senté aun adormilada tomando la taza en mis manos mirando a Jamie a mi lado con curiosidad mientras se devoraba una de las tostadas con dulce y su hermana metía una galleta en la leche cayéndose toda resbalándose de sus dedos mirando enojada la taza.
-¡Buenos días! Amaneciste con mucha energía como tus primos –Bromeo el tío mientras bebía su café y mi padre bajaba saludando a todos.
Ya todos desayunados limpiamos para comenzar a adentrar y acomodar los muebles que había en dos de los camiones, algunos como los personales era de la antigua casa, como la mayoría de los muebles de mi cuarto, estaban todos. De esos grandes y pesados muebles se encargaron los ayudantes de mudanza, mis padres y los tíos, nosotros nos encargábamos de las cajas etiquetadas y acomodarlas en algunas de las salas correspondientes como los adornos de la casa, las cajas de ropa, vajilla entre otros detalles.
Todos éramos eficientes y cuando terminamos el trabajo más grande paramos para el almuerzo, no quedaban cajas por acomodar, lo que quedaba eran muebles grandes por lo que detrás de algunos sándwiches solo nos dejaron libres a los pequeños para poder ir a dar algún paseo en los alrededores.
Subí a cambiarme la ropa de trabajo que traía algo de suciedad para la hora que era realmente y todo lo que habíamos hecho para apresurar el paseo, me cambie a un jean azul obscuro y una polera color crema y arriba una campera de lana tejida larga de capucha, me solté el cabello y me coloque un gorro de nieve para bajar rápidamente la escalera y abrigar a los pequeños con sus camperas. Salimos los tres teniendo yo en mis bolsillos el móvil y las llaves de la casa por las dudas mientras tomaba a Sophie de la mano y Jamie miraba a todos lados en búsqueda de algo. Mientras caminábamos algunos de los amigos de Jamie se nos unían asique terminamos siendo un numero bastante grande que se la pasaban señalándome los alrededores nombrando cosas que habían sucedido, contándome anécdotas de la noche en que habían peleado contra el Coco y sus sombras dándoles la victoria a los Guardianes en los que tanto creían y admiraban. Finalmente nos adentramos en el parque donde nos esperaría Jack pero no le veíamos por ningún lado, los chicos en la sección de juegos comenzaron a jugar en ellos mientras esperábamos y yo me ocupaba de empujar a Sophie en uno de los columpios, unos minutos pasaron tranquilamente para que los niños literalmente comenzaran a juguetear con la nieve, armaban bolas de nieve grandes para comenzar arrollarlas por la nieve aumentando su tamaño apilándolas sobre sí mismas, nosotras comenzamos a buscar ramas para los brazos y piedras para las facciones, les colocamos los gorros de lana mío y de otra chica y quedaron armados mientras admirábamos la obra de arte posaron para una foto interrumpiéndonos proyectiles desde las copas de los árboles.
Bolas de nieve eran lanzadas hacia todos nosotros causando que corramos hacia todos lados mientras los niños se refugiaban detrás de los muecos que poco lograban mientras se armaban con bolas de nieve rápidamente esperando por quien se atrevía a lanzarles. Rápidamente Jack voló hacia nosotros entre risas acercándose mientras con el cayado creaba muchas municiones.
-¡No me digan que comenzaron sin mi pequeños traviesos! –Tomo una bola en la mano y me miro con diversión mientras me comenzaba a amenazar haciendo que camináramos en círculos, los niños silenciosamente tomaron las bolas y se las lanzaron todas hacia Jack siendo atacado sin piedad por lo que había hecho anteriormente cayendo hacia atrás en la nieve.
-¡Vamos, vamos! –Jamie y Sophie me arrastraron a refugiarnos detrás de los árboles y otros niños acechaban en los juegos preparados para atacar mientras un Jack atontado se levantaba volando con más bolas en sus manos. Yo no pude evitar asomarme sin cuidado sintiendo de repente todo mi rostro frio. ¡Me había dado con una bola en la cara y se reía!
-¡Ya verás! –tome una bola de nieve y se la estampe en el rostro luego de acercarme corriendo para quedarme detrás del tobogán, aprovecharon el resto de los niños para jugar a lanzarse entre ellos mismos volando así tantas bolas que ay no sabíamos quien estaba contra quien.
Continuamos por mucho rato mientras corríamos esquivando cuanto podíamos, Jack y yo éramos altos por lo que muchos proyectiles nos daban de lleno causándonos mucha gracia, decidimos hacernos a un lado sentándonos en una banca viéndoles jugar a ellos por lo que me tome el atrevimiento de sacarles una foto de recuerdo por este primer día con el celular.
-¿Y qué te parece el primer día de nieve que tienes en la vida? – Pregunto asomado por mi hombro observando la foto que había sacado en aquella pantalla acercando y alejando a los rostros de los niños para ver que tal salieron. Me gire con una sonrisa para responder observando que no se retiraba.
-Muy divertido hasta ahora, fue divertido tu ataque sorpresa pero por cómo se organizaron creo que hasta es algo normal para ellos no es así. –Se rasco la nuca descubriendo que los sorprendí más de una vez de aquella manera mientras asintió con una risa-
- Es el efecto sorpresa, rápidamente se ponen en alerta para comenzar el juego –comento con seguridad aguantando una risa – Y para ser la primera guerra de bolas de nieve que tienes no lo hiciste mal para nada, de hecho me diste en el rostro. Tienes buena puntería.
-¿G...gracias? Aunque fue la suerte y las ganas de devolverte el golpe –le empuje por el hombro suavemente riendo ampliamente – Ah... me comentaron más cosas sobre el día que pelearon contra Pich, admirable todo lo que hicieron realmente para que ellos puedan seguir creyendo, me llamo la atención que... ¿los llevaste deslizándose y hielo por la calle? –Pregunte con mucha curiosidad intrigada y con ganas de sentir algo como eso- ¿Podríamos intentarlo?
-¿Deslizarse? Claro que sí pero lo mejor el mejor lugar son las colinas que hay en dirección hacia tu casa –Comento indicándome la calle que llevaba hacia es lugar, era la calle que llevaba mi casa, los niños pararon de jugar cansados, algunos rendidos en la nieve y otros recargados mientras reían con mucha energía. Jack se levantó llevándome con el y me empujo a un montículo de nieve cayendo casi hundiéndome en el de lo suave que era.
-¡¿Que pretendes ahora Jack?! –Me senté mirándolo con nueve por todos lados y él se lanzó a mi lado para indicarme que lo siguiera.
-Tú haz lo que yo y luego preguntas. –movió sus brazos y sus piernas corriendo la nieve haciendo ángeles mientras los niños se lanzaron hacia nuestros alrededores haciendo lo mismo. Al levantarnos había muchas huellas similares pero de diferentes tamaños de nuestros cuerpos en la nieve las cuales intentamos no arruinar con las huellas.
-¡Que adorables! –Una risa se le escapó por mi reacción, todo era tan nuevo para mí que experimentarlo de una vez jugando a la nieve era emocionante y mis reacciones le causaban pequeñas risas.
-Pareces una niña asombrándote así ¿lo sabes? –Arqueo una ceja mientras me jalo una mejilla, sus dedos estaban fríos contra el calor de mi cuerpo.
-Shhh... ¡cállate! –le eche empujándolo entre risas y se encamino aprovechando el empujón hacia los niños para despeinarlos. Algunos tenían que regresar temprano por lo que quedamos solo nosotros cuatro nuevamente despidiéndose todos con mucha energía hacia sus respectivos hogares.
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