Cap. 9 [Gestos]
Sus labios eran los mejores del mundo, por eso había pasado las últimas dos horas de la tarde disfrutando de sus besos. Desde que terminaron sus respectivas clases, MoonByul llegó enseguida al dormitorio de la otra para pasar todo el tiempo posible con ella.
Después de ese tiempo dándose besos, Yongsun realmente estaba agotada de estar mucho rato encima de MoonByul. Se enderezó sobre ella, colocando sus manos sobre el pecho de MoonByul para tener sostén. En cuanto se separó, Byul la quiso atraer nuevamente a ella pero no la dejó.
— No... me duele la espalda — se bajó de ella con una mueca de dolor y apenas tocó el colchón con su espalda, MoonByul no perdió tiempo y se posicionó encima de ella.
Aunque le dolía, no omitió la pequeña sonrisa de felicidad porque MoonByul estuviera sobre ella.
— ¿Quieres un masaje? — tan noble y atenta se vió preguntando con seriedad Moon.
Quien la viera en esos momentos diría que estaba hablando en serio, pero no, esas casi dos horas la habían dejado más caliente que una sopa en verano.
— No, está bien. Solo quiero descansar — le dio una última sonrisa para darle un pequeño empujoncito por el estómago y que le dejara respirar un poco.
Byul gruñó muy alto sin dejarse quitar de encima. Era mucho más fuerte que Yongsun así que prácticamente ni sintió su fuerza.
— Byuuul...
— Mmm — Byul le dio varios besos en la mejilla, luego descendió hasta su cuello para esconderse en el mientras dejaba caer su cuerpo para estar más juntas.
— Ya detente — realmente mentía ante ello.
Le estaba gustando enormemente los besos que empezó a sentir en el cuello, el aliento feroz contra su piel, y las pulsaciones de su corazón a tope por lo caliente que se estaba volviendo todo.
— Pero por qué~...
— Ya me dio hambre y de verdad me duele la espalda — metió las excusas con normalidad.
— Pero si ya estás cómoda Yong — se alejó de su cuello para mirarla fijamente buscando una chispa en ellos aunque sea para saber que estaba bromeando.
A estas alturas para ella no había otra opción que desnudarla.
Yongsun levantó su mano derecha para pasarla por las suaves fracciones de Byul, dejó que su dedo pulgar navegara aquella piel que jamás podía disfrutar por completo. Su dedo llegó a parar en sus labios, y ahí los dejó sin alejar sus ojos también.
Los miraba con tal deseo que enseguida se lo hizo saber a Byul. Era ese momento que Yongsun utilizaba para admirarla, y que cada vez que lo hacía en el pasado, Byul sentía que podía tragarse el mundo entero.
Al final cedió y terminó acercandola por las mejillas para besarle una última vez y levantarse de la cama. Pero Byul prosiguió e intensificó sus labios que lo único que hacían eran actuar guiándose por la extrema calentura de MoonByul.
Luego de un rato que Yongsun se dejó besar, ya sentía las manos de Byul ir a su espalda por encima del colchón para llegar a su brasier. Pero ella con algo se sentía incómoda, y es que Yongsun no podía con la idea de que era MoonByul la que tenía encima. Unas horas atrás, antes de despertar había estado pensando en cosas, tanto que sentía extraña tener algo con MoonByul sin ni siquiera llegar a hacerlo.
Ahora mismo la estaba besando y por lo visto, Byul tenía ganas pero, para ella era todo mejor teniendo el título de novia. Con Byul todo es perfecto, no quería tratar con ella como solo dos personas que se acostaban casualmente cada tres días. Literalmente no le agradaba la idea.
Tal vez hoy nuevamente sería la excepción como ese día de las cervezas pero no tenemos tanta suerte.
Se despegó de los labios de Moon en cuanto la dejó respirar.
— ¿Estas caliente? — le preguntó con pena.
— ¿Tu no? — le respondió Byul con un gesto incrédulo en el rostro.
Byul estaba sonrojada a más no poder, y por aquellos ojos profundos lo único que desprendían era lujuria.
— No — el tono en que respondió Yongsun era de total obviedad, haciendo que Byul frunciera las cejas, claramente indignada por lo que había escuchado.
Si Yongsun no hubiera pensado tanto el asunto de que si son o no son algo más estarían orita mismo quien sabe haciendo qué. Tan solo ver esa mirada de Byul, se sabía a kilómetros de distancia su travesura. Ella le negó con la cabeza, a las súplicas silenciosas de Byul que deseaban ya meterse bajo las sabanas.
Simplemente Yongsun no quería hoy.
— Vamoss~ un rato — chirriaba Byul con el puchero más travieso que Yongsun había visto en su vida.
— Ya me siento claustrofóbica Byul, vayamos a dar una vuelta o algo — trató de salirse de debajo pero MoonByul había puesto sus manos sobre el colchón con firmeza.
— Ugh, que aburrida — dijo con enfado, pensando que tal vez serviría en su chantaje.
Byul la empezó a besar para hacerla cambiar de opinión pero no lo estaba logrando. Cuando se separó de ella solo unos milímetros de su rostro, Yongsun estaba seria, sin nada que expresar. Y aún así, de esa forma tan aburrida, a MoonByul le encantaba.
— No sabes cuánto me gustas — le susurró en los labios.
Yongsun levantó una ceja y miró hacia otra parte. Sus manos estaban en los hombros de MoonByul, pero poco a poco se iban resbalando hacia su estómago empezando a darle unas caricias.
Cosa que no iba a calmar a Byul.
— Me está doliendo peor la espalda por tu culpa — dijo aquello con enfado pero no podía fingirlo tanto cuando vio que Byul solo le miraba los labios.
MoonByul se levantó un poco sobre ella, se estiró para alcanzar una almohada sobrante de la cama, y con cuidado alzó la cintura de Yongsun para ponerla por debajo.
— Listo, ahora estarás cómoda ¿o no? — dijo con una increíble sonrisa, dejando resaltar sus hermosos dientes y el doble propósito de la almohada.
— Pervertida — Yongsun le dio un pequeño golpe en el hombro. Byul evitando la reñida de Yongsun con sus ojos tan penetrantes que hasta la hacen desmayar, volvió a abrazarse a ella escondiendo su rostro el cuello — Ayyy Byul, ya en serio.
No recibió respuesta.
Yongsun empezó a sentir que ahora estaba siendo muy gruñona y grosera con Byul. Así que para liberarse de la culpa pasó sus brazos por los hombros de esta para abrazarla por el cuello con mucho afecto.
Tanto que empezó a apretarla contra ella como nunca en la vida, era un buen abrazo, y MoonByul llegó a pensar que era aquel abrazo que no se habían podido dar desde que se habían despedido hace unos años atrás.
Un abrazo de reencuentro.
Pero en la peor situación. Byul cortó el gesto dando un sonoro beso en el cuello de Yongsun, uno húmedo que decía: "Ya empecemos".
— Mmm — se quejó negativamente Yongsun.
— Prometo no golpear tu espalda — habló enseguida mirandola con ojos de cachorro.
Yongsun tenía los ojos entre cerrados, y la miraba con expectación.
— Mira que hasta me está dando sueño del hambre Byul — bromeaba con tal de que se creyera su excusa. Aún así Byul no se rendía — Por favor...
Con un movimiento de cejas ultra sexy, Byul la miró con deseo y más. La cabeza de Byul estaba en otro lado, estaba siendo muy lanzada pero a pesar de ello, era algo que le resultaba natural ya que siempre había tenido esa confianza y amistad con Yongsun. Nada en estos momentos le daba vergüenza resaltar, y menos si se trataba de su querida y hermosa ex novia.
— Yo también tengo mucha hambre y aquí me ves, lo que menos quiero es dormir — escuchó una risita inútil de Yongsun y siguió mirandola con alto grado de excitación.
Como no escuchó lo que quería escuchar, suposo que tenía el permiso pero, cuando había tomado con una mano el muslo de Yongsun para hacerlo a un lado y colocarse por completo entre sus piernas, Yongsun la detuvo colocando una mano en esa mano traviesa de Byul.
— Del uno al cien ¿qué tan caliente estás?
— Cien.
Yongsun rió malévola, claramente lo que quería escuchar.
— Ash, entonces no demorarías mucho — teniendo en cuenta sus acciones fuera de lo común, esa mano en su muslo deteniendo los avances de la otra, la empezó a mover entre sus cuerpos hacia el botón del jeans de MoonByul, la cual empezó a reír nerviosamente.
— No, no, no — negaba con una sonrisa — Eso no es lo que quiero...
Le dio un casto beso en los labios ya sintiendo como le desabrochó el botón fácilmente. Yongsun con tan sensualidad metió la mano, arrastrandola entre la tela de la ropa interior y la piel de su pubis.
Mientras viajaba, no despegaba los ojos de las expresiones de Byul, quien tenía los ojos cerrados y ya respiraba pesado tratando de normalizar su ritmo. Tan sumisa se mostraba ahora por tantas ganas que Yongsun le había formado en la última hora.
Soltaba largos suspiros, dejándose llevar por la sensación que le causaba los hábiles movimientos de la otra. Hasta se estaba debilitando encima de ella, que recostó su frente con la de Yongsun inmediatamente llenando ese espacio de aire caliente.
— A mi me parece que sí — dijo divertida por las reacciones de Byul, y tampoco lo podía negar, verla disfrutando todo aquello desde su posición inferior la estaba dejando despistada, hasta el dolor de espaldas había disminuido.
¡Vaya solución!
Pero el juego había acabado muy pronto.
— Yongsun... ¿has visto a Mo... — Seulgi se detuvo en seco, viendo como MoonByul habilmente se bajaba de Yongsun toda colorada mientras se arreglaba el jeans, y Yongsun se sentaba en la cama con una nueva de dolor en su rostro.
— !Seulgi! — dijo ahora sí enojada Yongsun.
— ¿Por esto me dijiste que tenías demasiada tarea?
— ¿Qué no sabes tocar? — Yongsun se levantó de la cama enfadada y dándose cuenta que el dolor de espalda desaparecido era solamente un efecto secundario por la leve excitación del momento.
— Pues no, esta es mi casa también, y reafirmo mi autoridad para entrar cuando quiera.
Yongsun le pasó a un lado evidentemente con el rostro enojado, pero más que eso, estaba muriéndose de vergüenza porque le habían visto en esas danzas, aunque no era algo tan específico como lo que Byul se tenía pensado.
MoonByul enseguida abrochandose el botón corría hacia la puerta, revasando a Seulgi aún subiéndose el cierre del jeans muy sonrojada.
— Que pena contigo — le dijo antes de desaparecer por el pasillo para sseguirle los pasos a una avergonzada Yongsun.
— Claro, ahora me quedo, yo aquí con este olor a sexo.
[...]
Al día siguiente fue simplemente fantástico para Byul. Había pasado a recoger a Yongsun temprano en la mañana para ir a desayunar; no quería demostrar ni llamar la atención de cuán feliz estaba al caminar junto a ella a la cafetería. Pero su felicidad resplandecía a montón, no dejaba de moverse y cada vez que hablaba cualquier cosa con Yongsun, su voz se escuchaba muy impaciente.
Esta vez decidieron comer en otra cafetería del campus, más bien en la que acostumbraban antes de que ellas se definieran, o algo así. Luego de que se basaran un par de minutos más la noche de ayer sin interrupciones de Seulgi, estuvieron hablando de lo divertido que resultaba todo ahora, y claro, disculpas y palabras dulces de parte de MoonByul por el pasado, aún era un tema difícil de dejar.
Una vez más, Byul se apresuró a llegar a la puerta donde se colocaba la palabra "Hale", pero para ganar más gracia delante de la pelinegra, en vez de halar había empujado. Enseguida se escuchó unas risitas burlonas de Yongsun. MoonByul le sostuvo la puerta aún después de eso, con una sonrisa en los labios, había logrado sacarle una de esas sonrisas angelicales que tanto la ponían feliz.
Cuando ya caminaban hacia una mesa que Yongsun había elegido alejada de la parte principal, ella seguía riendo por los actos que llevaban a Byul a la extrema ternura.
— Que tonta —le dijo sonriendo.
Tuvieron que caminar una atrás de la otra para poder pasar en medio de las mesas circulares y de color azul marino para llegar a la que le había echado el ojo Yongsun.
MoonByul rió por el comentario, y desde atrás seguía a Yongsun, parecía un cachorro detrás de su amo. Se acercó más a ella por detrás, la tomó de la cintura con ambas manos y susurró en su oído:
— Es por tu culpa — un escalofrío en el cuello de Yongsun aparece sin avisar. Por instinto sonrió y encogió la cabeza como reflejo.
Entre risas Yongsun la tomó de una mano, llevándola ella misma hacia la mesa para sentarse. Ya en estas, y muy juntas una de la otra MoonByul le puso toda la atención debida.
Mientras Yongsun le contaba alguna cosa poco chistosa, MoonByul la observaba recostando su mejilla en una de sus manos, era tanta belleza que si parpadeaba se iba a lamentar por perder el tiempo nutriendo sus ojos en ese acto tan simple.
Luego de un par de historias, Byul había recibido una llamada de su padre, cuando nunca la llamaba en la mañana, pues hoy que estaba muy entretenida le venía a interrumpir. De todas formas había contestado con entusiasmo de que no pudieran vivir sin ella en casa, porque sí, su padre no se cansaba de decirle lo mucho que la extrañaba y un montón de cosas que causaban que Byul colgara el móvil, pero el señor Moon solo reía, ya que sabía perfectamente lo que era su hija.
Estuvieron hablando de cómo iban las cosas en casa, la empresa, los vecinos, etc. Hasta Byul le daba quejas de la universidad, ya que las clases eran demasiado aburridas y fáciles, era una suerte que ahora tenía con quien entretenerse.
En fin, todo se había ido tan rápido en cuanto, entre medio de la llamada empezó a sentir unas caricias inocentes en su mano, que estaba recostada en la mesa sin ningún objetivo.
Le dio un vistazo de reojo y se encontró con que Yongsun no dejaba de mirarla mientras seguía haciendo círculos en su mano. Estaba ocasionandole hasta escalofríos tan solo sentir que esos dedos rozaban su piel, Yongsun lo hacía con tanta delicadeza que ni siquiera llegaba a tocarla por completo.
— ¿Qué? — escuchó lo último que le decía su padre, lo que hizo que alejara su atención de la mano.
— Como lo escuchaste... tu mamá está embarazada — volvió a repetirle — Pero ya te digo, no se lo puede creer y me dijo que no te dijera nada.
— ¿Qué?
— Si te llega a llamar no se lo comentes...
— ¿Pero cómo? — y es que no se lo podía creer.
— ¿Cómo que cómo? Pensé que ya había tenido esa conversación contigo hija — bromeaba el señor Moon.
— No te preocupes — reía sin ganas.
— Y Yongsun ¿cómo está?
— ¿Por qué me preguntas? — ahora decía con interés, sin dejar de sonreír.
— No sé, ¿no es tu amiga? — de la forma en que se lo preguntaba era extraña, así que lo dejó pasar con normalidad.
Ahora que estaba mayor, le daba vergüenza ese tipo de cosas con su padre, pues cuando era niña simplemente todo se daba natural, y ahora hablar de cosas como "chicas" con él era extremadamente vergonzoso. Aunque sus padres se esperaban de todo con respecto a Yongsun, esa chica siempre estaba con Byul. Incluso una vez la señora Moon le comentó en broma a su hija: "¿La corrieron de la casa?" Pero la apreciaban demasiado y era inevitable que ellos no se acordaran de su vecina.
— Sí papá, incluso está aquí a mi lado — el señor Moon reía tras el teléfono de casa — Mi papá te envía saludos — se dirigió a Yongsun tras escuchar a su padre.
Byul empezó a reír a la vez que negaba, todo eso con la mirada de Yongsun en ella. Luego de que bromeara un poco más con su padre, ya se iban despidiendo con la promesa de Byul para ir a visitarlos cuanto antes y por supuesto, que fuera acompañada de Yongsun.
Pasó un rato luego de esa llamada, y la cafetería estaba llena en un abrir y cerrar de ojos. Eric fue el primero en darse cuenta de la presencia de ambas chicas, y se acercaba sigilosamente para asustarlas, hasta que se detuvo en seco cuando vio que Byul levantó su mano hacia el rostro de Yongsun para colocar un mechón de cabello tras su oreja, y no fue lo que le sorprendió, ya que luego de eso, su amiga se había inclinado hacia ella para darle un pequeño beso en la mejilla.
¡:0!
Con más ganas de acercarse a ellas, literalmente corrió hasta la mesa para abrazar a Moon por la espalda.
— Holaaa — le saludó alegremente, y cuando se separó le desordenó el cabello inútilmente ya que aún así Byul se veía espectacular.
Yongsun los miró con una sonrisa especialmente a MoonByul que sonreía como Ángel claramente feliz, pero Yongsun disimuladamente se alejó solo un poco de de Byul como si Eric no las hubiera visto antes.
— Eric, mamá está embarazada ¿puedes creerlo? — soltó con entusiasmo.
Sabemos que la señora era un poco mayor, y que luego de veinte años quedar embarazada era un poco... extraño, pero la idea de un pequeño o pequeña Moon le había alegrado un poco.
— ¿Qué? — dijeron Yongsun y Eric al unísono.
Asintió con normalidad ya que, escuchar a Yongsun, simplemente escucharla le hizo recordar que estaba junto a ella, nada más que ella. Eric se había sentado a su lado para seguir conversando en lo que terminaban de hacer el desayuno, como no hubo más palabras, miró a su lado y se encontró con aquella escena que hasta le había puesto los pelos de punta.
Ambas se miraban con tanta complicidad, Byul no dejaba quita ese tic en su pierna y Eric deduciendo sabía que estaba nerviosa. Yongsun parecía que no parpadeaba y sus ojos una que otra vez se iban a los labios de Byul.
¡¿Qué estaba pasado?!
Byul de repente le quitó la mirada a Yongsun para verlo, como si se acordara que él estaba ahí y tenía que ocultar algo. Claro que sabía que estaba saliendo obvia, pero es que no se podía controlar.
Eric como si las hubiese mirado, enseguida apenas vio que Byul lo iba a mirar, miró hacia otro lado, disimulando ver más interesante a una chica que intentaba sacar una lata de soda de la máquina dispensadora.
Y lo peor de todo, como Byul pensó que no las había visto, empezó a hablar con Yongsun en susurros.
— Que si quieres ir a pasar vacaciones en mi casa... — susurraba muy cerca de ella.
¡Y no solo eso! ¡Byul estaba jugando con la mano de Yongsun sobre la mesa!
— No sé, tenía pensado ir a la mía — una sonrisa juguetona se asomó por sus labios y Byul le seguía el juego.
— Lo digo porque cada vez que estamos en receso desapareces del mapa... — Yongsun mientras la escuchaba, miraba como aquellos dedos molestaban los suyos por simple diversión.
Byul le agarró el dedo índice y empezó a moverlo de un lado a otra sin despegar la mirada del rostro de Yongsun, que bueno estaba resultando todo. Olvidaban hasta lo más simple (como su mejor amigo) por estar sumergida en esa burbuja de amor.
— Es que mis abuelos insisten en que me vaya con ellos a casa — se explicaba, aunque la idea de que Byul se interesaba en los recesos a donde ella iba, le hizo saltar de emoción — ¿Acaso espiabas por mi ventana a ver si yo estaba?
Ella detuvo el jueguito de manos, para que esa misma la pusiera en su mentón y observara a Byul con mucha atención. Byul había sentido un escalofrío tan solo ver esa imagen, tan tierna, y provocadora a la vez porque ahora Yongsun se estaba mordiendo el dedo índice.
Como no quería aceptar aquella verdad, Byul se encogió de hombros sin dejar de mirarla. Prácticamente se estaban desgastando con la mirada, dejaron de hablar por un rato solo para eso. Byul cortó ese pequeño espacio que Yongsun había hecho cuando llegó Eric, y apenas lo hizo, Yongsun sonrió por la proximidad.
Byul la miró a los ojos un rato más, tanto la admiraba que Yongsun no pudo soportarle los ojos, y de vez en cuando miraba hacia el fondo viendo como las personas entraban a la cafetería sin verlas, o de seguro disimulaban. Incluso el tipo del baloncesto que había provocado a MoonByul antes, había entrado mirándolas brevemente, pero después las ignoró por completo.
— Voy a besarte... — le susurró por último Byul, viendo enseguida como Yongsun volvía a mirarla a los ojos.
Aunque su expresión era de: "Ni se te ocurra" y mientras entre cerraba los ojos, Byul lo más rápido que pudo acercó sus labios a los de ella, solo un beso casto de unos tres segundos bastó para que Eric confirmara las sospechas que se estaba dando.
¡:0!
— ¡Son unas exhibicionista, eso es lo que son! — nuevamente llegó Seulgi y a su lado Yooa que miraba sorprendida a las chicas.
Era el día de las sorpresas.
Yooa luego miró a Eric y ambos intercambiaron signos de interrogación plasmados en sus rostros. Por otro lado Seulgi tomó de los hombros a Yongsun para separarla y después se colocó en medio con la excusa de que ambas estaban llamando la atención y que ella solo las quería proteger.
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