Cap. 5 [¡Vamos!]
—Solo digo que si quieres hacerlo, hazlo —decía Hyejin con determinación.
Ella no le había puesto mucha atención a las quejas de MoonByul en la mañana, y mucho menos ahora que estaban en almuerzo. Moon se había sentado con sus amigos para almorzar, y desde que había ocurrido la revelación de aquel tipo que ahora odiaba, no había dejado de pensar en partirle la cara.
Le comentaba a Hyejin en dejarle claro al chico que no lo quería ver cerca de sus amigas, o si no tendría que llevar consecuencias. Se estaba dejando llevar por las ganas inmensas de no compartir a ninguna de sus amigas con tipos asquerosos como él, (era su excusa diaria para no admitir el miedo de que Yongsun se juntara con ese chico) Seulgi le había dicho muy a su pesar, que era un compañero de Yongsun, y que llevaba un tiempo conociéndolo, pero que no se preocupara, de todas maneras aquel día Yongsun había notado la persona que era ese chico.
Lo que sea que pensara Moon, no podía valer más en su plan para al menos hacerle ver a Yongsun que no era la misma de antes. Aunque cada vez que pensaba en la razón por la cual le había terminado, se sentía extremadamente estúpida. El típico error que cometemos de adolescente por no pensar antes, era en este caso el peor error que pudo cometer en su corta vida.
—Le partiré la cara Hyejin y luego, si me demanda o algo parecido aclararé que me sobornaste para hacerlo por ti —aclaró Moon con decisión en busca de hacer aterrizar a su amiga que ya llevaba más de diez minutos con su comida.
Mayormente Hyejin no pasaba mucho tiempo en la cafetería, pero ahora se hayaba entre un plato lleno de sus cosas preferidas y sus pensamientos sobre lo que había hablado con Wheein aquel día antes de que sus amigas interrumpieran.
—Está bien Moon, haz lo que quieras —respondió sin ánimos y por supuesto, sin una pizca de interés hacia su amiga.
MoonByul solo le observó lo suficiente. Luego de eso cambió su mirada a justamente la chica más hermosa que se le podía cruzar en frente. Justo estaba llegando Yongsun, y podía jurar que en serio se veía cada vez más linda de lo que podía hallarla. Yongsun a medida que se sentaba en la mesa frente a Moon, tampoco le había dejado de mirar; si bien, habían pasado unos días y los sentimientos se podían sentir hasta en el aire.
Personas como Seulgi en ese instante, notaban claramente lo que pasaba, y más se notaba cuando Yongsun al llegar ni siquiera saludó a los demás. Pasó desapercibida para algunos, pero ¿para Seulgi?
—¡Hola! — sorprendió Seulgi a todos al pasar unos segundos.
—Hola Seulgi —contestó Yongsun rodando los ojos. Recostó sus codos en la mesa y la verdad, su comida en esos momentos no era tan importante como los ojos coquetos que le miraban con demasiada suspicacia.
Le miraba con emoción, y con cierta desesperación por la pierna que no dejaba de mover al tener sus ojos atentos en Yongsun. Moon fingió ver algo interesante en su almuerzo, y a la vez notaba que Hyejin se daba cuenta de la presencia de Yongsun, le hizo una seña extraña con la mano "disimuladamente" en lo que luego Yongsun le asintió con cabeza.
Le estaban dejando de lado, pero lo más importante, Hyejin en serio no quería hablar de aquello que le atormentaba con ella. Ya luego vería una charla con respecto a eso, pero debe estar en lo que está.
Moon fijó su vista por completo en Yongsun, sorprendiendose demasiado, a tal punto que su corazón se sacudió sin disimulo en su diafragma. Era tanto aquella sensación al notar que ya Yongsun le observaba totalmente ida desde el otro lado de la mesa, que aquella agitación de su pies se detuvo unos tres segundos pasmado, para después recomponer el ritmo nervioso y clavar su mirada en ella, del mismo modo en que Yongsun lo hacía.
—Oigan, si en serio no van a querer su postre, me ofrezco a comerlo por ustedes... —ambas chicas escuchaban que los demás conversaban; pero realmente no era importante.
Nada era importante en ese rato que compartieron miradas. Yongsun como pudo terminó su almuerzo; la mirada de MoonByul cada vez que se movía la podía sentir encima de ella. Cuando dio el último bocado pudo suspirar tranquila, mientras que MoonByul se disponía a tomar agua, tratar de ponerle atención a Wooseok y mirar por el rabillo del ojo a Yongsun.
De verdad, MoonByul sentía que mirándola podía perderse completa, y aunque esa mirada de Yongsun podía hacerla fallecer, disfrutaba que lo hiciera. MoonByul quiso jugar un rato. El que se sintiera de esa forma tan intensa frente a Yongsun le hacía recordar esos años en donde se moría por ella. Cada vez que la veía era su mismo dilema, querer estar con ella, o aunque sea cruzar miradas.
No tenía que estirar tanto su pies para volver a tener ese anhelo infantil que extrañaba, estaba muy cerca de Yongsun, pero nuevamente pensamientos innecesarios en el momento equivocado hacían aparición. Tal vez (y ahora que pensaba antes de hacerlo) a Yongsun podría parecerle tonto y precipitado, y así con todas las ganas de hacerlo, simplemente permaneció callada el resto de sus minutos de presencia en la mesa.
—Tengo que ir a buscar la laptop... — se excusó Yongsun levantandose para recoger la bandeja.
Otra de las cosas que no había dejado de sentir Yongsun era la mirada de aquel chico extraño. En un principio había pensando que era la de MoonByul, es decía aquella chica miraba como por cien cada; pero en un instante se dio cuenta de que no solo Moon la llevaba observando.
Ella podía notar como le miraba con salvajismo, como si fuera un psicópata analizando a su presa. Así con esa misma razón, ahora más deseaba irse de ahí.
—Nos vemos después — se despidio y Seulgi como costumbre de acompañar a Yongsun, enseguida se levantó a la par de Yongsun y alegremente vio como MoonByul también se levantaba.
—Igual — contestó Moon sin cierta atención a los demás en la mesa.
Seulgi rió por la cara de Wooseok, quien quedó solo e ignorado cuando MoonByul decidió acompañarlas a la busqueda de la laptop.
Unos segundos más tarde y ya podían descansar del bullicio distintivo de la cafetería.
—Nos va arruinar nuestros planes —susurró Seulgi ya cuando caminaban una a lado de la otra y Moon iba a unos pasos atrás.
No por qué quería, sino porque antes de que hicieran salida de la cafetería empujó a MoonByul juguetonamente para que se quedara atrás. No le molestaba; estaba conciente de que se trata de sus típicas bromas sobre Yongsun.
—¿Qué planes? — rió por lo obviamente que llevaba Seulgi su curiosidad ante la actitud de la otra —No recuerdo tener planes contigo.
—No estoy acostumbrada a ver a MoonByul a cada rato del día... y menos detrás de ti.
—No viene detrás de mi —replicó, luego soltó una risita por lo exagerada que estaba Seulgi, aunque era verdad, Yongsun no pensaba que era así.
—Entonces ¿yo le gusto?
—Seul, no seas tonta. Solo porque nos quiere hacer compañía ¿significa que le gusta una de las dos? —dijo deteniendose un poco observando el rostro comprensivo se la otra.
MoonByul logró alcanzarlas cuando brevemente se detuvieron, y muy curiosa miraba a ambas chicas. No había escuchado la conversación y por la sonrisa de Seulgi, Moon supuso que hablaban de algo que le involucraba. Conocía a Seulgi, no por nada ahora mismo le miraba con cizaña.
—¿Por qué me miras así? —preguntó Moon. Ella estaba en medio de ambas, ya detenidas en la vereda amplia que llevaba a los dormitorios.
Yongsun se dio la vuelta para seguir caminando, pues era la única que le interesaba llegar y buscar su laptop, lastimosamente tenía una clase en diez minutos y ninguna de sus acompañantes le iba a tomar los apuntes o la ayudaría a estudiar.
Seulgi y MoonByul la siguieron pasos atrás, comentando sobre el parecido de la cara de Seulgi con un personaje de ciudad gótica que había visto Moon en la película hace unas noches. Seulgi solo reía por los comentarios de Moon, al parecer estaba muy simpática hoy, y por supuesto, desde el frente Yongsun también reía en silencio por las barbaridades que se le podían ocurrir.
—Ay no, no —alterada, Seulgi miró como se cruzaba en su camino Jimin con ojos entre cerrados, parecía que no podía ver bien a esa distancia.
Yongsun le pasó a un lado y después se dio vuelta para ver si sus acompañantes continuarían con ella en la misión.
—Al fin te encuentro idiota —Jimin mantenía una cara de enojo cuando empezó a caminar hacia Seulgi para acortar distancia —Hola Moon —saludó con tono normal para volver al de antes —Seulgi devuelve eso ahora.
Con tanta seriedad, Moon estaba curiosa por saber, miró como Seulgi negaba con las manos y retrocedía. Luego Moon pasó a un lado de Jimin para seguir caminando hasta donde había llegado Yongsun a esperarlas.
—¿Qué hizo ahora? —preguntó MoonByul, con desaires y esperando que Yongsun supiera lo que ocurría.
—No tengo idea —respondió Yongsun.
Siguieron observando a las contrarias teniendo una conversación para nada pasiva hasta que por fin entendieron de que trataba el asunto.
—No puedes tomar lo que no es tuyo Seulgi.
—Solo quería su número de teléfono, no te alteres —Seulgi sacaba de su bolso un móvil, el móvil de Jimin.
La otra lo tomó con un gesto apresurado para encender la pantalla.
—Treinta llamadas perdidas —apuntó con indignación —Joder Seulgi.
—¿Era importante?
—¡Sí! —contestó como si fuera obvio ante las muchas llamadas que le había dejado su jefe.
—Bueno, bueno... —levantó las manos declarándose inocente —Me tengo que ir, las chicas me espe...
—No no no, me dejaste mal ante mi jefe... —Jimin le apuntó con el dedo, haciendo que Seulgi diera unos cuantos pasos atrás —Ahora me vas ayudar.
Seulgi hacía como que iba hablar pero la mirada furiosa de Jimin le hacía hasta temblar.
—En... ¿en qué? —pudo preguntar.
Jimin se cruzó de brazos.
—Iba hacer un trato con mi jefe, se acercan vacaciones y quería trabajar horas extras para tener dinero y hacer lo que tú no vas hacer en vacaciones...
—¿Qué vas hacer? —ahora en el rostro de Seulgi aparecía una sonrisa traviesa. Eso de que le decían cosas a medio palo no le gustaba.
—Que importa, ahora tú me vas ayudar en mi turno.
—¿Qué con mis clases? No estamos en la misma carrera.
—Seulgi, todos sabemos que no te gustan esas clases, así que tienes la oportunidad de hacer algo divertido al menos en esas horas —Jimin le dio una última risa hipócrita y se despidió con seña de MoonByul y Yongsun que escuchaban y observaban como Seulgi era acribillada.
Seulgi salió corriendo detrás de Jimin para saber de que trataba ese asunto. Pudo haber aceptando sin saber que iban a bailarle a unos viejos... nunca se sabe.
Por otro lado MoonByul terminó de acompañar a Yongsun a su dormitorio, no había hablado aún, solo caminaron en silencio; hasta que Yongsun en su habitación guardando su laptop y MoonByul en la sala esperándola, imaginándose miles de tema para hablarle cuando regresara.
[...]
Luego de unas horas, MoonByul recibió una impactante llamada de Yongsun, la cual le decía que Seulgi quería hablar con ellas. Vaya suerte, justo no sabía a dónde ir, incluso Moon pensaba en irse a pasar el rato con la chica que menos debe cruzarse en su cabeza.
—¡Por favor!~ —Seulgi se expandía por toda la cama de Yongsun, gritando revolcándose y fingiendo que estaba llorando con tal de convencer a sus amigas.
MoonByul ahora entraba a la habitación con un jugo de cartoncito que Yongsun le había ofrecido, solo que tuvo que ir a buscarlo ella misma por que Seulgi no se empeñaba en soltar a su ex novia.
Desde que había llegado era un mar de lágrimas, suplicandoles con llanto que le acompañaran a ayudar a Jimin con su trabajo.
—Ustedes estaba ahí, tienen que ayudarme~
—No creo que sea razón suficiente —opinó MoonByul —Y no fui yo la que robé su móvil para averiguar el número de alguien.
Yongsun le asintió a Seulgi tal cual un niño recibía una mirada negativa de su mayor. Byul con un poco de atrevimiento se sentó en la silla del escritorio de Yongsun para observar la escena dramática de la otra; y también Yongsun sentada desde su cama veía a Moon hacer todo eso. No le molestó, para nada, lo más extraño para ella fue que deseaba tener contacto visual con Moon, y esta solo se concentraba en los ojos idos de Seulgi hacia el techo.
—Harías lo mismo, ella no quiere darme el número de Irene —apuntó Seulgi.
MoonByul frunció las cejas y mirando aún al cuerpo que yacía sin energía en la cama de Yongsun, habló.
—No robaría, eso está claro Seul...
—Ni ribiría, isi...
—Seulgi, esto es serio —le interrumpió Moon, tomando un poco de su jugo.
—¿Pero qué tienes que hacer? —preguntó después Yongsun, dejando ya de mirar el indefenso y afortunado carrizo que se hallaba entre los labios de Moon.
Ahora que Yongsun se fijaba en Seulgi desde una posición superior, MoonByul ponía sus ojos encima de ella, vio como se cruzó de piernas sobre la cama para prestarle atención a Seul, a comparación de MoonByul que estaba simplemente sentada a ímpetud en la silla giratoria, hasta con sus piernas abiertas, nada femenino. Veía como su cabello le quedaba perfecto en una coleta, aunque le gustara más suelto; como esa linda blusa le quedaba ajustada, sus brazos, y también al final, como cambiaba su expresión a una de incredulidad por lo que sea que estuviera escuchando.
—¿Por qué rayos trabaja en un lugar como ese? —soltó de repente la pelinegra sacando de aquella nube a MoonByul.
—¿Dónde? —preguntó enseguida.
Yongsun volteó a mirarla para responderle con el tono más amable posible que Seulgi y MoonByul pudieron escuchar.
—El Club Flex —dijo, y al final después que Moon le quitó la mirada se formó una sonrisita en sus labios, sabía bien que MoonByul estaba tratando de no prestarle mucha atención.
—No es tan malo —Moon dejó el juguito en el escritorio recordandose a ella llevarlo al basurero antes de irse —El año pasado fui con los chicos y...
—¿Te embarazaste? —soltó divertida Seulgi no ganándose una mirada furiosa por su poco tacto y conocimiento sobre la obviedad ante los gustos de su amiga, sino una mirada extremadamente irreconocible de Yongsun.
—Obvio Seul — atacó sarcástica Moon.
Yongsun suspiró y dejó reposar su espalda en la cabeza de la cama escuchando la risa de Seulgi ya iniciando una guerra de calamidades.
—¿Me vas a dejar terminar? —habló de nuevo, Seulgi asintió y se movió como gusano robando la atención de las chicas, para llegar hasta el regazo de Yongsun la cual no dejó de mirarla hasta que Seulgi dejó caer su cabeza llegando a su destino, después tomó las mismas manos de Yongsun y las colocó en su cabeza señalando que quería un masaje o algo en ella.
MoonByul la observó sin dejar de sonreír, pues le hacía gracia aveces las escenas de Seulgi, tenía buen carácter y ante cualquier situación, podía estar segura de que su amiga le daría igual, no dejaría de ser ella, tan espontánea y única efectivamente.
—Decía que...
—¡Auch! —gritó Seulgi por una pellizco que le había dado Yongsun en el cuello tras haberse quedado su mano atrapada debajo de esta cuando se recostó —No te hice nada para que me lastimes.
—Eso no dolió Seulgi —dijo entre risas. Aún así, Seulgi no se quitó de su regazo, en vez de hacerlo se cruzó de brazos tratando de hacer otro berrinche.
Cosa que le pareció adorable a Yongsun.
Moon prefirió dejar que ellas hablaran. Mejor escuchaba sus quejas y comentarios enardecidos que estar hablando o mejor dicho, querer hablar por gusto. Sí, damas y caballeros MoonByul trataba de llamar la atención de Yongsun demostrándole su capacidad para interactuar con ellas. No estaba funcionando evidentemente.
En el respaldo de aquella silla giratoria en donde se encontraba MoonByul, posó su antebrazo en el, para así recostar su cabeza en el y hacer como que no importaba el hecho de que ahora Seulgi recibía "cosquillas" de Yongsun. Las risas delataba la broma que se estaban llevando, así que no podía quedarse tranquila al decir que Yongsun estaba tratando de lastimar a la otra.
Ash...
—Yo también quiero atención...
MoonByul suspiró sin dejar de ver a esas dos en la cama, y como aquella llamada mejor amiga intentaba el perfecto rostro de su ex novia, su bonita y tierna ex novia.
Se levantó sin hacer un escándalo con el típico chirrido de la silla, e iba saliendo ya de la habitación para buscar eso que no se había permitido hacer unos cuantos días. Si de verdad tenía sentimientos encontrados por Yongsun, se supone que debería estar detrás de ella, consintiendola... respetandola, pero bueno, MoonByul no era de hierro y tal vez por esa sencilla razón, no podía salir de la pequeña inconformidad que le abrazaba años tras años desde pequeña. Cuando se dio cuenta que simplemente siendo chica no llegaría a nada.
—¿Te vas? —claro que siempre están los súper héroes o heroínas como Yongsun que sin duda le prestaba atención, más de la que debería, y le detuvo antes de que saliera por completo de la habitación.
—Sí, bueno... recordé que tengo algo p-pendiente —era Yongsun. Yongsun la ponía así de idiota.
¿Acaso no sabía hablar? Tan solo una mirada como la que recibía de Yongsun en esos momentos, era todo para no poder dormir toda la noche.
—No inventes Moon, no es mi culpa qué Yongsun me consienta a mi y a ti no —dijo espontáneamente Seul con su característica forma de bromear, tapándose el rostro de inmediato con una almohada, pensando que podía refugiarse con ella —¡Auch!
Yongsun le empujó con todo el sentido de la palabra "apártate", para luego levantarse e ir por MoonByul que se había quedado entre sí y no en la puerta. Yongsun la tomó de la muñeca halandola con timidez.
—Ven~ no le hagas caso a Seulgi — era increíble como sus manos recién tocaban la piel suave y perfecta de Moon, ya se hallaba sudando y estremeciendose internamente.
La llevó esta vez hasta la cama, y Seulgi disfrutando del espectáculo se hizo al otro lado para dar espacio. Yongsun se hizo en el medio y obligando a MoonByul a sentarse demasiado cerca de ella, Moon estaba del otro lado. Sus piernas tocaban minuciosamente los pies de Yongsun. Era tan pequeña, que hasta el impulso de abrazarla se estaban propagando en todos lados de su ser.
Seulgi sacó de la misma cama, una cobija pequeña de muchos colores, la extendió sobre ellas, no alcanzando hasta donde estaba MoonByul. Yongsun tenía las manos escondidas sobre sus muslos y escondidas por la cobija. Si, porque MoonByul le estaba mirando de arriba abajo, aunque ella tuviera el rostro dirigido hacia Seulgi (quien hablaba con exceso) ella estaba admirando la belleza divina de la chica a su lado. Estaba muy cerca. Había olvidado la última vez que estuvo así, y era hora de actuar; no podía controlarse ¿era la rotación de la tierra la que le hacía mover su mano hasta las de Yongsun.
Con mucha sutileza, MoonByul movía su mano derecha hasta donde se escondía las de Yongsun. Si hacía un movimiento mal, la cobija la iba a delatar y no esperaba que Seulgi le viera, un dolor de cabeza padecería las siguientes semanas intentando explicar por qué lo había hecho. En fin, Moon cuando estaba a punto de subir la mano, evitando rozar los muslos de Yongsun; esta por obra y gracia, flexionó sus piernas, quedando sus rodillas a la altura de su pecho y dejando gran parte de la cobija en su regazo, perfecto, no se vería ni una clase de movimiento extraño.
Sin pensarlo dos veces MoonByul tomó de la mano cerrada, y lentamente la abría para entrelazar sus dedos. Yongsun fingió prestar atención a Seulgi, como si nada pasara, y su corazón se empezó agitar al sentir de nuevo aquel tacto que tanto había amado por años ¿cómo era posible?
MoonByul luego de ya estar satisfecha, se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Maravilloso, no podía ser más disimulada con sus sentimientos. Ahora no sabía si quitar la mano o simplemente hacer como si nada pasaba, como hacía Yongsun.
"Al menos no se veía molesta" pensaba MoonByul.
—... y luego que terminamos de limpiar... podemos quedarnos y disfrutar de unos tragos. Ya estoy cansada de que estemos estudiando como mulas para estar sentadas en una oficina todo el día... ~hay que disfrutar~
—¿A-a qué hora dices-s qué es? —difícil, pero Yongsun pudo sacar palabras que no habían podido salir.
—Llegamos a las cinco de la tarde, y luego nos quedamos — le respondió con una ceja alzada, pues ya había mencionado eso antes —¿Qué dicen?
—Por mi está bien... —habló MoonByul —Podemos invitar a las demás.
Seulgi se encogió de hombros.
—Me parece bien... ahora ¿te sientes mal Yong? —debía preguntar, su amiga literalmente estaba como un tomate, y no hacía ninguna reacción al tema solo que mirar a Seulgi más de lo que acostumbraba.
—N-no ¿por qué? —respondió.
MoonByul ya sabía el porqué, Yongsun claramente estaba incómoda por su actitud. Así que de a poco intentaba zafarse con suavidad, antes de que ganara más sospechas de las que tenía. Pero Yongsun sintiendo la falta de contacto que provocó sus movimientos por alejarse, apretó sus manos evitando que se fuera. La sostuvo con mayor fuerza, al igual que sus nervios eran revividos nuevamente por sentir aquella piel delicada que extrañó .
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