Cap. 23
Dos años después.
— Me alegro de verdad Byul... — decía el señor Moon desde la otra línea.
— Gracias papá.
— ¿Cuándo dices que lo harás?
— Hoy, en la noche — Byul mientras hablaba pasaba su lápiz por una las hojas de su libreta.
Estaba sola en el dormitorio, las clases pronto acabarían y las deseadas vacaciones se preparaban para dar su entrada nuevamente.
Desde que se había topado con la chica del anillo, había recolectado suficiente dinero para comprar uno por su cuenta, pegando una que otra mentirita por ahí. Eso había sido hace dos años y hace unos dos meses ya tenía el anillo guardado en lo más recóndito de un cajón de ropa.
Hoy era su último día de clases. Yongsun ya había salido hace unos días pero prefirió esperarla para irse juntas a casa. Estaban citadas a las seis de la tarde en el campus y como cualquier otro día común y corriente, habían planeado un picnic. Aunque Yongsun no tuviera idea de las segundas intenciones de Byul, estaba muy emocionada.
Un par de meses más, y Byul terminaría su licenciatura en mercadotecnia con énfasis en negocios digitales, el puesto perfecto que le estaban ofreciendo en la empresa donde su papá tenía ciertos recursos. A Yongsun solo le quedaría un año más, y aún estaban discutiendo el manejo de tiempo para verse en esos cortos meses ya que Byul no podría quedarse más.
— Bueno, te doy mis felicitaciones por adelantado.
— Papá, ni siquiera sabemos si dirá que sí — entre sonriente y preocupada dio una vuelta en la silla giratoria.
Sí, Byul estaba preocupada por si Yongsun le respondiera con un: "Es muy pronto para eso Byul".
— Claro que dirá que sí. Cualquiera que sepa su historia está más que seguro del resultado... Byul no te sientas insegura, ella de verdad te ama.
MoonByul soltó un bufido, seguido de dejar caer su cabeza, poniendo su frente sobre el escritorio. No se lo había confesado su papá pero la sola idea de proponerle matrimonio a Yongsun ya le aterraba. Le preocupaba más el que no pudiera pronunciar las palabras o peor, que no pudiera sacar la cajita del bolsillo.
— Tal vez — fue lo único que respondió.
El señor Kim desde el otro lado sólo sonrió entristecido por la falta de seguridad de su hija. Al final lo dejó pasar, cuando mañana ella lo llamara emocionada por el "sí" le diría: "te lo dije".
No iba a preocuparse.
— Felicidades hija.
MoonByul se echó a reír, ella tampoco iba a discutir contra eso.
— Ok, papá. No le digas a mamá todavía eh... no quiero hacerle ilusiones.
— Se lo voy a contar de todas maneras.
— Ah — Byul suspiró rendida — Está bien, te llamo mañana.
Luego de que se despidieran una vez más, Byul tiró su celular en el escritorio y se dejó caer de espaldas. Miraba fijamente sus apuntes y el como no había podido estudiar nada para su último examen, por cuenta de esa cajita azul.
— Kim Yongsun... me harías el... no, así no — volvía a repasar las líneas.
Dos meses planeando las líneas exactas y cada vez que podía, las cambiaba porque no les parecía adecuadas. Los años en que estuvo ahorrando luego de que se decidiera a proponerle matrimonio había estado planeando como y cuando hacerlo; decidiéndose por un picnic en la noche.
Sí, muy extraño.
No había conocido a nadie que hiciera un picnic a esa hora, pero si no tenía mala suerte, las estrellas se iban a ver perfectamente.
Pero las líneas para su propuesta sin duda habían sido difíciles porque no quería sonar cliché.
— Sí, me harías el inmenso... ¿favor?... no, que idiota eres MoonByul — se dijo entre dientes .
Miró las palabras escritas en su libreta un largo rato. Sin pensar. Solo imaginando como Yongsun se pondría de contenta o como... no. Sacudió la cabeza, no quería imaginar esas cosas aún, sentía que podía estropearse todo si se dejaba llevar por la confianza.
Aunque no era mala.
Escuchó golpes en la puerta lo que la hizo sobresaltarse y mirar hacia ella.
— Oye, ya me voy — era Hyejin.
— ¿Sí?
Hyejin asintió.
— ¿Nos vemos en dos semanas entonces? En casa de tus padres.
— Por supuesto — MoonByul jugaba con el lápiz entre sus dedos, haciendo algo así como penspinner.
Hyejin la miraba curiosa.
— ¿Has estudiado algo al menos?
Hyejin era la única de sus amigas que sabía sus planes, y había sido así cuando no podía soportar más la presión y explotó contándole muy entusiasmada todo. Hyejin la había escuchado impresionada y al final solo sonrió y la animó.
No se lo había esperado. Cuando Byul fue en busca de ella para contárselo, pensó que iba a decirle alguna cosa mala que había hecho de nuevo.
— Un poco — contestó mirando su libreta.
— Si no puedes concentrarte, no trates de estudiar... ya déjalo así.
— Sí — se levantó de la silla y cerró la libreta.
— Vaya, que obediente — rió — ¿Entonces mañana parten?
— Sí — Byul empezó a estirar sus brazos de estar unas tres horas ahí sin moverse mucho — Si todo sale bien y no me da por tirarme de un puente.
— Eso no va a pasar.
— Parece que todo el mundo tiene más confianza en mí que yo misma... ahora siento un peso encima.
— Estas siendo paranoica — se echó a reír con más ganas.
MoonByul se dejó caer en la cama y cerró sus ojos.
— Que coincidencia... tu medicina ha llegado.
— ¿Ah?
— ¡Bu! — antes de que pudiera abrir los ojos alguien estaba sobre ella.
Lo primero que pensó MoonByul en ese momento fue su cajón de ropa abierto de par en par cuando había buscado un suéter.
— Hey — Yongsun estaba encima de ella sonriendo como loca, y su cabello suelto cayendo a un lado de la cara de Byul — ¿Habías llegado con Hyejin? — le preguntó enseguida.
MoonByul no pudo ver a Hyejin pero ella había negado. Byul se había asustado de repente a que Yongsun hubiera escuchado algo.
— Nop, acabo de llegar con Wheein — Yongsun le dijo eso y pudo respirar mejor. Se dejó llevar por la posición. Que por cierto era su favorita. Yongsun a horcajadas sobre ella — Pensaba que podíamos pasar un rato a solas... ya sabes, para que te vaya bien en el examen final — le susurró a un lado de su cara.
— Tengo que estar en dos horas en el auditorio.
— Seremos breves...
— ¡Bueno! Ya nosotras nos vamos — apareció Wheein en la puerta.
Yongsun se bajó de MoonByul y se sentó a un lado. Byul se quedó acostada.
— Pensé que ibas sola — le dijo Byul a Hyejin.
— Sí, pero al final sabía que me iba a aburrir en el camino... así que, ¿quién mejor compañía que Wheein?
— Que les puedo decir — Wheein se encogió de hombros — Soy una gran persona.
Últimamente ellas dos pasaban tiempo juntas. Ahora más que nunca cuando se dio la noticia hace ocho meses que Taehyung resultó ser homosexual. No había sorprendidos, y Wheein ya lo sabía. Por eso, la relación entre ellos no llegó a más. Parecían muy cercanos pero era más bien
porque compartían secretos y se apoyaban.
Misteriosamente, Hyejin y Wheein se notaban muy contentas.
— No cabe duda — dijo Yongsun sonriendo con complicidad a su amiga.
— Que te vaya bien Byul... — le dijo, pero por los ojos de Hyejin, Byul sabía que se refería a lo otro — Me llamas más tarde, quiero saber como te fue.
— Sí — dijo no muy segura y rascando cualquier lado de su cabeza.
Ambas, luego de risas y una despedida con las manos, salieron entre cuchicheos cerrando la puerta para sus amigas.
— Piensan que somos tontas — dijo Yongsun subiéndose de nuevo sobre Byul — Creo que se traen algo entre manos.
— No sé, oye por cierto... no me has dado mi beso.
— Ya voy~ — la besó. Byul enredó sus dedos en su cabello lacio. Era un beso lento pero se podía sentir ya el inicio de la desesperación por más. Yongsun suspiró en sus labios y se separó — Decidí ir yo a comprar las cosas para más tarde.
— ¿Qué? No, fue mi idea, así que yo iré. — le discutió Byul.
La tomó por la cintura e invirtió las posiciones.
— Pero quiero ayudar. No es justo que organices todo. — le reclamó viendo como Byul le arreglaba los cabellos que se habían colado en su cara.
— Fue mi idea, iré yo... tu solo tienes que esperarme en el patio muy linda como siempre.
— ¿Y si ahora no quiero?
Byul entre cerró sus ojos.
— ¿Por qué tantas ganas de ir? ¿Te verás con alguien a mis espaldas?
Yongsun se rió ya que eso era totalmente falso y exagerado. Pasó sus brazos alrededor de su cuello y la atrajo a ella para besarla.
— Eso es imposible, solo quiero hacer algo mientras tu estás en el examen. — le dijo con voz suave y con mucho esfuerzo para que dijera que sí — Eric me puede acompañar.
MoonByul lo pensaba seriamente. No era como que se quedaba tranquila sabiendo que iba a ir con Eric, ese debilucho amigo suyo que no mata a ninguna mosca si se le acercara a Yongsun.
Y sobre lo de verse com alguien había sido sarcasmo. Byul confiaba plenamente en Yongsun. Lo que le molestaba era que su plan de hacer ella misma un día especial, su día especial, se arruinara así. Quería todo el trabajo.
También, se dio cuenta que si seguía insistiendo, levantaría sospechas.
— Está bien — dijo al fin — Pero que vaya Amber con ustedes.
— Trato hecho — volvió a besarla con una sonrisa.
[...]
— En serio... solo digo que si van a poner las tablas de multiplicar en la pared, al menos le hubieran puesto dibujos o figuritas.
— Seul, esto es una universidad, no una escuela — le decía Irene.
Cinco de la tarde e iban en camino hacia el patio, hablando de lo que sea e Irene sosteniendo firmemente la mano de Seulgi.
¿Por qué?
Textualmente un mensaje de MoonByul:
"Seul, estoy en pánico. Sé que te vas con Irene a casa de sus padres pero realmente me va a dar un infarto.
Tengo una cita con Yongsun, en el patio, justo a un lado de la fuente ¿Qué tal si te quedas un rato con Irene, sentadas en una banca?
No se lo digas a nadie, menos a Yongsun. Le propondré matrimonio."
Seulgi había torcido los labios no muy convencida. No había escuchado de eso y no sabía si creerle. Al final Irene había visto el mensaje y ella misma había llevado la presencia de Seulgi.
— Que falta de creatividad — dijo ya sentándose en una de las bancas.
— Que emoción, Byul debe estar asustada.
— Sí, que extraño que no me haya dicho nada...
— Tiene sentido. Estas en el mismo dormitorio que Yongsun y bueno, a ti no te gustan los secretos.
— Mmm, sí tal vez — Seulgi puso el brazo por encima del respaldas e Irene vio la invitación muy clara.
Se acurrucó muy bien a un lado de Seulgi y cruzó sus piernas. No estaban hablando de nada los siguientes minutos. Miraban a todos lados en busca de alguna de sus amigas y parecía que Seulgi podía sentir el pánico de su amiga.
¿Sería posible? ¿Estaban tan conectadas así? No. Seulgi de pronto estaba pensando como sería si estuviera en el lugar de MoonByul y de la nada había entrado en nervios. No estaba preparada para eso y sin duda Byul era muy valiente.
— Espero que todo salga bien — dijo con un nudo en la garganta.
Seulgi solo asintió.
Al cabo de un rato vieron a Eric pasar frente a ellas. Iba con los auriculares una bolsa con muchas cosas de colores. Irene lo llamó y este volteó a verlas sonriente.
— Que onda.
— Quédate a ver este espectáculo — le dijo Seulgi, señalando con su cabeza el lado de Irene que estaba vacío.
— ¿Las luces de la fuente? — preguntó sentándose — Ya las vi, son increíbles.
— No eso...
— Sólo quédate, ya luego te enterarás — le mandó Irene luego de darle un golpecito a Seulgi en su abdomen.
Las cosas se estaban dando a su tiempo. Byul estaba preparándose mentalmente en su habitación, mordiéndose las uñas y Yongsun hablaba con una de sus amigas muy sonriente en el pasillo. Ella había comprado unos emparedados, galletas y jugos. Tampoco quería quedarse mucho tiempo ahí porque solo quería estar a solar con MoonByul en su habitación.
Hyejin y Wheein habían sido la distracción, o algo así. Ellas se habían quedado en el dormitorio de Jimin y esperaban a que se hiciera una hora más tarde para llegar al patio. Ellas por nada del mundo se iban a perder esa propuesta de sus amigas.
Tantos años y ellas no serían tan malas como para irse y dejar a la pobre Byul en eso.
MoonByul se había puesto su suéter favorito, y unos jeans azules que Yongsun le había regalado para su cumpleaños. Daba vueltas por toda su habitación llena de frustración y miedo a la vez.
En un arranque buscó la cajita azul rápido y la guardo en su bolsillo. Buscó su celular por si tenía que llamar por ayuda; buscó la mochila que dentro llevaba una manta color azul y se la colocó al hombro; se pasó la mano por el cabello y salió de la habitación. Una de sus compañeras de dormitorio la saludó con una sonrisa y sin esperar conversación, salió disparada.
— Es ahora o nunca — se decía — No seas cobarde.
Presionó el botón para llamar el ascensor.
Presionó el botón del lobby.
Saltó del ascensor.
Salió del edificio.
Caminó por el pasillo que conectaba el patio con el edificio. Podía ver ya las luces de la fuente desde lejos.
Su corazón iba a mil por hora y su respiración no ayudaba mucho a controlarlo. En vez de caminar, sus piernas la incitaban a salir corriendo así que no tardó mucho en llegar al patio.
No había mucha gente, por suerte, quería que fuera algo íntimo. Mientras se acercaba, sus ojos trataban de buscar alguna silueta reconocible, pero lo único que encontró fue la silueta de tres personas sentadas en una banca. Parecían charlar sobre algo.
No les prestó atención. Cuando llegó al punto exacto que había elegido para llevar a cabo su misión, buscó la manta y la desprendió sobre el césped. Dejó la mochila a un lado y se dejó caer en la manta cruzada de piernas abajo.
Cuando volvió a mirar hacia las personas, no podía ver bien sus caras porque estaban bajo un árbol y ya a las siete de la noche no se podía ver bien. Pero una de las personas (Seulgi) levantó una mano y la saludaba com lentitud. Byul se echó a reír por primera vez en dos horas porque de algún modo ese saludo le había parecido a una de esas películas de terror.
Luego pensó un poco más. Tenía público.
Sus nervios aparecieron de nuevo, así como también una hermosa chica de cabello negro suelto, un short de jeans negro y una camiseta negra de MoonByul, la cual tenía un extraño dibujo en en la parte delantera.
Ella traía al igual que Eric, unas cosas en la bolsa y una mochila.
— Hola~
— Ho-hola — sí, esa era Byul sin poder controlar sus espasmos nerviosos.
Se levantó para recibirla, lo cual se ganó un mirada pícara de Yongsun y unas risas de parte de Eric y Seulgi que no pudo escuchar.
Le dio espacio a Yongsun para que se sentara primero y luego ella a su lado. La manta era enorme, simplemente podían caber cinco personas en modo vertical acostadas en ella.
— Estás actuando extraño — le dijo Yongsun levantando las cejas.
Estaban sentadas frente a frente y ella buscaba en la mochila unos vasos y platos de plásticos para repartir lo que iban a cenar; que no era mucho.
— Son ideas tuyas...
Yongsun la siguió mirando.
— ¿Cómo te fue en la prueba? — preguntó suponiendo que por eso MoonByul estaba así de rara.
— Bien, resultó ser un ensayo del curso y al final nos hizo preguntas, me fue bien. — dijo tratando de parecer normal.
— Me alegro. — Yongsun delante suyo, le sonrió apoyando su mentón en su mano, que estaba sostenida por el codo apoyado en su rodilla.
— Gracias — dijo hipnotizada por aquella vista. En las esquinas del extenso patio tenía unas luces incrustadas en la tierra, así que ayudaba con el momento. Además de unas tenues luces provenir de los edificios de al lado y la fuente. Todo quedaba perfecto. — ¿Por qué no te haces más cerca?
Yongsun asintiendo, se deslizó sin levantarse por completo al lado de Byul teniendo todas las cosas que iban a comer por delante y las mochilas en el otro extremo de la manta.
MoonByul le había preguntado cómo fue estar de compras con Eric y Amber; ella muy coqueta le había dicho que preferiría ir de compras con su novia. Muy buena respuesta.
Juguetearon entre ellas por saber quién era la novia de quien, como si no supieran que eran ellas mismas y después empezaron a comer hablando de los planes para la graduación de MoonByul. Yongsun sabía que el tema de las pruebas y prácticas para Byul era pan comido porque se le notaba que lo llevaba bien y que le gustaba bastante.
También se pudo dar cuenta que había algo más allá que no dejaba tranquila a Byul. Llegó a fijarse que MoonByul miraba hacia ciertos lugares del campus, y era así, porque aunque solo le faltaran unos minutos para la propuesta, Byul no sabía que decir después de todo.
Yongsun hubiera pensado que podían terminar, pero no iba a ser así porque la relación estaba más bien que nunca.
Cuando terminaron de comer y luego de golosear algunas galletas. Se quedaron sentadas mirándose una a la otra. MoonByul estaba del lado derecho de Yongsun y había puesto su mano izquierda apoyada en la manta por detrás de Yongsun para darle un soporte.
Se acercaba a Yongsun de vez en cuando para darle un beso mientras hablaba. Cada una tenía su turno de hablar pero Byul en esos momentos no podía, se relajó escuchando algunas cosas que le molestaron a Yongsun de su labor en el comité, y también qué harían en las vacaciones a partir de mañana.
Mientras MoonByul se reía de un comentario sarcástico que Yongsun había hecho por su carrera; Yongsun se quedó pasmada por aquella sonrisa que de verdad la podía volver loca. Como los dientes de Byul eran extremadamente perfectos, y lo más bello de esa sonrisa en los ligeros hoyuelos que se le formaban.
Ella suspiró con sueño de esa imagen capturada, y apoyándose de los firmes muslos de Byul, que se mantenían cruzados uno encima del otro, se acercó a ella para besarla sin previo aviso.
— ¿Cómo es posible que estés tan preciosa hoy? — le preguntó Yongsun tomándola de una mejilla para que no se alejara.
— Qué dices — MoonByul se rió — Ese lugar es tuyo. Tú eres la que está encantadoramente bella hoy... pero hoy más que ayer y obviamente... mañana más que hoy, estoy segura de que así es.
A comparación de Byul, Yongsun si se sonrojó inmediatamente y le atrapó su labio inferior en una huida rápida.
Estuvieron besándose sin ninguna interrupción. La poca gente que pasaba caminando por las veredas iban distraídas escuchando música o hablando con alguien, no se fijaban en ellas. Excepto ese grupo de adolescentes muriendo de diabetes tipo uno que miraba con atención la película frente a ellos.
MoonByul se recostó de espaldas en la manta y Yongsun se recostó del brazo que MoonByul había dejado extendido para ella.
Bueno, la primera misión era completada pero ahora Byul se dio cuenta que las estrellas no se podían apreciar bien por las luces de la fuente. Yongsun se dejaba llevar, ella no tenía idea de que todo eso era planeado.
— ¿Sabes que me recuerda esto? — Yongsun fue la que dejó ese silencio que las había adueñado desde hace un rato.
— ¿Mm?
— A mi habitación.
— Sí, es verdad. Ahora una versión mejorada. — dijo haciendo reír a Yongsun, aunque no tenía mucha gracia.
Era una de las cosas que deseaba recordarle. A ellas dos, solas en su habitación, bajo unas estrellas de plástico como la primera vez en que se hablaron en serio; como la primera vez que se dieron un beso, la primera vez que se definieron en novias, y como la primera vez que se hicieron el amor.
Justo en ese instante, gracias al destino seguramente; Byul veía la oportunidad acercándose.
MoonByul se levantó sosteniéndose en un codo para mirar a Yongsun y besarla después. Sus labios ya se sabía que encajaban, pero sentían algo más que eso, los labios temblorosos se MoonByul. Pero siguió besandola hasta lo que sea que estuviera poniéndola así, se esfumara.
—Oye... quería preguntarte algo —dijo MoonByul aún posando sus labios en los de Yongsun.
Yongsun sonrió entre ellos con ojos cerrados. Se escuchaba en la voz de Byul cierta emoción así que Yongsun asumió que Byul ya quería irse a su dormitorio. Tal vez eso explicaba el por qué de sus labios temblorosos, MoonByul no se podía resistir mucho, pensaba Yongsun.
—¿Si? Dime —dijo con tono juguetón, apaciguando su extremada calor interior.
Ella misma ya quería llevar a MoonByul a su habitación para realizar su pequeño ritual de fin de clases.
MoonByul no tenía idea de cómo empezar a hablarle para que saliera el tema de ellas. La preparación había sido en vano y se sentía más inexperta delante de su novia que nunca. Lo único que pudo decir primero fue:
—¿Crees que tres mil dólares es mucho dinero? —Yongsun le miró desde su posición no entendiendo a que se debía esa pregunta extraña.
Byul la miró fijamente. Definitivamente la preguntaba no la había esperado luego de tener esos pensamientos impropios. MoonByul volvió a su posición mirando las estrellas.
—¿Y ahora que quieres comprar? —rodó los ojos volviendo su vista al cielo y tomando con sus dedos la tela de la playera de MoonByul para apegarse más a ella.
Le parecía tierno a Moon, cada vez que Yongsun se acurrucaba en sus brazos.
— Nada, ya lo compré... solo que mi papá me ha dicho que es mucho dinero — mintió.
— ¿Le pediste dinero prestado?
— No, utilicé los ahorros. Pero medio que se enojó. —Yongsun esperaba que MoonByul le contara el porqué o qué de esa compra elevada, pero mientras ella imaginaba que la luego se lo diría, el corazón de MoonByul empezó a acelerarse de una forma totalmente distinta a la del principio.
— ¿Los que eran para el auto? Byul.
— Sí, pero se me ha ocurrido algo mejor esta vez... el auto puede esperar — le dijo mencionando esa otra mentirita.
MoonByul siguió mirando las estrellas junto a Yongsun, calmando la ansiedad de su cuerpo, dejándose sobornar por el calor que desprendía su novia. A la vez, logró sentir como Yongsun buscaba de su mano, la que estaba del otro lado, para entrelazar sus dedos y dejarla en el pecho de MoonByul.
Moon sonrió en silencio con ojos en el cielo, dando caricias en la mano de Yongsun. Justo el ambiente entre ella se normalizaba, pero no podía pasar de hoy que no preguntara aquella promesa que juró con su vida.
Como si el cielo fuera testigo de los planes de Moon, dio aquella señal que ni la misma protagonista se esperaba, de repente en el cielo se deslumbró una ráfaga pequeña de luz con tanta velocidad que siempre que pasaba, a Yongsun se le desvanecía el pecho por tal hermosura y sonreía enormemente.
Viendo la oportunidad perfecta, MoonByul con la aceleración del momento, abrió sus labios lista para hablar toda extasiada. Pero las palabras simplemente no le salían, lo único que podía hacer sin perder más tiempo era soltar la mano de Yongsun con lentitud para buscar en su bolsillo derecho la pequeña caja azul marino que guardaba.
Yongsun al principio formó un puchero no esperando el alejamiento de su novia. Aún así dejo la mano colocada en el centro del torso de la otra, sin saber que las estrellas le gritaban a Moon "¡Es ahora o nunca!".
Ellas también deseaban un final feliz ya.
En ese momento, Yongsun sintió la respiración agitada en la mano que reposaba en su pecho, y alzó levemente el rostro para ver si MoonByul estaba bien. Se sorprendió lo claramente nerviosa que estaba. Tenía sus cejas contraídas y notaba como apretaba sus dientes por los músculos de su mandíbula.
MoonByul bajó sus ojos a los de Yongsun, mientras que a la vez se daba vuelta para quedar recostada de un lado, sin mover el otro brazo que estaba por debajo de la cabeza de su novia. Poco a poco y en silencio MoonByul volvió su mano, ahora con la cajita en ella, a la mano de Yongsun que había quedado entre sus cuerpos por el movimiento anterior. Simplemente con esa mano, abrió la palma de la otra y depositó entre sus dedos junto a los de ella la cajita.
Yongsun dejó de ver el rostro de MoonByul el cual le había mostrado una tímida sonrisa al ya tener ambas entre sus manos la caja del anillo.
Yongsun seguía en esa posición boca arriba y Byul la miraba como si estuviera apunto de morir. Cuando Yongsun bajó el rostro, mirando entre sus manos, y aunque no tuvieran demasiada luz, logró identificar el característico objeto entre ellas. Aún peor que MoonByul el corazón de Yongsun se descolocó en su pecho, mientras abría la boca totalmente sorprendida, pues era obvio que no se lo esperaba.
—¿Q-qué? —preguntó entre su respiración agitada y volviendo a conectar sus ojos con los de Byul.
En ese momento nada podía hacer sentir a MoonByul más feliz, cuando entre esa mirada Yongsun le sonrió sin "entender" muy bien ya que estaba muy confundida, todo a su alrededor se había pausado y de repente estaba empezando a sudar frío.
MoonByul seguía estando hipnotizada, aún no hallaba las palabras, es que tampoco no se podía decir mucho, sentía tanto a la vez que ni siquiera el "te amo" explicaba lo que sentía en estos momentos, viendo a Yongsun con el rostro iluminado y ojos a punto de llorar.
Yongsun como pudo se levantó, dejando a MoonByul en la manta sosteniendo la cajita en sus dedos y mirando cada movimiento que realizaba. Ya de pies y con vista hacia abajo, colocó sus manos tapando su boca evitando ella misma gritar o que al hablar su voz sonara más alta por la emoción.
MoonByul vio como Yongsun miraba hacia todos lados, seguramente buscando una cámara y que le gritaran "feliz día de las bromas" pero no.
A lo lejos escucharon unas risas. MoonByul adivinando de quiénes, hasta pudo reconocer la de Eric.
Yongsun volvió a mirar a MoonByul con sus manos temblorosas tratando de cubrir su boca, aunque le fuera imposible hablar muy bien por el nudo en su garganta.
MoonByul se decía a ella misma que se levantara, no había vuelta atrás así que tenía que hacerlo ya. Se levantó con dificultad porque sus pies no le respondían bien, y se apoyó sobre una sola rodilla flexionada.
Esto no estaba saliendo como pensaba.
Sentía que se iba a morir.
—Moon... —decía Yongsun como pudo.
Igualmente, MoonByul vio como a Yongsun le temblaron brevemente las piernas.
—Yong, ¿qué haces? Siéntate. —dijo con una risita, más por lo nerviosa que su novia llamara la atención.
No era un problema, después de todo, todos se enterarían; pero quería tener algo de privacidad con su futura prometida antes de que iniciara la celebración. Y ahora es cuando su confianza aparecía luego de meses.
—No me digas que es un collar.
—Ya siéntate y lo sabrás —habló con voz dulce, buscando que Yongsun se tranquilizara. Le extendió la mano para que se la tomara.
Yongsun de a poco, se sentaba en la misma posición de MoonByul, solo que con ambas rodillas flexionadas y sentándose sobre sus piernas, quedando a su misma altura, con ojos en ella en todo ese proceso. No dejaba de imaginarse lo que había en la caja, quería quitársela y ver que era. Digamos que no era muy paciente.
Byul se río nerviosa y sjetaba la caja con mucha fuerza también porque sentía que se le caería en cualquier momento por sus manos temblorosas.
Nunca habían mejorado.
— ¿Q-qué hace-es? — preguntó frunciendo sus cejas.
¿Qué podía imaginarse? Y si, después de todo era un collar, quedaría como una idiota delante de su novia, pero es que ¿quién pone un collar en una cajita de anillo?
— Nada, nada... — Byul intentaba tomar una de sus mano que estaba jugaban nerviosas.
— ¿Nada?
MoonByul iba a desmayarse. Yongsun realmente se veía asustada.
En la banca ya se asomaban dos chicas detrás de Seulgi, Irene y Eric. Estos tres por estar pendientes a lo que estaba pasando no se habían dado cuenta.
— Byul va a desmayarse — pensó Eric.
— Yongsun... digo, Kim Yongsun — empezó Byul. Ya había empezado mal y Yongsun volvió a poner sus manos en su rostro, tapándose las lágrimas que habían salido apenas escuchó ese mal pero tierno comienzo — Eh... — Me voy a morir — ya para ese momento había olvidado lo que tenía que decir.
¿Podía regarla más? ¿Qué pensaría Yongsun con esa propuesta? ¿Qué era una broma? Tenía que hablar ya mismo porque estaba demorando demasiado.
Por otro lado, Yongsun se estaba tranquilizando.
Respiró para tomar valor y enfrentarse a la realidad. Si salía mal, pues al menos la había hecho reír.
— Me preguntaba si... bueno, a ti, quería preguntarte — Yongsun se rió entre que se limpiaba unas gotas de lágrimas con el dorso de la mano y viendo a Byul hablarle a la cajita, porque sí, Byul no podía verla a los ojos — Si me harías el favor... no, bueno, no un favor... — Yongsun ahora la miraba seriamente con sus manos apoyadas en la sabana; estaba sonrojada, y sus ojos brillaban bajo las luces de los edificios y lo que podía llegar de la fuente — Estoy un poco nerviosa ahora...
— Calma Byul — le dijo sonriendo.
MoonByul escuchó que ya se había calmado un poco, y lo comprobó al mirarla. Aún tenía esa expresión de asombro y sus mejillas estaban rojas, pero la miraba con tanto amor que las inseguridades se habían esfumado. Bueno, de todas maneras, se le había ocurrido en ese momento seguir con su plan improvisado de hacerla reír con la idiotez.
— Está bien, es que... quería preguntarte si... ya sabes — Yongsun sonrió y negó con la cabeza.
— No sé...
— Bueno, es que... uf, espérame un rato — se puso una mano en el pecho y no era falso, el corazón se le iba a salir. Conectó su mirada con la de ella y tras ver que en sus labios mantenían la sonrisa prosiguió esta vez en serio — Em... sí. Bueno, quería preguntarte si, me harías el inmenso honor... — levantó la cajita a la altura de sus pechos y la abrió, dejando ver el anillo con una pequeña piedra arriba — ... de ser mi esposa, por toda una vida.
Su pulso ahora se tranquilizaba pero, ahora era lento y fuerte, muy fuerte.
Yongsun miró la cajita con una expresión de querer llorar, como una bebé y se volvía a tapar los ojos y las mejillas con las manos.
— ¿No?
— ¿Qué? — preguntó quitándose las lágrimas y pasando una mano por el cabello. Yongsun a veces no se le daba bien eso de explicarse.
— Está bien... yo solo no sé.
De una vez cuando vio a Byul, sabía que estaba a punto de echarse a llorar por como le temblaba la barbilla. Ya se estaba haciendo ideas cuando Yongsun simplemente estaba tratando de ver si todo era un sueño o realmente estaba pasando.
— Byul no. Oh por Dios, ni siquiera... — se reía de ella misma, pero se detuvo cuando Byul bajaba sus manos — Ey, ey...
— Qué... está bien, estoy bien — Byul se decía a ella misma para no echarse en un mar de lágrimas. Pobre, estaba pensando en lo peor.
— No puedo creerlo — Yongsun miró al cielo con una sonrisa sin responderle tan siquiera a Byul, quien seguía esperando asustada con la cajita abierta entre las manos.
Wheein no tenía idea de por qué estaban viendo a escondidas a sus dos tórtolas favoritas. Después de que le preguntó a Hyejin exactamente qué estaban haciendo ahí, le explicó con una seña en el dedo la situación. También había estado sorprendida.
— ¿Ya deberíamos acercarnos? — preguntó Wheein asustando a los demás quienes la miraron por un lado.
Seulgi ya le había contado a Eric cuando este le había ofrecido un Van Van de fresa.
— No sé... Moon no se ve tan contenta ¿o sí? — decía Irene.
— Eh... — Byul sentía sus lágrimas acumularse en sus ojos y su cuerpo se calentaba del miedo y pena que estaba sintiendo.
— Byul — Yongsun dejó de estar tratando de despertarse y se abalanzó a ella abrazandola por el cuello.
Escondió su cara en el cuello de Byul y cuando sentía que no podía llorar más de felicidad, volvía a hacerlo.
MoonByul seguía con la cajita abierta a espaldas de Yongsun cuando escuchó a personas a acercarse — Dios mío no... — pensó cuando adivinó que sus amigos ya venían con la ambulancia.
— Byul...
MoonByul se deshizo de su rodilla flexionada y se sentó en la manta sin soltar la cajita.
— Me encantaría...
— ¿Qué? — la miró ya viéndola borrosa por las lágrimas asomarse en sus párpados.
— De verdad que me encantaría ser tu esposa — Yongsun le sonrió y no esperó nada cuando volvió a abrazarla y MoonByul la apretaba contra ella.
Internamente Byul no lo podía creer. Externamente había soltado un suspiro de alivio.
Los demás ahora si se acercaban con gritos de celebración cuando las vieron sonreír entre ese abrazo que se estaban dando. Seulgi iba corriendo hacia ellas cantando esa canción de Queen en donde solo se sabía el coro "We are the Champions, my friends".
Pero ninguna de las dos les prestaba mucha atención porque ahora Yongsun se alejaba de Byul y más impaciente que nunca, extendió su mano para que ella le colocara el anillo.
Byul vaciló unos momentos porque no dejaba de temblar. Ya para cuando los demás estaban con ellas entre gritos y otras cosas de Seulgi, Byul sacaba el anillo viendo entre el rostro de Yongsun y sus delicadas manos.
Ambas estaban sudando de las manos, y se habían dado cuenta cuando MoonByul le había tomado la mano izquierda para que con su derecha le deslizara el anillo por el dedo anular. Yongsun respiraba acelerado sin dejar de moverse y cuando por fin lo tuvo puesto se dejó caer de espaldas en la manta con unas risitas.
Wheein y Hyejin se acercaron a Yongsun también riéndose de su amiga mientras que Byul se llevaba las manos a la cabeza sin poder creer lo que acababa de pasar.
— No puede ser~ — gritó Eric que se le tiró encima haciéndola caer en el otro lado y Seulgi igual, no dejaba de cantar esa canción de la cual desconocía el artista pero se la sabía.
Irene fue la única que había pensado rápido y había estado grabando con su celular.
El flash lo último que pudo captar fueron los ojos brillantes como gato de Seulgi mirando fijamente el celular, mientras atrás de ella estaban en una especie de celebración Eric, Hyejin y Wheein.
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Hola bueNas xd comenten si ya quieren la boda o van a esperar jaja porque el tiempo pasa volando
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