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Cap. 22

Yongsun miraba fijamente a Byul desde el patio. MoonByul hablaba seriamente con su papá. Se le notaba un poco inquieta desde que habían llegado a la casa y ella no iba a preguntar por qué.

Las anteriores vacaciones habían sido espléndidas. Disfrutaron su tiempo juntas y a solas sin contar las veces que salieron con sus amigos. Habían rentado una camioneta aquella vez y solo pudieron ir a un día de pesca muy aburrido, pero después de eso la señora Kim había organizado una "fiesta juvenil" en su casa.

Hasta había invitado algunos vecinos y unas chicas que recién se mudaban cerca de ellos. No fue más allá de lo normal, porque sus padres estaban ahí y Byul por supuesto que quería comportarse delante de los Kim.

Se notaba un poco de dependencia entre ellas. Desde que se habían hecho novias se la vivían en la cama de la otra, no dormían separadas y tampoco lo había impedido cuando estaban en casa.

Ya luego de seis meses, pasaron navidad junto a sus padres y el cumpleaños de Byul. Ahora eran mediado de enero para ellas y esta vez se habían independizado de sus amigos quienes sepa en qué región del país se habían ido a pasar vacaciones.

Justamente ahora MoonByul miraba a Yongsun con un rostro pacífico. Yongsun estaba en el frente de su jardín y ayudaba a su madre (para no decir que le ordenó a hacerlo) con quitar la escasa nieve de las ventanas. Byul se había encontrado a su padre en el cobertizo y ella los había visto caminar mientras charlaban.

MoonByul mantenía una posición cómoda. Su mano descansaba en uno de los bolsillos del jacket gris que llevaba puesto y dejaba caer su peso inclinado hacia un solo pie.

Decidió mejor ir adentro y ayudar en algo.

No fue mucho el rato que pasó en la sala cuando la silueta de Byul en la ventana llamó su atención.

¿Se le ofrece algo? — Yongsun le dijo apenas abrió la puerta.

Byul estaba recargada de su antebrazo a la altura de sus ojos en el margen de la puerta.

Hola belleza. Es que de pronto pensé que podrías darme un beso... no sé.

¿Qué te hizo pensar eso?

Se encogió de hombros como respuesta y se erguía tomando la mano de Yongsun.

Anda, vamos de compras.

¿Por qué?

La haló hasta fuera de la casa, después de que cerrara la puerta.

Quiero hacer algo divertido contigo, de paso te cuento que hablé con papá.

Entraron al auto del señor Kim y no pasaba desapercibido para Yongsun lo bien que seguía viéndose MoonByul al volante. Su mano descansaba plácidamente en la palanca de cambios y con la otra maniobraba todas las calles.

Salió de ese trance cuando la escuchó hablar teniendo la miraba al frente. Yongsun también miró hacia la calle prestando atención a sus palabras.

Era algo relacionado con el trabajo de su padre y por el tono en su voz, se notaba que estaba emocionada por ejercer en la misma empresa.

El tema se hizo más interesante cuando Byul le contó sobre querer comprar un auto convertible. Ella se reía de todos los planes que su novia hacía sobre un futuro no muy lejano y le encantaba más cuando se refería a ambas, como sellando esa promesa indirecta de estar juntas más tiempo de lo que se estimaba.

Sin duda, Byul tenía la cabeza llenas de planes y objetivos que cumplir a lo largo de los años. Uno de esos era estar siempre con Yongsun.

Cada vez que amanecía, ella, más que por obligación intentaba hacer sentir bien a su novia con cualquier cosa. Tal vez si la vieran, podrían hasta pensar que lo hacía por sus errores anteriores o que pensaba que siempre estarían en deuda con ella por darle una oportunidad de entrar nuevamente a su vida; sin embargo, a Byul no de le cruzaba eso por la cabeza cuando estaban juntas. Lo único que hacía era ser ella misma, y era feliz así.

¿Qué pasó exactamente durante seis meses? Bueno, a como iban las cosas, luego de que esa noche jugaran hasta tarde y algunos saliera  triunfantes por la exposición de la nueva pareja, en especial Byul, que ahora veía más contenta a Seulgi y de algún modo le gustaba de sobra porque Seulgi había dejado de vacilar a Yongsun, ya no dormía mucho con ella, porque estaba Irene; ya no le protestaba el estar más tiempo con MoonByul, porque ahora pasaba tiempo con Irene; ya no le reclamaba el dejarla sola en el dormitorio, porque ahora Irene iba a verla todo el tiempo. También Seulgi hacía muchas cosas en su relación que Irene no dejaba pasar, ella misma le había contado a Byul que Seulgi era toda una romántico de los años setenta.

Sin pensarlo le había dado razones ahora para molestar a Seulgi, y así lo hizo MoonByul durante un tiempo.

Luego de que las cosas se calmaran con esa pareja, fue el turno de Min Yoongi establecerse con aquella chica que siempre hablaba. Luego, fue el turno de Xiumin, pero le resultó del todo bien cuando se enteró que su amor platónico era la chica que estudiaba medicina y compartía dormitorio con Yongsun, Seulgi y Wheein. Solo la veía de lejos y algunas veces llegó a sonreírle.

Pero se había decepcionado cuando se enteró que sí era cierto que a ella le "atraía" físicamente Seulgi.

Joy, como se llama la chica. No iba a entrometerse en la relación de Seulgi. Lo que ganó al final por habérselo admitido a Yongsun aquella vez, fue que se juntaran y quedaran siendo amigas. Seulgi estaba encantada porque Joy era demasiado guapa y le había dicho en voz alta: "Eres la única amiga guapa que he tenido".

Joy se había sonrojado.

Yongsun le miró con enojo.

Wheein le sacó la lengua.

E, Irene le pegó en el brazo y esa noche no durmieron juntas.

Xiumin volvió a enamorarse unas semanas después. Era un chico joven aún y parecía que no tenía mucha experiencia en eso de conquistar. Pero allí fue donde apareció nuevamente Eric.

Por supuesto que le impartía conferencias y hacían luego las prácticas sociales. Wooseok que no les prestaba atención a eso tan "infantil" como decía él, aveces se reía y a los días se reunía con ellos solamente para molestarlos.

La otra noticia que se hizo saber de inmediato fue cuando Wheein le había enviado una canción a Hyejin, con la excusa de: "Podemos cantarla algún día".

Hyejin se lo había contado a MoonByul y la excusa no le cuadró en ningún momento.

Byul se había reído por lo tierno y lento que se estaban dando las cosas. Ella se lo contó a Seulgi, y esta hizo su parte preguntándole a Wheein que pensaba hacer con su vida. Tampoco tenía que ver mucho con lo que iba a averiguar, pero Seulgi se enteró por parte de Wheein que los chícharos también eran llamados garbanzos.

Cuando se lo contó a Byul, esta no se lo creyó.

Desde que estaban en la escuela, no se veía casi nada raro entre ellas. Incluso Yongsun lograba envidiar esa amistad que ambas tenían sin importar las cosas. Pero ahora con el tema de Taehyung, todo se había descontrolado, o como había dicho Seulgi: "Se prendió esto".

A pesar de todo, Hyejin jamás contradijo las suposiciones que hacían de ella. Y con la relación que llevaba Wheein con Taehyung, jamás intervino.

Pero ahora, Wheein no podía salir a ninguna parte que no fuera con Hyejin.

Todavía el tema entre ellas no estaba concluido. Iban a esperar un tiempo a ver que pasaba y aunque no lo sabían, algo más grande que una simple fiesta iba a unir a esas dos almas.

Listo — Byul puso el freno de mano.

Yongsun no esperó más y ya estaba bajando del coche. Cuando se encontró con Byul frente al auto, ella le tomó la mano entrelazando sus dedos y MoonByul se la presionó llamando su atención.

Estás bonita — le dijo Byul ya cuando caminaban hacia la entrada de la plaza.

Yongsun solo le sonrió, como siempre. Eso de todos los días recibir halagos, no le había sofocado, al contrario, cada vez que veía y escuchaba a Byul decirle cosas lindas, le quitaba la cara para que no le viera la sonrisa; como en estos momento.

Byul se había colocado su típica gorra para cubrirse de ese sol en la cara. Aunque temprano como para que le picara la piel, Byul es Byul, y a ella no le gustaba mucho el sol. Bueno, solo uno en específico.

Yongsun le quitó la gorra mientras se reía quien sabe por qué y se la puso ella. Obviamente le quedaba estupenda y Byul toda despeinada le veía encantada. Ahora fue Byul quien le volvía a tomar de la mano para entrar al local.

Ya adentro, habían decidido comprar cafés y esperar un rato a que el ambiente les tocara. Antes de que Byul fuera a comprar a la caja, estaba sentada frente a Yongsun en una de esas mesas esparcidas y de dos sillas. Yongsun llevó su mano por sobre la mesa para arreglarle el cabello y cuando había terminado MoonByul le besó la mano.

Mientras Byul caminaba con una sonrisa en su rostro hasta la caja para hacer su pedido, pensaba en cómo se había estado sintiendo desde que había puesto el pie derecho en el suelo de la habitación de Yongsun. Se sentía extraña, como si el viento, quizás, le quisiera decir algo; o simplemente ya lo sabía y lo había estado olvidando un largo tiempo.

Hizo una pequeña fila de tres personas frente a ella. Esperó aún sintiendo incómoda con algo. Pensaba que Yongsun la estaba mirando a sus espaldas y tal era esa sensación pero, cuando volteó a verla, Yongsun estaba viendo su celular de espaldas.

Volvió a mirar al frente y ya era su turno de pedir.

Sabor — preguntó la chica de la caja.

(Primero que todo buenos días xd)

Hola. Sí, dos Latte — respondió sacando su billetera del bolsillo del jeans.

Envase.

Taza — Byul luego de tener el dinero levantó la cara para ver el proceso en que la chica abría la caja registradora.

En ese momento algo le brilló llamando su atención.

Un anillo en el dedo anular de la chica.

De pronto, al verlo sentía que había recordado hacer algo. La sensación extraña que estaba teniendo se había disminuido y ahora miraba con calidez esa joya. Era un anillo de plata, muy lindo.

La chica le volvió a repetir cuanto era, y Byul sacudió sus pensamientos para poder darle el dinero. Sus ojos vagaban de vez en cuando desde la caja al anillo, no podía simplemente dejar de mirarlo.

¿También estás comprometida?

¿Cómo?

Que si también estás comprometida.

Ah, no, yo no — Byul rió y levantó su mano izquierda para mostrarle que no era así.

Que mal, estás muy guapa.

MoonByul le sonrió agradeciendo el cumplido.

¿Algún pretendiente? Chicas como tú no demoran en casarse ¿cuántos años tienes?

Recién cumplí veintiún años.

Uh, demasiado joven.

Me temo que sí — Byul se encogió de hombros sin dejar de sonreír.

Esta vez, y si los sentidos no le fallaban, ahora si que sentía la mirada de cierta chica en su espalda. Se removió incómoda.

Pero debes tener algún novio — aventuró a preguntar la chica.

MoonByul dejó caer la mano en la repisa de la caja y la miró con misterio.

Novia.

Ahh, eso explica todo.

Debe estar matándome con los ojos desde atrás.

La chica de la caja, miró por encima del hombro de Byul y sonrió.

Oye, pero es muy linda — dijo volviendo a sus labores.

Le entregó la factura y pasó el pedido por pantalla a los trabajadores de atrás.

Soy muy afortunada — continuó Byul.

Sí... bueno, deja de hablarme porque creo que tiene planes de venir hacia acá — le dijo entre dientes.

MoonByul se echó a reír más. Se hizo a un lado para que las demás personas hicieran su pedido. Ella hubiera preferido irse de vuelta a la mesa, pero se quedó esperando en la misma caja.

El tema del compromiso le había llamado mucho la atención, así que esperaba poder seguir hablando más con aquella chica.

En un momento traen los batidos.

Sí está bien, solo...

¿Cuantos años llevan de novias?

El muchacho que estaba detrás de Byul, ya había pedido lo suyo y se retiró de la caja sin esperar más.

No mucho, pero nos conocemos desde pequeñas.

Eso es mucho.

Otra persona llegó a la caja y se detuvo la conversación. El celular de Byul vibró en su bolsillo y mientras la chica atendía la caja ella veía el mensaje.

Mensajes:
Yong:
-_-

MoonByul sonrió.

Aquí están — llegó un chico del otro lado y le deslizó la bandeja con ambos cafés — Tenga buen día.

Gracias — el chico se fue de inmediato y la chica de la caja se acercó luego del último cliente.

Escucha, si sientes que ella es la indicada... no importa si le pides matrimonio mañana, o en unos diez años. El destino ya está escrito para ustedes, por más que intenten cambiarlo. Supongo que quieres hacerlo, por la forma en que miras mi precioso anillo.

Ambas sonrieron cuando la trabajadora se escondió el anillo con una mano temiendo que Byul se lo robara.

No se me había cruzado por la cabeza hasta que vi ese precioso anillo tuyo.

No. No estaba coqueteandole. Simplemente era su forma de hablar y hacer reír a la chica.

No deberías estar retandola de esa forma, hablando con otra chica en sus narices... se ve que es ruda, y ahora nos está viendo de nuevo.

Byul tomó la bandeja y estaba lista para irse.

Sí, creo que tienes razón.

La chica levantó la mano con el pulgar arriba.

Piénsalo bien. Debes planear cada cosa, y si sientes que no estás segura... relájate y espera un tiempo.

MoonByul asintió.

Se te ve en los ojos lo enamorada que estás de ella.

Rieron unos segundos.

Lo mismo me dice mi mamá.

Las mamás siempre saben todo. Pero bueno... ya no te entretengo más. Ve, anda con ella.

Byul asintió en modo de despedida y se volvió a la mesa. En el trascurso del camino miraba hacia Yongsun, como su cabello negro caía extendiéndose por toda su espalda, como brillaba por pequeños haces de luces de algunos almacenes. Y es que no podía sentirse más a gusto con la mujer de la que estaba enamorada. Todos los días era sorprendida con un millar de cosas increíbles que poseía Yongsun y aunque ya las conocía de memoria, la seguían enamorando.

Se sentó frente a ella dando un suspiro. Le puso su taza en frente y tomó la de ella también para hacer a un lado la bandeja.

El silencio desapareció unos segundos después de llegar.

Disculpa, me entretuve con algo.

Yongsun solo negó sin mirarla; estaba mirando como ella misma revolvía con una cucharita el café por las burbujas que estaban en la parte superior.

Me estaba contando sobre su matrimonio... nada fuera de lo normal — mintió.

Si algo había pensado recientemente es que no quería que Yongsun supiera de su fortuito interés en contraer matrimonio. Ahora pensaba en que sería realmente maravilloso proponérselo, si llegara a atreverse, y que fuera una sorpresa.

Aún así las posibilidades de hacerlo eran nulas ya que recién esa idea se le ocurría. Obviamente Byul no recordaba mucho su promesa hace unos años, pero pronto lo haría.

¿Y por qué te hablaba de eso? — captó la atención de Yongsun luego de explicarle aquello.

Nos vió llegar juntas y me dijo que parecíamos muy enamoradas — dijo con naturalidad, ya viendo el rostro de Yongsun calmarse a medida que hablaba — Y si me hablan de ti captan mi atención completamente.

Ja, no soy tan interesante Byul — dijo viéndola desde la superficie de taza y tomando su café.

Sí lo eres.

Byul se lo había aclarado perfectamente y el tono que usó advertía dejar el tema hasta ahí. Yongsun por su parte sabía que algo pasaba. MoonByul se había demorado hablando con esa chica más de lo que Byul dice haber conversado. Carecía de tiempo.

MoonByul le sonrió la mano de Yongsun y la acercó a sus labios. Luego de darle un beso, había dejado sus labios pegados a la suave piel de su mano y la sujetaba como si fuera lo más preciado en el mundo. Yongsun sintió la sonrisa que hacía MoonByul sobre su piel.

¿Qué vamos hacer después? — preguntaba viendo a Byul darle un nuevo beso.

Podemos comprar chucherías y luego nos vamos a pasar el rato... en tu habitación.

Ya sabía que ibas a salir con eso — sonrió y quitó su mano, de las manos y los labios secuestradores de Byul, quien había hecho un puchero con sus labios — Por cierto, es muy linda.

¿Quién?

La chica de la caja.

MoonByul miró hacia la caja, como fijándose si era cierto, pero ya ella mentalmente y mientras hablaba con la chica se había dado cuenta. Sí, era guapa.

Pero Byul volvió a ver a Yongsun y le sonrió con gracia. Estaba tratando de sacarle las palabras a las buenas.

Sí, es guapa — le dijo tomando de su café sin afectarle en ningún sentido las ganas que tenía Yongsun de reclamarle.

Ah.

Byul la miró fijamente sin borrar la sonrisa de su rostro. Ya estaba adiestrada en como leer las expresiones de Yongsun y por la manera en que había parpadeado confundida, estaba claro que no se esperaba la afirmación de Byul con respecto a la chica de la caja.

Pero no más que tú — concluyó Byul.

Yongsun soltó una risa irónica viendo a MoonByul mover sus cejas y ella como notó que Yongsun no le siguió el juego extendió su pierna bajo la mesita y la molestaba tratando de hacerla reír.

Ya deja... — trataba de encoger las piernas — Byul — la miró con seriedad.

Bueno — se detuvo.

MoonByul tomó lo que restaba de su café y Yongsun se recostó con la espalda en la silla viéndola. Luego de estar un rato examinandola había llegado a la conclusión de que no debía estar exagerando las cosas y por la cara neutral de MoonByul, suponía que ella no le veía a nada un problema.

Yongsun decidió tranquilizar esos celos que no podía controlar. Se le había escapado una risita cuando vio que Byul jugaba con la cucharita y los sobres de azúcar. Parecía muy concentrada en lo que sea que le haya visto interesante a esas dos cosas.

Así, tal cual. Byul tenía el poder de hacerla cambiar de opinión en cualquier momento.

Yongsun levantó su pierna derecha y el pie lo puso en la rodilla a Byul. Sus miradas se conectaron y esbozaron una sonrisa a la par.

Todavía estaban algo heladas por el frío de afuera así que cuando MoonByul bajó su mano y la puso en la pantorrilla de Yongsun, sintió la piel cálida.

Sabes... — empezó MoonByul, acariciando su piel — Ahora más que nunca me han dado ganas de hacerte el amor.

Ay no puede ser — Yongsun bajó la pierna escuchando como Byul se reía de ella quizás por sus mejillas rojas — ¿No te da pena? Alguien pudo escucharte.

Solo digo la verdad — dijo levantando los hombros.

Yongsun rodó los ojos y se levantó.

Bueno vámonos.

¿Ah si?

No a eso, pervertida — Yongsun se paró a su lado y la tomó de la mano para levantarla con prisa — Mamá me envió un mensaje, quiere uno de esos potes de plástico para una de sus plantas.

Byul se levantó con desánimo, y se dejó llevar sujetada de la mano de Yongsun.

Caminaron un tiempo con sus dedos entrelazados. Si habían estado pendientes de unas cuantas miradas, pero no les hacían ni medio caso. Solo se soltaron cuando Byul fue a pagar el pote y cuando llegaron a un supermercado y Byul manejaba la carretilla mientras Yongsun echaba cosas que se le antojaban comer.

Byul la miraba desde atrás como caminaba por los pasillos, y cuando se detenía a ver el precio de algo, MoonByul acercaba la carretilla hasta que la parte delantera chocara con su trasero.

Yongsun no le prestaba atención, sabía que MoonByul estaba molestandola y claro que no se iba a enojar sabiendo que estaba captando toda su atención. Le agradeció mentalmente a sus nalgas.

Cuando pasaron por las neveras Byul le hacía silbidos para llamarla, cuando Yongsun volteaba a ver que quería, Byul le tiraba un beso.

Ella en especial no se le daba bien las muestras de afectos. Pero Byul... se excedía. Aún así, le encantó esa atención.

Parpadeo un par de veces pesado y continuó con su trabajo de elegir entre yogurt o helado mientras escuchaba la melodiosa risa de Byul atrás.

Las vacaciones con sus padres habían sido lo justo y necesario para aguantar el no verlos los próximos meses hasta que se amoldaran a nuevas materias y horarios.

Luego cuando empezaron las clases volvieron a su ritmo. Las salidas con sus amigos cada vez eran menos, si acaso y para lo único que tenían tiempo era para salir ellas dos y con salir se referían a la habitación de una de las dos.

Como sea, estaban ya acostumbradas a eso los siguientes meses. Byul no había olvidado ese asunto del anillo, por más que lo intentara y se dijera a ella misma que aún era pronto, cada noche en su habitación miraba el techo imaginando como sería cuando se lo propusiera, o como Yongsun reaccionaría.

Y si se dejaba llevar un poco más, ya hasta la veía con el vestido de novia.

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