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Ya era media noche y se habían quedado dormidas luego de todo aquello. Yongsun se había girado y ahora disimulaba estar dormida mirando hacia la ventana mientras que Byul estaba abrazandola por detrás.

Yongsun no dejaba escapar la mano de Byul que había guardado con tanto fulgor en su pecho. La sostenía como a un peluche para poder dormir y no quería que desapareciera de la nada.

Byul tenía esa mano atrapada por las de Yongsun, y la otra estaba bajo su cabeza.

Lo cierto era que ninguna pegaba el ojo. Al principio no dejaban de pensar en todas las cosas que habían sucedido en tan solo un fin de semana; pero conforme la noche pasaba, la cercanía hacia lo suyo y las hacía delirar por un poco más de piel.

MoonByul no lo soportaría más tiempo. Que tortura le era teniendo su mano rozando la tela que formaba muy bien los pechos de Yongsun, y sin poder hacer algo. Para ella era muy apresurado y sobre todo una falta de respeto porque no quería que se viera como una excusa para poder hacer el amor con ella toda la noche.

Byul siguiendo su instinto, se removió un poco, sin moverse tanto para no "despertarla" y se juntó más a ella si cabía espacio. Ella misma con su brazo atrapado en el pecho de Yongsun la atraía más y más a su cuerpo, como quien no quería dejarla ir.

Yongsun tomando la oportunidad de esos movimientos, se acomodó mejor en el regazo de Byul como si estuviera despertándose. Sus pies estaban entrelazados con los de Byul, y disfrutó como esta los movía sin pensar ¿estaba nerviosa?

Yongsun reacomodó sus pies, porque Byul había flexionado uno y cuando lo volvió a estirar había quedado separado de los de ella, así que los unió nuevamente y ahí empezó todo.

Si su plan era "despertarla", lo había logrado. Byul suspiró unas cuantas veces incomoda de la situación, y esos suspiros llegaban por supuesto al cuello de Yongsun. Estaba caliente, y Yongsun cuando sintió que Byul empezaba a mover su mano para invertir sus posiciones, abrió los ojos.

Esta vez MoonByul se adueñó de la mano de Yongsun y le empezaba a dar caricias disimuladas. Nuevamente Byul suspiraba y movía sus pies.

— ¿Estás bien? — le preguntó Yongsun.

Bingo.

— Sí, solo hace calor — jajaja — Lamento despertarte.

Yongsun se volvió a acomodar como quien se cree el asunto, y cerró los ojos.

— Es el jeans.

— Sí, debe ser eso — Byul le afirmó.

Pasó otro rato más en donde disimulaban estar durmiendo, pero Byul no se rendía y tampoco los glúteos de Yongsun presionando su pelvis ayudaba; se acomodó de tal forma que estuvo un poco más abajo y recostó su frente en la nuca de Yongsun.

Dejó un silencioso beso en el principio de su espalda.

Yongsun abrió los ojos.

Otro beso.

Yongsun suspiró.

— Es que ahora no puedo dormir — le decía a Yongsun, y sonaba como si un niño indefenso que buscaba un poco de atención luego de una pesadilla.

— Mm.

No sabía de dónde había sacado que eso significaba un "sí" pero así lo entendió y Yongsun no se iba a negar después de esperar horas por algo de acción.

Aveces la comunicación fallaba.

Byul dejó la mano de Yongsun donde estaba y llevó la suya a la comisura inferior de la camisilla de tela, la levantó con total lentitud solo lo necesario para meter su mano y rozar con sus dedos el abdomen blanco y suave por debajo.

Esta vez MoonByul dejo otro beso húmedo y la volvió a presionar, pero ya era subido de nivel porque la presionaba contra ella en busca de más fricción en su parte baja. Yongsun solo se quedaba quieta y pensaba su próximo movimiento.

— No — Yongsun atrapó su mano cuando ya iba directo a tomar unos sus pechos.

MoonByul dejó otro beso y se asomó por encima de su hombro para verle despierta. Yongsun pensaba que Byul no tenía autocontrol y que esta no iba a detenerse cuando ella le dijera, así que de nada servía que lo hiciera.

Yongsun entrelazó sus dedos y la obligó a quedarse quieta. Pero nuevamente MoonByul entre aquí y allá, la seguía presionando contra su cuerpo y aprovechando su posición empezó a besar el hombro de Yongsun, y así, hasta hacer un camino por toda la longitud hasta su cuello, y seguido otro beso humedo en su mejilla.

Yongsun tembló con la sensación de esos labios y como MoonByul respiraba ansiosa en su cuello.

Soltó la mano de Byul y como si estuviera tarde en empezar, esta ascendió hasta uno de sus pechos. De inmediato lo envolvió y apretó sin dejar de repartirle besos por toda su escápula y cuello. Después había atrapado el lóbulo de su oreja y a la vez jugaba con su pezón rígido.

Todo parecía tan aleatorio, incluso podía ser las manos de MoonByul, pero todo indicaba que ella estaba dejándose llevar, como si estas tuvieran mente propia. MoonByul tenía sus ojos cerrados y seguía degustando la suave piel que podía obtener en esa posición.

Mientras que Yongsun empezaba a deshacerse y pequeños y silenciosos gemidos salían de su boca. Ella se sostenía del brazo de Byul como si temiera caerse de la cama con tan reveladora situación.

La armadura de timidez se desvanecía en cuanto MoonByul guiaba su mano hacía su otro pecho. Era muy pronto como para llegar más allá que esas caricias y Byul esperaba lo suficiente hasta que supiera que Yongsun estaba en condiciones.

Se quedó en esas acciones por un rato más hasta que Yongsun se removió un poco para separar sus piernas aún de costado. Byul había la señal y como si su vida dependiera de ello, llevó su mano hasta el pequeño pantalón de Yongsun y metió la mano directo.

Ni siquiera tenía ropa interior y MoonByul ya se catalogaba como idiota al no darse cuenta por sus glúteos. Pero recordaba que aún cargaba su jeans y eso hizo armarla más de deseo porque tal vez sin ellos podría sentirla más.

Dejó un momento la parte de Yongsun y con esa mano desabrochó el botón y sin problemas se los bajó hasta sus muslos. Pasó su mano por la cintura de Yongsun quien la había esperado con sufrimiento.

Primero estaba estimulando su clítoris con paciencia, hacía círculos sobre él mientras ella misma se deleitaba con la respiración acelerada de Yongsun que solo indicaba las ganas retenidas de gemir.

Unos segundos más y ya Byul sentía la humedad revasarle los dedos. Con su otro brazo se sostuvo sobre el colchón y eso le dejaba más habilidad de poder besar a Yongsun mientras seguía estimulandola. Yongsun echó hacia atrás su cabeza y en ese instante MoonByul la besó.

La siguió besando mientras viajaban sus dedos un poco más abajo impregnandose los dedos de esa suavidad que nada le faltaba para volverla loca. Metió de una vez dos dedos y pudo escuchar el gemido de Yongsun en su garganta.

Yongsun no se podía quedar toda la vida así, de a poco le empezaba a doler el cuello y eso hizo que volviera su vista a la ventana dejándose llevar esta vez por el entra y sale de los dedos de MoonByul.

Con cada embestida, cada una más fuerte que la otra, la insitaba a levantar su muslo y poder darle más espacio a Byul para maniobrar. Ya se podía escuchar incluso los dedos de Byul chocando con los pliegues de Yongsun cada vez más rápido.

Pero nada pasaba de ahí.

Byul había seguido sus besos por detrás y aceleraba y desaceleraba sus movimientos cuando sentía que Yongsun apretaba sus dedos en su intimidad. No quería que todo acabara tan rápido.

De repente Yongsun se sentía asfixiada. Quería sentir los labios de Byul sobre los suyos mientras la hacía sentir suya una vez más; así que el extremo placer que estaba experimentando podía esperar sólo unos segundos. Se dio vuelta y en eso Byul quitaba la mano de su interior para permitirle moverse. Ahora estaban frente a frente y con ojos lujuriosos Yongsun se acercaba para besarla con desesperación.

MoonByul se dejaba besar, sintió la mano de Yongsun tras su cuello y la presionaba para que sus labios no se pudieran separar; de igual forma MoonByul siendo posesiva, con la mano que estaba utilizando para darle placer le tomó el muslo y lo alzó con fuerza para que Yongsun lo pusiera sobre su cadera. Todo esto con el objetivo de que se hiciera espacio y Byul pudiera introducir esa misma mano de nuevo en sus pantaloncitos.

Esta vez le bajó los pantaloncitos y tuvo su mano de nuevo en su interior en tan solo segundos. Ahora podía disfrutar más besandola, y con su pierna hasta arriba Byul podía embestirla de manera más firme.

Parecía una danza en donde ambas estaban improvisando y lo hacía más intenso y único. Yongsun tampoco se quería quedar atrás y entre jadeos y besos que le daba a Byul, la mano que estaba en el cuello de Byul haciendole presión e incluso clavando sus uñas en su piel. Se deslizó con rapidez entre sus cuerpos y llegó hasta sus bragas.

Era medio incómodo ahora que Yongsun buscaba estimular a Byul también, ambas dándose placer sin censura; pero como era de esperarse MoonByul se estaba dejando llevar por la adiestrada mano de Yongsun.

Yongsun luego de jugar con esa pequeña parte de MoonByul, había llegado hasta su centro y ya eran las dos en esa sincronización de manos. Byul jamás había imaginado sentir tanto con tan solo eso, incluso en sus aventuras terroríficas cuando la tocaban no era así como "Wow", pero Yongsun si que la hacía hasta perder el ritmo de sus propios dedos.

MoonByul empezó a hacer movimientos más lentos y unos segundos después se detuvo. Se enfocaba solamente en el placer que estaba sintiendo ahora mismo que no se daba cuenta la mirada que le daba Yongsun.

Sí que le gustaba ver a Byul quejarse y apretar sus párpados por lo que ella le hacía, pero también quería atención.

— Ey, ey — le decía Yongsun. Más bien susurraba con desesperación y ella misma se movía para sentir más los de dos de MoonByul — Enfócate...

Ambas se rieron por la necesidad que atacaba a Yongsun y ella misma volvió a unir sus labios.

— Sí, lo siento — le dijo sonriendo y reanudando sus embestidas pero de una manera más rápida.

Yongsun no se quedó atrás e imitó la velocidad. El beso que se estaban dando de a poco se desvanecía por los gemidos de ambas pero mantenían sus bocas unidas. Tan repentino fue, tanto para Byul como para Yongsun la inmensa ola de placer que estaban sintiendo. Primero había sido Yongsun, quien mantuvo sus dedos quietos dentro de Byul en el momento que arqueó su espalda recibiendo el orgasmo con los brazos abiertos. Y luego volvió a moverlos hasta que Byul se tensó.

MoonByul unió su frente con la de ella tratando de respirar normal y sin quitarse las manos de encima.

Una risita inundó la habitación, la risa angelical de Yongsun.

— Casi me dejas a medio camino — le dijo Yongsun rozando sus labios y después se echó a reír como ella solo lo sabía hacer.

— Es que me estabas volviendo loca — ambas apartaron sus manos de la otra y MoonByul la sujetó por la cintura para besarla.

— Ya lo sé — le dijo orgullosa.

Luego de pasado lo más fuerte Yongsun le había quitado el jeans y se había acurrucado mejor en sus brazos no dejando de sonreír como tonta.

— ¿Y ya no tienes calor amor? — le dijo Yongsun con ojos y sonrisa juguetona.

— Creo que sí. Por cierto, la próxima vez que esté tratando de dormir y te estés aprovechando de mí, no responderé con amabilidad — le decía Byul acomodando la almohada y claro, con sarcasmo porque sabía bien que hablaba de ella misma.

Yongsun rodó los ojos.

— Yo soy la víctima aquí Moon.

— Oh sí, eso crees tú, niña que no usa ropa interior para dormir — le pasó la mano por debajo de la camisita y le rescaba la piel.

— Quería dormir cómoda.

— Y yo también — Byul le sonrió de lado y le guiñó un ojo que hizo que Yongsun escondiera su cara en su cuello, de nuevo.

Tal vez ahora ese sería su lugar favorito.

Ellas sabían que no todo sería perfecto en su relación, pero pequeños momentos como el de ahora hacía valer la pena. Tan insignificante sería permanecer separadas, porque tarde o temprano harían lo posible para estar juntas, y en eso pensaba Byul antes de dormirse tras las caricias en el cabello que le daba Yongsun.

— Te amo demasiado Byul — fue lo último que le había susurrado Yongsun con una sonrisa encantadora.

Byul le había respondido unos minutos después en el oído e igualmente le sonrió antes de sentir como el cuerpo de Yongsun se volvía más pesado en sus brazos.

Byul de no ser por el gasto de energía que acababa de hacer, se hubiera quedado el resto de la madrugada despierta y admirando la mujer que tenía en sus brazos. Pero en cuestión de segundos había caído rendida, complacida con un comienzo perfecto y en espera de un mañana inolvidable.