Cap. 17 [Lo daría todo]
La noche anterior había pasado en un parpadeo. Yongsun se sentía encantada cuando veía a su mamá haciéndole bromas a Byul y como esta le seguía la corriente con tal de agradarle cada vez más. No pasó nada más allá que un beso de despedida en la puerta, porque la señora Moon quería tener una conversación con su hija, y Yongsun no iba a reclamar por ello aunque tuviera demasiadas ganas acumuladas de dormir con MoonByul.
La señora Moon se preocupaba más por la felicidad de Byul, y esa noche sólo tocaron el tema de la universidad y como iba a empezar su futuro en la empresa actual en que trabaja su padre. Estaba muy emocionada; porque estaba muy segura que en la palabra futura iba incluido el nombre de "Yongsun", aunque todavía no era definitivo.
El domingo por la mañana, la señora Kim la había sorprendido en la puerta justo cuando Byul salía para el supermercado. Le había invitado a desayunar, algo muy extraño, pero MoonByul encantada le avisó a su madre y se encaminó detrás de la señora Kim.
Tampoco había pasado algo totalmente interesante. Sus conversaciones se basaron en planes futuros y exactamente cada una de sus respuestas iban acorde con lo que quería escuchar la señora Kim. Apenas la señora tocó el tema sobre Yongsun, Byul dejó de lados las tostadas y los huevos revueltos.
Como lo supuso MoonByul. Yongsun no quería irse lejos de sus padres, preferiría quedarse cerca, y todo apuntaba a que terminaría trabajando con su padre al igual que MoonByul. Que coincidencias.
No demoró mucho esa charla para que Yongsun bajara las escaleras dejándose guiar por el fragante olor a café. Se encontró con la mirada de MoonByul enseguida y meticulosamente le sonrió. Byul seguía en el comedor y frente a ella la señora Kim quien también miraba a su hija con afabilidad.
Intercambiaron "buenos días" entre ellas y la señora Kim vio la oportunidad de escaparse cuando escuchó un ruido en el jardín.
— Tu mamá se escapó — se rió Byul viendo a Yongsun sentarse con una taza en mano en la silla que había dejado la señora Kim.
— Sí — también reía.
Era un tiro de suerte que hubiera pasado antes por el cuarto de baño. Yongsun se sentía radiante a pesar de todavía estar en pijamas, y aún así Byul la encontraba magnífica.
— ¿Quieres salir y hacer algo hoy?
— Sí, de acuerdo — le contestó Yongsun con ilusión — ¿Qué tienes planeado?
— Podemos ir por un helado o... lo que tu quieras — ofreció Byul antes de terminar su café y ofrecerle la última tostada con mermelada a Yongsun.
— Suena bien — sonriente, tomó la tostada sin dejar de observarla — A mi ni siquiera me invita a desayunar, si fuera por ella, me dejaría dormir y despertaría a las una de la tarde.
— Me tomó por sorpresa. Iba por un desayuno rápido al supermercado... mi papá se fue temprano a la empresa y mi madre fue a la farmacia.
— Supongo que, ya eres parte de la familia — dijo con la mirada baja para no conectar mirada con MoonByul.
Esa frase le era muy apresurada todavía y entendía que ambas estuvieran algo tímidas con ello. Pero aun así lo dijo y era en parte cierto, porque ambas familias eran muy unidas.
— Ah, ¿que ya no lo era? — Byul pensaba lo mismo e hizo reír a Yongsun con la confusión que se hizo reflejar en sus cejas alzadas.
— Sí, por supuesto que sí — Yongsun riendo, movió la mano demostrando poca importancia en el comentario.
Luego de eso, Yongsun prosiguió terminando su reducido desayuno y el cual MoonByul había compartido con ella. Ambas se pusieron de acuerdo para ir al supermercado de todas maneras.
El día había sido entretenido. MoonByul de alguna forma se las había arreglado para complacer a Yongsun en ciertos detalles; como comprarle sus dulces favoritos aunque Yongsun no se los había pedido, le compró unas flores pequeñas que vendían fuera del supermercado diciéndole que caerían bien en la ventana de su habitación, incluso cuando hacían fila para pagar todas las cosas Byul le había tomado de la mano.
Después de todo, hoy sería el día indicado para dar el siguiente paso y hacer justicia de sus sentimientos por ella. Yongsun se había mostrado realmente feliz ante esos detalles y no lo trataba de ocultar.
En el auto Byul le contaba anécdotas y también había salido el tema del tal chico Woonwo que iba detrás de Yongsun. Ella le había explicado que era cuestión de amigos pero el insistía en otra cosa. De todas maneras Byul no pudo quedarse callada y textualmente le había dicho: Pues ya no te molestará.
Yongsun no sabía que significaba, pero prefirió omitir la pregunta.
También quería preguntarle más cosas sobre su terrorífica historia con Krystal. Pero era cosa del pasado, así que se había mordido la lengua para no arruinar el increíble día que estaban teniendo.
Se había propuesto que iba a empezar bien co ella, nada de lamentos sobre el tema ni mucho menos volver a hablar sobre lo que había ocurrido. Si iba a hacer esto en serio con Byul debía olvidar eso.
El almuerzo había sido hecho por las gloriosas manos de sus madres. La señora Moon había vuelto junto a su esposo a eso de las once de la mañana y disfrutaron junto a los Kim la maravillosa comida después.
Era de esperarse que tanto Byul como el señor Kim estuvieran tan emocionados por el partido de baloncesto que se estaría transmitiendo. Y así fue como comenzó la tarde aburrida para Yongsun.
Ella quería estar acostada junto a MoonByul en su cama, en su habitación, solas. Pero ella había preferido ver un partido que fácilmente se podía buscar en internet luego. El señor Moon no se quedaba atrás, Byul era la viva imagen de su padre unos años más joven.
No le quedó de otra que sentarse en el comedor y fingir estar interesada en la televisión que podía ver desde allí junto a su madre y la señora Kim, quienes habían encontrado distracción en los implementos nuevos que estaban de oferta en el almacén Zara Home.
Yongsun se fijó mejor en otra cosa dejando de lado la televisión. La sonrisa de Byul. No podía verla completa, solo un lado de su cara era reflejada para ella, pero eso le había bastado para hacer una tarde más interesante que solo escuchar la variedad de artículos y los gritos de su papá.
Parecía una verdadera escena de comedia, porque el señor Kim le iba al equipo contrario y al parecer MoonByul estaba dispuesta a recalcarle que el equipo de Incheon era el mejor. Byul se había emocionado tanto que cuando hubo una anotación por parte de Incheon le había pegado con un puño amistosamente al hombro del señor Kim.
MoonByul seguía riéndose, pero Yongsun se rió aún más cuando su papá disminuía su risa y taladraba con la mirada a MoonByul cuando ella volvió la vista al partido. Claro que lo hacía con segundas intensiones porque el señor Kim volteó a ver a Yongsun y le lanzo un guiño cómico también con un gesto en los labios.
Pasada la cena (que por cierto tuvo que comer con su madre y la señora Moon solamente porque los demás se habían quedado viendo una película) se limitó a ver como MoonByul apartaba la gamba de su plato, no le gustaba para nada y eso le recordaba las veces que Wheein se las negociaba por algo de kimchi.
— Yongsun estas flores están preciosas — decía la señora Moon admirando las flores que ya estaban en un jarrón sobre la mesa.
No le había dado tiempo de llevarlas a su cuarto y la señora Kim se había adueñado de ellas asegurándole que estarían mejor en sus manos.
— Se las compró Byul, es una chica encantadora — la señora Kim le robó la palabra a su hija.
— Ya lo creo — con una sonrisa en el rostro la señora Moon se dispuso a ver el catálogo de artículos.
Yongsun si que escuchaba los murmullos a su lado, pero no prestaba atención. Tanto se sentía de mal tercio en ambas habitaciones de la casa, que empezaba a quedarse dormida del aburrimiento.
— Iré a recostarme un poco — se despidió levantándose con una sonrisa.
— ¿A que hora saldrán mañana?
— Tengo una clase a las nueve de mañana, supongo que saldremos más temprano.
— Les haré comida para el camino y Yongsun — la detuvo antes de desaparecer de su vista — Cuidado con los fantasmas.
— Si~ mamá — le sonrió y subió las escaleras de dos en dos.
Se había dado un baño rápido, quería estar lo más pronto metida en su cama, el clima era frío y anhelaba poder calentarse un poco; aunque no le hacía gracia, se había puesto un corto pantalón de tela azul que iba a juego con una camisilla de tiras y encaje.
Como era temprano aún, se sentó en la silla de su pupitre para anotar las cosas pendientes de la semana entrante. Faltaban solo unas dos semanas para entrar a exámenes finales y después vendrían las vacaciones.
Una y otra vez volvía a imaginarse a Byul en todos sus planes. Tal vez era demasiado apresurado pensar en ellos cuando ni siquiera habían establecido una relación. Solo así lo veía.
Posiblemente haya estado sumergida en todos esos planes que no se imaginaba la cantidad de cosas hermosas que pasarían en su vida. No tenía idea de la alegría que sentiría después, y era seguro que la tomaría por sorpresa.
Cuando ya se iba a acostar y ordenaba la cama para meterse en ella, la puerta se abrió sin que alguien tocara.
— Pensé que ya te habías dormido ¿Me esperabas?
— Ja ja ja, pues no — le dijo con sarcasmo.
— Ash — MoonByul cerró la puerta y se sentó en la cama rebotando.
— Sí, siéntate. Estas en tu habitación también.
— También es mi habitación — Byul la miró con diversión.
Yongsun rió.
— Ya quisieras.
Byul seguía sentada en la parte inferior de la cama. Yongsun ya se había metido bajo las sabanas en el lado izquierdo de la cama, una clara invitación para MoonByul. Se dio vuelta quedando de costado y mirando hacia la ventana.
— Quería hablar contigo — dijo MoonByul aún en el extremo inferior.
— Te escucho — Yongsun tenía ya los ojos cerrados y la colcha la abrigaba de la cintura hacia abajo.
MoonByul la volteó a ver desde su posición y de paso también miraba como los hombros de Yongsun resaltaban bajo su camisilla.
— Pero... ¿me puedo acostar?
— Sí Byul.
MoonByul enseguida se acomodó a su lado sin siquiera mirarla. Yongsun había dejado las luces encendidas, y no podía ver como brillaban las pegatinas en el techo.
Yongsun se dio la vuelta para mirarla y MoonByul imitó el movimiento. Ahora ambas estaban cara a cara y no había manera de que fuera otro momento, Byul tenía que soltarlo de una buena vez para calmar los nervios que de repente le inundaron.
— Ya ¿de qué quieres hablar?
Silencio. MoonByul no dejaba de repasarle el rostro completamente y nuevamente ese frío embriagador le recorría la espalda.
— De nosotras — le respondió con simpleza.
— Ah...
— Me preguntaba si... podíamos, o podías... estar conmigo, tu sabes.
— Ah — MoonByul le sonrió avergonzada — Eso tiene doble sentido ¿a qué te refieres realmente?
— Esto es serio Yongsun... — la miró entre cerrando los ojos.
— Sí lo sé, por eso te pregunto — se rió por la expresión de pánico que Byul ponía.
Ella creía que el mensaje había sido enviado directo y pensaba que Yongsun la entendería a pesar de que no hablara con claridad. De cualquier forma, no quería atacarla preguntando si querría ser su novia directamente. Una vez más sus planes románticos no daban resultado.
— Que quiero que seas mi pareja — le dijo de tal forma que se escucha la afirmación en su voz.
— ¿Por qué? — seguía sonriendo Yongsun. Ella sabía por dónde iba el asunto pero se hacía la desentendida para jugar con Byul.
— Porque me encanta estar contigo.
— Pero, ¿en la cama? O... solo a mi lado — dijo divertida.
— Dios mío — Byul cerró los ojos y suspiró — En todas las formas posibles.
— Respuesta incorrecta.
MoonByul rodó los ojos. A veces tenía que ser paciente con los juegos nada divertidos de Yongsun.
— Cuál es entonces...
— Qué cosa.
MoonByul rodó los ojos otra vez y escuchó la espléndida risa de Yongsun llenar la habitación.
— Cuál es la respuesta correcta Yong — se acercó a ella y dio un rápido beso en su frente — Estas muy graciosa hoy eh.
— La respuesta correcta era en la cama.
— Eso es mentira, yo no te quiero por eso.
— Entonces dímelo — Yongsun hizo un gesto orgulloso con las cejas, pero de un modo retador.
MoonByul era toda una romántica renacida, y sabía que habían palabras más allá de las que había escuchado.
— Es que te amo mucho...
— Eso ya me lo has dicho.
— Es que me gusta que estés sonriendome sin ninguna explicación. Yongsun esto no es un juego — le decía tomándola de la cintura.
— Me estoy riendo porque te estoy viendo.
— Ahora mi cara es un chiste.
— Noo~ — ahora fue Yongsun la que se acercó y le dio un suave beso en la comisura de sus labios — Continúa.
— Te gusta jugar conmigo...
— Sí.
Como buena chica, Byul siguió diciéndole cosas que a Yongsun le gustaba escuchar, solo para pasar el rato y sin darse cuenta despejaba los nervios de Byul. Esta ya se preparaba mentalmente para su acto final.
— Porque desde que tengo memoria, siempre he sonreído cuando te veo y... eso me hace feliz, es decir, tu me haces feliz sin darte cuenta.
— Por dos.
— ¿Qué? — Byul se echó a reír con sonoridad, tanto que esos pliegues en la parte superior de su nariz resaltaron — Eres la diosa de la poesía Yong.
— Pero tu estás hablando, anda, continúa.
— Bueno — Byul paraba de reírse y secaba una lágrima de su ojo — Mmm, ah... porque me miras.
— Eso siempre lo hago.
— Sí, es que no se que viste en mí — aquello lo decía sin ánimos — Solo soy una chica loca que te besó aquella noche sin siquiera confesarte que me gustabas.
— Y desde entonces no hay día que no te piense — miró a Byul mientras decía eso a los ojos. Quería hacerle saber que no solo eran caprichos, ella también estaba enamorada de ella quizás desde mucho antes de saberlo, y era así.
Byul le sonrió de lado, esas palabras la habían dejado sin aliento.
— Oye, yo estoy hablando — le dijo presionandole la nariz con su dedo.
Yongsun solo sonrió y guardó silencio.
— Eres lo más bonito que me ha pasado en toda la vida — Yongsun dejó de respirar, incluso hasta de sonreír — Lo que te voy a decir va a sonar lo más cursi del mundo, pero es verdad. Normalmente vivimos sabiendo que nuestro corazón late, pero la única forma de darme cuenta, que estoy viva es cuando el mío se pone loco cada vez que te beso, o cuando solamente te estoy viendo y sonríes.
— Que loco — Yongsun sonriendole llevó su brazo por debajo de la almohada y se recostó en él.
— Sí, son tantas cosas... pero acabo de iniciar sesión con esa sonrisa tuya.
Yongsun rió y escondió el rostro en la almohada. Cuando volvió a ver a MoonByul estaba sonrojada y sus ojos brillaban más que antes.
— Dime más cosas — seguía sonriendole a Byul — Dame un buen motivo, para arriesgarme.
Esta vez Byul lo pensó. Palabras exactas no existían porque de por sí, ella podía decirle un sin número de frases cursis a Yongsun. Pero el detalle estaba en que no se sabía ninguna y todas las que había dicho era lo que en verdad sentía. También, la amaba demasiado.
¿Cómo le diría que la amaba así tan fácil, si hace unos meses se olvidaba de ella para estar con otra chica? Por alguna razón no lo hayaba sincero.
Veía a Yongsun, y esta la esperaba con angustia ¿Quién no? La chica de su vida estaba esperando un motivo para darle otra oportunidad. Y aunque sabía (modestamente) que Yongsun confiaba en ella, quería decirle algo que de verdad le hiciera saber cuanto la amaba.
No sabía si era lo correcto o tal vez estaba exagerando, pero Byul sentía que daría su vida por ella. Cuantas veces había escuchado que las personas se decían esa frase una y otra vez, y ella misma pensaba que no tenía sentido alguno demostrar tal acto o decirlo sin saber.
Pero los impulsos son los actos más sinceros que un ser humano puede experimentar, y algo más allá de ella le decía al oído que si era necesario dar su vida por Yongsun, lo haría. Que si tenía que sufrir por verla eternamente sonreír, lo haría. Que si tenía que dejar su pasado, sus amigos, su familia, por permanecer hasta los últimos tiempos con Yongsun, lo haría.
En estos momentos Yongsun ya daba por perdido una señal de victoria. Sabía que no tenía que insistir en sacarle palabras a Byul de donde no la había. Pero en eso, Byul acercó su mano a la de Yongsun, que estaba sobre el colchón y entre sus cuerpos.
Se la tomó con fuerza, y la miraba a los ojos con intensidad.
— Eres el amor de mi vida Yongsun, y creo que para ninguna hay dudas de eso... — empezaba a decirle casi como un susurro porque en su garganta había un nudo desgarrandola, como si se tratara de algo que no la dejase decir aquellas palabras, como si en realidad decirlas marcaba un futuro escrito — ... y lo daría todo. Hasta daría mi vida por ti.
Yongsun ni siquiera parpadeo.
Byul suspiró, ya sentía sus mejillas teñirse horriblemente de un rojo escandaloso. Miró hacia otros lados evitando la penetrante mirada de Yongsun, que no dejaba de verla, tampoco no se podía creer lo que había oído.
Tal perece ser, que la sinceridad en la mirada de Byul, y la intensidad de sus palabras la habían hecho derrumbarse. Byul igualmente estaba afectada, pero de la vergüenza a como había reaccionado luego de decirle aquello.
No se lo imaginó en ningún momento de su vida. Pero estaba enamorada y eso no iba a cambiar.
— ¿Harías eso?
Byul volvió a conectar sus ojos con los de ella. Tenían plasmado algo llamado "sorpresa" en ellos.
— No lo pensaría dos veces.
Yongsun asintió sin saber que decir.
— Creo que nos hemos puesto sentimentales — sonrío Yongsun luego de un rato, y como si hubiera salido de un trance empezó a jugar con la mano de Byul nerviosa.
— Definitivamente — también rió Byul.
Byul la atrajo hacia ella y la abrazó.
— Lamento haber arruinado las cosas.
— No sigas con eso, ya te dije que todo está bien — Yongsun se apretó más a ella y escondió su rostro en el cuello — Ya puedes decirme lo que querías hablar desde un principio.
MoonByul recordó enseguida el motivo de su viaje a su habitación, pero en comparación a hace unos minutos, esta vez estaba más relajada.
— Luego de que me dejaste en ridículo.
Entre risas Yongsun alzó su rostro para verla y darle un beso fugaz en el mentón. Sus pies jugaban con los de Byul, hacia arriba y abajo los movía como si le estuviera proporcionando calor sobre sus jeans.
— Para nada has quedado en ridículo. Justo fue uno de los momentos más bonitos que he vivido contigo.
— No, si voy a ser tu novia este debe ser el más bonito.
— ¿Mi novia? — preguntaba Yongsun sabiendo de que trataba todo. Una oleada de pánico combinado con felicidad se apoderó de su cuerpo porque como gusano se empezó a revolcar en los brazos de Byul como para esconderse mejor en ellos.
— Sí — Byul se echó a reír cuando sintió la sonrisa de Yongsun en su cuello y las manos de esta apretandola más — Me estas haciendo cosquillas amor.
Byul continuó riendo hasta que Yongsun se quedó quieta.
No quería sobresaltarse pero estaba perdiendo la cordura cuando se dio cuenta como sus perfectos pechos se apegaban a los de ella.
Antes de hacer todo lo que se le había ocurrido en solo dos segundos, dejó sus labios cerca de su oído. Yongsun sentía su respiración obviamente y ya tenía escalofríos de tan solo imaginar esa boca de Byul sobre su cuello. Pero no fue más de ahí porque Byul le susurró como si se tratara de un secreto lo que quería de ella.
— ¿Serías mi novia de nuevo?
Yongsun no podía sonreír más porque no podía. Que momento más perfecto para hacerlo. Diez puntos para Byul empezando desde ya.
Yongsun asintió.
— Sí — se escuchó con un eco por estar escondida.
— ¿Sí?
Yongsun volvió a asentir y MoonByul sonrió.
— Que bien.
— Por dos.
Byul se rió nuevamente por eso y buscó los escondidos labios de Yongsun, le había alzado la cara con ayuda de su mano y le miró por primera vez como su novia, aquellos ojos llenos de felicidad.
Ni siquiera recordaba que las luces estaban encendidas, pensaba que en realidad lo que iluminaba la habitación eran esos ojos que ahora vería por mucho tiempo.
Le dio un beso lento y después se separó muy a gusto. Tendría toda una vida si quería para besarla a su manera, pero ahora solo quería disfrutar ese pequeño fragmento de presente que estaban viviendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro