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Cap. 15 [Amor]

Yongsun llegó a la casa de sus padres a eso de las una de la tarde; la señora Kim la había pasado a recoger en cuanto el metro hizo su parada. Le hubiera encantado viajar con MoonByul pero justo le habían asignado una labor social ese día y por lo visto era demasiado importante. Ella llegaría unas horas después cuando terminara.

Aún así Yongsun sabía que estaría todo el tiempo con ella este fin de semana y lo disfrutaría al máximo; por lo que no se dejó deprimir en ningún momento.

Cuando cruzó la puerta de su cuarto, el alma se le vino encima. Tantos recuerdos con solo mirar alrededor. Unos malos, debido a peleas inocentes y tristeza, y otros buenos como las noches en las que la felicidad llenaba su alma joven.

La habitación seguía igual, y no le extrañaba, porque su madre era muy sentimental ese aspecto. Bueno, todas las madres son así. Yongsun se dejó caer de espaldas en el colchón, y sonrió al saber que las sabanas tenían el olor tan reconocido en aquellos años. Luego le daría las gracias a su madre por lavarlas con el mismo suavizante.

Era típico de las épocas, tener un olor que te recuerde algo, un hecho importante. Para Yongsun el olor de sus sábanas limpias simplemente le recordaba a Byul.

El sonido de la puerta la hizo dejar de pensar en ella y enseguida se vio la señora Kim entrando en la recámara. Ya tenía unos años muy bien ganados, pero la belleza y la ternura en su rostro seguían siendo tan iguales como los de su hija.

- Veo que ya te instalaste - la señora Kim sonrió encantadora viendo a su hija reincorporarse en la orilla de la cama.

- Gracias por las sabanas, hoy dormiré en el cielo - dijo entusiasmada pero en eso la señora Kim entre cerró los ojos acusándola de algo.

- Espero que sea por eso en verdad y no por otra... señorita.

Ella más que nadie se había dado cuenta en años anteriores lo fugitiva que podía ser Moon Byul-Yi cuando se trataba de pasar la noche en su acogedor hogar. Puso las manos en su cintura en posición retadora pero sin dejar de sonreírle a su hija que ahora se sonrojaba por ello.

- Olvida lo que dije - dijo Yongsun mientras negaba ahora frustrada por las risas que la señora Kim no pudo evitar.

Molestar a su pequeña y adorada hija era más fácil que conseguir comprar empanadas de piña en la tienda de la esquina en estas épocas.

- Solo bromeo, sabes que Byul es encantadora.

- Sí, a veces - corrigió Yongsun viendo a su madre encoger los hombros.

- Los Moon no demoran en llegar y estaré en la cocina enredada con la cena, así que jovencita, ni piense que está de vacaciones cuando está aquí. A mover esas nalgas.

- Sí~ ya voy - Yongsun se levantó para dejar su pequeño equipaje en una mesilla y después bajó junto a la señora Kim.

Yongsun le había ayudado en unas cuantas cosas. Y después se había tirado en el sofá a escondidas de su madre para ver los mensajes que había recibido. MoonByul le avisó cuando ya solo faltaban unos minutos para que llegara lo cual la emocionó muchísimo más de lo que estaba.

Salió al jardín un rato y aprovechó para ver algunas cosas que no se habían cambiado de sitio. Sin duda su madre era muy conservadora también. Recordó como en aquellos años, Byul patinaba por la vereda y como ella algunas veces había fingido no prestarle atención. Byul siempre la miraba.

Sonrió tras ello. No tenía idea de que llegar a su vecindario le trajera esas imágenes tan vivas, y si servía de algo, pues estaba resultando porque de una u otra forma esos recuerdos eran la prueba de que siempre había conocido a Byul, y ese amor que compartieron en la juventud no se había esfumando cuanto recién, un impulso hizo que todo volviera.

Suspiró cansada de ya estar sin ella. Hasta hace unos días quería estar lo más alejada e incluso ganas no le faltaban para estamparle en la cara un golpe. Y ahora quería que llegara pronto para demostrarle que ella también quiere pertenecerle así como Byul le demostraba cada día.

La señora Kim la llamó para comer algo rápido que había preparado y en cuanto entró el olor exquisito de los condimentos le invadió las fosas nasales.

Se sentó en el sofá, entreteniendose con un programa de televisión mientras disfrutaba de su comida. Su madre no dejaba de hablarle de las cosas que habían sucedido hasta ahora y como Los Moon se apegaron a ellos apenas ellas partieron a la universidad. Estaban demasiado orgullosos también.

Pasado las dos de la tarde, Byul le había enviando mensajes tiernos todo el rato mientras conducía y Yongsun más de tres veces le recomendó dejar el móvil; luego se ganó un audio con la encantadora risa de Byul mientras le decía que todo iba bien.

Una media hora después el señor Kim apareció en la sala animado y preguntando por su hija. Cuando Yongsun se levantó para saludarlo el no dejaba de despeinarla y decirle cuan niña se veía todavía.

- Los padres de Byul tienen ganas de verte - avisó el señor Kim - No han dejado de preguntarle a Byul como van las cosas... parece que la quieren volver loca.

- ¿Ya está ahí? - preguntó Yongsun omitiendo el tono feliz y su corazón acelerado.

- Sí, yo vine aparte en el auto y ella se ofreció a traerlos en el que rentó.

- Me imagino que ella está más preocupada por su madre que fijarse en lo costoso que es rentar un auto - opinaba la señora Kim desde la cocina y Yongsun recordó que su madre tenía buenos oídos.

- Bueno, deberías ir a saludar - le mandó el señor Kim emocionado.

Su hija en casa era lo mejor. Era la que ponía sonrisas en sus rostros y a pesar de las razones de su visita, seguían emocionados por pasar tiempo con ella.

- Sí, iré enseguida - Yongsun dejó su móvil en una repisa de un mueble en la sala y se aventuró a salir de su casa hacia la de los Moon.

Sus padres aún estaban demasiado extasiados cocinando y preparando lo mejor de todo para compartir con ella y con la familia de Moon, y eso le señalaba que solo tal vez la dejarían un rato a solas con Byul, que ahora era lo que más quería.

Cuando el señor Moon abrió la puerta y seguido entró junto a él a la casa, recibió todas las miradas con atención. No dejaban de decirle lo bella que estaba y una que otra pregunta sobre novios y cosas así disimuladamente mirando a MoonByul; lo cual evadió majestuosamente.

Si algo no habían mencionado nunca Byul y Yongsun es haber estado juntas. Sus padres ya lo daban por hecho y tampoco les cuestionaron sobre su relación; porque era muy obvia. Ellas también sabían que ellos sabían, fue como una comunicación sin palabras.

Le dio un abrazo enternecedor a la señora Moon. Sí, era cierto que se veía algo decaída, pero seguía sonriendo y hablando con su esposo con normalidad. Yongsun luego de saludarla y preguntarle como se sentía recibiendo en respuesta un más o menos, se percató de la estruendosa mirada que recibía de Byul.

Byul le sonrió a medias. Se notaba que estaba un poco en las nubes mirando a Yongsun, y le había costado bajarse de allá. Ella estaba sentada en el sofá más pequeño hablando con sus padres antes de que Yongsun tocara. Y había permanecido todo ese rato viéndola.

- Cuando Byul nos contó que también venías nos pusimos muy contentos - opinaba el señor Moon sentándose en uno de los sofás más grandes junto a su esposa.

Byul se levantó apenas vio que Yongsun se iba a sentarse en el que estaba frente que ella, (muy lejos) atravesó esa pequeña distancia pasando frente a sus padres para poder sentarse junto a ella.

Yongsun sonrió, pero era una sonrisa avergonzada que le dio a los señores Moon que miraban la escena como fanáticos. Y sin duda el señor Moon no pudo evitar llenarse de orgullo ante la hija atenta que había criado.

- Ya quería visitarlos hace mucho - le respondió Yongsun.

En un principio trató de no ponerse nerviosa por la cercanía de la otra; pero sentía la mirada de Byul sobre ella cada vez que decía algo, pues era la única que mantenía una charla entretenida con los padres de MoonByul, que luego se tornó seria en cuanto la señora Moon explicó lo que había pasado y posteriormente la falla espontánea en el embarazo.

- Ya deja de verme así Byul, ya te dije que estoy bien - después de un rato, la señora Moon pudo notar la preocupación ahora en el rostro de su hija.

- Solo me preocupo mamá.

Dicho eso, dejó reposar su espalda sobre el sofá, pasó su brazo en el respaldar por encima de los hombros de Yongsun y puso su tobillo derecho encima de su rodilla izquierda.

Tras la reacción de Yongsun, el señor Moon estaba más que reído ¿su hija quería matar a esa chica? Por el rostro de Yongsun se notaba que le había afectado ese gesto.

- Ya hablamos de eso. Es algo en lo que no teníamos el control - siguió hablando la señora Moon - Necesito descansar un poco.

Byul asintió y dejó el sofá en segundos para ayudar a su madre a levantarse con cuidado.

- Ay por favor, ni que estuviera tan vieja Byul - le regañó a su hija.

- Estás débil mamá, solo quiero ayudarte - Byul rió cuando la señora Moon golpeó suavemente su hombro con tal de quitársela de encima.

- Yo puedo sola, en serio...

- Porque no mejor Yongsun y tú dan un paseo, yo también me iré a dormir un rato y no quiero que se aburran estando aquí - sugirió sabiamente el señor Moon.

MoonByul pensó que estaba imaginando cosas, pero su padre luego de decir aquello la miraba de forma juguetona. Algo que casi la trauma pero al final entendió su referencia. En el momento en que Yongsun asentía y se excusó para ir a beber un poco de agua a la cocina, Byul le regañó con la mirada.

- ¿Qué?

- Nada, nada. Creí haber visto algo.

- ¿Me crees tonto? Sé cosas...

- Papá estás enloqueciendo, y no sé de qué hablas - Byul sonrió.

La señora Moon mientras subía las escaleras miró sobre su hombro aquella conversación extraña y la interrumpió en cuanto pudo.

- Ya deja de molestarla y mejor ayúdame a subir.

- Pensé que podías sola - luego de una mirada más seria por parte de la señora Moon el obedeció - Bueno bueno ya voy. Y tú...

- Yo - Byul no paraba de reírse en silencio por la actitud tan cómica de su padre.

- Si vas hacer algo, hazlo bien. No te crié siendo cobarde, sé lo que pasa por tu cabeza y por la actitud de Yongsun también sé que no están nada bien.

- No puedo creerlo que estemos teniendo esta conversación a estas alturas.

- ¡Shhh! La doña te puede escuchar.

- Papá, todo está bien.

- Y recuerda siempre esto...

- Debo respetar ante todo a una niña - concluyó Byul.

Y ahí se le borró la sonrisa, recordando aquella frase que sus padres le habían repetido muchas veces; en especial su madre.

El señor Moon le dio un apretón en su hombro. No hacían falta palabras para describir lo orgulloso que estaba. En su mirada estaba todo y en ese ese breve momento en el que veía a su padre subir la escaleras para acompañar a su madre, Byul se cuestionó por qué después de ser inculcada de esa forma por los seres que más amaba en el mundo, había hecho lo que dio en gana... en especial con Yongsun.

Ni siquiera tendría por qué mirarlos a la cara. Pero como un soplo de vida, se aseguraba internamente corregir todo eso. Lo peor de todo o... lo mejor ¿tal vez? Es que a pesar de cualquier cosa que ella hiciera Yongsun seguía a su lado.

No se alejó cuando terminaron por primera vez, no se alejó cuando recién reanudaban la amistad en la universidad por sus amigas, no se alejó cuando le falló por segunda vez y no se alejó cuando sus padres presenciaban momentos difíciles.

¿Algo más?

Eran tantas cosas comparadas con las pocas que ella había hecho. Aunque Yongsun era una persona que con cualquier detalle estaba feliz (en especial si ese detalle era Byul) MoonByul sentía la necesidad de recompensarla.

Así que manos a la obra.

- ¿Qué piensas? - se sobresaltó cuando escuchó la voz de Yongsun detrás suyo.

Se giró de inmediato y caminó hasta ella con determinación.

Unos milisegundos más tarde sus labios tomaron los suyos con ternura y una gran muestra de amor. Tenía que hacerlo. Tomó con sus labios el labio inferior de Yongsun y casi podía gritar de gozo cuando la sintió suspirar entre el beso.

La había tomado de la cintura y la apretaba hacia ella con desesperación pero, en busca de no traspasar el límite que la misma Yongsun le había puesto.

Cuando sus labios estaban algo cansados ya, Byul seguía dándole besos castos. Yongsun estaba paralizada, quería creer en aquel beso y que significaba algo para MoonByul. Y cuando la duda la atacó, Byul exactamente pronunció las palabras que alguna vez escuchó y que nunca se le habían borrado de su corazón. Aquellas palabras que le habían hecho resistir por ella en el pasado cuando recién empezaron con problemas.

- Yong, no tienes idea desde cuándo te amo - le decía entre sus labios.

Y como un flashback presentándose, y con otras palabras en su boca, recordó como aquella vez Byul había ido por ella. Byul no se había dado la vuelta, Byul avanzó y la besó de tal forma que le hacía saber mucho más de lo que esas palabras decían.

- No tienes idea desde cuándo siento tanto por ti Yongsun - recordó.

Ahora había agregado un "te amo".

Yongsun rió pasando sus manos por el pecho de MoonByul hasta rodearla por el cuello.

- Eres una idiota Moon - sabía que era algo cruel para responderle pero era lo que sentía que debía decirle.

Además, pronto Byul tendría su muy buena respuesta.

- Esperaba un yo también pero supongo que tengo que esperar - Byul la juntó más hacia su cuerpo.

- Es que de verdad lo eres.

- Sí, lo sé - admitió una vez más - Ya no quiero ser una idiota... quiero quedarme contigo toda la vida.

- Mm - asintió Yongsun - Ven, vamos a sentarnos un rato.

Tomó de la mano a Byul después de separarse de ella y la condujo al sofá donde estaban antes. Como lo melosa que estaba siendo, Yongsun se sentó y enseguida Byul la rodeó con sus brazos por la cintura. Puso su cabeza del otro lado del sofá, de modo que Yongsun no podía verle el rostro y sin dejar de abrazarla.

Yongsun sonrió y pasó sus manos por la espalda de Byul para consolarla. Byul hacía un berrinche en los muslos de Yongsun y esta reía por la ternura que tenía como ¿amiga?

- Ya~ Byul - la consolaba ahora enterrando sus dedos por el cabello y jugando con el.

Una parte de ella le causaba gracia el momento. Sí, era bueno desahogarse un rato pero Byul se estaba excediendo. Como cualquiera otra persona hubiera hecho; le golpeó más fuerte su espalda buscando detenerla.

- ¿Por qué eres tan buena conmigo?

- Pero ¿qué? - rió Yongsun porque hace unos segundos le había golpeado para que se dejara de berrinches.

Byul se dio vuelta ahora dejando su espalda en los muslos de Yongsun y la miró desde abajo. Yongsun le sonrió también pasando su mano por la frente de Byul para quitarle el flequillo del rostro.

Yongsun se dejó llevar por aquella mirada, y sin ser conciente sus ojos paraban en los labios rosas de la otra. Parecía que la estuvieran llamando y ella obedecía encantadora. Se inclinó hasta el rostro de Byul y fugazmente le robó un beso en los labios.

Byul la seguía mirando, no había reacción en su rostro. Sus labios estaba entre abiertos como si estuvieran esperando algo más.

- Dame otro beso.

- Nop.

Byul suspiró entre una risa, se volteó para quedar de lado, de modo que su rostro estaba prácticamente en su estómago. Pasó sus manos por su cintura para impulsarse y apegarse más a ella.

- Nooo Byul - Yongsun se retorcía de la risa. MoonByul literalmente le estaba haciendo cosquillas como se le hace a un bebé en la panza con la cara sobre su para hacerlo reír.

Era algo infantil, pero le gustaba estar en sus brazos de esa forma y no quería levantarse, así que fue la mejor de las ideas en ese momento. Yongsun trataba de defenderse haciéndole cosquillas igualmente a Byul con sus manos, pero era imposible porque ni siquiera las sentía.

- Ya, mis padres te escucharán - Byul se detuvo - Deja de reírte Yongsun - se levantó con una sonrisa y se sentó con piernas arriba.

Yongsun intentaba recomponerse y secaba unas algrimillas de sus ojos. Pasado unos segundos en que su ataque de risa disminuía, fijó su mirada en los atentos ojos de Byul.

La miraba con dulzura, o eso podía leer en ellos; y de sus labios resplandecía una semi sonrisa que a medida que se quedaban absortas entre sus rostros, se empezaba a desvanecer.

¿Cómo podía creer que alguien existía para ella?

Porque aunque la vida le había demostrado una y mil veces que era así, Byul aún no se lo creía. A través de los años su mente tomaba decisión propia, y esas desviaciones a pesar de todo la seguían llevando a Yongsun.

- No me mires así Byul - Yongsun cubrió sus ojos con sus manos.

- Pero quita esas manos - tomó las manos de Yongsun e intentó apartarlas - Déjame verte un rato más.

- Siempre me ves... ¿no te cansas de hacerlo?

- ¿Quién podría? - dejo reposar una de sus manos contra el sofá y acercó solo la parte superior de su torso.

Yongsun quitó sus manos y miraba a Byul con vergüenza. Ya cuando lo hizo Byul estaba lo suficientemente cerca como para sentir su acelerada respiración.

- No voy a darte otro beso - le avisó cruzándose de brazos mirando hacia el frente.

Byul la seguía mirando a un lado, tenía una buena perspectiva del perfil de Yongsun y eso la hacía enloquecer como nunca. Ella sonreía encantada con esa actitud.

- No te iba a preguntar - se deslizó más cerca de ella y esta vez sus labios fueron directo a su mejilla.

- Creo que sufres de bipolaridad. Podía jurar que ibas a llorar hace unos cinco minutos.

MoonByul ahora llevó sus labios al cuello de Yongsun, y ahí se escondió con el embriagador perfume, dándole besos y respirando con excesiva fuerza toda esa esencia perfecta.

- Es que cuando ríes, se me cura todo - le dijo Byul entre su cuello provocándole un escalofrío.

Yongsun rodó los ojos.

- Ya empiezas.

- Pero digo la verdad - Byul dijo con franqueza.

- Mhm - sintió que sus brazos estaban siendo prisioneros por las manos de Byul y está le hizo quitar ese cruce de brazos para meterse entre ellos.

MoonByul estaba muy cariñosa y eso se notaba. Ahora quería toda la atención de Yongsun y ella misma buscaba sus brazos para hacer que la abrazara. Igualmente Byul luego pasó sus brazos como pudo detrás de Yongsun y se aferró a su cintura.

No le quedó de otra que aceptar su abrazo y Yongsun terminó pasando sus brazos alrededor de su cuello.

Unos minutos después y aún seguía en sus brazos. Le resultaba tan cómodo y familiar que era imposible que una de las dos se separarse.

- Ya me dieron ganas de dormir - se escuchó muy bajo desde lo más profundo del cuello de Yongsun.

- Ve a dormir un rato entonces - le sugirió con suavidad.

Su voz resonaba justo cerca del oído de Byul, quien abrió los ojos tan encantadora melodía que presenciaba. Al parecer estaba demasiado receptiva a lo que Yongsun hiciera, eso, o... era porque en serio tenía sueño.

- Pero no quiero ir sola...

Yongsun rió muy bajo como para que Byul se diera cuenta. No se creía ese cuento tan fácil y para ser sincera a ella no le molestaba la idea de ir con MoonByul a donde quiera.

- Está bien - internamente Byul estaba sonriendo victoriosa, claro que ella pensaba que todo se iba a salir de control y terminaría realizando otras actividades, pero las intensiones de Yongsun eran muy en serio - También estoy algo cansada.

Dicho eso, Byul se levantó rápido y luego de que se le pasara el mareo, le tendió una mano a Yongsun. No la apartó, subieron la escaleras lo más silencioso posible tomadas de la mano.

Por primera vez en unos meses Byul volvía a entrar en su habitación. Obviamente la sabanas y cortinas eran diferentes, como el color rojo vino que hacía el dormitorio más oscuro a pesar de la luz del día.

En una esquina junto al baño estaba una de las últimas patinetas que usó. Pero en estos momentos no era tan relevante de observar porque apenas entraron por completo, Byul cerró la puerta con seguro... pero Yongsun volteó con ojos acusadores y se lo quitó.

Byul le sonrió nerviosa, pero aún así, esa noche fue muy sincera. No insistió en algo que no se daría todavía, (aunque ya se habían explorado) iba a esperar a Yongsun todo lo que fuese, sabía que todavía estaba un poco atolondrada con lo que había hecho... y no estaba enterada del todo.

Yongsun una vez en los brazos de Byul, en cuestión de segundos cayó rendida. Su cabeza justamente estaba sobre su pecho, y una de sus manos estaba sobre su abdomen.

Por otra parte, Byul mantenía los ojos abiertos mirando hacia el techo. Estuvieron así toda la tarde, y en ese transcurso Byul pudo al menos dormir un rato.

Eran esos momentos así, los más increíbles de su vida.

No presenció alerta de tener hambre, ni mucho menos estar realmente cansada como para evitar moverse. No sentía ninguna necesidad porque estaba Yongsun, y ella por mucho tiempo había sido eso que la complementaba; y hasta ahora era conciente muy bien de eso.

Lo único que su alma podía sentir estando con ella, era amor.

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