Ese día ambas se despidieron con un incómodo abrazo y partieron hacia caminos diferentes. Yongsun había quedado más nerviosa que antes y Byul sentía que se había quitadoo un gran peso de encima.

Sin duda MoonByul era la más emocionada entre las dos. Cuando caminó hasta su dormitorio, no podía evitar sonreír por el recuerdo de tenerla nuevamente entre sus brazos y de haber "arreglado" las cosas con ella.

Cuando había entrado al ascensor era solo risas y mientras subía, saltaba en sus talones tratando de contener la emoción. Dio gracias al cielo, a la madre naturaleza, a su manera de ser por no dejar en paz a Yongsun hasta conseguir hablar con ella. Y mientras entraba al dormitorio le asegura a su vida que no se iba a dejar vencer y que daría todo de ella para ser feliz junto a la chica que amaba.

Había pasado dos días exactamente y solo se habían visto desde lejos. Yongsun por un lado se ponía nerviosa ahora por todo. Pensaba que Byul la veía como una ofrecida porque fácilmente quedó en sus brazos sin pelear por su dignidad. Pero aún así Byul le mensajeaba todo el tiempo recordándole cuanto le interesaba volver a estar con ella.

Ahora Yongsun se encontraba en su salón traspasando notas, esperando hasta que se hiciera la hora de su próxima clase. Hasta que dos humanos de sexo femenino se acercaron a ella en busca de entretenimiento.

— Hola~~ — Seulgi saludó toda emocionada, y Wheein solo se mantenía seria y se sentaba a su lado.

Seulgi fue al otro lado de Yongsun y clavó su mirada en ella tratando de imitar a Wheein.

— ¿Qué pasó? — Yongsun preguntó sin dejar de ver su libreta.

Ya sabía ella que algo querían.

— Solo veníamos a saludarte — habló Wheein.

Seulgi se estaba mordiendo la lengua para no preguntar. Miró a Wheein como queriendo pedir permiso, pero lo único que obtuvo fue una mirada de desaprobación.

— Y... ¿cómo estás? — Wheein apoyó su codo contra el pupitre y colocando su mentón en la mano, mirando determinante a Yongsun.

— Normal — mentirosa — estaba que no dejaba de pensar en cuando iba a llegarle la notificación de su móvil.

Como lleva mensajeandose con MoonByul toda la mañana, estaba esperando su respuesta. Ella siguió escribiendo sus notas ante la mirada de sus amigas y cuando pensó que tenía todo bajo control para que no sospecharan de ella. Llegó una notificación.

Claro que hubiera sido normal si Seulgi no supiera que algo había pasado hace dos días, que su amiga de repente se había vuelto más idiota. Cosas como dejar caer la jarra de café, había usado la toalla de Seulgi, no podía seguirle el ritmo al profesor porque estaba pensando en otras cosas; pasaba desapercibido para todos pero para Seulgi nada era normal.

Y Yongsun no quería que todos supieran que de lleno, ya había vuelto a abrirle las puertas a Byul. Conociendo a su amiga Wheein, por supuesto que iba a estar en desacuerdo, ella más que nadie le había dicho que no se atreviera a volver con Byul tan fácil. Esa chica le había hecho mucho daño.

Wheein era muy protectora, y no le gustaba ver sufrir por amor a Yongsun, porque sí, era cierto que Yongsun se lo tomaba todo en serio, y que daba el alma en una relación... bueno, daba el alma por Byul.

Imposible que pudiera estar con otra persona después.

Yongsun disimuló bien el desinterés de ver el mensaje cuando sacó su móvil, y veía con atención lo que MoonByul le había enviado.

¿Un vídeo?

— ¿Qué miras? — Wheein se había acercado más para ver.

Yongsun escondió la pantalla del móvil contra su pecho, y miraba a Wheein con susto temiendo a ser descubierta.

— ¿Qué...? — Wheein frunció sus cejas por la reacció; nunca Yongsun le había ocultado algo.

— Nada, son... — buscaba rápido una respuesta en cerebro pero no las había, debido al susto que se había llevado.

— ¿Tus hijos? ¿Tus nudes? ¿Stickers vulgares? — intentaba adivinar Seulgi.

— Nada de eso — respondió Yongsun — Solo es un video de...

— Bueno ya, olvidaré que me ocultas algo y te preguntaré directamente — Wheein la interrumpió y se cruzó de piernas sin dejar de mirarla.

Yongsun no tenía idea de que pasaba pero al menos pudo suspirar aliviada de que el tema del mensaje quedara olvidado. Luego vería el dichoso video de YouTube que Byul le había compartido. Lo vería en su habitación, lejos de todos y así poder sonreír toda sonrojada sin que nadie molestara.

— ¿Por qué carajos estás actuando raro? Seulgi dice que padeces de TDA lo cual me parece algo ilógico... y yo digo que padeces otra cosa con nombre y apellido ¿a qué sí Yongsun?

— Wow, que buena eres en esto — Seulgi aplaudió a Wheein, quien nuevamente le daba una mirada con seriedad.

— ¿Desde cuándo sabes qué significa TDA? — quiso desviar la conversación Yongsun.

Seulgi pensó su respuesta.

— Eso no importa, yo pregunté primero.

— No sé de qué hablas Wheein, estoy normal — dijo tan segura viendo hacia otro lugar, pero imposible decir eso en serio cuando sus mejillas se empezaron a sonrojar.

¿Por qué?

Justo Byul pasaba "casualmente" por ahí, y había abierto la puerta de su salón para ver con claridad si Yongsun se encontraba dentro. Ella sonrió en cuanto la vio rodeada de esas dos amigas locas y entró por completo al salón para ir hacia ellas.

Mientras Byul entraba, Wheein se dio vuelta para que ver que tanto miraba Yongsun, ya que estaba a espaldas hacia la puerta. Cuando se dio cuenta que se trataba de Byul, regresó la mirada hacia Yongsun con rapidez.

— Creo que me llegó la respuesta muy clara —  y ahí estaba, Yongsun toda sonrojada sin dejar de mirar entre ella y la chica que se acercaba con paso rápido.

— ¿Cuál? — Seulgi se quedó a medio camino pero siguió la conversa apenas Byul llegó a la mesa un poco extrañada luego de notar que todas la miraban.

De haber sabido que la iban a mirar así, no hubiera entrado.

— Hola, solo pasaba... por aquí a ver si estabas — ahora ella se ponía nerviosa y no era por la mirada asesina de Wheein sino porque Yongsun definitivamente se notaba incómoda y ella sentía que había llegado en mal momento, ahora no había escapatoria.

— A-ah okay — Yongsun miró hacia otro lado menos sus ojos.

Se distrajo viendo la pizarra y como algunos de sus compañeros se divertían con el, escribiendo y dibujando sin sentido.

— Hola Wheein — saludó Byul — Hoy, de nuevo te ves radiante... — Byul se rascaba el cuello y le dio a Wheein una sonrisa a medias, obviamente intimidada por sus ojos.

— ¿Yo no? — Seulgi se levantó con prisa para pararse frente a Byul, en un vago intento por intimidarla y ganarse un buen cumplido.

Byul rió mirando a Yongsun pero su expresión cambió a ser una seria de inmediato cuando esta ni siquiera le prestaba atención. Parecía estar en otro lugar ¿por qué se comportaba así?

— Más o menos — le contestó MoonByul con naturalidad.

— Pues Yongsun no piensa lo mismo — se defendió la otra pasando un brazo por el hombro de Yongsun.

— Acabo de ver a Irene pasar — avisó Wheein sin chistar disimulando muy bien el querer deshacerse de la otra.

Por más que Wheein le había dicho antes de entrar que actuara con naturalidad para llegar al fondo de la investigación, Seulgi no le había hecho caso, e hizo todo lo contrario a lo que querían llegar. Además de que le había dicho a Wheein que quería ganar experiencia para tomar seriedad en los momentos serios, valga la redundancia; pareció olvidarse de ello también.

— ¿Dónde? — reaccionó mirando a todas partes hasta que sus ojos se basaron en la puerta.

— Acaba de pasar, corre corre corre.

— Ash, pero ven conmigo... — Seulgi se removió más que inquieta en la silla con su mirada sobre la puerta.

— No. Ya estoy aquí sentada y tengo que hablar con Yongsun — Seulgi se levantó y fue hasta el lado de Wheein para halarla por los brazos pero Wheein se resistía y se aferraba al respaldar de la silla — ¡Seulgi! ¡Ya suéltame! — gritaba Wheein por las cosquillas que justo le estaba haciendo su amiga.

Seulgi vivía prácticamente con Yongsun así que iba a tener todos los detalles después, claro que no le importa en lo absoluto sin Wheein quería quedarse a chismear.

Cuando por fin se detuvo, miraba a Wheein con una sonrisa pobre, esperando que se con doliera de su ser y la acompañara afuera, y por supuesto, buscando darle a sus dos amigas un rato a solas sin siquiera percatarse de ello.

— Que extraña es — opino Wheein mirando por donde Seulgi se iba con pasos enojados hasta la puerta.

— Pero asombrosa — Byul rió por el comportamiento de su amiga sin sorprenderse en lo absoluto.

Wheein soltó una carcajada.

— Ya sabía yo que saltarías a defenderla — le dijo sin parar de sonreír y de un momento a otro le echó una mirada rápida a Yongsun que seguía totalmente callada en su silla.

Se le veía demasiado incómoda y sabía el por qué. No estaba muy acostumbrada a ver a su amiga de nuevo en esos andares, había pasado tiempo desde que Yongsun no estuvo con alguien, y resultó que cuando ella se enteró de que por fin estaba saliendo con una persona, era nada más y nada menos que la misma MoonByul.

Wheein llegaba a cuestionarse todas esas cosas. ¿Yongsun amaba tanto a Byul? Su amiga era de esas personas que, no era por presumir pero Wheein tenía a la amiga más encantadora de la tierra y siempre dejaba una huella en la vida de alguien. No era de esperarse que Byul estuviera cayendo redondita por ella. Pero ¿qué se suponía que tenía que opinar con respecto a Byul?

Había tratado de una forma incorrecta a Yongsun, y Wheein recordaba como su amiga sin ver su propio sufrimiento estaba de acuerdo con la decisión.

Ahora estaban ahí las dos, mirándose disimuladamente como para que ella no se diera cuenta pero es que era obvio. No todo era eso, Wheein se había sorprendido aún más cuando Byul tomó asiento en el otro lado de Yongsun, quien había cerrado su libreta para guardarla, dejó las manos reposadas sobre la mesa, y como si fuera tan natural de hacer Byul colocó su mano por encima de la de ella.

¿Debería estar sorprendida? Podía ver como sus manos encajaban a la perfección. Y por primera vez en muchos años Wheein estaba pensando en que tal vez, Byul si pertenecía a Yongsun. De todas formas, ¿había vuelto no?

— Bueno, ya me voy — se levantó con rapidez tomando la decisión de último momento y haciendo que Byul quitara su mano — No quiero que Seulgi piense que soy mala amiga.

— Ah, está bien — el corazón de Yongsun latía muy veloz por eso, pero se esforzó por decir aquello y sonreírle.

Se despidió con la mano hacia ambas chicas que luego de hacer el mismo gesto para ella, se miraron con complicidad. Wheein apenas salió del salón suspiró dejando caer los hombros.

— Aquí vamos de nuevo — se dijo entre dientes ya imaginando como iba a quedar todo ese asunto.

Decidió en que no iba a meterse más en los sentimiento de Yongsun, puede que esa felicidad que ella quería para su amiga se hayaba en Byul, solo tenía que dejar que todo fluyera sin interrupción y no provocar problemas o algo que tuviera que ver con su relación.

Luego que se que Wheein salió, ambas chicas permanecieron un rato en silencio. Una de las compañeras de Yongsun la miraba de vez en cuando adivinando que pasaba entre las dos. Ella sabía que Byul era su ex así que se reía disimuladamente sobre lo incómoda que se estaba Yongsun ahora. Yongsun la miró pero tampoco estaba muy concentrada como para saber que su compañera Chorong se burlaba de ella.

Simplemente la ignoró.

— ¿Viste el video?

— No, justo Wheein y Seulgi habían llegado — desbloqueó su móvil que mostró directamente el chat de Byul y presionó el mensaje para dirigirla a YouTube.

— ¿Lo vas a ver ahora?

— Sí ¿por qué? — Yongsun la miró de reojo después de que pausó el video para hablar con Byul.

— Mejor me voy entonces...

— Espero que no sea un video romántico o algo por el estilo — le dijo Yongsun entre cerrando los ojos ya cuando se había levantado y puesto frente a ella separadas por la mesa.

Byul se encogió de hombros al igual que curvaba sus labios en una sonrisa.

— Creo que no vas a querer que esté aquí cuando lo veas — se recostó con sus antebrazos sobre la mesa para inclinarse más cerca de Yongsun.

Cuando Byul se acercó, Yongsun miró a sus compañeros para verificar si la miraban pero por suerte no era así, porque Byul tan rápido como pudo se inclinó un poco más y dio un casto beso en los labios de Yongsun.

Solo unos segundos habían pasado para que Yongsun reaccionara.

— ¿Qué te pasa? — se cubrió los labios con una mano — Estamos en un salón de clases.

— Sí, pero nadie nos vio — se alejó de ella volviendo a quedarse de pies frente a la mesa con una sonrisa — ¿No puedo darte un beso? — preguntó después con una mirada entristecida por la reacción de Yongsun.

No se lo esperaba. Ella pensaba que podía volver todo a la normalidad pero Yongsun pensaba distinto. Para ella las cosas aún estaban crudas y todavía tenían que terminar de hablar.

— Pues claro que no, y menos aquí — le regañó, pero al ver el rostro de Byul volviéndose oscuro, su enojo había disminuido.

Aunque no era tanto enojo porque la haya besado sin avisar en un lugar donde podían verlas, estaba enojada porque quería arreglar las cosas primero, no estar besándose con ella como si las palabras que se debían entre ellas no importaran. Tampoco era una exhibicionista.

— Bueno, está bien pero... ¿me avisas cuando sales? — Byul de pronto cambio su estado de ánimo.

Se había mentalizado muy bien, nada podía estropear su plan para ser buena chica, y no iba a tener un colapso, o se iba a acabar el mundo si Yongsun le decía que no quería besarla. Antes eso hubiera sido desastroso pero ahora tenía que enfocarse en primero poder estar con ella.

Yongsun asintió como respuesta tratando de apartar mentalmente el leve rubor que empezaba a asomarse en sus mejillas. Byul le sonrió y se dio vuelta para ir caminando.

Podía haberse despedido de Yongsun pero también se veía afectada por el sonrojo de Yongsun. Se veía cada vez más hermosa cuando lo hacía y saber que ella lo provocaba le llenaba el pecho de orgullo.

¡Ja! Ahora se esforzaría más por evitar que eso desapareciera. Quería sonrojar a Yongsun todo el tiempo, si era posible haría las cosas más estupidas para hacerla reír o cualquier otra cosa que la llevara a hacerlo.

Lo siguiente que supo Yongsun fue que el día había pasado rápido, porque ya estaba llegando a su dormitorio toda acelerada para encerrarse y ver el dichoso video. No, no le había avisado que ya había salido de clases porque se suponía que Byul debía saberse su horario ¿no? O bueno, ella quería ser así de estricta ahora.

De todas formas cuando salió de su salón, no había señales de Byul. Como fuese, ya estaba en su cama, cubierta por toda una colcha. No sabía que clase de video era pero más valía prevenir.

El video empezó pero más bien se trataba de una canción con su caratula de fondo. Muchas cosas pasaban por su cabeza conforme avanzaba la canción, y le prestaba atención a cada letra pero no dejaba de imaginarse a Byul y lo encantadora que había sido al dedicarsela.

Como era de predecir, Yongsun se sucumbió en un mar de emociones y terminó revolcándose por debajo de la colcha; y es de más decir que se había sonrojado al máximo.

— Ayy~ no — se quejaba sobre una almohada que había puesto sobre su rostro para omitir el sonido — ¿Por qué tienes que ser así?

Miró la pantalla de su móvil luego de terminada la canción pensando en llamar a Byul. Pasó un buen rato mirándolo hasta que se sentó en la cama librándose de la colcha quedando toda despeinada, eso, más el rojo pastel de sus mejillas.

Buscó en sus contactos y marcó para llamar. Conforme sonaba y esperaba a que contestara se ponía más nerviosa, como si no hubiera hablado con ella antes; pero es que pensándolo bien no tenía mucho que decir y las ganas de colgar antes de que apareciera se hacían cada vez peores.

— Yong — escuchó la hermosa voz de Byul del otro lado y suspiró dejándose caer de espalda al colchón.

— Ya estoy en mi dormitorio.

— Pero si te dije que... no está bien — dijo cambiando el tono de voz a uno más dulce.

— Ya escuché la canción.

Se quedó todo en silencio. Byul tenía el corazón horrible que en cuestión de segundos Yongsun le había provocado. Tenía un nudo en la garganta por lo que se acababa de enterar, pero aún así Yongsun le dejaba ver otra perspectiva y evitaba que siguiera pensando en ello. Era su propia medicina.

— Me gustó — habló Yongsun tras el silencio.

— Me alegra — respondió por lo bajo. Ella iba en camino a la cafetería por algo de cenar, ya que ese era su plan desde un principio con Yongsun — ¿Quieres algo en específico para cenar?

— No tienes que hacerlo, puedo ir yo...

— Sí pero te escapaste de mí y ya estás en tu dormitorio... además no quiero que salgas, está muy oscuro ya — su voz se escuchaba dulce, volviendo loco el corazón de Yongsun.

Yongsun sonrió mirando hacia el techo y también movía sus piernas cruzadas tras los nervios que sentía. Se escuchó como Byul abría una puerta y saludaba a alguien.

— Mm, estás de suerte, acaban de colocar el tteokbokki — su voz ahora sonaba más baja.

— Entonces tteokbokki...

— ¿Quieres algo más amor?

— No, solo... — estaba a punto de decirlo, pero se detuvo a pensarlo mejor y... — Olvídalo — decidió que aún no era tiempo de confesarle aquello importante a Byul.

Además de que había quedado desorientada por la manera tan tierna en que Byul le llamó. Byul rió desde el otro lado y le señaló a la señora lo que llevaría de comer.

— Bueno, oye sabes... te iba a contar que tu papá me llamó.

— ¿Qué? Eso es muy extraño...

— Sí bueno... no en realidad — Byul guardó silencio mientras pagaba la comida junto a unas bebidas — Llamó por mi papá, parece que mamá se golpeó con algo en el jardín y terminó en el hospital...

— Cielos, pero ¿está bien? — Yongsun ahora podía entender porque el tono distinto que usaba Byul para hablar se le hacía raro, claramente también estaba afectada.

— Ehh, no. Ahorita que nos vemos te cuento bien ¿si?

Byul salió de la cafetería lista para llegar hasta el edificio. Le tomaba unos cinco minutos en llegar si apuraba el paso, ya quería estar junto a Yongsun.

Esa noche no pasó nada más que una buena plática entre las dos. Yongsun comió como pudo todo lo que Byul le había llevado, y Byul solo la observó entretenida.

Le contó como su mamá llegó a desangrarse  y posteriormente como el bebé derrepente ya no estaba. El doctor le había advertido a sus padres las posibles consecuencias de un embarazo a tal edad, pero obviamente ellos no estaban conscientes de que algo malo pasaría.

Había sido un descuido de su mamá, pero aunque no había pasado mucho tiempo de su embarazo, su mamá estaba devastada. Sabía que sería así, ella era muy sensible con esas cosas y por las palabras del papá de Yongsun, le dejó claro que estaba mal.

Así que ese mismo fin de semana saldría temprano hacia su casa junto a Yongsun que se había ofrecido justo cuando planeaba todo. Quería estar junto a ellos en esos momentos, ya que se preocupaba por como tomaría el asunto su mamá.

De cualquier forma, todo iba a estar bien sabiendo que Yongsun estaría a su lado. Tenía en mente muchas cosas planeadas para el fin de semana, pero ya vería ella como ajustaba el tiempo para estar con Yongsun y su familia al mismo tiempo.