26. Anidados
Temática: Transcasta
Relación: Omega x Omega
A JongIn le gustaba mucho KyungSoo.
Esa era una afirmación completamente cierta, por mucho que deseara ocultarlo de este. De tan solo pensar en lo que ocurriría si esto llegara a los oídos de su mejor amigo, hacía que su cabeza doliera y que se sintiera mareado.
—¿No es un buen día? A que sí es un perfecto día —dijo KyungSoo, alzando una mano al cielo para hacerse sombra.
Estaban recostados juntos en el pasto de un parque cercano a sus casas. Y mientras KyungSoo miraba hacia el cielo despejado, disfrutando de la calidez del día, JongIn lo miraba a él, pues era la mejor vista de su día.
—Desearía hacer un picnic justo ahora, debajo del creciente árbol de cerezo. Lástima que tengamos que hacer tarea —se quejó KyungSoo—. Podríamos hacerlo el próximo domingo. Tengo una canasta muy grande como para poner un montón de comida. ¿Qué dices?
El omega ladeo su cabeza para mirar a JongIn, quien no había dejado de mirarlo en un solo momento, y este se sobresaltó cuando fue descubierto; así que miró hacia el frente, fingiendo desinterés.
—Sí, claro —carraspeó—. Eso estaría bien.
KyungSoo se levantó y sacudió su ropa para quitar la suciedad. JongIn observaba desde su sitio, con el corazón apretujado porque su tiempo juntos había terminado. Todos los domingos se encontraban para ir al parque a conversar y pasar el tiempo. Solo eso, disfrutar la compañía del otro. JongIn aprovechaba esos momentos para aspirar el aroma de su amigo, mientras rodeaban el sitio con sus mochilas y algunas prendas, y las rociaban con inhibidores de feromonas para que ningún alfa se les acercara. De esta forma, hacían su pequeña burbuja para que nadie se atreviera a interrumpirlos.
Era por eso que JongIn se sentía muy unido a su mejor amigo, además de conocerse de toda la vida. KyungSoo era su lugar seguro, su refugio, aunque este no lo supiera... Aunque nunca lo supiera. Su miedo a ser rechazado era más grande, ¿pues en qué planeta dos omegas podían ser compañeros? Pero aun así no había día en el que no se despertara pensando en qué sucedería si se lo dijera, si se armaba del valor suficiente y...
—¡Soo! —lo llamó con prisa antes de verlo partir.
El omega más bajito, de grandes ojos y labios carnosos color rosa, giró sobre sus pies para prestar atención a su amigo.
—¿Sí? —preguntó curioso.
Podría no ser un momento especial, pero era una perfecta oportunidad para confesar sus más sinceros sentimientos y terminar con esa angustia que no lo dejaba dormir. Solo bastaba abrir la boca y dejar que las palabras en su mente salieran.
—Yo... Uhm... —La expresión en el rostro de KyungSoo le demandaba saber con urgencia lo que tenía que decirle. Tembló en su sitio—. Te veré luego.
KyungSoo, algo extrañado, le sonrió de vuelta y asintió.
—Sí, nos vemos luego.
Y tomando sus cosas, se marchó corriendo para llegar temprano a casa, dejando a JongIn solo y con muchos pensamientos en su mente.
Al volver a su hogar, subió directo a su habitación y tiró sus cosas en la cama para luego quitarse el polo y ver su figura en el espejo. Era demasiado delgado, no tenía músculos por ninguna parte, prácticamente las costillas se le notaban a los costados, para nada era el tipo de cuerpo que impondría respeto en los demás. Por supuesto, era un omega después de todo; había nacido para ser protegido y cuidado por otros, porque era frágil.
Odiaba ser un omega, ¡no quería serlo! KyungSoo jamás le confiaría su vida, no podría escogerlo como su compañero porque nunca podría cuidar de él como se debía. Estaba cansado de eso.
Muy decepcionado, se tiró sobre su cama, tomó el control remoto y encendió la televisión. Escuchó la voz de su madre llamándolo para que bajara a comer, pero su malhumor le había quitado el hambre, así que fingió no escuchar. Le subió el volumen a la tele y solo cambió de canal buscando exactamente nada, hasta que un contenido llamó su atención.
"Las cápsulas estimulan el aumento de hormonas alfa, beta u omega, dependiendo de la que elijas tomar. Si eres un omega y te interesa convertirte en alfa, ¡las cápsulas "A" son ideales para ti!
Algunos de los cambios que experimentarás son el aumento en la gravedad de tu voz, un cuerpo más masculino, justo como el de un alfa, acortará tu celo y tu aroma comenzará a ser más atractivo para los omegas.
¿Qué esperas para adquirir las cápsulas de tu preferencia?
El cambio está a tu alcance."
¡Eso! ¡Eso era justo lo que necesitaba! ¿En dónde podía conseguirlo?
"Disponible solo en los GYM El Dorado."
—¿Un gym?
—¡Kim JongIn! —Su madre había abierto la puerta del cuarto sin tocar y ahora lo miraba con una expresión severa—. Te he estado llamando desde hace rato para que bajes a comer. ¿Qué te sucede, hijo?
JongIn había sido perturbado por la intromisión de su madre, pero su cerebro nuevamente volvió a la reciente información que había recepcionado.
—Madre...
—¿Qué pasa?
—Necesito ir al gym.
💊
Pudo inscribirse en el GYM El Dorado después de convencer a su madre sobre que necesitaba mejorar su apariencia, de ese modo podría llevar un estilo de vida más saludable. Realmente no necesitaba su permiso porque ya era mayor de edad, pero era el único omega de su familia, pues sus dos hermanas mayores eran alfas y ya tenían sus familias formadas, así que su madre lo cuidaba más de lo normal.
Había pasado una semana desde que JongIn ingresó al gimnasio, y debido a que ya había completado el tiempo mínimo para tener acceso a solicitar uno de esos frascos de pastillas que promocionaban en la televisión, iba de camino al mostrador para preguntar por ellas.
—Serían 20 dólares, pero por tan solo 10 dólares más se puede llevar un frasco adicional. Cada uno contiene treinta cápsulas que le durarán por un mes. ¿Desea añadir a su compra la promoción?
JongIn apenas tenía dinero, pues aún no trabajaba y era todo lo que había podido ahorrar de las propinas de sus familiares y alguno que otro dinero de las copias para las asignaciones de la universidad, así que literalmente estaba sacrificando todo eso para conseguir las benditas pastillas.
—Sí, póngalo en la bolsa, por favor.
Sacó su billetera y pagó, esperanzado en que ese medicamento tuviera resultados exitosos, y de esta manera convertirse en el alfa que KyungSoo merecía tener a su lado.
—Recuerde que es solo una cápsula por día —recalcó la señorita—. Disfrute de su compra.
—Gracias.
Tenía que ser muy cuidadoso con su consumo y seguir la dieta y recomendaciones que venían en el manual junto con los frascos; tal vez sería difícil acostumbrarse al cambio los primeros días, pero estaba seguro de que lo lograría.
💊
—Te ves diferente —dijo KyungSoo, girando su cuerpo sobre el pasto para quedar en posición fetal, mirándolo.
JongIn, que estaba echado boca arriba, hizo lo mismo, quedando frente a frente el uno del otro. De nuevo estaban recostados en el pasto, en el pequeño nido que solían construir para mantener ese momento de intimidad entre ellos.
Ya estaban finalizando el mes, lo que quería decir que JongIn llevaba casi treinta días tomando las cápsulas de hormonas alfa, además de estar haciendo ejercicio. Ciertamente, su fisonomía había cambiado un poco e incluso le estaba creciendo más vello corporal en algunas zonas del cuerpo.
—¿En serio? —preguntó JongIn fingiendo inocencia.
—Sí, también tu aroma... —KyungSoo se detuvo para olfatear el aire cerca a él, acción que hizo que JongIn se ruborizara, aunque el otro no lo notó—. ¿Estás usando perfume?
—¿Qué? No, no estoy usando nada.
—Es raro.
KyungSoo parecía confundido, por lo que JongIn se alertó.
—Pero... ¿Es malo? —preguntó nervioso.
—Oh, no, para nada. Luces muy bien, Nini —admitió—. Lo digo en serio.
Eso era más que estupendo. Finalmente, su mejor amigo lo comenzaba a notar; por fin podía sentir que se estaba interesando en él, que lo veía más atractivo. Tal vez podría decirle, quizá este era el momento indicado para abrir su corazón, dentro de su lugar seguro.
—Kyung-
—Por cierto, hay algo que quiero decirte —le interrumpió KyungSoo, ignorando el llamado.
JongIn se asustó al principio, pero luego pensó en que tal vez su amigo sería quien diera el primer paso. Comenzaba a emocionarse por lo que tenía por decirle el otro omega.
—¿Qué es? —animó JongIn a que se lo dijera de una vez.
—Se trata de YiXing —dijo apenado.
—¿El extranjero que va en tu clase de economía? —JongIn lo vio asentir—. ¿Qué pasa con él?
KyungSoo parecía no estar seguro de contarle lo que sea que estuviera pasando, por lo que JongIn se preocupó.
—Soo, ¿pasa algo?
—Me invitó a salir —confesó de pronto.
Hubo un aplastante silencio después de eso. KyungSoo jugaba con sus dedos, evidenciando sus nervios; mientras que JongIn no podía dejar de observar sus manos y pensar en lo que sucedería después.
Su corazón dolía como nunca antes lo había hecho, y además sentía que se estaba quedando sin aire. Ese alfa iba a robarle a la persona que más le importaba en el mundo y ni siquiera se había percatado de eso.
¡Que confiado estaba!
—Él... ¿te gusta? —preguntó JongIn, luego de un largo rato guardando silencio.
KyungSoo tardó un poco en responder, pero antes de hacerlo, inhaló profundamente.
—No lo sé, creo que nunca me he puesto a pensar en eso. No sabía que le gustara.
—Ahora lo sabes. Tú... ¿Sientes algo?
KyungSoo se encogió de hombros e hizo mohín.
—Es un buen alfa —respondió—. Siempre ha sido muy amable conmigo y... Me siento cómodo a su alrededor. Yo... No sé qué signifique eso. ¿Crees que él me guste? ¿Qué debería hacer?
Esas preguntas lo irritaron, ¿por qué le decía todo esto? ¿Acaso no veía lo mucho que lo lastimaba?
—Eso solo lo puedes responder tú, KyungSoo —respondió de forma fría—. No puedo entrar en tu mente y saber qué es lo que quieres.
KyungSoo bajó la mirada. Se veía decepcionado, como un cachorro abandonado en medio de la lluvia. Hablarle de ese modo había estrujado el corazón de JongIn, pero no pudo evitarlo, no cuando se encontraba herido.
—Lamento abrumarte con mis cosas, Nini. Eres la persona en la que más confío, por eso quería saber tu opinión —dijo apenado—. Pero tienes razón, esto es algo que me corresponde a mí resolver solo. De todos modos, muchas gracias por escucharme.
Fue JongIn quien se puso de pie primero, esta vez, para volver a casa. Ya no podía soportar ver la cara de KyungSoo un segundo más. Su pecho ardía de rabia y tristeza, y además se sentía decepcionado de sí mismo por no haber actuado como un mejor amigo lo haría.
Porque al final día, solo era eso, el mejor amigo de KyungSoo.
Así que solo tomó sus cosas, destruyendo el pequeño nido que habían formado, y se fue.
💊
A partir de ese día, JongIn había decido duplicar la dosis diaria de las cápsulas y asistía con más frecuencia al gimnasio, en donde pasaba horas ejercitando. Entonces, cuando las pastillas de ambos frascos se acabaron, sacó dinero del bolso de su madre y compró otro par de frascos.
Al darse cuenta de que las pastillas le hacían más efecto cuando tomaba más de ellas, volvió a aumentar las dosis diarias, lo que le hizo experimentar más cambios, no solo físicos, sino también emocionales.
Todo el día se sentía irritado, tenía más apetito y casi no podía dormir por las noches. Su ansiedad iba en aumento, y la relación con su madre se estaba deteriorando, a tal grado que ella tuvo que llamar a KyungSoo, muy preocupada, para preguntarle si sabía qué le estaba pasando a su hijo. El omega prometió que hablaría con él, a pesar de haber perdido un poco el contacto.
—JongIn, déjame entrar —dijo desde afuera de su habitación, mientras tocaba la puerta.
De un momento a otro, las feromonas de JongIn lo alcanzaron, las cuales eran amargas, demasiado amargas que picaron la nariz de KyungSoo. Algo en ellas lo hizo retroceder por instinto, pero recordó que se trataba del chico al que tanto quería, así que se armó de valor y abrió la puerta con la llave que la señora Kim le había dado.
Al entrar, JongIn se levantó de un brinco y frunció el ceño. Se veía molesto, como nunca antes.
—¡¿Qué demonios, KyungSoo?!
—Eso es lo que vengo a preguntarte a ti —chilló KyungSoo—. ¿Qué rayos te pasa? No me has hablado en dos meses y tu madre me dijo que estaba preocupada por ti porque no estabas actuando como siempre.
—¿Cómo? ¿Como un débil y sumiso omega? ¿Así debo portarme?
KyungSoo lo desconoció por completo, por lo que meneó la cabeza decepcionado.
—Este no eres tú. ¿Qué te ha pasado?
—Solo estoy haciendo lo mío, ¿de acuerdo? No te metas en esto.
—Me meto porque me preocupas.
—¿Y por qué te preocupas por mí, eh? Solo soy un omega más a tu alrededor. ¿En dónde está tu alfa? ¿No dijiste que ese alfa extranjero te invitó a salir? Supongo que ya pasaste tu primer celo con é-
KyungSoo no le permitió seguir, lo detuvo con una bofetada que resonó por todo el cuarto. JongIn posó su mano sobre la zona golpeada y no alzó la mirada de nuevo.
—¡Deja de decir idioteces y vuelve a tus sentidos! ¿Qué te ha pasado? Tu madre y yo estamos preocupados por ti porque en serio nos importas —dijo KyungSoo con la voz quebrada—. Dios mío, eres el chico más importante en mi vida y quiero que estés bien. Por favor, JongIn, ¿qué tienes?
—Yo... Fui un idiota. No, soy un idiota.
—¿Qué te está pasando, Nini? —cuestionó KyungSoo caminando hacia él para atrapar su rostro entre sus manos—. Te lo pido, sé honesto.
Los ojos cristalizados de JongIn lo delataron. La parte racional de su cerebro, que aún funcionaba, dejó al descubierto sus emociones.
—Te amo, KyungSoo —confesó mientras temblaba bajo su toque—. Estoy tan enamorado de ti que quiero ser un alfa para que te fijes en mí y elijas como tu compañero algún día.
—JongIn, yo...
—No, no digas nada. Ya estoy trabajando duro para dejar de ser un omega y poder ser el alfa que tú necesitas. Alguien que pueda cuidarte y complacerte como se debe.
—Pero... Nunca antes me habías dicho esto. Si hubiera sabido... Si también te lo hubiera dicho... —balbuceó—. ¡Mierda! Yo tam-
JongIn no se estaba sintiendo bien, de pronto, toda la habitación empezó a darle vueltas y las piernas no resistieron su cuerpo, así que se desplomó. KyungSoo se apresuró en sostenerlo.
—¿Q-Qué? ¿Qué está pasando? ¿JongIn? —llamó KyungSoo.
—T-Te... amo... Soo —murmuró JongIn.
—Espera, no te duermas. N-No cierres los ojos. ¡Señora Kim! ¡Auxilio! —gritó—. Nini, mantente conmigo, ¿de acuerdo? Por favor... Tienes que escucharme. Escucha mi voz, te lo pido.
Pero JongIn ya no pudo luchar con su propio cuerpo, por lo que perdió la consciencia ante un desesperado KyungSoo, que le suplicaba quedarse a su lado.
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Varios reportes sobre trágicos casos han inundado las redes durante los últimos meses. Las famosas cápsulas hormonales para cambiar de casta fueron las responsables del fallecimiento de miles de ciudadanos coreanos. Algunas de las víctimas que sobrevivieron han quedado con graves secuelas irreversibles como daños cognitivos y fallas multiorgánicas.
Desde el inicio se mencionó que el uso desmedido de estas famosas pastillas, traería consecuencias fatales a sus consumidores. Estas cápsulas nunca debieron estar al alcance del público de una forma tan fácil, los doctores recomiendan pasar por el procedimiento debido y que estas píldoras se vendan mediante una receta médica.
Debido al gran escándalo que nos acarreó durante la última semana, la organización de la salud ha acordado prohibir la venta de las hormonas alfa, beta y omega sin una receta médica que cuente con el sello de un profesional de la salud.
Lamentamos la pérdida de nuestros queridos ciudadanos y enviamos nuestras condolencias para sus familiares.
Por otro lado, a todos los que lograron sobrevivir, les deseamos una pronta y exitosa recuperación.
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KyungSoo apagó la televisión en cuanto el reportaje terminó. Había vivido de primera mano la tragedia, así que tenía el corazón completamente roto por lo que había pasado la semana atrás. El colapso de JongIn sobre sus brazos sería una escena que jamás se borraría de su cabeza, estaba seguro de eso.
Todavía escuchaba la confesión de JongIn en su cabeza y se arrepentía por no haber sido honesto con él desde el inicio. También lo amaba, se había enamorado de él quizá mucho antes de que JongIn notara sus propios sentimientos.
Habían sido muy idiotas como para esconderlo.
Desearía volver el tiempo atrás para asegurarle que no necesitaba de un estúpido alfa para ser feliz, que solo lo necesitaba a él, que si estaban juntos podrían resolver todo lo demás. Pero JongIn había sido tan impulsivo al tomar esa decisión. No podía culparlo, de todas formas, KyungSoo también se había sentido así muchas veces.
Ese día, el cielo estaba totalmente despejado y se oía el cantar de los pajaritos por la ventana. De seguro a JongIn le hubiese encantado echarse al pasto junto a él. Así que lo hizo en su nombre. Formó el nido que solían hacer para que nadie los interrumpiera, con las prendas de ambos, y se echó dentro de este, colocando su canasta de picnic en el pasto y tres duraznos a su lado, pues le hacían recordar al aroma de JongIn.
—¿No es un buen día? A que sí es un perfecto día —dijo KyungSoo, alzando una mano al cielo para cubrirse del brillante sol—. Estoy seguro de que te encantará ver cómo ha crecido el árbol de cerezo.
Abrió la canasta para comer uno de los sándwiches que había preparado, mientras recordaba los mejores momentos que había pasado con JongIn, su mejor amigo, su único amor.
La tarde comenzó a caer sobre él y no pretendía moverse de ahí, de su lugar seguro, pero un mensaje lo sacó de su burbuja. No tenía ganas de atender; sin embargo, algo le animó a hacerlo.
El remitente era la madre de JongIn, por lo que abrió el mensaje rápidamente, en el cual encontró lo siguiente:
"Ha despertado"
Un mensaje tan corto y directo como ese fue lo único que le hizo sonreír por primera vez, después de varios meses.
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