Jimin sentía su cuerpo flotar sobre una nube suave y esponjosa, había muchos olores dulces y se sentía relajado. Alguien lo tocaba, alguien acariciaba su cuerpo con delicadeza, como cristal frágil. Eran caricias profesionales, caricias que lo hicieron despertar abruptamente. Su desnudes era lo de menos cuando cinco Betas acariciaban su cuerpo y untaban esencias realmente dulces e embriagantes. Su cuerpo se tensó cuando pasaron toallas frías por toda la extensión de su trasero; trató de gritar, pero su boca no reaccionaba, es como si estuviera entumecida.

--- Relájate Omega --- susurró la Beta de ojos verdes ---, pronto vendrá él.

¿Él?, ¿Quién demonios era él? A su mente llegó la historia de la hermana de Seung y palideció, ¿le ocurrirá lo mismo que a ella? Tenía miedo, se maldijo mil veces por haber salido de casa, ¿Cómo estará su mamá y Hoseok?, y lo más importante; ¿su padre ya llegaría? Sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por una fragancia a miel y rosas. Otro Omega, pensó. Las Betas se inclinaron y un Omega hermoso de cabello rubio, alto y de ropajes dorados hizo presencia.

--- Bienvenido al Harem de su majestad Yoongi --- dijo con espléndida sonrisa, la cual calmó un poco sus nervios ---. De pie por favor, iras a ver a tu rey.

Jimin no entendía del todo al Omega, pero se levantó de la cama y lo siguió a lo que parecía un salón. Zapatos, millones de Hanbok de colores, texturas y diseños adornaban el enorme salón. Además de joyas y accesorios que lo dejaron con la boca abierta. Inmóvil como estatua, el Omega rubio le medía trajes sin parar y Jimin se preguntaba: ¿Para qué?, después de varios minutos de probarse ropajes caros, el rubio le sonrió.

--- Listo, ¿quieres verte? --- preguntó con voz suave. Jimin jamás había visto su rostro y menos su cuerpo. Bueno, no desde que despertó en este infierno, jamás tuvo la curiosidad por conocer su cara. Además, de que no tenían espejo en casa. A paso lento se fue acercando al espejo, sonrojándose y jadeando al instante al ver semejante cara. Él no era si en su vida pasada, su cabello antes café, era de un negro intensó, ojos color ámbar brillante, labios canosos, piel blanca y ni hablar de su cuerpo, las Omegas de su era morirán de envida por semejante monumento trasero. La risilla del rubio lo hizo regresar de sus locos pensamientos.

--- ¿Jamás te habías visto? --- Jimin negó algo avergonzado ---, te vez lindo, como ya te has dado cuenta, no puedes mover tu boca. Eso es porque te han aplicado una especie de savia que duerme tu cavidad bucal, es para que no hables. Ahora acompáñame.

Omegas y Betas salieron del salón, la cantidad de personas en ese lugar, tanto hombres como mujeres, era repugnante. Su odio hacia el rey fue en aumento al recordar que seguramente Seung era concubino de tal tirano y por desgracia él también. Sintió el fuego del infierno al entrar y verlo nuevamente, sus piernas temblaban a cada paso, pero eso de ser sumiso no era lo suyo. Estando cara a cara, el aroma del contrario, calmaban a su lobo, un aroma a manzana verde y lavanda, un olor demasiado delicado para ser de tal persona. Jimin lo sintió al momento de cruzar miradas con él por primera vez, este tirano no era más que su pareja destinada.

Hoseok cargaba las bolsas llenas de arroz y sal. Su madre en cambio llevaba consigo la carne y las verduras. Estaban felices, muy pronto Jaemin volvería a casa, así que guardaron un poco de dinero para tan esperada ocasión.

--- ¡Jiminnie ya volvimos! --- gritó su madre al entrar a casa --- Jimin, cariño --- canturreó de nuevo la Beta --- Hoseok, cariño --- el nombrado le miró ---. Trae las bolsas para acá y ve a ver si Jimin se durmió, ambos me ayudaran con la cena.

Hoseok obedeció, y a paso rápido entró a la habitación hallando nada. Un miedo intenso se instaló al recorrer la casa sin hallar a Jimin. Corrió desesperado a la cocina y gritó.

--- ¡Mamá, Jimin no está!

--- ¿Qué dices?, ¿Cómo que no está?

--- ¡Dojin, Hoseok! --- gritó la señora golpeando la puerta con fuerza.

--- Es la señora Soo.

--- Ve y abre la puerta --- Hoseok corrió y le abrió la puerta a la angustiada y persistente señora.

--- ¡Dime qué Jimin está aquí!

--- No, no está --- habló Hoseok

--- Dios santo, entonces no eran visiones mías.

--- ¿De qué está hablando? --- preguntó la Beta, la preocupación estaba aumentando.

--- El rey Yoongi se llevó a Jimin.

Se lo llevó...

Hoseok se quedó sin aire, Dojin no lo soportó y perdió la conciencia. Siendo sujetada por Hoseok antes de caer.

--- Jiminnie, Hoseok --- la voz de su padre se escuchó en la puerta.

--- ¡Papá, ven pronto! --- gritó Hoseok al borde del llanto.

Yoongi observaba con fascinación al Omega enfrente de él, sin dudas los ropajes, joyas y pinturas que implementó Seokjin en el chico, le hacían ver apetecible y mucho. Sin embargo, desde que olió ese aroma dulce, su lobo se levantó con felicidad, ese simple Omega era su pareja destinada. Riéndose internamente por tales estupideces, reprendió su lobo en su interior, deseando ver nuevamente esos bonitos ojos llenos de miedo que observó por primera vez; en cambio tales ojos le miraban con un profundo odio, repugnancia y dolor.

--- Dime Omega...

--- Su majestad --- habló el rubio, el pálido le miró y asintió.

--- Delante --- dijo en tono frío. Seokjin se acercó a Jimin instándole a tomar de la copa.

--- Esto quitará los efectos de la savia --- susurró Jin, pero Jimin se negó a tomarla. Yoongi rió divertido en su trono e Jin tembló de miedo.

--- ¿Prefieres esperar a que los efectos pasen solos? --- Yoongi le sonrió cínicamente ---, lo quiero en mi habitación esta noche, prepárenlo --- dijo. Jimin ni se inmutó, al contrario su cara nunca cambió ---. Te espero esta noche bonito --- dicho esto, Omegas y Betas se retiraron. Mientras que un Omega pelinegro y bajito luchaba por no ahorcar a ese Alfa idiota allí mismo.

Mín 😊