Un mes había pasado. Jimin logró adaptarse a su nueva vida, hasta acostumbró a acompañar a su hermano a pescar cada tres días. El lago estaba lleno de peces, así que, su hermano pescaba en lo más profundo sobre la canoa, mientras Jimin le observaba. Sentado sobre el césped lo captó. Un delicioso aroma a uvas y eucalipto, entonces, su lobo aulló ante tan delicioso olor siguiéndolo en una especie de trance.

Entró en razón al estar en medio de la plaza; en donde las personas caminaban con prisa y los vendedores ambulantes daban a conocer sus productos. Él lo olía estaba cerca, fijó a dos mujeres hablar con un encapuchado y su pecho se estremeció, era él, él olía tan maravilloso. Tomó valor y se acercó un poco, quedando inmóvil al ver su hermoso rostro, parecía un príncipe y eso lo confundió aún más. ¿Qué carajo hacía alguien como él disfrutando de la comida de los más pobres? 

Él es diferente...

Una dulce sonrisa se instaló en sus carnosos labios, pero pronto desapareció al ver que el chico se alejaba. No dudo ni un poco al seguirlo, sin percatarse que entrarían al bosque.

Taehyung se introdujo al bosque sin prisa, buscaba el hermoso claro para disfrutar de los bollos de carne. A medio metro escuchó un sollozo débil y necesitado que lo hizo parar en seco y girar sobre sus talones.

Olía a Omega, a Omega en celo. Un aroma a cereza y... margaritas, un olor realmente embriagante y delicioso. Jamás había olido algo igual. Ni siquiera su Kookie olía tan bien. Volvió de la luna al percatarse que el aroma era más fuerte y estaba envuelto en miedo, eso era un problema si un Alfa llegase a olerlo podría llevárselo o peor aún abusar de él. Siguió su nariz hasta dar con un pequeño bulto apoyado en un árbol. Tembloroso, de manos pequeñas y sucias, ropajes apenas decentes, descalzo y con el cabello enmarañado. Era él, sintió lástima, así que, se acercó tomándolo en sus brazos de forma nupcial. El Omega se resistía a su tacto y balbuceaba palabras sin sentido.

¿Ahora qué hago...?

Caminó con el Omega un par de metros más, hasta que a lo lejos escuchó una voz dulce con aires de preocupación.

--- ¡Jimin! --- gritó ---, ¡Jimin hermanito!, ¡¿dónde estás?!

--- H- Hermano --- soltó el Omega en un jadeo.

--- ¿Es tu hermano? --- preguntó sin recibir respuesta ---, tranquilo te llevaré con él --- el joven príncipe sujetó con fuerza a Jimin, pero cuidando no lastimarlo y caminó a paso rápido hacia la voz desesperada, hasta encontrarse con el dueño de tan hermosa voz.

Y olor.

--- ¡Hermano! --- su preocupación se reflejaba en su bello rostro. Sus mejillas estaban rojas y su ceño estaba fruncido ---, u-un Alfa --- murmuró por lo bajo, tenía miedo, pero lucharía por su hermano de ser necesario.

--- No te preocupes --- le entregó al Omega, quien al sentir a su hermano se aferró a él con necesidad. Por otro lado, la cara de Hoseok era un poema ---, no le hice nada --- aseguró sin dejar de verle ---, lo hallé solo. Creo que está en celo.

--- M- Muchas gracias --- inclinó sus cabeza, el miedo nunca abandonó Hoseok y Taehyung lo notó.

--- ¿Cómo te llamas? --- sonrió para tranquilizarlo.

¿Se lo diría?, ¡claro que no!

--- Mi nombre no importa, así que, si me disculpa yo...

--- Si importa cuando el Omega es tan hermoso --- Hoseok se sonrojó ---, pero, estás en todo tu derecho --- dio media vuelta y se marchó. Hoseok luchó por no soltarlo, pero algo le gritaba que lo dijera.

--- ¡Soy Hoseok!

--- ¡Es tan precioso como tú! --- gritó el rubio desde lejos. Las mejillas del Omega castaño parecían dos tomates maduros, pero los quejidos y jadeos de su hermano lo hicieron entrar en razón.

--- Resiste hermano --- le besó en la frente con delicadeza ---, mamá sabrá que hacer.

No todos son iguales...

--- ¡Mamá! --- entró rápidamente a la casa ---, ¡Jimin se está presentando!

--- ¡Acuéstalo en la cama! --- gritó la Beta desde la cocina ---. ¡Voy enseguida!, ¡quítale el Hanbok! --- Hoseok prosiguió en desvestir a su hermano, su trasero producía lubricante natural a montones y su piel estaba caliente y demasiado sensible.

--- M- Mamá --- logró articular.

--- Aquí estoy cariño --- la Beta entró con el cuenco de agua caliente y un par de toallas ---, esto aliviará el dolor cariño, solo relájate --- Jimin asintió. Su madre humedece una de las toallas en el agua, para pasarlas suavemente por el vientre del Omega. La temperatura tibia logró calmar un poco los dolores, su madre le acariciaba el cabello húmedo por el sudor y su hermano le preparaba un té de hierbas. Logrando que la incomodidad disminuyera.

Desde que se presentó como Omega, ha sentido muchas cosas extrañas y nuevas, nada comparado con ser Alfa. El celo de los Omegas es un asco; todo el tiempo que estuvo con el chico de la capucha sintió por todo su cuerpo una ráfaga de completa sumisión ante el olor del contrario. Además del sube y baja de su temperatura corporal, y ni hablar del cosquilleo u hormigueo intenso y repugnante de su trasero. Era desesperante, su madre le había hablado de algunas cosas en "esos" momentos, como la necesidad extrema de fornicar con alguien, o los días que un celo debe durar según el Omega, o lo mierda que es este tiempo por no tener supresores, es más, ni los conocen.

Después de tan motivadora charla, su madre se levantó a preparar la cena, Hoseok abrazaba a Jimin con protección mientras ambos dormían. No era como el calor de un Alfa, pero el olor que emanaba su hermano - porque sí, ya podía olerlo y cabe recalcar que era delicioso- logró calmarlo y permitirle dormir cómodamente.

Que feo es ser Omega...

Pero ese Alfa era hermoso...

Mín😊