Capítulo 14 |Salvajes|
El porque salía de sus labios, escusas, escusas, escusas. Generando dudas entre perdonarlo lo mandarlo a la mierda igual que al Alfa idiota. Taehyung era persistente en obtener el perdón de Jimin, mientras éste se hacía de rogar. Estaban en pleno almuerzo, charlando mientras sabroseaban el caldo de pollo. La presencia de joven príncipe hizo suspirar a todos menos a Jimin y Hye. Él trató de hablarle al Omega, sin embrago, éste lo ignoró y le dio la espalda hasta que el rubio se arrodilló a sus pies. No solo Jimin quedo en shock, si no que Jin entró en pánico y corrió casi a tropezones a levantar al príncipe del suelo y darle un sermón al Omega por tan irrespetuoso comportamiento. Hyesun casi tiró la sopa al levantase y correr lejos de ellos sin rumbo fijo, Jimin trató de seguirla, pero Jin se lo impidió.
--- Estoy esperando Jimin --- exigió con seriedad, y es que si los padres del príncipe se llegasen a enterrar, no sólo su cabeza estaría comprometida, también la del pequeño Omega ---, no puedes faltarle al respeto así a su majestad. Así que discúlpate.
--- No lo haré --- escupió tajante ---, ¿Qué no sabes que hizo este tonto? --- cuestionó ceñudo.
--- ¡Caya imprudente! --- alzó un poco la voz.
--- Está bien Seokjin --- el Alfa le sonrió con calma ---, si Jimin no quiere aceptar mis disculpas, está en todo su derecho --- el Alfa se giró dispuesto a irse, hasta que Jimin carraspeó deteniendo su paso.
--- Está bien le perdono --- no pudo evitar sonrojarse, no podía enojarse con sus majestad ---. Pero qué no se vuelva a repetir --- advirtió cruzado de brazos.
--- Claro que no --- soltó una risilla ---, entonces me retiro, tengo cosas que hacer. Adiós.
--- Adiós --- soltó el más bajo y Jin se inclinó.
--- Estas siendo imprudente Jimin --- soltó Jin, su tono era molesto.
--- ¿Otro sermón? --- se quejó ---, ya me disté uno Jin, mejor voy a ver dónde está Hye --- hizo ademán de irse.
--- Nada de eso --- le detuvo al tomar su mano con fuerza ---, vendrás conmigo.
Tres lobos de pelaje dorado corrían a gran velocidad, la chica Beta trataba de mantenerse quieta en uno de los lomos dorados, su pecho dolía, tenía sed y la posición incómoda en la que se encontraba no era la adecuada. Tal vez fueron horas de estar sobre aquel lomo, pero la gran distancia que había recorrido era bastante. Los lobos extraños pararon de repente al estar enfrente de lo que parecía ser un templo, miraron a ambas direcciones y entraron.
La Beta sintió que algo cubría su cuerpo y casi entra en crisis al notar que estaba bajo el agua, no lo podía creer y es que al entrar había miles de hombre y mujeres, todos hermosos y extrañamente brillantes, caminando como si nada, no había diferencias al reino de los Min. Con la excepción de que las criaturas marinas nadaban tranquilamente al rededor de ellos.
Los tres lobos optaron una figura humana igual a la de ella y eso la dejó sin aliento. Eran los salvajes, aquellos seres que valían más que la plata, más que el oro mismo.
Aún en brazos se encargó de ver todo, su boca seca y cubierta por la tela, exigía por agua ya. Los tres... ¿Alfas? siguieron el rumbo desconocido hasta dar con un gigantesco e hermoso castillo, que parecía brillar, y aún sin tocar tierra, sintió algo que no pudo descifrar era como estar en casa. Parecía no haber nadie en dicho salón y sólo pudo oler un aroma a Duraznos, Moras y... ¿Margaritas? ¡¿Tres olores?!, jamás en la vida había olido tres olores en un ser.
--- ¿Otra más? --- la Alfa habló con voz suave y melodiosa a los oídos de la Beta, sin mencionar que no le entendía nada.
--- Si majestad, además hemos sentido un aroma muy parecido al de él --- respondió el Beta mientras la fragancia de aquella Alfa desconocida se intensificaba
--- Eso es imposible, se supone que ambos murieron --- su voz se alzó un poco ---, les he dicho que no me den esperanzas --- suspiró con pesadez y tristeza. Como desearía borrar ese maldito día.
--- Lo lamento su superiora, usted sabe que toda la manada lamenta ese horrible día. Si nos lo permite nos retiramos.
--- Adelante --- Ordenó.
--- Con su permiso.
Algún día, el imperio Min caerá. Lo prometo Dojin...
--- ¡Quiero esos Hanbok bien limpios jovencito! --- exclamó con enojo el Omega de cabellos rubios --- ¡Te has pasado de la raya!, ¡¿qué dirían los padres de su majestad si se enteran que su hijo menor se inclinó a un Omega, ellos...?!
--- ¡Pues, me importa una mierda! --- le interrumpió enojado ---, tú no sabes nada Seokjin, así que vete quiero lavar esta mugre ropa en paz--- Seokjin ardía de rabia.
--- ¡Eres un niñato insolente!, ¡nada de salir de la habitación hasta nuevo aviso! --- dicho esto salió de la lavandería dejando a Jimin solo.
--- Me da igual --- suspiró con pesadez ---, ¡y todo esto por dejarme llevar por el olor de ese Alfa idiota que...! que... ¿Qué es ese aroma?, es delicioso--- los ropajes pasaron de largo y Jimin salió casi disparado de aquel salón, no solo las feromonas de aquel ser lo atraían, sino también la curiosidad y extrañes del portador de tres olores. Buscó por los pasillos del inmenso castillo al portador o la, de tal exquisito olor. Su nariz era su guía y también la única --- ¡Auch!, ¡fíjate por donde ca...!
--- ¡Majestad! --- gritaron los guardias, entonces, rodearon a Jimin, empuñaron sus espadas y lo atacaron.
Una vez más el príncipe Taeyhung se había escabullido del palacio para ver al Omega de cabellos castaños, ahora caminaban por el bosque a una distancia moderada.
--- ¿Entonces a su majestad le gusta Jimin? --- preguntó el Omega algo incómodo.
--- Sí, creo que metí la pata al ayudarlos. El temperamento de tu hermano no es el más agradable sabes y menos el de mi hermano. Son tal para cual.
--- No confió en su majestad --- suspiró con pesadez, el Alfa detuvo el paso y le tomó con suavidad por los hombros.
--- Escucha Hoseok, sé que mi hermano es un cretino, tirano, abusador y hasta insensible --- dijo seguro y sus dulces ojos azules le miraban tan fijamente que el Omega tragó grueso ---, pero déjame decirte que ha cambiado, jamás lo había visto tan vulnerable como aquella noche, tampoco se había dejado doblegar por nadie y esa noche lo vi tan débil ¿No lo entiendes Hoseokie?, está cambiando, Jimin lo está cambiando.
--- ¿Ya llegó?, ¡¿cuándo llegará maldición?! --- exclamó indignado Yoongi, el Alfa llevaba horas esperando a la salvaje que había traído su padre.
--- Calma majestad, usted sabe lo difícil que fue encontrarla. Esa raza es rara y muy cara, tenga paciencia pronto llegará --- comentó uno de sus consejeros. Pero paciencia y Yoongi no congeniaban, las palabras de aquel Omega lo tenían ido, ausenté del mundo y... extrañamente pensativo ¿Qué estaba haciendo él?,¿qué demonios estaba pasando con él?, ¿desde cuando tenía insomnio por pensar tanto?, él nunca pensaba. Se sentía extraño y eso le daba miedo. Park Jimin desencadenaba extrañas sensaciones en él y eso lo aterraba.
Mín 😊
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