—¡Ya callate! ¡Parece que están matando a alguien allí dentro! –exclamó Felix, golpeando contra la puerta del baño.

Estaba irritado de seguir escuchando la molesta voz de su primo cantando desafinadamente el primer opening de Pokemon en la ducha, impidiendo que pudiese continuar con su lectura. Que consistía en un muy informativo libro sobre vampiros, más específicamente, un fanfiction de crepúsculo t/n x Edward, aunque nadie tenía que saber eso...

Además, esto era parte de su investigación, por supuesto no se debía a su extraño fetiche sobre seres sobrenaturales como a Jisung le gustaba llamarle.

Puede que quizás tenga algo con los vampiros pero ese no es el punto y no puede permitirle darle la razón a su mejor amigo.

Pero en fin, regresando al tema, era bastante difícil conectarse con el mundo de fantasía (e información) que le ofrecía la historia si escuchaba esos alaridos a cada rato, distrayéndolo y rompiendo con su burbuja, impidiéndole imaginar las escenas que se describían.

Y sobre todo estaba irritado con el hecho de que su primo lo haya interrumpido en la mejor parte, t/n descubriendo quien era realmente la persona que estaba a su lado, pero aún así decidiendo quedarse con él y tener la escena de beso más esperada.

Superando todo prejuicio que tenía la humanidad sobre todo aquello que no conocía para decidir confíar en su propio corazón. Sin duda algo realmente conmovedor y sobre todo muy informartivo, por supuesto.

Felix no tenía ningún fetiche extraño Jisung.

—¡Mejor preparate para la escuela, tus clases comienzan en una hora! –le respondió Chan con el mismo tono alto de voz, interrumpiendo sus pensamientos.

Ya podía imaginarse las quejas de los vecinos con tantos gritos, algún día los echarían a todos del departamento por ser tan ruidosos.

La imagen de la sonrisa maliciosa de Chan llegó a su cabeza mientras escuchaba su canto, ahora incluso más fuerte que antes. Maldita sea, su primo tenía buena voz pero sabía que disfrutaba de irritarlo y por eso cantaba como un gallo siendo torturado. A veces odiaba a Bangchan con todo su ser.

Mentira, Felix amaba a su primo, era su mejor amigo, su compañero. Ambos fueron criados como un par de hermanos, lo adoraba tanto como sabía que Chan lo adoraba a él, solo que a veces no se lo decía lo suficiente, era mejor no alimentar su ego.

Una pequeña sonrisa se dibujo de manera inconsciente en sus labios, suspirando y saliendo de wattpad para dirigirse de vuelta a su habitación, listo para preparse para un nuevo y muy productivo día de clases, ja, como si se creyese eso. Cada día era solo una tortura constante donde se repetía que pronto llegaría el dulce final, porque este era su último año de secundaria, su yo del futuro luego se encargaría de no ser un fracaso en la vida cuando comience la universidad.

"Tu puedes Felix del futuro, se que serás grandioso" se animó en su cabeza, mirando el desastre que era su cuarto, sin duda debía limpiar todo esto antes de que Minho lo regañe.

Decidió posponerlo por ahora y concentrarse en cambiarse de ropa. Quitándose su amado pijama de cinnamoroll para ponerse el aburrido uniforme del instituto.

Una vez listo, guardó el libro de matemáticas que yacía abierto y abandonado en su escritorio, metiendo también varios papeles, una libreta y su cartuchera en la mochila, ignorando el hecho de que no había resuelto ninguno de los ejercicios dados por la profesora, en fin, otra cosa que deberá hacerse cargo el Felix del futuro mañana ya que es el día en que se vence el plazo del trabajo y sabía como era la señora Choi con la tarea que no era entregada a tiempo.

Otro suspiro escapó de sus labios, dirigiéndose al baño una vez su primo salió de este, cepillando sus dientes y arreglando su reciente cabello rubio, estaba más largo cada día, tal vez debería cortarlo pero sinceramente le gustaba este estilo. Se sonrió con confianza en el espejo, dándose un guiño antes de salir y dirigirse a la pequeña cocina, saludando a Minho que yacía preparando unos huevos revueltos y arroz.

—Buenos días hyung –saludó, caminando hasta la pequeña cafetera para prepararse un buen café, si bien no le gustaba del todo la amargura de este, lograba mantenerlo con gran energía, quizás un poco demasiada para el gusto de todos.

Pronto su acción se vió bloqueada por otra mano que palmeo la suya, deteniéndolo.

—Pero hyung –comenzó a quejarse con un marcado puchero en los labios.

—Nada de peros, todos sabemos como te pones con la cafeína y sinceramente no quiero lidiar con eso ahora –respondió Minho.

—Bueno, técnicamente la escuela y Jisung tendrán que lidiar con eso.

—Si, pero prefiero ahorrarme algún llamado de la dirección por un chico que estaba demasiado agitado y se puso a tirar aviones de papel por todos lados, clavándole uno en el ojo al profesor de historia –lo regañó y el pequeño rubio sonrió con inocencia.

—No es mi culpa, la trayectoria resultó no ser la correcta y en vez de apuntar al bote de basura, fue directo al señor Park, pero soy inocente en eso, él fue quien se dio la vuelta y me distrajo con su voz molesta al regañarme, además, aprendí la lección, limpiar todo el salón sin ayuda fue suficiente.

—Como ya dije –apagó el fuego, sirviendo en tres platos lo que había preparado–. El café es un no para ti pero un gran si para mi –tomó una de las tazas de la alacena, específicamente la que tenía impresa la cabeza de sus tres adorables hijos felinos, y se sirvió la caliente y amarga bebida, dándole un gran trago–. Siento que ahora si puedo comenzar el día de tener que aguantarlos, molestos australianos.

Felix rió divertido, sacando una jarra de jugo del refrigerador y poniendo los vasos en la mesa, una vez Chan salió de su cuarto con una toalla en su cuello y las puntas de su cabello naranja goteando, y de haber besado a Minho, los tres se ubicaron en la mesa y comenzaron a comer con calma, como la pequeña familia que eran.

Habían pasado unos dos años desde que Felix se mudó al departamento de su primo y su pareja, una decisión tomada por cuenta propia y también propuesta por Bangchan y su tía, quien le había criado desde que era un bebé.

No recuerda mucho a sus padres, tenía apenas un año cuando ambos fallecieron en un accidente o eso es toda la información que le proporciaron cuando tenía 8 años y surgió la curiosidad por estos. Preguntándole a su tía como eran ellos, ella siempre le hablaría de lo dulce y fuerte que era su madre y lo cariñoso y amable de su padre, mostrándole fotos de uno de sus álbumes familiares. Todo el recuerdo que Felix tenía de ellos eran aquellas fotos y el collar que le habían otorgado cuando apenas era un bebé, un collar de plata y con dije de corazón que mantenía adentro una foto de sus padres cargando en brazos al bebé Felix.

Sonríe con nostalgia, tomando el dije con cariño, siempre llevaría esta parte de ellos con él y estaría protegido.

Pero bueno, regresando al tema, el mudarse con Bangchan no fue algo él que hubiese planeado, estaba en Australia llevando una vida tranquila hasta que su primo le propuso venir a vivir a Corea con él y experimentar un nuevo entorno, no estaba muy seguro en un comienzo pero todos sus familiares lo convencieron para hacerlo. Su tía apoyo mucho está idea, diciendo que sería grandioso conectar con sus viejas raíces, además le ayudaría a empezar a formar su vida independiente.

Le sorprendió que su tía no estuviese en contra, en realidad, fue la que más insistió en esto. Bromeando con que estaba cansada de tener que aguantarlo mientras se reía y ayudaba a Felix a empacar sus cosas.

Así fue como al final del año, Felix se mudó a Corea, conociendo al fin de frente a la pareja de su primo, Lee Minho. Sin duda alguna, Minho era una persona genial y relajada y un poco intimidante, también sus gatos eran adorables y pudo cumplir su sueño de acariciarlos y jugar con ellos cuando los conoció.

La vida de Felix ha sido y se mantiene tranquila hasta ahora e incluso si adaptarse no fue algo fácil al comienzo y el idioma le costó, al final las cosas salieron bastante bien, hizo un gran amigo y también un rival en la escuela y su coreano ha mejorado bastante con la ayuda de Jisung y Minho.

Así que dentro de todo, no tiene nada de que quejarse aunque en su cabeza sigue rondando la pregunta de porqué su familia insistía tanto en que fuese a Corea... A veces piensa que hay algo detrás de todo esto, algo importante que lo involucra, gran parte de su vida sintió que le estaban ocultando algo pero quizás no era nada y solo estaba siendo demasiado paranoico.

Felix siempre tuvo el problema de sobre pensar demasiado las cosas.

Terminó la comida y limpió los trastes, acercándose a donde había dejado su mochila al lado de la puerta y poniéndose las zapatillas.

—Me voy a clases, adiós –se despidió, sonriendole a la pareja antes de salir, sacando sus auriculares y celular del bolsillo trasero para reproducir su playlist.

Tareaba suavemente, caminando con calma hacia la parada del autobús, donde esperó a que llegase su transporte para pagar el boleto y subirse, estaba tranquilo hasta que la muy alegre voz de Jisung interrumpió su tranquilidad cuando llegó al frente del edificio.

—Buenos días Yongbok –le saludó, estrellándose a su lado, pasando su brazo por sus hombros para un abrazo de costado.

—Buenos días ardilla –correspondió el saludo, riendo al ver el ceño fruncido de su amigo.

—No soy una ardilla, tú... Molesto pollo –comenzó a picarle el costado.

Felix intentaba defenderse de sus ataques e igualmente molestarlo, comenzando una pequeña pelea de cosquillas.

—Ya te dije que no soy un pollo, en todo caso, sería un pollito.

—Claro, un buen pollo frito.

—Oh, realmente te odio.

—Yo también te amo cariño -Jisung le guiñó un ojo, mandole un beso.

Los dos simplemente rieron, charlando animadamente mientras llegaban al salón, sentándose en sus respectivos lugares hasta que la mirada de Jisung se posó en un chico de lindos hoyuelos que charlaba alegremente en la puerta con otro compañero.

—Aún no entiendo como Jeongin puede ser amigo del molesto de Kim –se quejó el pecoso mientras su amigo soltaba un suspiro enamorado.

—Jeongin es tan lindo...

—Vamos Jisung, confiesale de una vez tus sentimientos, estas suspirando por él desde hace tres años.

—No se porque te confíe esa información... Pero el punto es que no es tan fácil –lloriqueo.

—Supongamos que te creo, aunque sea invitalo a salir, eres un chico genial, a excepción del hentai.

—¡Ya te dije que no estaba viendo eso! No es mi culpa que las páginas ilegales para ver anime siempre estén llenas de anuncios porno.

—Solo paga una de las plataformas legales y preguntale a Jeongin si, no se, quiere ir a tomar un helado o algo.

—Lo haría... Pero realmente soy un cobarde, puedo lucir muy confiado contigo pero los dos sabemos que soy un fracaso socializando, sobre todo con Jeongin, me convierto en un pánico gay incontrolable.

—Lo se, aún recuerdo ese día que te le acercaste para preguntarle si podías tocar su cabello –rió mientras el castaño ocultaba su rostro entre sus manos.

—Eso fue tan vergonzoso... –se lamentó y el rubio le ofreció unas palmadas en la espalda como consuelo.

Iba a seguir hablando pero las palabras simplemente quedaron atoradas en su garganta y olvidadas de su cabeza en el momento en que un chico con cabello largo y azabache ingresó, la sonrisa dibujada en sus gruesos labios mientras charlaba con uno de sus compañeros.

Tragó saliva nervioso en el momento en que sus miradas chocaron, esos brillantes ojos le miraban con cierta intensidad, viajando de sus ojos hasta la zona de su cuello, donde inconscientemente tomo su collar, sosteniendo el dije con cuidado, llamando más la atención del chico.

Felix cree haber visto una sonrisa un tanto oscura en el rostro de Hwang luego de verlo pero no puede estar 100% seguro de ello.

La campana sonó, rompiendo con el momento y Hyunjun se fue como si nada hasta su lugar, la profesora de ingles ingresando unos minutos después para dar comienzo a la clase.

Así que oficialmente comienza Moon Boonds, espero disfruten de este nuevo fic lleno de un poco de todo ^^

¿Les gusto este primer capitulo? Espero que si <3

Nos vemos en el próximo ^^