III.
«La gente no muere de suicidio, muere de tristeza.»
Moon miró a los ojos azules e intensos de Johan, y él miraba a los ojos grises de ella.
Mar y plata enfrentados.
«Te he echado de menos, Johan.»
«Y yo a ti, Moon.»
Ambos estaban sentados al borde de la cornisa del apartamento de Moon.
«¿Quieres saltar?» preguntó Johan.
Moon lo miró y sonrió. «Sí, pero todavía no.»
Johan asintió. «Cuando estés preparada.»
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