Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

—El desayuno. No puedo creer que yo sea tu despertador, el celular tiene uno, tonta. —León sale de la habitación luego de recoger su almohada, dejando a una muy confundida Noa en la cama.

—¿Q-Qué pasó? —Mira a su alrededor de prisa y todo parece estar en su lugar. Hasta que se topa con la cera derretida en el suelo, al parecer las velas permanecieron encendidas hasta consumirse por completo—. No vuelvas a hacer eso —dice luego de haber golpeado a su hermano. Este gira sobre sus talones y comienza la tercera guerra mundial.

—¿Por qué me golpeas, tonta?

—Tú sabes que no debes entrar a mi cuarto.

—No entré a tu cuarto, intentaba dormir mientras hacías idioteces. En un momento quedaste callada y por fin pude descansar —responde dándole un empujón. Noa no responde a eso debido a que se encuentra perdida en sus pensamientos. Tal parece que León no tuvo nada que ver con lo sucedido en el ritual y todavía no puede entender qué pasó luego. Se desmayó o algo así, cosa muy inusual en ella. Pero, si el ritual funcionó, dónde está la criatura demoníaca que invocó.

—Seguramente tendré que esperar la noche. —Suelta un suspiro al sentirse un poco cansada. Deja de pensar en eso por un momento y comienza a prepararse para ir a la escuela. Mientras está cepillándose los dientes, nota una marca inusual en su muñeca izquierda—. ¿Y esto? —Deja el cepillo de lado para enfocar toda su atención a la marca. Parece un tatuaje y rodea toda su muñeca, como si de un brazalete se tratara. Noa sube y baja los hombros, mientras coloca la marca bajo el grifo. Trata de quitarla con agua y jabón, pero continúa allí, muy visible y nítida.

—¡Noa, se hace tarde!

—¡Ya voy! —Su muñeca toma una coloración roja debido a los intentos de limpiar su piel. Entonces simplemente enjuaga su rostro y sigue a León fuera de la casa.

—¿Mangas largas? El clima no es tan frío —comenta al ver la camiseta celeste pastel que su hermana viste.

—Si muestro demasiado te molestas, si me cubro también —responde frunciendo el ceño—. Vamos a la escuela de una vez.

Una vez en clase, Noa se enfrenta nuevamente a su enemigo mortal. Los problemas matemáticos cada día son más difíciles y ahora debe operar con fracciones.

—Tengo un pastel el cual debo dividir entre cinco personas y todos deben dejar una porción para un invitado más que aún no ha llegado. ¿Por cuánto se debe dividir el entero? —No entiende el problema. Su cerebro le dice que la respuesta es seis. Pero no existe esa opción dentro de los posibles resultados que el mismo problema ofrece—. Ay, me duele la cabeza.

—Raga, ¿te encuentras bien? —Sus palabras llaman la atención de su maestro y la de sus compañeros.

—Si, solo que anoche no dormí muy bien.

—Ve a los sanitarios y lava tu rostro, si continúas con el dolor ve a la enfermería.

Ella asiente en silencio para luego salir del salón. Gracias a dios ahora puede descansar del tormento que le causa esos condenados números. Aunque, la puerta de los sanitarios se encuentra entreabierta y consigue ver que las luces están apagadas. Esto hace que detenga sus pasos a una corta distancia de la entrada mientras los recuerdos la atacan. Esos ojos dorados están especialmente grabados en su memoria.

—¿Hola?

—Ya casi termino señorita. —El conserje ilumina su rostro con una linterna. El hombre se encuentra cambiando los focos quemados por unos nuevos—. Y listo. —Una vez realizado su trabajo, deja los sanitarios y Noa parpadea un par de veces.

—Ya me volví loca —susurra soltando un suspiro de alivio. Entonces llega a la conclusión de que lo que pasó esa noche tal vez solo fue un sueño, así como el de las brillantinas, donde creyó ver a Slenderman.

—Al contrario, fue muy inteligente llamarme.

Noa levanta su rostro el cual estaba a unos centímetros del lavado mientras lo humedece por completo. Su cuerpo se paraliza al ver una figura oscura detrás de ella gracias al reflejo del espejo. Las luces comienzan a fallar, justo como en sueño y todos los vellos de su nuca se erizaron.

El ser permanece en su lugar, pero logra ver que comienza a levantar su mano. Noa quiere salir corriendo, es lo que le ordena todos sus instintos de supervivencia. Pero apenas si consigue respirar y gira lentamente para terminar frente a frente.

Esa mano delgada y pálida, semejante al de un cadáver, se eleva hasta tocar el foco parpadeante y lo ajusta. Permitiendo que el lugar esté bien iluminado.

—Y ahora grita —murmura ladeando la cabeza. Noa permanece en su lugar mientras su mirada está en el rostro de la pálida criatura. En eso, da unos pasos largos y lentos hacia la salida, sin perder contacto visual, tiembla un poco pero eso no le impide avanzar—. ¿No? Que extraño.

Ella termina cerrando la puerta de golpe y todo el aire retenido se libera con un profundo suspiro. En su mente solo hay una pregunta; ¿qué carajo era eso?

La charla de un grupo de chicas la sacan de sus pensamientos, ellas hablan y ríen mientras van a los sanitarios. Noa no puede advertirles y solo las ve entrar. Unos minutos después, ella continúa de pie frente a la puerta en espera. Espera oír gritos de terror y gemidos agonizantes. Pero no, nada sucede y las chicas salen normalmente, comentan que las selfies que se sacaron son las mejores a pesar de la extraña mancha.

—¿Mancha? —pregunta acercándose al grupo. Las chicas sonríen, un poco incómodas por el sorpresivo interés de una desconocida en sus fotos.

—Si, mira. —Una de ella le enseña las imágenes dónde están sonriendo a la cámara con filtros de diferentes tono y, en más de una, se encuentra una extraña mancha blanca en el fondo.

—¿Estás bien? Te ves muy pálida.

—Si, son unas selfies perfectas —dice sonriendo mientras devuelve el celular.

El resto de la jornada, Noa evitó regresar a los sanitarios y trató de no quedarse sola por ningún motivo. Además da saltitos cuando ve cualquier zona oscura. León no pasa por alto este extraño comportamiento, aún así no hace ningún comentario al respecto. Pacientemente espera llegar a casa para descansar y continuar escribiendo su historia de ciencia ficción y terror.

—Para el capítulo cuatro los protagonistas, león y la leopardo encuentran un extraño ser dentro de una cápsula. Un humano, quien termina revelando por qué los humanos abandonaron el planeta. Lo que permitió que los animales pudieran evolucionar hasta asemejarse a las primeras civilizaciones antiguas humanas —murmura al estar frente a su ordenador. Entonces ve a Noa entrar a su habitación para cerrar la ventana con seguro, así como lo ha hecho con el resto de las puertas y ventanas de toda la casa—. ¿Qué te pasa? Aún es de día y sabes que no debes entrar a mi cuarto.

—Alguien puede colarse a la casa sin que lo notemos. En las noticias dijeron que robaron una casa en esta zona —responde subiendo y bajando los hombros. Luego sale del lugar a pasos rápidos.

—Algo la está asustando... ¿Acaso leyó mi historia? —León piensa que eso puede ser una posibilidad ya que ella siempre deja malos comentarios en los capítulos de sus historias solo por molestar—. Quería que diera miedo pero no me imaginaba que fuera tan bueno.

Mientras tanto, del otro lado de la pared, Noa intenta comer algo que su madre preparó. Se ha encerrado en la habitación y no piensa salir hasta que amanezca. Su pánico aumenta al ver que apenas son las siete de la tarde, solo quedan unos minutos de luz.

—Una puerta no puede detener a esa cosa —murmura mientras se mece sobre la cama. Mantiene sus piernas abrazadas y su vista fija en la puerta de la habitación.

Las horas pasan y la noche cae, casi toda la familia está acomodada en sus camas, aunque León aún sigue despierto. La inspiración llegó a él y no puede detenerse, gracias a eso ha escrito ya tres capítulos completos de dos mil palabras cada uno.

—En tu cara Noa, seguramente no has escrito nada de tu historia para niñas.

—¡Ahhhh! —El grito de su hermana hace que dé un salto de la cama. Rápidamente corre hacia la puerta continua y la abre de golpe, encontrándose con Noa acostada en su cama con las sábanas hasta el cuello—. León, yo-

—Escuché un grito, ¿estás lastimada?

—Hi-Hice un ritual anoche y algo vino a mi cuarto. Lo vi de nuevo en la escuela y ahora-

—Deja de leer creepypastas, algunas son muy buenas. Pero tu bromita no es graciosa —él la interrumpe y termina cerrando la puerta de la habitación. Noa tiembla como gelatina mientras observa cada rincón de su cuarto, entonces siente algo moverse a su lado en la cama. El colchón se hunde bajo el peso y una mano pálida baja las sábanas un poco.

—Te dije que no creería ninguna palabra —susurra a centímetros de su oído. Ella reacciona, respirando hondo para llenar sus pulmones y gritar como nunca lo ha hecho. Pero le cubre la boca antes de que pueda hacer sonido alguno.

•••••

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro