Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

Noa toma la mano de Adán y comienza a correr. Él no entiende lo que sucede, aún así corre a la par para alejarse del peligro. Ambos seres quedan atrás en su extraña batalla y ellos regresan a casa. Noa entra al cuarto del muchacho, se encierran allí y esperan ocultos dentro del armario.

—¿Qué s-sucede? Debo ayudar a Kápios.

—Kaneís es peligroso, lastimó a esa chica y no es la primera vez que hace algo así. Es mejor que ambos se destruyan entre sí —susurra. Intenta controlar los temblores de sus manos, pero todo su cuerpo parece de gelatina, entonces Adán toma sus manos entre las suyas.

—T-Te daría un abrazo si...sino estuviera s-sucio —responde en voz baja—. ¿Kaneís te hizo daño?

—No a mí. Pero en las noches siempre tengo pesadillas extrañas, antes y después del ataque. Solo puedo recordar partes de ellas al despertar, en la última Kaneís estaba allí y me gritaba.

Adán la escucha con atención mientras le acaricia el dorso de las manos con sus pulgares.

—Debemos hablar con él, preguntarle qué significan esas pesadillas —opina dándole una sonrisa para tranquilizarla—. Kápios no parece malo, solo es un poco hablador, tal vez él sepa algo.

Ella asiente en silencio, sus párpados pesan a causa el cansancio y los cierra por un momento. En ese instante Noa siente un par de brazos rodearla en un cálido y reconfortante abrazo, su cabeza se acomoda en el hombro del contrario, entregándose al sueño.

—La pobrecita estaba agotada. Mira, parece un gatito.

—Kápios, ¿q-qué pasó? ¿Estás bien? —Adán se acerca un poco para inspeccionarlo, la herida que estaba en su hombro desapareció.

—Shhh, solo hablamos como seres civilizados —responde en voz baja para no molestar a la chica acurrucada en sus brazos—. Al menos yo. El otro quedó muerto, creo, luego de escupir lo que me arrancó. Fue muy raro, ja, se parecía mucho a mí pero estaba loco. Intentó comerme.

—Es Kaneís, Noa pidió su ayuda hace unos días, todo estaba bien pero ahora él es inestable. Ella me dijo algo sobre unas pesadillas que la asustaban. ¿Sabes algo de eso? —le pregunta el pelirrojo en voz baja.

—No sé de lo que hablas. Sin embargo... Comienzo a sentir algo-

—Eh. —Adán queda paralizado al ver que Kápios cae dormido, manteniendo a Noa cómoda sobre su pecho—. ¿Y a-ahora qué?

Ajeno a lo que los otros dos están pasando, Adán espera a que despierten. Mientras Kápios termina golpeándose la cabeza, se levanta adolorido y se pregunta dónde está. Hace unos segundos se encontraba con el pelirrojo. Pero ahora acaba de romper azulejos sucios y viejos.

—Ay, ay, ay. ¿Qué es este lugar? —se pregunta cuando logra incorporarse. Hay oscuridad por doquier y solo se distinguen los azulejos, blancos y desgastados, bajo sus pies. Da un par de pasos, alejándose de la zona de impacto para encontrarse con algo oscuro que rompe y levanta los azulejos. Estas son raíces retorcidas de árboles negros, marchitos, sus ramas se asemejan a garras que se alzan al firmamento oscuro, carente de alguna estrella. Pero, entre toda esa negrura, algunas ramas se extienden hacia un extraño fulgor parecido al de la llama de una vela. Kápios camina hacia la luz y encuentra a Noa, dentro de un bosque muerto. Aunque no parece uno real porque los azulejos cubren todo el piso, parecen no tener fin, además él da un pequeño salto hacia atrás cuando siente haber pisado algo. Mira bajo su zapatilla y encuentra fragmentos rotos de espejos.

Los árboles de su alrededor tienen espejos incrustados en los troncos. La mayoría están destrozados y solo el que está frente a Noa se encuentra intacto. Ella se mantiene abrazando sus piernas, llora en silencio mientras se niega a ver el espejo.

—Hey, tranquila —murmura con una voz suave. Kápios está consciente de que esto es un sueño, además no es como la realidad porque aquí no obtiene respuestas si no las busca. Todo es diferente—. No llores.

En ese momento Noa se abalanza hacia él para darle un abrazo, esconde el rostro contra su pecho y le pide despertarla. El de ojos verdes acepta, pero antes mira el espejo frente a ambos. Este se encuentra reluciente y refleja a su doble de cabello alborotado.

Kaneís lo mira fijamente, sin siquiera parpadear, Kápios mantiene la mirada notando como los ojos dorados cambian a un tono oscuro. Negros.

—¿Quién eres tú? —pregunta, provocando que el otro comience a golpear el cristal. Kápios retrocede junto a Noa y ella suelta un grito cuando siente una mano tomándola de la ropa, la comienza a arrastrar hacia el espejo. Él la sujeta del torso mientras que sus piernas comienzan a entrar en el espejo, su luz empieza a apagarse al mismo tiempo.

—¡No me sueltes! ¡No dejes que me lleve! —le suplica estando aferrada a él. Sin embargo su fuerza no es suficiente y Noa ya tiene la mitad de su cuerpo dentro del espejo.

—¡Suéltala! —exclama para luego darle una patada al vidrio. Este se agrieta un poco y consigue sacar a Noa, Kápios termina cayendo de espaldas con la chica sobre su pecho. Al levantar la vista nota que volvió al armario junto a Adán, este le recibe con una sonrisa.

—Creí que... ¿Qué pasó?

—Fue muy loco, entré al sueño de Noa —contesta y recibe un golpe en la nariz por la nombrada. Ella se aleja de inmediato, terminando oculta detrás del pelirrojo.

—¿Por qué él está aquí? ¿Y Kaneís? —Noa suelta un quejido cuando intenta ponerse de pie, el dolor la obliga a sentarse y todos pueden ver perfectamente las marcas en sus tobillos—. Soñé que... que...

—Había un bosque feo y espejos rotos. El tuyo estaba bien, pero alguien quiso llevarte hacia su interior. Te tomó de las piernas y yo te sujeté —le explica Kápios con la esperanza de poder ayudar en algo.

—Ya lo recuerdo, era Kaneís.

—Eh... No creo que-

—Es la segunda vez que sueño con el bosque y espejos. La primera me engañó para que el sello creciera, ahora trató de-

Noa comienza a hiperventilarse, entonces Adán le propone salir del armario y le ofrece un vaso con agua. Luego se disculpa con ella diciendo que debe darse un baño, entonces la deja al cuidado de Kápios. Quien mantiene una sonrisa en su rostro en todo momento, tal sonrisa comienza a inquietarla.

—Gracias —murmura luego de un largo e incómodo silencio.

—Ni lo menciones, tenerte sana y salva también es una de mis prioridades. Adán lo quiere así.

—No te pareces a Kaneís, sino a él —comenta Noa después de observarlo con cuidado. Sus estilos de vestimenta son similares, el mismo cabello largo que les oculta un ojo y la preocupación por ella.

—No lo sé, no me miro seguido al espejo. ¿Entiendes? Porque casi... Ya sé, fue pésima. —Él desvía la mirada por un momento y suelta un suspiro—. Lo del espejo, se parece a Kaneís, se parece a mí. Pero... Se robaba algo de ti, tal vez por eso estás tan cansada.

—Ahora ya no tanto —responde, aunque suelta un corto bostezo—. ¿Por qué Adán tarda tanto?

Kápios la sigue al ver que sale de la habitación en busca del pelirrojo, ella se excusa diciendo que quiere preguntarle si puede acostarse un momento en su cama. Al no oír la ducha, supone que Adán ya terminó y abre la puerta lentamente, solo para encontrarse con él desnudo, secándose con una toalla. Rápidamente Noa cierra la puerta y regresa a la habitación, pretendiendo que no pasó nada. Sin embargo Kápios está ahí.

—¿Cuánto le das? —pregunta subiendo y bajando las cejas.

—No le digas que lo vi, por favor.

—Solo si respondes. —Kápios suelta una risita al ver el rojo de sus mejillas.

—Eh, b-bueno... No está mal

•••••

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro