diecisiete
M A L F O Y
A la mañana siguiente me despierto un poco antes que el resto del colegio porque tengo que llevarla a la sala común antes de que alguien se dé cuenta de que ha dormido aquí conmigo. Miro a la hermosa chica que está desmayada a mi lado y sonrío inconscientemente. Está loca por seguir conmigo después de todo, pero el hecho de que lo haya hecho me hace sentir curiosidad por ella. No puedo quitármela de la cabeza y me encuentro preocupada por ella siempre que no estamos juntos. ¿Quién hubiera imaginado que podría sentir tantas emociones por un Potter? Además de odio. Nunca cambiaré mi opinión sobre su hermano. Aunque es peor de lo que me imaginaba. Al menos supuse que se preocuparía por su hermana pero no parece que lo haga.
-Oye... Potter. Despierta. - Digo mientras la sacudo un poco.
-Mm. - Murmura mientras empieza a moverse un poco. -De vuelta a los apellidos, ¿eh?
-Yo... um... - Yo tachoneo lo que la divierte mientras una sonrisa crece en su boca.
-Me encanta que pueda dejarte sin palabras fácilmente. - Bromea mientras se sienta. ¿Cómo puede estar tan guapa por la mañana? Me inclino para besarla, pero se aparta y sacude la cabeza.
-Todavía no me he lavado los dientes.
-¿En serio? Después de anoche, ¿eso todavía importa? - Pregunto, negando con la cabeza.
-Sí que importa.
-Pero cuando volvamos a la sala común para que te laves los dientes, no podremos besarnos.
-Porque no quieres que la gente lo sepa. Eso parece un problema tuyo. - Dice mientras se sienta y va a ponerse la ropa de nuevo.
-¿Un beso? - Le ruego, pero ella niega con la cabeza y me hace un gesto para que me vista, cosa que hago y nos escabullimos de nuevo a la sala común. ¿Por qué tiene que ser tan terca?
FIN DEL PUNTO DE VISTA.
M A Y A
Malfoy y yo nos colamos de nuevo en la sala común para notar que todos siguen en la cama. Me acompaña hasta mi puerta, supongo que sigue queriendo ese beso que no le di antes pero no va a ocurrir. No hasta que me lave los dientes. La mayoría de las veces no me importa, pero es divertido verlo hacer pucheros por ello.
-¿Vas a volver a tu dormitorio o te vas a quedar aquí toda la mañana? - Bromeo.
-Bueno, no quiero entrar a Pansy y Blaise, así que volveré a la sala de requerimientos hasta el desayuno.
-Podrías hacer eso. - Hago una pausa mientras me estudia y espera a que continúe. -O podrías entrar y sentarte conmigo hasta el desayuno.
-¿No tienes compañeros de piso o algo así...? - Pregunta. Pongo los ojos en blanco.
-Si, Pansy.
-¿Pensé que te odiaba? ¿Por qué querría compartir una habitación contigo?
-Es más fácil que compartir con alguien y tener que fingir que te gusta. Los dos nos apartamos del camino del otro.
-Bueno, si entro... ¿me dan ese beso? - pregunta. Me río y pongo la mano en el pomo de la puerta mientras con la otra busco su corbata. Una sonrisa de satisfacción crece en nuestros rostros mientras abro la puerta y lo acerco a mí. La habitación está vacía. Cierra la puerta tras de sí mientras yo me sitúo frente a él,
-Entra ahí y lávate los malditos dientes. - exige mientras se acerca a mí.
-No me apetece lavarme los dientes antes de desayunar. - Me burlo. Gruñe mientras se acerca de nuevo a mí, dejándolo justo delante de mí.
-Creí que te había dicho que hicieras lo que yo te dijera. - dice mientras me aprisiona contra la pared.
-Lo hiciste, pero ambos sabemos quién manda realmente aquí. - Sonrío mientras lo empujo de encima y me voy a sentar en mi cama.
Se queda donde lo dejé, sin palabras y ligeramente confundido.
-Ven aquí. - Le susurro y lo hace. Cojo un libro de mi mesilla de noche y le hago un gesto para que se acueste conmigo, y lo hace.
-Me encanta lo bien que me obedeces. - bromeo.
-Eres la única persona que puede hablarme así. - dice.
-¿Por qué yo? - Pregunto.
-Tú sabes por qué.
-No, no lo sé.
-No lo presiones, Maya. - dice mientras apoya su cabeza en mi regazo. Sonrío mientras me inclino y lo beso. Él sonríe en mis labios mientras me devuelve el beso. Me separo con una sonrisa y abro el libro.
-Eres un bromista.
-Lo sé. - digo.
Empiezo a leerle mientras él está tumbado y escucha.
-¿Cómo se llama este libro? Nunca he oído hablar de él. - Me interrumpe.
-Buscando a Alaska. - respondo mientras dejo el libro. Leemos unos cuantos capítulos y ya es casi la hora de desayunar. -Es mi libro favorito.
-¿Por qué?
-No lo sé, solo lo amo.
-Bueno, tráelo y podemos leerlo durante el descanso. - exige.
Asiento con la cabeza y sonrío.
En ese momento llaman a la puerta, lo que nos hace saltar a los dos. Por suerte la puerta estaba cerrada.
-Maya, date prisa. No quiero llegar tarde a desayunar hoy, lenta. - Theo llama a través de la puerta.
-Ya estoy levantada y salgo en un minuto. - Le devuelvo la llamada y salto de la cama.
-Vale, date prisa. - me devuelve la llamada y se dirige a la sala común.
-¿Y cómo vas a salir de esta? - Le pregunto a Malfoy con sarcasmo.
-Sólo voy a decir la verdad. He dormido aquí.
Le miro con incredulidad. ¿Va a contarle a la gente... esto?
-Porque viniste a la sala de requerimientos mientras arreglaba el armario, y luego me exigiste que durmiera en la cama vacía de Pansy en vez de en ese sofá. - continúa.
-De acuerdo. - Digo mientras me cambio de camisa. Me mira con expresión de sorpresa. -¿Qué?
-Normalmente las chicas me piden que mire hacia otro lado cuando se están cambiando. - admite.
-Bueno, ya me has visto desnuda y en realidad no me importa si miras o no.
-Eres tan diferente a las otras chicas de aquí. - dice.
-¿Eso es bueno o malo?
-Bueno, es muy bueno.
Me doy la vuelta para mirar en dirección contraria a él para ocultar la sonrisa que se me dibujó en la cara después de que dijera eso.
-Muy bien, vamos. - Digo mientras me doy la vuelta y empiezo a dirigirme hacia la puerta.
-No tan rápido. - dice mientras me atrae hacia sus brazos. Sus ojos se clavan en los míos durante un segundo antes de chocar sus labios con los míos. Le devuelvo el beso, sólo un segundo, antes de separarme y abrir la puerta.
-Vamos o Theo abrirá la puerta y nos atrapará. - Bromeo.
-Déjalo. - Dice mientras camina hacia la puerta y me sigue fuera.
-Entonces tu secreto será conocido por todos.
-¿Qué secreto? ¿Tú? - pregunta.
-Que eres un gran blandengue. - Bromeo.
-No soy... - se cortó por las miradas de todos los que acababan de presenciar su salida de mi dormitorio.
-¿Tienes un puto problema de miradas? - les espetó a todos.
-¿Tuviste dos...? - Blaise dice.
-Dormí en su dormitorio porque mi puto compañero de cuarto decide traer a su compañero de sexo todas las putas noches. - Malfoy gruñe.
-Oh, claro. - Dice Blaise y se ríe.
-Muy bien... vamos a comer entonces. - Dice Theo mientras me mira de forma extraña.
-¿Qué? - Le pregunto en voz baja mientras me muevo para caminar a su lado.
-¿Le dejas dormir ahí...?
-En la cama de Pansy.
-Oh, interesante.
-Cállate. Sólo intento ser amable. - Yo digo.
Desayunamos, pero la mayoría tenemos tanta prisa por llegar al tren que comemos rápido. Todos estamos muy emocionados por volver a casa durante dos semanas. Dos semanas sin escuela.
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